¿Existe un gen gay?


¿Se nace o se hace uno homosexual?

De la metafisica del adolescente

gengaySi yo fuera gay preferiria -desde luego- que mis elecciones sexuales estuvieran dictadas por mi voluntad, de modo que me adheriría a la teoria de «la libre elección» de la orientación sexual. Si yo fuera católico furibundo, preferiria pensar que la homosexualidad es algo «degenerado», «enfermizo», algo ambiental, el resultado de una mala decisión o de malas experiencias. Si yo fuera feminista radical preferiría pensar la homosexualidad como una opción politica para enfrentar al patriarcado.

Pero como yo ni soy gay ni católico, ni creo en eso que se ha venido en llamar «patriarcado», me inclino por la verdad, sea cual esta sea. Y lo cierto es que la verdad no es nada intuitiva y se esconde en armarios bien sellados, no es algo que nos venga de serie a los humanos, hay que pelearse con ella, vigilando además nuestras creencias o prejuicios y sabiendo que enfrente tenemos enemigos que quieren salirse con la suya para cuadrar sus creencias y que nos oponen sus razones casi siempre dogmáticas, bien políticas o bien religiosas.

Pero no están sólo ellos, hay tambien la ignorancia, el prejuicio y la estigmatización de lo diferente que proceden no tanto de las ideologias sino del asco. Ciertamente la conducta homosexual es moralmente reprobable para muchas personas, no se trata solo de un problema de incomprensión, sino de repugnancia, algo oscuro y relacionado con una especie de estigma moral. Jonathan Haidt ha hablado de eso.

Este post pretende responde a la pregunta ¿Se nace homosexual o se hace uno homosexual? Una pregunta que nos haciamos mientras eramos adolescentes y andábamos forjándonos nuestra propia identidad sexual bajo la amenaza siempre viscosa de una supuesta y latente homosexualidad que imaginábamos algo peor que la peste.

Pero lo cierto es que hoy -y aunque no lo sabemos todo- respecto a la homosexualidad, tenemos muchas evidencias de que la homosexualidad no es una enfermedad infecciosa y que por tanto no se contagia. Es más, sabemos que ni siquiera es una enfermedad y aun: que tenian razón aquellos que nos decian que «unos nacen y otros se hacen», aunque seria mejor decir que la inmensa mayoria se hacen porque pueden hacerse.

No cabe duda de que la homosexualidad es una condición heredable. Pero la heredabilidad de las conductas homsexuales (y voy a referirme a la homosexualidad masculina) es bastante dificil de apresar y lo es porque la concordancia entre gemelos univitelinos es baja, aproximadamente del 57%. Significa que si un gemelo es homosexual la probabilidad de que el otro lo sea es del 57%. Como puede observarse una concordancia bastante baja, lo que no desmiente su condición heredable -algo que muchos psiquiatras y psicólogos ya habian observado empiricamente-hasta que Dean Hamer propuso un gen candidato.

Sobre la heredabilidad de la homosexualidad dicen Le Vay y Hamer (1994):

  1. Reuniendo los datos referentes a varones se encuentra que en el caso de gemelos monocigóticos homosexuales la probabilidad de que sus otros hermanos gemelos sean también homosexuales es del 57%, mientras que en el caso de gemelos dicigóticos homosexuales es del 24% y del 13-14% la probabilidad de que sea también homosexual un hermano no gemelo de un varón homosexual;

  2. Los datos referentes a la homosexualidad en mujeres indican que los porcentajes de hermanas lesbianas son de un 50% para el caso de gemelas monocigóticas homosexuales, de un 16% para el de gemelas dicigóticas y del 13% la probabilidad de que también sea lesbiana una hermana no gemela de una mujer homosexual;

  3. En conjunto, la heredabilidad del carácter «orientación sexual» resulta ser de un 53% (con un rango de variación del 31% al 74%) en varones y de un 52% (27-76%) en mujeres. Por heredabilidad de un carácter se entiende la proporción de variación fenotípica del carácter observado en la población que es atribuible a la variación genotípica.

En 1993, Hamer y colaboradores fueron más allá dibujando una genealogía de la homosexualidad y encontrando con que el antecesor mas probable procedía de la familia materna, concretamente un tío materno. Veanse las tablas genealógicas.

En realidad no fue un gen sino un grupo de 12 genes que habitan en alguna parte del cromosoma X y que se llama el Xq28, el locus candidato. Para Hamer este grupo de genes serian los responsables de la orientación del deseo homosexual. Naturalmente este trabajo fue muy criticado por parte de casi todos los actores que tienen intereses en el asunto con los archiconocidos argumentos en contra de la muestra y la metodología. Hasta que al cabo de algún tiempo ciertos investigadores canadienses trataron de replicarlo con resultados negativos, parecia que la hipótesis de Hamer se caia por el suelo, pero en realidad lo que estaba sucediendo es que la epigenética aun no habia nacido.

Otro grupo de evidencias procedian de Simon Le Vay, un neuroanatomista británico que habia identificado por primera vez una diferencia anatómica en el hipotálamo de sujetos gays muertos por SIDA a los que Le vay habia autopsiado encontrando ciertas diferencias significativas en el tamaño del INAH3, una estructura hipotalámica que encontró tan pequeña en los varones homosexuales como en las mujeres. La hipótesis de Le Vay -cuyos artidulos originales podeis ver en la red, aqui– era que los varones homosexuales tenian una estructura cerebral dimórfica en relacion a los varones heterosexuales y más parecida al tamaño que muestran las mujeres que al de los hombres.

Otra vez llovieron las criticas y la investigacion se estancó, unas veces procedian de la muestra (varones muertos por SIDA) y otras procedian del hecho de que en cualquier caso estas diferencias anatómicas solo explicaban una parte de las homosexualidades pero no todas. Efectivamente la homosexualidad femenina no parecia tener ninguna relación con los resultados de Le Vay. ¿pero hay alguna teoria cientifica que lo explique todo?

Otro grupo de argumentos proceden de la psicología evolucionista y que conocemos como la paradoja de la homosexualidad.

La paradoja de la homosexualidad es muy parecida a otra paradoja: la de la esquizofrenia y señala del mismo modo algunas cuestiones sobre la heradabilidad de ciertos rasgos. Sabemos que los hombres homosexuales se reproducen menos que los heterosexuales (tal y como sucede con los esquizofrénicos) y sin embargo las tasas de homosexualidad masculina se mantienen fijas a pesar de su baja fecundidad. ¿Cómo explicar esta paradoja?

La respuesta a esta pregunta es bien conocida: los familiares de estas personas compensan su baja fertilidad. En realidad pensando las cosas bajo la lógica de los genes es lo mismo tener un hijo que dos sobrinos, dos hijos que cuatro. Esos sobrinos aseguran el pase de ciertos genes a la siguiente generación, respecto a las ventajas que una conducta homosexual tiene como adaptación ya hablé en otras ocasiones donde las relacioné con la kin selection (selección por parentesco). Es por eso que la homosexualidad no se ha extinguido a pesar de que los homosexuales no tengan descendencia directa.

digitratioNótese como el índice es más largo que el anular en aquellas personas que desarrollan intereses y talentos empáticos (femeninos) y al contrario en aquellos que tienen un tipo de pensamiento sistemático.

Lo cierto es que en la ecuación falta algo: la masculinización del cerebro, un rasgo que se puede medir a través de la digit ratio (sin que la digit ratio por sí misma sea indicativa de homosexualidad). La escasa concordancia entre gemelos monozigóticos por sí misma señala en la dirección de que falta algo y lo que falta es la expresividad del gen.

Un gen se expresa en un órgano diana, en este caso el gen -sea el que sea- se expresa en el cerebro. Significa que en nosotros, una especie diploide, somos portadores de dos juegos de genes, hay uno de ellos que se expresará con mayor intensidad que el otro. La pareja de un gen cualquiera puede operar como silenciador o como adversario del otro gen. Lo que suponemos que sucede con el gen gay es que hay uno (el de la madre probablemente) que le gana la partida al del padre. La consecuencia que tiene esta batalla entre genes es que el cerebro de ese niño va a recibir menos testosterona. Hay otras posibilidades que se han barajado en el caso de los gemelos, es probable que uno de ellos se lleve la mayor parte de testosterona circulante dejando al otro deprivado, bien por la posición que ocupa en el útero o bien por cualquier otra razón.

Y ser macho es haber recibido testosterona durante el periodo fetal. Contrariamente a esta idea la feminización del cerebro no depende de las hormonas femeninas sino de la deprivacion de las masculinas. Una niña, en este sentido es un feto deprivado de testosterona.

La epigenética es pues el eslabón perdido entre la genética y el medio ambiente. Lo que no sabiamos es de la importancia de esos primeros meses de gestación en la definición de un cerebro masculino. Los investigadores se habian centrado en los estilos de crianza y sobre todo en una constelación ya clásica: madre dominante y posesiva y padre ausente, débil u hostil.

Si Freud viviera hoy es muy posible que se hubiera interesado por la posibilidad de que esos rasgos de carácter ya clásicos de los parientes con hijos homosexuales fueran en realidad fenotipos calcados de otro tipo de rivalidades genéticas y que dieran como resultado un vencedor en esa guerra que los genes llevan adelante para poderse expresar en los cerebros de fetos en formación.

Nota liminar.-

Naturalmente esta teoria que acabo de contarles no explica todas las homosexualidades, pero es en mi opinión incontestable al menos en cuanto a que la homosexualidad es una condición heredable y no tanto una opción elegida. Ahora bien, el lector sagaz ya habrá caido en la cuenta de que la condición homosexual no es una tirada a  Si/No, lo más probable es que exista una continuidad de posibilidades de ser sexual (al menos en el centro de la campana gaussiana), de modo que es muy probable que ambos puntos de vista tengan algo de razón y exista un segmento de libre albedrio en algunas personas (sobre todo entre las mujeres homosexuales) que pudiera justificar la sensación subjetiva que tienen algunas personas de que la orientacion sexual puede en cierto modo elegirse o bien abandonarse cuando es egodistónica y sobre todo no explica la homosexualidad femenina, para lo que recomiendo al lector que vaya a un post reciente.

Este video de National geografic me ha parecido muy pedagógico y aporta lo penúltimo que sabemos acerca de la transmisión de la condicion homosexual.

54 comentarios en “¿Existe un gen gay?

  1. Existe otra Teoria que puede explicar la paradoja homosexual.

    «Toda experiencia vital de TODO ser vivo queda almacenada y siempre «A disposición» de las formas de vida relacionadas con ella. Campos de energia e informacion en soportes no fisicos.

    Rupert Biologo Sheldrake Campo Morfico.

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  2. La clave está en una causalidad innata junto con la causalidad ambiental. En los hombres, la orientación exclusivamente homosexual tiene una heredabilidad de 30-45%. Una causa genética por lo tanto debe estar interactuando con otra causa ambiental desconocida, pero más importante todavía (Bailey et al., 2000). Los genes implicados son igualmente desconocidos, pero puede estar situados cerca de los de factor RH (Ellis et al., 2008).

    Esto plantea otra pregunta.¿Cómo actuó cambió la selección natural sobre el comportamiento masculino en tan poco tiempo? La respuesta de Ed Miller: por feminizar parcialmente el cerebro masculino (es decir, al impedir la masculinización cerebral durante el desarrollo prenatal y neonatal). Esta es la manera más rápida con el menor cambio genético, el único inconveniente es un mayor riesgo de que algunos niños crezcan con la orientación sexual equivocada.
    Por varias razones, creo que la desventaja de esta supuesta selección natural rápida no ha originado una cierta proporción de hombres exclusivamente homosexuales, sino más bien una mayor proporción de hombres débilmente heterosexuales. Varias cuestiones:

    1) La predisposición genética no actúa sola. Parece que está interactuando con una causa más importante de origen ambiental.

    2) Me cuesta creer que un polimorfismo equilibrado pudo mantener el 3-5% de todos los hombres en un estado de indiferencia sexual a las mujeres. (incidentalmente siento lo mismo acerca de la teoría aloparental, donde el costo de reproducción de la homosexualidad es equilibrada por la atención y cuidados prestados a los niños. El costo parece demasiado alto para compensar el supuesto beneficio).

    3) Dudo el 3-5% de todos los hombres eran sexualmente indiferentes a las mujeres antes del siglo XIX. La homosexualidad masculina se atestigua en períodos anteriores, pero por lo general en forma facultativa, es decir, hombres mayores heterosexuales que tienen relaciones sexuales con niños o con hombres de condición servil.

    En mi opinión, el escenario más probable es aquel donde una predisposición genética debilita la heterosexualidad masculina, pero no suficientemente por sí sola, para provocar la homosexualidad masculina exclusiva. Algún factor medioambiental tiene que inducir a algunos de estos heterosexuales hacia la homosexualidad. Por lo tanto, tiene que haber una gran población de hombres débilmente heterosexuales, sin duda mucho mayor que el 3-5% que terminan siendo exclusivamente homosexuales.

    Junto a este escenario puede haber diversas causas residuales, como mutaciones genéticas aleatorias, estrés psicológico o ambiental durante el embarazo, el quimerismo, etc., que se producen con una tasa tan baja que la selección natural no pueden contrarrestar eficazmente ninguna de ellas. Estas causas residuales podrían explicar una línea de base de la homosexualidad masculina exclusiva que siempre ha estado presente, tal vez en menos del 1% de todos los hombres.

    El nivel actual de 3-5%, sin embargo, es mucho más difícil de atribuir a causas genéticas de largo alcance. Sospecho que es reciente, esencialmente desde el siglo XIX, y ya sea debido a un patógeno que está en co-evolución con la población huésped o a causa de un factor ambiental reciente de que los humanos aún no han superado a través de la selección natural.

    Si un patógeno es el responsable, es posible que haya sido cada vez más frecuente en el tiempo debido al gran aumento de la urbanización en esa época o quizás debido a algún otro factor que había aumentado su transmisibilidad. El principal problema hasta ahora con la teoría del «germen gay» es simplemente la falta de pruebas.

    Si la causa responsable es algún factor ambiental de reciente aparición, puede ser algún tipo de compuesto estrógenico en el entorno neonatal. El siglo XIX, sin embargo, es demasiado temprano para que la irrupción de la mayoría de los candidatos químicos. De hecho, parece que hay sólo dos opciones plausibles. Uno de ellos es el bórax, que fue utilizado como conservante de alimentos hasta la década de 1950. El otro es el consumo de bebidas ricas en estrógenos y los baños en aguas provenientes de fuentes residuales sin tratar. Dichos efluentes aumentaron considerablemente en volumen con la introducción de modernos sistemas de alcantarillado en el siglo XIX y sólo disminuyeron con la implementación de los tratamientos secundarios y terciarios a partir de 1970.

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      • La teoría del “Germen Gay” es de Greg Cochran, aunque aún no ha publicado un artículo específico desarrollándola, si hay diferentes textos donde habla sobre ella:

        Infectious Causation of Disease: An Evolutionary Perspective. GM Cochran, PW Ewald, KD Cochran – PERSPECTIVES IN BIOLOGY AND MEDICINE, 2000

        Haz clic para acceder a Infectious_Causation_of_Disease.pdf

        Cochran, G.M. (2004?). An evolutionary look at human homosexuality.World of Greg Cochran.
        http://zero.poynt.zero.googlepages.com/home

        Cochran, G.M. (2005). Cause of Homosexuality: Gene or Virus? Cochran Interview. Thrasymachus Online.
        http://web.archive.org/web/20050305131514/http://thrasymachus.typepad.com/thras/2005/02/cochran_intervi.html

        Cochran, G.M., Ewald, P.W., & Cochran, K.D. (2000). Infectious causation of disease: an evolutionary perspective. Perspectives in Biology and Medicine, 43, 406-448.

        Haz clic para acceder a Infectious_Causation_of_Disease.pdf

        Su punto de partida es el mismo que el de Ed Miller. La homosexualidad masculina no tiene sentido como estrategia reproductiva. Debería desaparecer al igual que hicieron los Shakers (miembros de una secta protestante dedicada al celibato de por vida). Puesto que la selección natural tendería a eliminar la homosexualidad masculina, debería ser poco común, como la mayoría de las condiciones genéticas que alteran la habilidad de una persona para sobrevivir y reproducirse.

        Además homosexualidad masculina no es poco común, así ésta no puede tener una causa genética, al menos no principalmente. Puede haber una predisposición genética interactuando con algo en el ambiente. Y ese algo no puede ser un cambio ambiental reciente, ya que la homosexualidad masculina ha estado presente durante mucho tiempo. La causa por tanto sería algún tipo de agente infeccioso que altera selectivamente ciertas partes del cerebro dejando el resto intacto. Existen precedentes de este tipo de cosas. Estos microorganismos patógenos pueden ser más comunes de lo que pensamos. Los que son fácilmente detectables y nos causan malestar pueden ser solo una pequeña minoría de todos los patógenos existentes, y resto quizá sean difícilmente detectables. Después de todo, uno de los principales objetivos de cualquier patógeno es pasar desapercibido y no causar daños excesivos al huésped. Obviamente necesitan un hogar saludable para vivir, hasta que puedan extenderse a otro huésped.

        Cochran también sostiene que la homosexualidad masculina debe ser menos común en las comunidades más pequeñas que en las grandes, donde la transmisibilidad del patógeno es más factible.

        Este patógeno puede alterar selectivamente la orientación sexual por determinadas razones sin perjudicar al huésped demasiado. Hay, de hecho, un número de patógenos que alteran el comportamiento del huésped con el fin de mejorar sus posibilidades de transmisión. El protozoo Toxoplasma gondii produce en ratas una inhibición de su miedo a los gatos, lo que le permite entrar en un cuerpo de gato y completar su ciclo vital. Y el gusano parasitario Euhaplorchis californiensis forma quistes en el cerebro de los peces Ciprinodontiformes infectados provocando una alteración de su comportamiento. Éstos tienden a nadar cerca de la superficie del agua y hacer giros cerrados que muestran sus caras relucientes, lo que permite al gusano entrar en el cuerpo de un ave. Según ésta hipótesis, un hombre gay es un vehículo usado por un agente patógeno para su propia supervivencia y la reproducción.

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      • Sí, puede ocurrir algo análogo en la esquizofrenia. Tanto la esquizofrenia como el autismo tienen un fuerte componente genético, fácilmente comprobable por la influencia del aumento de las cargas mutacionales con la edad paterna y otro tipo de factores. Pero se cree que hasta un 21 % de los casos conocidos de la esquizofrenia puede haber sido producidos por vía infecciosa. Algunos estudios apuntan a casualidad de tipo vírica y otros lo atribuyen al protozoo Toxoplasma gondii y otros patógenos. Otras teorías especulan que lo que actúa como mediador no es la infección en sí, sino la activación inmune materna durante la gestación altera el desarrollo del cerebro del feto a través de la interleucina-6.

        El resto de casos se pueden explicar porque los genes en cuestión se seleccionaron probablemente por razones totalmente ajenas a la esquizofrenia, pero posteriormente las nuevas variantes aumentaron la susceptibilidad a la enfermedad. Los rápidos estallidos selectivos pueden provocar un aumento de la frecuencia de los alelos que pueden tener efectos secundarios negativos (un resultado natural de pleiotropía). Parece que el Homo sapiens ha sido objeto de ráfagas muy fuertes de selección en los últimos tiempos. Una posible consecuencia de ésto es una gran cantidad de resultados fenotípicos deletéreos que aún no han sido purgados por remodelación selectiva y que pueden surgir de forma concomitante. La evolución adaptativa gana en el largo plazo, pero en una escala a corto plazo queda un ruido residual correlacionado con una respuesta desadaptativa.

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      • Esto último sería muy divertido, casi de circo. Me refiero al «éxito» del pseudoheterosexual que se pasara por el forro sus supuestos genes homosexuales y se convirtiese en un ‘crack’…, entre las mujeres.

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    • Hola,
      muy ilustrativo su aporte qué bueno encontrar opiniones de buen nivel.
      En cuando a los agentes medio ambientales, yo creo que SÍ existen una contribución incluso desencadenante de los disruptores endocrinos.
      En la etapa embrionaria, fetal de la formación de la vida humana, e incluso en en equilibrio hormonal de la madre antes de concebir pueden encontrarse cosas interesantes a cerca de la homosexualidad.
      Aunque los factores socio culturales tampoco pueden rebajarse a nada «o» 0.
      Obviamente el estudio debe ser multidiciplinario.
      Ojala se pueda leer más sus opiniones, sobre todo en personas como yo con someras nociones. Es bastante complejo todo esto…

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  3. El artículo, que he leído, recuerda la competición de los espermatozoides más poderosos y a los que se sacrifican y perecen para ayudar a los “mejores” en su capital objetivo. ¡Nada menos que engendrar vida…! Bajaré el tono metafísico con un chiste anglosajón, que seguramente algunos (si no todos ustedes) habrán oído: Era una señora que se quejaba del “mal carácter” de los hombres y que soñaba con uno ideal que, etc., etc., etc. todo bondades en todos los sentidos. A lo que un viejo, escamado, le respondió: Señora, ese hombre ideal, con el que usted sueña, o no existe o tiene novio.

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  4. Pues sí, el deseo de buscar la verdad molesta, crea enemistades. Se está muy a gusto en el lodo calentito de la ignorancia o en el ejercicio impune y soberbio de la mentira. «Veritas odium parit, obsequium amicos» – ‘la verdad engendra odio, la lisonja amiguetes’. Lo dijo Plauto, antes de Cristo, y desde entonces hasta ahora nada ha variado la condición humana. Y aunque la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero, buscarla es arriesgado y transmitirla de lo más peligroso (y desde luego nada conveniente). Agradezco muy de corazón lo mucho que aprendo en tus ‘posts’ y la valentía que en ellos expresas. No cabe duda alguna de que el homosexual nace y que esa condición es heredada; y también que quienes supuestamente se hacen es porque pueden hacerse. Que exista (o no) un grupo de genes implicados en la homosexualidad, tal como sugiere Dean Hamer (1990), está aún por demostrar, lo que no significa -ni mucho menos- que haya que descartar esa hipótesis, que desvelaría en parte (caso de demostrarse científicamente) el porqué del asunto. Por esa misma época Simon LeVay investigó sobre las diferencias en el tamaño del hipotálamo de los homosexuales (1991) con el consiguiente revuelo. Para saber del poder mediático de esos lobbies en los Estados Unidos nada mejor que haber vivido en aquella sociedad en aquellos años (década de 1990). Sin embargo, el siglo XXI será -ya es- el siglo de los estudios del cerebro. No obstante, no hay duda alguna del papel que juega la testosterona (o su carencia) en el cerebro del nascituro. Y aún más si éste llega a convertirse en un sujeto de sexo masculino, lo que justifica por qué los homosexuales masculinos (en inglés ‘gays’) son mucho más abundantes que las homosexuales femeninas (lesbianas) en una proporción altamente mayor. Resulta muy interesante que se haya comprobado la relación entre el homosexual y el tío materno, y aún más lo sería si tuviésemos datos estadísticos. Y aún el comentario sobre la homosexualidad anterior al siglo XX. Me da la impresión, a veces, de que en esta página se da mucha importancia a los hallazgos «del día» y que no se toma en consideración el pasado, o sea, lo previo (que es infinitamente mucho) al momento en que vivimos. Pero ¿qué es un homosexual? De Julio César -conquistador de media Europa- se decía en Roma que era el hombre de todas las mujeres y la mujer de todos los hombres; de la homosexualidad en la antigua Grecia han corrido ríos de tinta, por lo que sería absurdo que en ello abundara, aquí y ahora, yo. Pero no hay pruebas científicas de que los condicionantes sociales o el entorno de la familia determinen la homosexualidad de un niño. Si se le aporta a una rata hembra recién nacida una dosis alta de testosterona se creerá macho y tratará de montar a cuanta hembra se le ponga por delante. Pues la testosterona afecta a su estructura cerebral y, claro, a su comportamiento. Pero para que se produzca la homosexualidad es necesario que los aportes (o las carencias) de testosterona se generen en fase embrionaria. De hecho, no se extrañe nadie si algún día se revelan experimentos realizados con humanos que, según dicen, han producido los mismos efectos. Ni que decir tiene que asegurar que, hace años, en cierto país se logró crear en laboratorio homosexuales masculinos y femeninos, modificando la estructura cerebral por medio de testosterona de esos seres antes de su nacimiento, sería una «herejía intolerable» si no se aportasen las pruebas… Se sabe pues que la manipulación del sexo encefálico mediante hormonas puede determinar la sexualidad del nascituro. Y en esto hay implicaciones éticas, relacionadas con lo que es bueno o es malo (que llamamos moral). De ahí que sea más conveniente hacer creer que la homosexualidad es «una elección» y que es algo que, como comer chocolate, depende de la educación o de los «gustos» que en la escuela nos hayan inculcado. La tierra es plana e inmóvil, a lo que respondió entre dientes y para sí Galileo: «Eppur si muove».

    Puntos de reflexión:

    – Relación entre la homosexualidad y los hijos no deseados (por ejemplo, los concebidos tras una violación); o, simplemente, lo no deseados en una relación estable, como el matrimonio.
    – Homosexualidad y tamaño del hipotálamo.
    – Relación entre los altos niveles de testoterona percibidos por un homosexual (masculino) y su deseo sexual.
    – La lucha por la supremacía genética entre los masculinos (los que provienen del padre) y los femeninos (los que provienen de la madre) en el desarrollo cerebral del nascituro y su relación con la homosexualidad.
    – Emparejamiento (regulado por el hipotálamo) y conducta y la cantidad de testosterona recibida en uno y otro centros cerebrales.
    – «Control de la naturaleza» e instintos innatos en el desarrollo social del homosexual.

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  5. Si que cabe la duda, de que el homosexual nazca y que esa condición sea heredada o innata. Las teorias biologicas no estan comprobadas. En eso, se basa el trabajo cientifico, en dudar e intentar valorar y comprobar hipotesis.
    Gracias.

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  6. Bueno por zanjar este asunto os dejo aqui una cita de Eduardo Zugasti de hoy:
    En nuestra cultura, la homosexualidad es una identidad sexual derivada de una condición biológica y heredable en cierto grado. La consideración de la homosexualidad como patologia, incluso com enfermedad contagiosa, con toda probabilidad proviene de razones extracientificas, concretamente con las intuiciones morales de las sociedades tradicionales. La razon del rechazo o incluso la repugnancia hacia los homosexuales probablemente procede de que el homosexual, en especial el homosexual masculino, viola las expectativas sociales, especialmente en las sociedades fuertemente patriarcales, del hombre como proveedor y protector de mujeres y niños. Ya decía el Talmud que «un hombre sin una mujer no es nada». (Eduardo Zugasti)

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    • No, para nada proviene de razones extracientíficas ni la homofobia tiene un origen socio-cultural vinculado al patriarcado. Como expliqué, hay varias buenas razones para sospechar que puede ser causada por un agente infeccioso, entre ellas:

      1) la baja heredabilidad de la homosexualidad masculina (0,22)
      2) la ausencia de la homosexualidad en las poblaciones de cazadores-recolectores
      3) la relativamente alta frecuencia de la homosexualidad (~ 4% en occidente)
      4) la falta de cualquier tipo de explicación evolutiva plausible,

      Todos tenemos claro que la homosexualidad masculina es siempre una mala adaptación evolutiva. Incluso si los homosexuales se reproducen (que lo hacen), la reducción del fitness reproductivo habría neutralizado el rasgo selectivamente hace mucho tiempo. Además, la homosexualidad masculina es muy común (~ 4%) para ser el resultado de mutaciones deletéreas.

      Así que estamos ante un agente patógeno como la causa más probable. Hay claros ejemplos de agentes infecciosos que producen cambios en el comportamiento, incluyendo toxoplasma, influenza y el virus involucrado en la narcolepsia. Cochran sospecha que el patógeno es de origen agrícola (que son muchos) y tal vez fue adquirido a través de ovejas.

      Sin embargo, incluso si encontramos una explicación para la homosexualidad divergente de la esta hipótesis, hay otro concepto que tenemos que explicar: la homofobia. Homofobia (que está mal llamada), la aversión y el odio hacia los homosexuales, es hereditaria y de hecho, de manera significativa ( 50%, al igual que con la mayoría de los rasgos de comportamiento). ¡Curiosamente, e irónicamente, parece ser mucho más heredables que la homosexualidad en sí!

      Si la homofobia es hereditaria, ¿para qué sirve? En particular, ¿para qué sirve si la homosexualidad es causada por una infección? Mientras que la homofobia está casi limitada a los varones homosexuales y además está especialmente dirigida a ellos. Los estudios sobre la naturaleza de la propia homofobia ofrecen una pista.

      El psicólogo Jesse Bering escribió en su blog acerca de los estudios realizados por Gordon Gallup sobre la homofobia. Gallup encontró que las reacciones homofóbicas parecían más fuertes con respecto al contacto de los homosexuales con niños:

      “En el primero de los cuatro estudios, Gallup administró una encuesta a 167 estudiantes graduados auto-identificados como heterosexuales. La encuesta fue diseñada para medir el «grado de malestar» de los estudiantes en la interacción con homosexuales que ocupaban diferentes puestos de trabajo. Es importante destacar que estas ocupaciones variaban a lo largo de una dimensión: la medida en que el trabajo implicaba interacción con niños. Se incluyeron nueve muestras ocupacionales y tres que proporcionan al empleado un alto grado de contacto con niños (maestro, conductor del autobús escolar, doctor en medicina) y seis de moderado a bajo contacto (abogado, obrero de la construcción, cajero de banco, piloto, mecánico, empleado de ventas). Como se predijo, el grado de malestar fue significativamente correlacionado con la probabilidad de que las personas en estas categorías podrían entrar en contacto con los niños”

      Curiosamente, los hipotéticos médicos homosexuales obtuvieron el mayor grado de malestar entre los encuestados, un hallazgo inesperado que Gallup trató de comprender mejor en su segundo estudio. «Hay por lo menos dos maneras de interpretar el mayor malestar expresado por los encuestados sobre los médicos homosexuales», escribe:

      “Una posibilidad es que los médicos tienen un acceso privilegiado a los genitales de los niños en el contexto de la realización de los exámenes médicos de rutina, y por lo tanto podrían ser percibidas como actividades que entrañan una amenaza más grave a la sexualidad en desarrollo de un niño. Una interpretación alternativa interesante es la posibilidad de contraer [VIH] de un médico homosexual a través de los modos no sexuales de transmisión (por ejemplo, sangre, agujas hipodérmicas)”.

      En el segundo estudio, todos los personajes eran médicos de diversa índole, y variaban en la medida en que iban a tener contacto íntimo con niños (pediatra, psiquiatra infantil, internista, cardiólogo, cirujano del cerebro, gerontólogo). Cuando no se informó de la orientación sexual del médico, los participantes expresaron la mayor incomodidad ante la posibilidad de interactuar con los que realizaban técnicas «invasivas», como neurocirujanos. Pero el panorama cambió radicalmente cuando se les dijo que el médico era gay. En contra de la hipótesis de la exposición al VIH, que debería haber producido más o menos indiferencia en las actitudes hacia los diferentes médicos gays, eran la oportunidades para el contacto íntimo con niños lo que se correlacionan con el malestar. Los participantes se declaraban significativamente menos cómodos con la idea de pediatras y médicos generales gay de lo admitían para los otros tipo de médicos homosexuales. De hecho, los neuro-cirujanos homosexuales, asociados fácilmente con material infeccioso, provocaron la menor aversión.

      El tercer estudio de Gallup fue aún más revelador. Se dijo a los participantes que tenían un hijo o una hija, ya sea un niño de 8 años de edad o 21 años de edad, quien era invitado a pasar la noche en casa de un amigo. Debían indicar en una escala de 1 («nada molesto») a 4 («muy disgustado»), como se sentirían, como padre de este niño hipotético, al enterarse de que la madre o el padre del amigo del hijo/a era gay. Los participantes expresaron su mayor preocupación cuando el hijo más joven se exponía al contacto con padres homosexuales del mismo sexo que el niño (hijos pequeños cerca del hombre gay, hijas alrededor de la mujer lesbiana). Esto fue especialmente pronunciada (preocupación = 3,3 media) para los participantes masculinos pensando en su hijo de ocho años de edad, (en comparación con 2,3 en el pensamiento de él estar cerca de una lesbiana). Estos mismos participantes masculinos no les parecían preocupados ante la perspectiva de su hijo de 21 años fuera expuesto a la madre lesbiana de su amigo (1.6), o incluso pasara la noche alrededor de papá gay de su amigo (2.3) . Por lo tanto, la homofobia de los participantes no parecía ser moralisticamente generalizada al «estilo de vida gay», sino que se puso de manifiesto especialmente en términos de sus creencias populares sobre impresionabilidad sexual de los niños.

      Un último estudio de Gallup replica sus hallazgos básicos con una muestra más amplia. Cerca de doscientas personas del área de Albany, que varían a lo largo de una amplia gama de datos demográficos (edad, sexo, religiosidad, educación, número de amigos gay) fueron encuestados en una «escala de amenazas reproductivas homosexuales.» Los participantes respondieron a las declaraciones tales como: «Yo me sentiría incómodo si me enterase que la maestra de mi hija es lesbiana «,» Me sentiría incómodo si me entero de que mi vecino es homosexual «, y así sucesivamente. Como era de esperar, las variables como el sexo (varones sentían mas aversión) y la religiosidad predijo la homofobia. Pero el estatus parental se correlacionó de forma independiente con las actitudes negativas hacia los homosexuales y las lesbianas, y este efecto fue especialmente relevante para los hombres en encuestados. Los padres con niños pequeños fueron los más homofóbicos.

      .
      De hecho, algunos estudios del comportamiento genético de Verweij et al, encontraron resultados consistentes con esto: los encuestados eran más reacios a tener a personas homosexuales como maestros, médicos (todas las profesiones donde habían contacto con niños) y una menor aversión a homosexuales que son funcionarios del gobierno.

      Gallup afirma que los resultados de sus estudios se han replicado en Taiwán, lo que indica que este fenómeno no se limita a las sociedades occidentales. Parece que la homofobia está dirigida a evitar que los niños, especialmente los niños más pequeños, sean expuestos a homosexuales.

      Gallup hipotetiza que esto puede ser debido a una «impronta sexual» derivada de las relaciones sexuales entre gays y niños pequeños. Propone que los abusos sexuales de pedófilos homosexuales puede dejar «huellas homosexuales» en los niños, por lo que es más probable que estos niños se convierten en homosexuales posteriormente.

      Sin embargo yo no comparto esta idea. De hecho, no creo que la existencia de la impronta sexual en los seres humanos, puesto que he visto poca evidencia sólida. Más bien, me inclino a pensar que la homofobia está dirigida a la prevención de la propagación del agente patógeno que causa la homosexualidad.

      Cochran afirma que no es probable que el patógeno se transmita a través de sexo homosexual. Cómo se extiende el patógeno no está claro en este momento. Y mucho menos claro es si existe un «período crítico» para que la infección afecte la orientación sexual. Tampoco se puede estimar con precisión la prevalencia del patógeno en la población, o qué porcentaje de personas infectadas desarrollan la homosexualidad.

      Independientemente de cómo se propague el patógeno, es probable que en períodos prolongados de contacto cercano con una persona infectada aumenten las probabilidades de transmisión del agente infeccioso. Si hay un período crítico de tiempo, digamos algún tiempo en la fase de infancia, para que la infección produzca una alteración de la orientación sexual, el propósito evolutivo de la homofobia podría llegar a ser más aparente.

      Por otra parte las personas no son más homófobos de adultos, sino en la infancia. Jesse Bering señala que:
      “Si te trata de aprendizaje social, es curioso, ¿no se supone que a los niños de todo el mundo son enseñados explícitamente a no ser homofóbicos, y no al revés?; las actitudes anti-gay en los niños de primaria parecen tan naturales que emergen como la adquisición del lenguaje en los bebés. Las excepciones son raras.”

      En conclusión:

      a) la aversión innata a los homosexuales que tienen los niños puede haberse originado co-evolutivamente como un mecanismo de defensa para protegerse a sí mismo de la infección, y sus resultados altamente deletéreos y perjudiciales (evolutivamente hablando). La existencia de la homofobia puede presentarse como muy buena evidencia en apoyo de la hipótesis patogénica de Greg Cochran para la homosexualidad.

      b) Debemos tener en cuenta que los homosexuales son inofensivos y de hecho son beneficiosos para los machos heterosexuales del grupo (reducción de la competencia inter-sexual por acceso a las mujeres). El odio a los gays parece difícil de ser explicado de otra manera.

      c) La heredabilidad baja, aunque no nula, de la homosexualidad masculina puede ser indicativa de una cierta clase de susceptibilidad genética al patógeno, tal vez a través de defensas debilitadas o una arquitectura neuronal vulnerable.

      (Nota: en el mismo sentido que hipótesis de la infección de Greg Cochran, he expuesto recientemente en otro comentario que existe un agente bacteriano puede aumentar el comportamiento promiscuo. No sería descartable que quizá esté también asociado de alguna forma a la bisexualidad femenina).

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      • Bueno, muchas gracias por este aporte que desconocía en su profundidad. Sin embargo creo que el vinculo entre «repugnancia homofobica» y homosexualidad puede ser explicado de otra forma sin invocar ese agente patogeno. Te recomiendo, si no lo conoces leer a Jonathan Haidt que está bastante reproducido en este blog, para él (que no es medico, ni biologo), una forma de explicar este tipo de repugnancias estarian relacionadas con la «moralizacion» de ciertas conductas. Dicho de otra forma, ciertas conductas evocan respuestas viscerales de asco que posteriormente son ideologizadas y absorbidas por la población general. Por ejemplo comer carne. Es obvio que hoy existen personas que han llevado este asco a la carne hacia una conducta moral, algo que no puede explicarse diciendo que es el miedo a la triquinosis lo que está en juego en la prohibicion del cerdo por ejemplo en algunas religiones. Los vegetarianos o los musulmanes no se privan del cerdo por razones higienicas sino por razones morales (matar un ser vivo) o religiosas.
        Y no estaria de mas que por cortesia indicaras el lugar de donde sacas la información:

        A Gay Germ? Is Homophobia a Clue?

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      • La “hipótesis del agente patógeno” como causa de la homosexualidad – si fuese generada por un virus volvería al rango de “enfermedad”- es de lo más sugerente, aunque por el hecho de que lo sea no abundamos en nada. Tiene todos los visos de la ciencia ficción -hoy por hoy-, a falta de base científica, comprobable y demostrable. Pero muchas hipótesis de base intuitiva se han convertido en tesis cuando han logrado arroparse de datos científicos empíricos, coherentes e incuestionables. Cochran no ha elaborado aún su hipótesis en forma discursiva… El tiempo todo lo pone en su lugar. Y asi, en unos años (o quizá en un inminente mañana) tomará fundamento la “hipótesis del agente patógeno” cuando haya evidencia; o se disolverá en el viento, como tantas otras quimeras de la imaginación humana.

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  7. Estimado Dr. no me lo tome en cuenta, como soy muy criticona, voy a criticar todo su articulo:
    INEXISTENTES
    El cerebro gay y los marcadores genéticos son inexistentes.
    Las personas…. “¿nacen así?” NO
    La idea de que ser homosexual sea el resultado inevitable de un determinismo genético o biológico innato, predeterminado e inmutable, es una hipótesis que ha sido presentada como dato científico por muchas divulgaciones en los medios de comunicación.
    La idea de que los homosexuales han “nacido así” circulaba ya en el año 1897 cuando el investigador alemán Magnus Hirchsfeld hablaba de homosexualidad congénita y demandaba la igualdad de derechos basándose en ese principio. En el estado actual del
    conocimiento, no existe ninguna prueba científica que demuestre que esa hipótesis es verdadera.
    Esa falta de evidencia ha sido confirmada posteriormente por los estudios de los gemelos monoovulares o idénticos: Por tanto, nadie puede invocar como “patología genética” a la orientación sexual.
    La inexistencia de un “gen de la homosexualidad” no excluye una eventual predisposición multifactorial, pero se trata de una minoría de casos, y se debe precisar que “predisposición” no significa “causa”. En cambio, en el origen de esta orientación tienen gran incidencia los aspectos relacionales, conductuales y psicológicos. Tales aspectos, que
    parecen preponderantes, son susceptibles de una toma libre de carga y maleabilidad, lo que
    debería constituir una muy buena noticia, sobre todo para los que experimentan pulsiones
    homosexuales no deseadas.
    Breve presentación de los contenidos de tres estudios divulgados de forma errónea como “prueba” del origen genético y biológico de la homosexualidad.

    Simon Le Vay: El “cerebro gay”
    “Se me ha señalado repetidamente como alguien que ha demostrado el fundamento
    genético de la homosexualidad… Pero yo nunca he afirmado eso”… (The Sexual Brain,
    1991, 122).
    Este biólogo ha estudiado los cerebros de 41 cadáveres: 6 mujeres, 19 hombres homosexuales y 16 hombres probablemente heterosexuales, centrándose en un área
    llamado hipotálamo. El tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior (llamado INAH-3),
    según su estudio, mostraba dimensiones comparables en las mujeres y en los homosexuales, mientras que parecía más grande en los heterosexuales.
    El investigador asumía en este dato la prueba de una diversidad estructural efectiva responsable de la homosexualidad. Las reconvenciones planteadas en el ámbito científico han sido muchas, algunas muy evidentes. La “suposición” de que los 16 hombres heterosexuales eran realmente heterosexuales estaba incompleta gravemente porque en 14/16 no estaban disponibles las historias sexuales. En otras palabras, el estudio comparó a homosexuales con una mayoría de hombres de orientación sexual desconocida.

    Pero es de absoluta relevancia el aspecto, tampoco considerado, de que la plasticidad del cerebro humano es tal que parece prácticamente imposible determinar si la dimensión de un área determina el comportamiento o en lugar de ello un determinado comportamiento determina el volumen de un área determinada, del mismo modo en que, por ejemplo, cierto ejercicio físico hace que se desarrolle selectivamente un determinado grupo muscular con respecto a la hipotrofia; es decir, que se encuentra subdesarrollado cuando no se ejercita.

    Por tanto, sigue sin resolverse la cuestión clave: ¿Las personas son homosexuales
    porque tienen una pequeña INAH-3 o su INAH-3 es más pequeña como consecuencia de sus actos, pensamientos o sentimientos homosexuales?

    Múltiples aspectos atestiguan una imposibilidad real de atribuirle al estudio de Le Vay
    un significado científico (la prueba de la existencia de un “cerebro gay”):
     Está demostrado que el cerebro cambia como respuesta a las modificaciones
    relacionadas con el comportamiento y el ambiente. Por ejemplo, en la persona
    que lee Braille después de quedarse ciega, el área del cerebro que controla el
    dedo de la mano de la lectura es más grande.
     No hay unanimidad entre los científicos sobre cuál es la mejor forma de medir la
    INAH-3. Algunos consideran que medir el volumen del INAH-3 para determinar la
    orientación sexual de una persona es como tratar de medir la inteligencia
    basándose en el tamaño del cabello.
     La hipótesis “hipotalámica” no es capaz de explicar la conducta sexual de las
    lesbianas y, mucho menos, de los bisexuales o de las personas de transgénero.
     Desde un punto de vista infeccioso, los cadáveres de los homosexuales
    examinados eran todos de personas con SIDA, por lo tanto, con interés cerebral
    patológico por parte del virus VIH, causa de forma notoria de la atrofia.
     Por último cabe recordar que las experiencias emocionales, fijadas en el sistema
    límbico del que forma parte el hipotálamo, pueden ser sustituidas todavía por
    nuevas experiencias emocionales: nos hallamos frente a una especie de “banco
    de datos”, que está sometido al control de la programación del pensamiento
    consciente, y por lo tanto, plásticamente modificable.

    Bailey & Pillard: el estudio de los gemelos
    El estudio de Bailey & Pillard (A genetic study of male sexual orientation, Archives of
    General Psychiatry 48, 1991) hizo un examen a parejas de hermanos –gemelos
    homocigotos, gemelos heterocigotos, otros hermanos biológicos y hermanos adoptivos –de
    los que al menos uno de los dos era homosexual. Y en este caso los resultados fueron
    divulgados como prueba de una base genética de la homosexualidad. Pero en un análisis
    detallado de los datos, la evidencia va en la otra dirección.
    Los gemelos idénticos eran los dos homosexuales sólo en el 52% de los casos con buena paz con el “determinismo genético”. Los gemelos no idénticos eran homosexuales en el 22% de los casos, porcentaje incluso inferior al de los hermanos adoptivos. Por tanto, del
    estudio surgió no tanto el presunto determinismo genético sino más bien la importancia del
    aspecto relacional, sobre todo familiar.
    Como entonces observó acertadamente la bióloga Anne Fausto Sterling, “para que un estudio similar fuese verdaderamente significativo habría tenido que observar por
    separado a los gemelos crecidos”.

    Entonces, visto que los gemelos monoovulares comparten el 100% de los genes, si
    uno de ellos es homosexual, el otro debería serlo también en el 100% de los casos.
    Paradójicamente, los hermanos adoptivos, que no tienen genes en común, tienen más
    probabilidades de ser ambos homosexuales que los hermanos biológicos.

    Estas observaciones elementales han inducido a la revista científica Science a
    subrayar que “no hay ningún componente genético sino un componente ambiental compartido por la familia” (24/12/1993, nº 262).

    Dean Hamer: El marcador genético Xq28
    Según Dean Hamer (“A linkage between DNA markers on the X chromosome and
    male sexual orientation”, Science 261, 1994), 33 parejas de hermanos homosexuales de 40
    compartían en un grupo de 5 marcadores genéticos, un marcador específico.
    Reconduciendo tal descubrimiento, la portada de una famosa revista decía: “Se nace gay:
    La ciencia encuentra el enlace genético”. El investigador, en realidad, sostenía bien otra
    cosa: en su publicación subrayaba claramente que el rasgo genético podía tener “algún
    papel” en una minoría de hombres homosexuales, fijada entre el 5 y el 30% (The Science of
    Desire, 1993).
    ¿Qué relieve se le atribuye a “algún papel”? ¿Qué pasa con el resto del 70-95% de
    los hombres gays en los que ese rasgo no está presente? En el trabajo de Hamer falta,
    entre otras cosas, un control básico; es decir, el estudio del nivel de división de los mismos
    marcadores genéticos en las parejas de hermanos heterosexuales.
    Otros estudios, como el de George Ebers, no han encontrado “ninguna evidencia, ni
    siquiera una sospecha” de una base genética.
    El especialista Rice, con sus colegas, dijo que los resultados obtenidos “no avalan la
    existencia de un gen en la base de la homosexualidad masculina” (cfr. “Male Homosexuality:Absence of Linkage to Microsatellite Markers at Xq28” in: Science 284, 1999).

    ¡También los animales lo hacen!

    Un error en el que se puede caer consiste en creer poder confrontar la conducta
    humana con la puramente animal, como si se tratasen de realidades homogéneas.

    Los comportamientos “homosexuales” que pueden verificarse entre los animales
    todavía son de difícil interpretación y los estudios de la materia están solamente en los
    inicios. En las especies con escaso dimorfismo sexual puede existir una dificultad para
    reconocer el sexo de la pareja y eso puede inducir a los machos a “montar” a otros
    individuos del mismo sexo con la intención aparente copuladora.

    En caso de cautividad, en ausencia de la representación adecuada de los dos sexos,
    puede verificarse una actividad parecida al apareamiento entre individuos del mismo sexo.
    En ese caso, los elementos dominantes (no siempre señalados principalmente en sentido
    hormonal masculino) someten al rol femenino a los sumisos. No es necesario olvidar que,
    para los animales, la esencia de la feminidad consiste en ser sometido; es decir, “ponerse
    debajo”, en sentido propiamente físico. Ese comportamiento animal no puede ser
    trasladado al campo de la antropología o de la sociología humana. La dimensión de la
    sexualidad animal responde, de hecho, a las exigencias de la propagación de la especie
    (acoplamiento) con modalidades instintivas y codificadas, no modificables voluntariamente.

    La dimensión de la sexualidad humana, en vez de esa, de tipo instintivo, es orientable libremente. Los mamíferos, en particular, tienen un órgano llamado “vómer nasal”
    (una especie de nariz primordial) con la que el macho puede captar las llamadas
    “feromonas” ligadas a la fertilidad de la hembra que desencadenan los mecanismos
    instintivos del acoplamiento. Cuando algunos científicos han intentado “afeminar” a
    individuos machos con la aposición de feromonas femeninas, esos individuos machos se
    perciben como “hembras” y luego “cubiertos”.
    También entre las palomas puede suceder que la paloma dominante encarne la parte
    masculina y la pequeña la parte femenina. Entre los gansos, donde los sexos no presentan
    grandes diferencias externas, algunas veces se puede advertir un comportamiento curioso
    entre dos machos: cada primavera intentan copular pero ambos rechazan ser montados.
    También entre los lobos, las actitudes que aparentemente pueden parecer “homosexuales”,
    se deben a actos de sumisión por parte de los machos “no dominantes” con respecto al
    macho dominante.

    El etólogo Irenaus Eibl-Eibesfeldt explica que el acto de montar a un individuo del mismo sexo puede tener también el significado de amenaza de agresión o indicar una afirmación de superioridad de rango. Entre los macacos, esa acción podría tener el significado de aceptación de un orden dentro del grupo, que sirve para reforzar los vínculos.
    El macaco superior de rango es en general el primero en montar pero a menudo también los
    individuos de rango inferior lo montan a su vez: C. Koford compara estas manifestaciones
    con una especie de “saludo militar”.

    La zoóloga Isabella Lattes Coifmann explica que los babuinos machos con frecuencia
    se encuentran y se “saludan” volviendo a la parte de atrás del compañero, en una especie
    de ofrecimiento sexual de tipo “femenino” (incluso con la declaración de sometimiento) con
    la función de saciar al otro, de congraciarse y de asegurarse su protección en caso de
    necesidad.
    La misma zoóloga dice que los bonobos, también llamados chimpancés enanos, practican apareamientos normales, incestuosos y “homosexuales” en todas las circunstancias de la vida. Estas manifestaciones representan una estrategia para bloquear las agresiones de los demás, para relajar las tensiones que se producen en el grupo y para mantener la cohesión: De hecho, los machos llegan a eyacular sólo si tienen como pareja una hembra madura sexualmente.
    Por tanto, las explicaciones son variadas y no atribuibles a la homosexualidad humana: Pueden tener el significado de imposición del dominio, ser consecuencia de la cautividad o de condiciones experimentales innaturales, indicar una afirmación de superioridad de rango, o expresar todavía un gesto de apaciguamiento, de saludo, de aceptación de un orden en el interior del grupo.
    Un dato fundamental

    El hombre, en todo caso, es sustancialmente diferente a los animales, la maduracion de la sexualidad humana y concretamente de su identidad sexual y orientacion, tiene que ver con la maduracion general de la persona y en ella concurren varios factores, biologicos, educativos y culturales.
    Gracias.

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    • No te lo tomo en cuenta porque se que criticas el post desde la religion o desde una ideologia preformada. Yo no tengo una opinion definitiva sobre eso y estoy abierto a nuevas ideas pero soy bastante intolerante con lo antiguo. Con el tiempo lo sabremos mientras tanto seguire divulgando ideas.

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  8. ¿Desde una perspectiva conductual/interconductual cómo podría ser explicada la homosexualidad? ¿ Influye más la heredabilidad ambiental o los genes? ¿ Las dos cosas? ¿Adquirido o innato? ¿Las dos cosas? ¿El eterno debate o ya está resuelto? Si le hubieran llevado 100 niños a WATSON Y A SKKINER podrían haber evitado una configuración/orientación sexual? ¿ O hagas lo que hagas esos genes lo determinarán?

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    • Bueno, si ves los comentarios que ha propiciado este post verás que hay división de opiniones. Para mi lo que es cientificamente inapelable es:
      1.- Que la homosexualidad es una condicion heredable, si bien la heredabilidad de la misma es baja.
      2.- Que probablemente esta baja heredabilidad esté relacionada con la epigenética, es decir en las primeras experiencias fetales de exposicion/deprivacion de la testosterona.
      3.- Que no se trata de una enfermedad sino de una estrategia de diseminación de variabilidad entre los humanos.
      4.- Que el conflicto nature-culture está resuelto en favor de la nature: la homosexualidad se da en multiples especies animales.
      5.- Que la homosexualidad humana se enrosca en la identidad sexual, cosa que no sucede entre los animales que carecen de identidad y que presta a su variante humana de sesgos perceptivos ideológicos , politicos y religiosos que tienden a oscurecer o a poner arena en los engranajes no ya de los avances de la ciencia sino la simple elaboración de hipotesis alternativas.
      6.- No parece que la homosexualidad, al menos la masculina sea o represente una adaptación sino un subproducto de algo que es beneficioso en otro lugar.

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  9. 4. El llamado conflicto ‘nature / culture’ es un ‘divertimento’ de quienes desconocen el poder de la naturaleza, o sea, de la vida. En realidad es una quimera, algo inexistente: la «nature», siempre, está muy por encima de la «culture», que es un producto del ‘sapiens’. Aunque es obvio que la «culture» – por obra de su brazo armado llamado «moral»- subyuga (= somete) a la «nature» en todo aquello que no encaja en sus reglas. La Naturaleza siempre será superior al Arte (como con sabiduría sentenciaban los antiguos); entre otras cosas por precederle.
    6. «Un subproducto de algo que es beneficioso en otro lugar». Entendiendo por «beneficioso en otro lugar» las circunstancias que así lo determinen. Pero, igualmente, puede resultar no beneficioso (o superfluo) en otras circunstancias.

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  10. He leído el post y seguido esta discusión de la que he aprendido mucho, creo que en los tiempos actuales debería ser casi obligatorio leer artículos con temas que nos introducen en un mundo nuevo y desde luego, avalado por una teoría científica seria, como siempre sucede con los trabajos que Paco nos entrega.

    Así que, (esperando contar con la aprobación de Paco) brinco de lo científico a lo literario. Me gustaría añadir a estos comentarios algunas reflexiones de Marguerite Duras, tomadas de su libro La Vida Material. (1987). Creo que es el único libro que esta novelista y guionista francesa escribe a manera de ensayor breves sobre temas muy personales. Cada uno de ellos habla de experiencias vividas a lo largo de su vida y las conclusiones, no definitivas (esto lo subraya mucho) acerca de pasajes trascendentes de su historia.

    Aquí les dejo algunas de sus ideas sobre la homosexualidad masculina que he elegido en forma casi aleatoria. Recomiendo el libro a quién quiera seguir los comentarios de la Duras.

    «Los hombres son homosexuales. Todos los hombres pueden llegar a ser homosexuales, sólo les falta saberlo, dar con el incidente o la evidencia que se los revelará. Los homosexuales lo saben y lo dicen. Las mujeres que han conocido homosexuales y que los han amado con amor, también lo saben y lo dicen».

    «El paso de un hombre de la heterosexualidad a la homosexualidad es una crisis muy violenta. No hay cambio más grande que éste. El hombre deja de reconocerse. Es como si naciera. La mayor parte del tiempo no llega a dominar la crisis, ni a descifrarla. En primer lugar no reconoce nada, y por supuesto, la hipótesis de la homosexualidad la rechaza. La mujer de este hombre, ella, lo sabe, lo sepa por él o por otros, por amigos, empieza a reconocerlo todo».

    Y aquí me quedo. Freud decía que «en caso de dudas, habrá que preguntarle a los poetas».

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      • Gracias Paco por el link. A mi también me gusta mucho la Duras como escritora y por supuesto, no pretendo que mi comentario sea entendido como una propuesta científica, no creo que Duras tuviera ni el conocimiento ni el interés para hacerlo. Por lo que se de su vida, su último amante fue un joven homosexual que aparentemente enloqueció de amor por ella, o así lo cuenta Marguerite. Este vínculo la llevo a reflexionar sobre la homosexualidad masculina y escribir varias novelas al respecto. («Ojos azules, pelo negro» es una de ellas).

        Mi intención al incluir este comentario era añadir un dato que no se si le resultará interesante a todos los seguidores del blog, pero deseaba aportar un
        punto de vista muy sui generis, (que tampoco comparto) pero viniendo de una gran escritora vale la pena conocer.

        En el prólogo del libro La Vida Material, de donde tomé las citas, ella deja claro que ninguna de sus ideas deben considerarse pensamientos definitivos. Es un gran libro, poco conocido, y lo recomiendo a todo aquél que le guste la Duras

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      • Sannio, no he querido ofender a nadie, y concuerdo que los párrafos tomados de la pluma de Marguerite Duras, pueden resultar absurdos, por lo mismo dejé claro que no iba a hablar de apreciaciones científicas. Para quien conoce la obra de Duras estas palabras pueden entenderse como metáforas literarias o incluso poemas surrealistas. Y es válido que no gusten a mucha gente.

        Me apasiona la literatura y lo he manifestado varias veces en este foro. Y efectivamente la relación entre los libros y el papel es muy noble y por lo mismo nos lleva a soñar a otros mundos. (Ya no estoy hablando de los párrafos entrecomillados). Hablo del amor por la lectura-

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      • No es cuestión de gustos, Ety, sino de que tales afirmaciones -las entrecomilladas- no tienen ni pies ni cuerpo ni cabeza. Y es comprensible, pues la autora era una alcohólica crónica, a la que, en esos estados, tan frecuentes en ella, le daba igual atún que betún. El amor por la lectura, por otra parte, que usted invoca, no tiene nada que ver con el absurdo. Asegurar lo que en esos párrafos asegura la señora Duras no es ni sobrerrealista ni subrealista ni realista. Es una simple tontería, quizá con visos provocadores (de ‘provocar’, «llamar a otro hacia nuestros postulados»). Hay que saber distinguir el grano de la paja, lo que está demostrado que no es muy común.

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      • Sí, de eso no hay duda. Paz y sonrisas, desde luego. Habría que hablar de nuevo sobre el efecto de la testosterona -de los picos de testosterona- en el cerebro, pero no creo que sea necesario. «Sabiduría natural» la de los bonobos.

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  11. Doctor,me hubiera gustado saber su opinion sobre mi critica de los 3 trabajos cientificos, que suelen aducirse como prueba del caracter innato de la homosexualidad.
    Mi condicion de creyente, no es un secreto, ya la confese en otro comentario, pero ahora, estoy hablando de un post, donde aporto reflexion, contenido y bibliografia cientifica.
    Es bueno tener mentalidad abierta, yo tambien soy así. Y no me negaré en absoluto a aceptar los futuros descubrimientos cientificos.
    Gracias

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    • Pues me parece que en los ultimos comentarios y en el ultimo post digo cuales son mis conclusioens sobre el asunto:
      1.- Que la homosexualidad es una condición heredable, si bien la heredabilidad de la misma es baja. La concordancia entre gemelos monozigóticos es del 57%.
      2.- Que probablemente esta baja heredabilidad esté relacionada con la epigenética, es decir en las primeras experiencias fetales de exposición/deprivación de la testosterona.
      3.- Que no se trata de una enfermedad sino de una estrategia de diseminación de variabilidad entre los humanos. A menos que consideremos que la zurdera es tambien un trastorno mental. En mi opinión la zurdera y la homosexualidad tienen muchos puntos en común en su heredabilidad y tambien en su aparente “inutilidad”. En los homosexuales se han descrito, sin embargo, ciertos “signos menores” que señalan en la dirección de algo biológico: la mayor incidencia del “ceceo” (una forma de dislalia), una forma extraña de deambulación (sin bracear) y una mayor incidencia de “neurosis” relacionadas con problemas de pareja y estilos de vida. Sin embargo, se sabe que no existe entre los homosexuales una mayor incidencia de enfermedades mentales y que sus rendimientos intelectuales están por encima de la media o son francamente superiores en tareas artisticas y su desempeño es similar al de los heterosexuales en todas las áreas.
      4.- Que el conflicto nature-culture está resuelto en favor de la nature: la homosexualidad se da en múltiples especies animales lo que señala en la dirección de un menor peso de la carga ambiental de lo que supusimos durante la larga influencia del psicoanalisis en la psicologia.
      5.- Que la homosexualidad humana se enrosca en la identidad sexual, cosa que no sucede entre los animales que carecen de identidad y que presta a su variante humana de sesgos perceptivos ideológicos, politicos y religiosos que tienden a oscurecer o a poner arena en los engranajes -no ya de los avances de la ciencia- sino la simple elaboración de hipótesis alternativas.
      6.- No parece que la homosexualidad, al menos la masculina sea o represente una adaptación sino un subproducto de algo que es beneficioso en otro lugar.

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    • Tu opinión la leí y jamás pensé que fuera la de una religiosa porque yo no leí que estaba fundamentada en religión. Apenas descubro esta pagína y me parecio de lujo sobre todo por las opiniones y aportes de personas como usted. Pero pensé que eran más tolerantes, no se puede anular la opinión de una creyente por el hecho de serlo ¡Eso es no es libertad de expresión! con mayor razón si no esta fundamentada en religión. O sea estamos haciendo lo mismo que líderes religiosos del medio evo ¡SÍ! Esos que tanto criticamos. Esos que acallaban la libertad de pensamiento con algo llamado «religión» ahora al revez sólo que con «ciencia ultra conservadora/ fanatizada, manejada por personas intolerantes».

      Tu aporte sobre los bonobos fue lo último que esperaba. Por cierto tenemos que tomar en consideración también como los disruptores endocrinos están interactuando con los animales en la naturaleza. Hay muchos por investigar en todas las disciplinas cientificas para dar más luz a cerda de la sexualidad humana, en este caso la homosexualidad.
      Reafirmo que sería ingenuo, soberbio o premeditado NO tomar en cuenta los factores sociales y psicologícos.

      «Un gran número de sustancias químicas artificiales que se han vertido al medio ambiente, así como algunas naturales, tienen potencial para perturbar el sistema endocrino de los animales, incluidos los seres humanos. Entre ellas se encuentran las sustancias persistentes, bioacumulativas y organohalógenas que incluyen algunos plaguicidas (fungicidas, herbicidas e insecticidas) y las sustancias químicas industriales, otros productos sintéticos y algunos metales pesados. Muchas poblaciones animales han sido afectadas ya por estas sustancias. Entre las repercusiones figuran la disfunción tiroidea en aves y peces; la disminución de la fertilidad en aves, peces, crustáceos y mamíferos; la disminución del éxito de la incubación en aves, peces y tortugas; graves deformidades de nacimiento en aves, peces y tortugas; anormalidades metabólicas en aves, peces y mamíferos; anormalidades de comportamiento en aves; demasculinización y feminización de peces, aves y mamíferos machos; defeminización y masculinización de peces y aves hembras; y peligro para los sistemas inmunitarios en aves y mamíferos.
      Los disruptores endocrinos interfieren en el funcionamiento del sistema hormonal mediante alguno de estos tres mecanismos: suplantando a las hormonas naturales, bloqueando su acción o aumentando o disminuyendo sus niveles. Las sustancias químicas disruptoras endocrinas no son venenos clásicos ni carcinógenos típicos. Se atienen a reglas diferentes. Algunas sustancias químicas hormonalmente activas apenas parecen plantear riesgos de cáncer.»


      Les dejo el link porque ustedes son más entendidos. Y esto será facíl de entender.

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  12. También voto por la paz, y tal como dices Paco, busqué en la literatura otro estímulo para el blog, pero si consideras que esto podría resultar ofensivo, o no adecuado para este foro, también puedes quitarlo. Es una alusión literaria y no un dato trascendente para el avance de la ciencia.
    Gracias Paco por el comentario.

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  13. La heredabilidad de la homosexualidad requiere que presupongamos que la homosexualidad es una característica completamente determinada por los genes. Esta postura reduccionista descansa sobre lo que Susan Oyama llama el “dogma central” de la biología evolutiva: la interpretación del gen como código. Este consiste en la creencia en que la única dirección causal en biología es la que va del genotipo al fenotipo. El organismo no es sino la actualización o materialización del código o la información genética pre-contenida en el ADN. El problema con esta perspectiva es que al utilizar la metáfora del código genético se representa a este como una entidad autónoma que causa unidireccionalmente el aparecer del organismo. Los proponentes de esta perspectiva acomodaticiamente olvidan, o parecen olvidar, que la molécula de ADN fuera de la célula no es nada, es decir, es solo una molécula inerte. El ADN requiere de la célula para activar procesos de síntesis de proteínas; la célula a su vez requiere de otras células, órganos y finalmente del organismo para su subsistencia; el organismo requiere de un ambiente que en el caso del humano incluye la cultura y las interacciones sociales y estos a su vez requieren de un planeta y de ciertas condiciones físicas de nuestro universo en su conjunto. Por ejemplo, y aunque suene ridículo decirlo, no puede haber homosexualidad sin fuerza de gravedad o sin el Sol. Y más seria y específicamente, no puede haber tal cosa como homosexualidad en un vacío cultural. El sentido mismo del término no puede ser desvinculado de la carga social que implica esta conducta y de su contraste con la norma heterosexual que regula nuestro entorno social.

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    • Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, es por eso que una semilla de melocoton solo puede dar melocotones y no melones, pero necesitamos del melocoton o del melon para producir nuevas semillas. Es cierto que la dirección a veces puede ir del fenotipo al genotipo como parece que sucede con los eventos traumaticos o con el hecho de fumar, pero esa bidireccionalidad no impide hablar de heredabilidad. No es verdad que «la heredabilidad de la homosexualidad requiere que presupongamos que la homosexualidad es una característica completamente determinada por los genes» y no lo es porque llevamos dos copias de genes de tal manera que el primer problema que tiene una alelo es que ha de competir con su pareja. Que algo sea heredable no significa que esté determinado.

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  14. Las cifras recogidas para el caso de los varones: aproximadamente el 57% de los gemelos idénticos, el 24% de los gemelos dicigotos y el 13% de los hermanos de varones homosexuales, son también homosexuales. Para las mujeres, aproximadamente el 50% de las gemelas idénticas, el 16% de las gemelas dicigotas y el 13% de las hermanas de lesbianas, son también lesbianas. Cuando se comparan esos datos con las tasas normales de homosexualidad, resulta evidente la existencia en los dos sexos, de un agrupamiento familiar importante en la orientación sexual. En ese contexto J.M. Bailey y sus colaboradores, estiman que la heredabilidad global de la orientación sexual (proporción de varianza debida a los genes), es del 53% para los hombres y del 52% para las mujeres. (El agrupamiento familiar es mas evidente para parientes del mismo sexo, y no tanto para las parejas hombre-mujer). Bailey y Benishey estudiaron 79 mujeres heterosexuales y 84 lesbianas, y al 60% de sus 395 hermanos. En 1993 reportaron que las mujeres lesbianas tuvieron mas hermanas homosexuales que las heterosexuales. (15.4% y 3.5% respectivamente). Las primeras también tuvieron mas hermanos homosexuales, pero sin alcanzar niveles de significancia.

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  15. Ya le he comentado, me parece un tema muy interesante y aprecio el enfoque neutral y científico que le ha dado.

    El caso, es que me ha soprendido su opinión sobre que preferiría un gay. Según, comenta, preferiría poder decir que su sexualidad es de algún modo elegida. Por contra, sectores homófobos se inclinarían por indicar que la causa es genética. No llego a comprender los argumentos y sí me interesa hacerlo, quizá porque mi opinión es justo otra. Pero insisto, me interesa.

    Mi planteamiento cómo le resumí en 140 carácteres (todo un reto) es la siguiente. Los lobbys homófobos están más interesados en demostrar que la causa es modificable, aprendida o circunstancial. De este modo, niegan la homosexualidad como algo natural y lo convierten en algo «curable» o al menos prevenible.

    Por otro lado, no seré yo quien censure el conocimiento puro que arroja la ciencia. Sí que quiero decir que profundizar en la etiología de homosexualidad además de contribuir al conocimiento, puede ser peligrosamente utilizado. Tengo dudas de que pudiera contribuir a la desestigmacización de gays o lesbianas.

    Un saludo Paco, gran labor de difusión la tuya

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    • No, no, si vuelves al texto verás que lo que digo es que los gays preferirían creer que sus elecciones responden su «libre albedrio», en realidad eso nos sucede a todos, todos estamos persuadidos de que nuestros gustos están en parte determinados. Los lobbyes homofobos a los que aludes (y que no se que son) tienen otro modo de verlo, prefieren pensar en un defecto de la personalidad, del afecto o los aprendizajes infantiles y que en cualquier caso es una situación reversible, algunos incluso proponen terapias para ello. En realidad los dos grupos son beligerantes con lo que hoy por hoy sabemos y que es: la homosexualidad masculina es una condición heredable sin bien débilmente heredable.
      En mi opinión esto de una condición heredable no le hace gracia a nadie porque choca contra nuestras intuiciones mas arraigadas y que proceden de nuestras ideas sobre el «vicio» o la psicología. Por otra parte la «heredabilidad» de un rasgo es algo poco comprendido por el publico en general, puesto que no funciona según la ley del todo o nada, sino que son condiciones que se imbrican y se enredan. Me refiero a la carga genética y epigenética y lo ambiental.
      La estigmatizacion de ciertas conductas no tiene nada que ver con la verdad de sus causas. Estoy convencido de que aun si ya lo supieramos todo sobre esta cuestión no desapareceria el estigma que va por otro lado.

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      • Gracias Paco, se me habían escapado algunos matices.
        No es el tema del post, pero a mi parecer, el estigma es uno de los incentivos para profundizar en esta cuestión. Cierto es que si se esclareciera, el estigma persistiría. Creo en la teoría del heteropatriarcado (ahí sí que discrepamos); un nuevo conocimiento no puede destruir una hecho cultural tan arraigaido en nuestra sociedad.

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  16. Es una cuestión cultural. En la Antigua Roma la práctica homosexual no era despreciada. El que adoptaba un rol dominante era aceptado. No era el acto en sí lo que provocaba el rechazo del sumiso. ¿Por qué ver besarse a dos mujeres puede resultar hasta erótico y ver besarse a dos hombres no?

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  17. Dejad de confundir a la gente NORMAL con vuestra desinformación. No existe ningún gen gay. Nadie ha podido demostrar que exista tal cosa, que se pueda heredar o no se que más. Solo existen conclusiones de charlatanes de toda la vida. Y como se sabe, en el mundo científico, las conclusiones sin fundamento carecen de seriedad y por lo tanto se descartan. Ahora bien… Existe una propaganda PROGAY y cada vez se hace más evidente. Obviamente la generación actual, ‘robotizada’ o ‘zombie’ no se da cuenta de ello.

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  18. El articulo es bueno, el problemas es que, tratar las criticas a los estudios sesgo algo meramente ideológicas, pesar son observaciones funda en metodologías básicas, sesgo valido a pesar de sus motivaciones. apesa de evidencia mostrada aparece de las evidencias mostrada no se ha encontrado el dichoso gen, en los estudios he revisado terminan cada uno un cromosoma diferentes, esto ya es un perfil de gen poligenetico, el ultimo articulo que ley habían declaro como algo que era multil factorial.
    Es gracioso dos cosas, la primeras digan tenga un factor epigenetico, se basen en los en porporciones de dedo, hecho que depende de los niveles testosteronas; sin embargo el estudios de gemelos idénticos indican la mitad ambos son homo sexuales poniendo poniendo en duda causa de epigeneticas explicada.
    Sabes esto pone en duda a la selección natural, fenómenos descritos de pende contra selección y selección secundaria.
    En ese caso seria es balido enunciar este ejemplo: una yegua tiene dos portillos uno esta visco y el otro con buena vista. El primero es depredado por x razón, esto le aumenta el fitness. a su hermano que ve bien, gracia a las leyes de mendes y selección secundaria; entre los hijos y nietos del este nacerán uno visco; este gen sera perseverado por aumenta el fitness del hermano.
    Eliminarías estudio neurológico que has citado por el sesgo mencionado, al menos apoyar otro estudio no se presente el sesgo, no sé como imágenes de resonancia magnéticas. para estudio de gemelos hubieras complementado con otro estudios sobre esto no compartieran el sesgo. componente geneticos esta hay, no afirmas su peso forma adecua si no otro respalde elimine el sesgo.
    En serio descar criticas estudios estar motivada por cuestiones ideológicas apesar que están bien fundada la observación, algo tonto e inmaduros y caer descalificaciones políticas..

    También buenos leyeras el libros como «mentir con las estadísticas», mucho científicos le utilizar las estadísticas como si fueran matemáticas y no lo son. pregúntale matemáticos estadística son partes de su ciencias y te va decir que no. Nunca ser presentada como resultado matemáticos al menos utilices barios varios estudios semejantes que se respalden uno al otro. cosa que no ases.

    Espero no sea un partidario de la esa basura de pyscologia evolucionistas. No por cuestiones ideológicas, quien se ocurren realizar un encuestas en medio del patio de universidad luego trasladar una población donde realizaste el estudio. NI siquieras al sujeto de su base teoricas, no prestarle casi atención, …En mayorías de estudios son mierda liquida.

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