El Yo urobórico


El miedo siempre es miedo del otro.

Upanishad

El Yo urobórico es un Yo material

J. Piaget.

Hace algunos años y durante una guardia en el servicio de psiquiatria de un Hospital cualquiera, uno de los pacientes que allí se encontraban ingresados -un esquizofrénico muy grave- decidió asirse con fuerza a mi brazo derecho y no quiso soltarme. Lo intenté de todas las formas posibles pero la fuerza descomunal con que Jorge me prendió el brazo me impedia hacerlo por mis propios medios y aunque lo intenté con todas las técnicas conocidas no lo logré. Como estaba de guardia conseguí ayuda de varias personas para que arrancaran de mi brazo a Jorge que parecia una lapa muerta de pánico, al final consiguieron separarme de él y pude continuar con mis funciones en urgencias, pero me quedé pensando mucho en aquella escena que no alcanzaba a comprender.

¿Por qué Jorge se habia prendido a mi brazo con aquella furia?

¿Qué clase de bizarra experiencia le habia llevado a pegarse a mi cuerpo de aquel modo?

Quizá valga la pena reseñar que Jorge era un esquizofrénico muy desorganizado y que poco más tarde murió de un infarto de miocardio, sin embargo era un esquizofrénico atípico en el sentido de que su enfermedad habia debutado bastante tarde, Jorge era ingeniero industrial y una persona inteligente y brillante hasta la eclosión de su enfermedad. Pero gran parte de la atipicidad de la esquizofrenia de Jorge no era sólo lo tardío de su presentación sino la forma desorganizada, catatónica de su esquizofrenia que le llevó a un progresivo deterioro tanto de su psiquismo como de su organismo convirtiéndole casi en un animal.

Ya sabia entonces que el reflejo de prensión era algo innato con lo que todos los humanos venimos equipados de serie y que como el reflejo de succión el de prensión era algo que se podia explorar en todos los recien nacidos como un atavismo heredado por la filogénesis y que sobrevivia en los humanos a pesar de resultar ya poco útil.

Pero la prensión de Jorge era algo más que un reflejo de temor a caerse era la expresión de algo más que en aquel entonces no pude entender ni identificar. Era la expresión de un temor primordial: el temor a romper el circulo, el pánico a ser uno.

El Yo urobórico es el Yo primitivo, el Yo con el que el niño viene dotado de serie para venir al mundo desde lo que Jung llamaba el pleroma es decir la indiferenciación absoluta. En el estadio urobórico el niño percibe eventos pero se trata de eventos desconectados del tiempo y del espacio, indiferenciados en el afuera y el adentro: una percepción de completud donde la madre es una prótesis asimilada al propio Yo que cuida, alimenta, acaricia y acude a resolver cualquier necesidad interna del niño, es el momento de la omnipotencia y de una extraña sensación de euforia. Es el momento en que fuimos dioses mordiéndonos la cola como la serpiente urobórica que cierra a su vez el círculo.

Un circulo, figura perfecta que se cierra sobre sí misma y mándala universal que tiene que ver con la diada madre-hijo y con esa suficiencia edénica que nos viene representada por el mito del jardin del Edén: fue el tiempo en que fuimos dioses, si bien unos dioses ignorantes, unos dioses prepersonales que sólo comiendo del arbol del bien y del mal podriamos alcanzar el conocimiento.

De manera que el uroboros y el circulo remiten a la diada madre-hijo, una unidad perfecta y narcisista, un nudo dificil de desatar pero que está evolutivamente destinado a cortarse pues sólo fragmentando esa unión podrá el hijo diferenciarse y lograr ser un individuo por sí mismo. Lo paradójico de la evolución ontológica humana es que el niño ha de romper un idilio edénico adual para escapar del abrazo de la serpiente y emprender un largo camino que le llevará de bruces hacia la dualidad: el camino del héroe que Campbell nos legó -a través del estudio de los mitos- en esta figura.

Donde podemos observar que existe un camino de salida del hogar y un camino de regreso.

Pero lo que me interesa resaltar en este momento es cómo se sale de ese abrazo urobórico de la madre, ¿como decide el héroe salir en busca de aventuras, la vida? ¿Por que abandonar ese edén particular que es la vida simbiótica con una madre que atiende nuestraa necesidades y les pone remedio?

Se sale por la ignorancia y la inocencia, se sale para completar una tarea evolutiva concreta: expandir la propia conciencia, se sale de la unidad -una unidad alienada e ignorante- para alcazar una unidad transpersonal, una unidad Atman.

Y se sale además por otra cuestión evolutiva: porque hay algo en la madre, hay algo en su abrazo, hay algo en el circulo que da miedo. Pues el miedo siempre está en el otro y llega un momento en que el niño se ve impelido a reconocer que su madre, no es su cuerpo, que su madre es un ser ajeno, que es un otro. Que se perdió la inocencia original, el niño se ve de golpe obligado a reconocer que su madre y él están separados.

Y cuando esto sucede se produce un hito en la conciencia humana pues el Yo da un salto de nivel que le impulsa a seguir creciendo y expandirse, pero los miedosos perecen en este tránsito y el circulo queda -por decirlo metafóricamente sin abrir del todo y guardando una cierta nostalgia de volver hacia atrás a la menor ocasión, de volver a cerrar el circulo, de recuperar la unidad perdida aun a costa de permanecer en la ignorancia o la locura.

Las puertas de las catedrales -umbrales- estan llenas de señales para asustar al héroe y hacerle saber que una vez se cruza el umbral ya no hay vuelta atrás. «No entren aqui los miedosos que no quieran emprender su largo periplo heroico» , el de la humanidad. En esta web hay una buena colección de esculturas y gárgolas en distintas catedrales que ilustran perfectamente el tránsito del héroe -la humanidad- a través de los umbrales evolutivos marcados por la especie: la filogénesis.

Ahora ya podemos entender mejor el abrazo prensivo de Jorge. Pretendia -movido por un horror primordial- volver a recuperar aquel estadio de seguridad que vivió de niño, donde fue uno con su madre a través del circulo y que pretendia recuperar a través de su escenificación con su abrazo impuesto a mi persona. No supe comprenderle, pero sentía que algo muy profundo se estaba produciendo en la experiencia subjetiva -quizá alucinatoria- de Jorge.

Pero ahora ya lo sé, Jorge cruzó el umbral pero quizá una decepción en la vida le llevó a buscar el camino de regreso antes de que hubiera los suficientes logros para merecer una recompensa de la vida. Jorge buscó la unidad en el Edén que conocia y se equivocó de itinerario, pues el camino de regreso se hace escalando por la derecha para encontrar esa misma unidad deseada pero desde el conocimiento y el sentido transpersonal.

Bibliografia.-

El heroe de las mil caras de Joseph Campbell.

El proyecto Atman de Ken Wilber.

16 comentarios en “El Yo urobórico

  1. Muy interesante. Pareciera que la vida es un camino a través del mundo para llegar al viajero. Como vos decís, los atajos sólo nos llevan a la ignorancia o la locura. Paradojalmente, en ese camino de llegada, no hay vuelta atrás y cualquier aferramiento no hace más que sacarnos del lugar hacia el que nos queremos dirigir, allí donde Aquiles se toma unas cervecitas con su amiga la tortuga luego de su eterna jornada de competición… un gran abrazo
    Andres

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  4. ES LA PRIMERA VEZ QUE LE LEO, ENTRE PARA BUSCAR JUSTAMENTE SOBRE ESE TEMA PARA ENTENDER EL COMENTARIO DE UN SICOLOGO AMIGO SOBRE UN POEMA MIO.
    GRACIAS POR ACLARARME EL YO UROBORICO, MUY INTERESANTE

    SALUDOS

    MERCEDES

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  5. He encontrado, casi por casualidad, su comentario. Me interesa sobremanera. Es muy bueno. Hace algun año, se publicó en castellano una obra, que, creo entender incide en su idea desde otro aspecto, filosofico, para llegar al mismo lugar. El autor: Peter Sloterdijk. El libro: Esferas I

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  6. Esferas I. Forma parte de una trilogia, pero el pertinente es el primero. Esta en Biblioteca de ensayo de Siruela. A mí, que no soy especialista, me tocó tener algo de paciencia. Si me he decidido a recomendarselo, es por afinidades con su comentario.

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  7. Entonces, Paco, de la madre no se sale de una vez y para siempre, sino que según las contingencias de la vida el sujeto puede retornar a ella. ¿Todos somos potencialmente esquizofrénicos o como he oído alguna vez el sujeto neurótico ha pasado diríamos ese nivel y no puede sufrir esa regresión? Considera usted que hay genes que predisponen a la esquizofrenia como se está investigando o es más bien una cuestión ambiental de madre superprotectora o al contrario, privadora de afectos? Y,el papel que juega el padre, ¿está usted deacuerdo con que su falta es el desencadenante de esta situación sin salida?

    Un abrazo. Susi.

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  8. Susi: me ha gustado esa frase, «de la madre no se sale d euna vez y para siempre», yo diria que no se sale nunca.
    Con respecto a la pregunta de si todos podemos ser esquizofrenicos yo creo que no, está bastante claro que existe una predisposicion ovulnerabilidad al menos para enfermar psiquicamente si bien no hay una demostración de que exista una vulnerabilidad especifica a todas y cada una de las enfermedades mentales.
    Con respecto al papel del padre, hable de eso precisamente en este post:

    La regresión, el padre y la psicosis

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  9. Susy se refiere a las madres y padres esquizogenos. Una teoría que cuenta con un apoyo minoritario entre psicologos y psiquiatras. Interesante tu punto de vista tomas también a Jung algo que el propio Freud desaprobaria en persona. Has leido psicologia y alquimia, Psicologia de la transferencia de Jung.

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