La psicodelia y las experiencias cercanas a la muerte


El libro de Steve Taylor comienza así:

Cuando era joven, sufrí de depresión. De los 16 a los 22 años, sentía que no sabía quién era o quién estaba destinado a ser. Todo lo que sabía era que no me gustaba la persona que parecía ser. Me sentía incómodo en compañía de otras personas, me resultaba difícil hablar con alguien y sentía que no podía funcionar en el mundo. En la universidad, rara vez iba a conferencias y, a veces, pasaba días sin ver a nadie. Me quedaba despierto hasta las cuatro o cinco de la mañana, leyendo, escribiendo o escuchando música, y me levantaba temprano en la tarde. No veía ninguna esperanza de poder encajar, de encontrar un lugar en el mundo o de ser feliz. A menudo pensaba en suicidarme y pensaba que era inevitable que lo hiciera en algún momento, si no ahora.

Sin embargo, de vez en cuando mi depresión se disolvía sin razón aparente, y me llenaba de una sensación de éxtasis y significado. Estas experiencias generalmente ocurrían en un entorno natural, cuando caminaba por los campos de mi escuela, por el parque o en el campo alrededor de mi universidad. Todo lo que me rodeaba cobraba vida. Los árboles, los campos y las nubes sobre mí adquirieron una dimensión adicional de realidad, hasta el punto en que parecían sensibles. Por la noche, miraba hacia el cielo, la luna y las estrellas y sentía que todo el espacio estaba lleno de resplandor y armonía. Todo parecía conectado, como si todas las cosas fueran manifestaciones de algo más profundo que ellas mismas. Me sentía como sacado de mí mismo, hacia la armonía y la unidad, por encima de todos mis problemas.

Lo que el autor describe es una experiencia no dual, un estado no ordinario de conciencia (ENOC) que a veces observamos en pacientes que han sufrido un severo trauma catastrófico, un estrés importante o como en el caso que describe una especie de oasis entre una continua experiencia de derrota melancólica y de confusión. Es cierto que en ocasiones encontramos este tipo de experiencias en pacientes graves, incluso hemos observado que después de un severo trauma algunas personas mejoran de sus síntomas anteriores, es como si el cerebro se reseteara a partir de una experiencia no ordinaria.

¿No hemos observado que algunas personas que han sufrido amputaciones importantes o descalabros en su movilidad nos impresionan con un humor optimista y en cierto modo inexplicable? Algunas de estas personas van más allán pues son capaces de destacar en deportes paralímpicos, otros aprenden a tocar instrumentos con los pies o incluso son capaces de pintar cuadros estando ciegos. Decimos entonces que estas personas son luchadoras, que se han alzado por encima de las circunstancias, que poseen una fuerza de voluntad indescriptible y les otorgamos un mérito especial precisamente por haber sido capaces de superar sus déficits. En cualquier caso nos impresionan, pero puede que nos estén enseñando algo sobre las capacidades humanas que podemos utilizar..

Hace mucho tiempo que se sabe que los psicodélicos propician algún tipo de experiencia que hace que nuestro cerebro se reconfigure. De hecho algunos de ellos como el LSD y la psilobicina han sido utilizados para preparar a los enfermos deshauciados para la muerte y han sido bien medidos, bien tutelados como en la John Hopkins, en estudios controlados y la conclusión a la que se ha llegado es que el uso de estas drogas es beneficioso para este tipo de enfermos. Lo cierto es que los que los han usado pierden el miedo a la muerte.

La hipótesis más probable de porqué sucede tal cosa es que los psicodélicos propician una experiencia no-dual, disuelven por así decir el Yo que se vuelve a reconfigurar siguiendo la estela de la nueva experiencia que propicia un estado de unitividad, de unidad y disolución de la fragmentación que nos viene de serie en nuestra identidad. Una especie de supresión del Yo o si se prefiere de reseteo.

La hipótesis que plantea Taylor en su libro «Despertares extraordinarios» es que a veces el desasosiego,crónico, el trauma tiene efectos bien distintos al del trastorno por estrés postraumatico, es decir tiene un efecto psicodélico natural, beneficioso para la salud mental del individuo. Propone que cuando se disuelve el Yo aparece otro Yo (que hemos llamado con anterioridad la red neuronal por defecto) que toma el mando de la mente.

Algunas de las personas que relataron experiencias de despertar causadas por el desasosiego no regresaron a un estado normal de consciencia. Pasaron a un estado de transformación permanente. Aseguraban sentirse como si hubieran adquirido una identidad completamente nueva, como si fueran personas diferentes viviendo en el mismo cuerpo, con una nueva perspectiva de la vida, y nuevos valores y actitudes. El mundo parecía más real y hermoso, y se sentían más conectados con otras personas y con la naturaleza. Algunos pacientes le han llamado Vida 2.

Una investigación muy reciente sugiere que las drogas psicodélicas pueden alterar la vida casi tanto como las experiencias cercanas a la muerte.

También después de un duelo, un diagnóstico de cáncer, un periodo de depresión, una larga adicción o el confinamiento en prisión. En el libro Taylor nos ilustra con ejemplos de todos estas variedades de sufrimiento, sin embargo Taylor esta persuadido de que, de todas ellas la experiencia cercana a la muerte es la que tiene un mayor potencial de cambio.

También se ha comprobado que estos cambios son muy parecidos a los que procura una experiencia alucinógena e incluso se han comparado varios psicodélicos en unas 3000 personas. Parece ser que los que tomaron ayahuasca tuvieron los efectos más duraderos e intensos en comparación con los que tomaron psilobicina o LSD.

Los despertares extraordinarios, como les llama Taylor parecen milagrosos y misteriosos. Sin embargo, creo que se pueden explicar, al menos hasta cierto punto. Ocurren cuando los apegos psicológicos que sustentan nuestro sentido normal de identidad se rompen. Por apegos psicológicos, me refiero a cosas como roles, ambiciones, esperanzas, creencias, logros, estatus, posesiones e incluso otras personas. Estos apegos son los componentes básicos del ego y la identidad, pensemos en como nuestro idioma, nuestro pueblo o nuestra nacionalidad configuran nuestra identidad y lo cierto es que podemos prescindir de ellos, yo hablo valenciano pero el valenciano es algo que yo hago no habla de lo que Yo soy. Los apegos nos hacen sentir que somos alguien. Pero en momentos de sufrimiento intenso, estos apegos se disuelven y perdemos nuestro sentido de identidad. El ego -la identidad- se derrumba, como una casa cuando se quitan suficientes ladrillos. Esta suele ser una experiencia devastadora, pero también puede ser liberadora.

En algunas personas, parece haber un yo superior latente esperando nacer. Cuando el ego normal se derrumba, este yo superior emerge y se establece como la nueva identidad de la persona. Como se mencionó anteriormente, muchas personas que experimentan despertares extraordinarios describen sentirse como si fueran personas diferentes que habitaran el mismo cuerpo y, en cierto sentido, esto es literalmente cierto. Es por eso que los adictos se liberan de sus adicciones, es por eso que los transformados que han pasado por un sufrimiento intenso se liberan de las secuelas traumáticas y también es por eso que los transformados a veces se liberan de las enfermedades psicosomáticas que los han acosado durante años. La identidad que soportaba la adicción, el trauma o las enfermedades simplemente ya no existe.

Descubrí que la aceptación era un aspecto extremadamente importante de los despertares extraordinarios. Muchas personas experimentan una transformación cuando cambian a un modo de aceptación. En lugar de luchar contra su situación (o negarse a reconocerla), la dejan ir o se rinden. Esta actitud de aceptación es el detonante final que permite que su yo superior latente emerja y se apodere de su identidad.

Del mismo modo las personas que han tenido la experiencia de la muerte cercana infomaron que había sido la «experiencia más significativa, espiritual profunda y desafiante de sus vidas».

Pues cualquier cosa que nos una tiene un aire de sacralidad.

Bibliografía.-

Despertares extraordinarios por Steve Taylor.

La autotrascendencia

9 comentarios en “La psicodelia y las experiencias cercanas a la muerte

  1. Un texto muy interesante.

    Por poner una pega, cuando se dice:

    cuando se disuelve el Yo aparece otro Yo (que hemos llamado con anterioridad la red neuronal por defecto) que toma el mando de la mente.

    No me parece que ocurra tal cosa, lo que ocurre es que CAMBIA la RND, antes había RND y luego hay RND, pero esta cambia o puede cambiar.

    Y esto lo opino porque en mi opinión tanto LSD como NDE’s si provocan eso, provocan algo equivalente al despertar espiritual. Veo la descripción notablemente compatible, seguramente es comparable.

    Un abrazo

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      • En espiritualidad se va siempre en la línea de la reducción de las ensoñaciones y cháchara interna. Puede tomar la forma de cierta trascendencia (reducción de su impacto emocional) de la misma o su reducción muy importante (casi cero) en su surgimiento. Potencialmente cero cháchara.

        Sí que es cierto que en cierto punto se abandona la diferencia entre mindful y no mindful (siempre he asociado no-mindful a RND y su cháchara) y en ese sentido se puede decir que en cierto punto o bien no hay RND o bien todo es RND, de hecho una red «por defecto» deja de ser tal cosa cuando está siempre, ya no es «por defecto», es la única forma de «pensar». No sé si era eso lo que expresabas.

        Así que en realidad pasan dos cosas (potencialmente en momentos diferentes):

        – La RND cambia (menos cháchara o trascendencia de la cháchara)
        – Deja de haber RND y no-RND (siempre mindful)

        Al final en espiritualidad no es tan importante RND o no-RND sino el concepto de «la mente del mono» que es algo así como nuestra RND descontrolada pero ocurren esas dos cuestiones.

        Se me hace muy difícil expresarlo sin lenguaje espiritual, al final también es un lenguaje técnico adaptado a ciertas necesidades de descripción.

        Ambas cosas tienen y no tienen que ver con la realización de «quienes somos» (como algo sutilmente diferente al yo tradicional) pues ambas cosas ocurren a la vez. Es como si al desconectar o trascender la cháchara, la idea de yo cambiara o al revés que al cambiar la idea de la entidad que soy, ocurre el cambio en la RND.

        ¿Tiene eso algún sentido para ti?

        Un abrazo

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  2. Siguiendo con mis impresiones, me da la impresión de que hay 2 cosas a disolver. La primera cosa sería la persona y la segunda el yo.

    La disolución de la persona Jung la ve como «la condición indispensable para la individuación» (Las relaciones entre el yo y el inconsciente, Edit. Paidós, pag 212)

    Osea, que para el proceso de pasar de hombre común a hombre cósmico o centauro sería conditio sine qua non la previa disolución de la persona, pero, dentro de una ampliación de conciencia o a causa de la misma.

    Esta crisis es en la que veo que se fundamenta la Noche Oscura del Sentido (los sentidos) de San Juan de la Cruz y el objetivo de esta es, una vez disuelta la persona, transcenderla, e ir mas allá convirtiendo al sujeto común en individuo psicológico integrándolo consigo mismo.

    La disolución del yo, para trascender el yo, lo vería indispensable, pero, para la integración del sujeto, previamente convertido en individuo psicológico, con el Todo, y esta vez sería mediante la crisis denominada por el santo como La Noche Oscura del Espíritu.

    Quizás los psicodélicos pudieran ser útiles en períodos de estancamiento recalcitrante durante las mismas.

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  3. He vuelto a poner el significado que tienen, desde mi punto de vista, las 2 Noches de San Juan de la Cruz porque estuve ojeando de nuevo el trabajo de un psiquiatra (español para mas inri) acerca del santo y lo cierto es que vuelvo a quedarme sorprendido.

    Al parecer lo que le pasaba a San Juan de la Cruz es que tenía un trastorno obsesivo de la personallidad conjuntamente con una depresión endógena. El trabajo es meritorio y se pueden aprender muchas cosas, pero, peca de un reduccionismo impresionante.

    Por eso creo muy necesario que se haga un estudio en profundidad desde la perspectiva transpersonal y también desde la junguiana sobre la primera de las Noches.

    Ya sobre la segunda no es que fuera mucho pedir, sino, que soy muy consciente de la enorme dificultad que supone y quizás unicamente desde el Budismo profundo, por poner un ejemplo, se podría hacer.

    Ni siquiera el propio Jung, ni Ken Wilber, ni creo que ninguno de los grandes autores, al menos por lo que he visto, lo han hecho, quizás le nombran un par de veces, dedicándole 3 o 4 líneas solamente, no entiendo porqué.

    Willigis Jäger lo nombra bastante y lo valora muchísimo, pero, me refiero a que es obligatorio hacer un estudio profundo y sistemático de sus comentarios en prosa para que por favor de una vez por todas se logre comprender en que consisten estas Noches y se divulgue (a lo mejor ya se ha hecho y estoy metiendo la pata, no puedo conocer todo lo que se publica)

    Al menos en España, ya que tenemos la enorme fortuna de contar con un personaje de esta categoría, pienso que se debería hacer algo al respecto. Yo no puedo hacerlo, no soy nadie, ni tengo la preparación, ni la titulación, ni la energía, ni nada.

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  4. Cuando los apegos que sustentan nuestro sentido normal de identidad se rompen puede ser señal del desarrollo de ciertas estructuras de la conciencia imprescindibles y características de los sujetos que evolucionan.

    Estas estructuras tendrían que ver con el aumento de la capacidad para la autorreflexión, la introspección y pensar sobre el pensamiento.

    Por otro lado y como hemos aprendido en el blog, la autotrascendencia y la apertura a la experiencia están relacionadas con personas que puntúan alto en esquizotipia y precisamente, a mi juicio, este rasgo caracteriza al sujeto inmerso en la Noche Oscura de los sentidos (de la del Espíritu no digo nada porque nada sé)

    Apertura a la experiencia como aumento de la originalidad, imaginación, curiosidad intelectual y de la capacidad para aprehender, relacionar e integrar ideas y conceptos divergentes entre si (como también aprendimos en el blog) y que caracteriza también, dentro del modelo de Ken Wilber, a la estructura nº6, Visión-Lógica.

    La cuestión ahora consistiría en ver como el sujeto consigue no pasar de una esquizotipia elevada a un trastorno esquizotípico o incluso a una psicosis, porque, el peligro existe.

    Esta primera de las Noches es una crisis caracterizada por la desmesura, por lo «hiper», hipercomorbilidad, hiperreflexividad, hiperconciencia, hipersubjetividad, hiperinflación, hipercomplejidad…

    Y también, desde mi óptica, por la acumulación de problemas procedentes de los tres estadios, prepersonal, personal y transpersonal, por eso opino que un trastorno obsesivo y una depresión, solamente pueden explicar una parte de la situación.

    La cuestión ahora consistiría en saber hasta que punto los psicodélicos podrían ayudar a personas en esta tesitura.

    Este es un proceso autónomo que parte de un “programa” que todos tenemos instalados de “fábrica” y que se pone en marcha únicamente cuando se dan las condiciones necesarias y con el fin de resolver un problema muy concreto.

    Tanto San Juan de la Cruz como los alquimistas, están de acuerdo en su carácter autónomo y ven al sujeto inmerso en él como al principal obstaculizador del mismo debido, al miedo, ignorancia, soberbia y a la negativa a abandonar la intención de controlarlo todo, además de otras razones, como puede ser la no aceptación de lo que le ha tocado vivir por considerarlo inútil, gratuito y sin sentido.

    Entonces es cuando entra en juego el porqué del intenso y largo sufrimiento que se experimenta. En “La psicología de la transferencia” Paidós, pag. 165, hay un texto que dice: “De manera que, cuando la voluntad humana se ha entregado y apaciguado, tornándose a costa de sufrimientos, inmóvil y como una nada muerta, entonces la tintura todo lo puede hacer lograr en y para nosotros… !Pero cuán difícil, dura y amarga resulta esta obra a la voluntad humana antes de llegar a esa forma y poder al fin detenerse en la calma, puesto que todo fuego se desencadena para aquilatarla y toda clase de pruebas se precipitan sobre ella¡

    Habría que comprobar, entonces, si los psicodélicos tendrían la capacidad de disminuir la necesidad de tanto padecimiento en el cometido de lograr que el sujeto deje de ser un obstáculo para el proceso.

    Aunque tambien se plantearía la disyuntiva de como saber cuál sería el momento propicio para su administración, cosa que me parece bastante complicada y limitada a personas muy conocedoras del tema.

    Este es un ejemplo gráfico perteneciente al «Mutus Liber». Vemos en la parte de arriba al alquimista, convertido en un anciano, en el momento en que culmina con éxito su Gran Obra y en la parte de abajo vemos a un Hércules tirado en el suelo absolutamente extenuado, simbolizando lo largo y durísimo que es el proceso.

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