Eros y alcohol (I)


Antes de que en el mundo hubiera vid o uva nuestra alma estuvo embriagada de un vino inmortal (Rumi).

botella

El mito atribuye a Dioniso la autoría del vino, el que lo dio a conocer a la humanidad a fin de procurarle esa embriaguez que todos conocemos a propósito del alcohol. En realidad un proceso de lo más natural puesto que la fermentación es uno de los destinos de la glucosa y por tanto de la fruta madura.

 

Lo que permite asegurarnos la idea de que nuestra especie, asi como todas las especies frugívoras hemos estado en contacto con el alcohol etílico desde tiempo inmemorial, aunque es cierto que siempre en pequeñas cantidades hasta que Dioniso nos enseñó a cultivar la uva y más tarde a utilizar sus azúcares fermentados para la elaboración del vino. Tambien la cerveza apareció de forma similar.

Paradójicamente con esta idea, el alcohol etílico a pesar de sus profundos efectos sobre el cerebro no posee receptores propios, como el opio o el cannabis y se limita a ocuparlos todos, provocando una especie de tormenta cerebral que conocemos con el nombre de embriaguez.

alcohol

Y consecuentemente con ella, nuestro hígado posee un enzima especifico para degradar el alcohol, la alcoholdeshidrogenasa que degrada el etanol y lo convierte en acetaldehido que posteriormente se degrada en dioxido de carbono y agua. Sólo dos pasos para la degradación. Lo curioso de la deshidrogenasa es que está presente no sólo en las especies que están expuestas al etanol como sería de suponer, sino que algunas especies marinas también poseen este enzima necesario para no morirnos cuando nos bebemos una cerveza.

Y son estos productos tóxicos, el acetaldehido-acetato precisamente los responsables de la conocida «resaca», junto con la deshidratación (salida de agua de la celula al espacio intersticial) que conlleva la intoxicación del etanol la responsable de ese «dia después» donde pagamos las consecuencias del exceso.

Dicho de otra manera el alcohol es un tóxico.

Más paradojas: es un tóxico pero tambien tiene propiedades medicinales, me refiero concretamente al vino con sus conocidos polifenoles y más concretamente el resveratrol que es el componente más estudiado y que da lugar a un curioso fenómeno conocido como «paradoja francesa». Los paises productores y mayormente consumidores de vino tienen menos enfermedades cardiovasculares que aquellos paises donde no se consume vino.

Y sobre todo es más tóxico para unos que para otros. ¿Cómo se explica este contradicción?

Lo cierto es que los alcoholes no son todos iguales, no son los mismo los que proceden de la fermentación que los destilados. Unos tienen más graduación que otros como todo el mundo sabe, los alcoholes blancos (ron, ginebra) son más tóxicos que los pardos o el propio vino.

La verdad del asunto es que no sabemos cual es el limite por el que un individuo pasa de ser un consumidor a un adicto. Todos nosotros más o menos somos consumidores de alcohol y sin embargo no somos alcohólicos, ¿cómo podemos explicar este fenómeno?

El fenómeno tiene dificil explicación desde el paradigma neurobiológico, que es el políticamente correcto, me refiero al modelo de adicción que el modelo hegemónico en biomedicina. Según este modelo la adicción seria el trasunto final del abuso crónico de alcohol. El problema está en definir que es uso y qué es abuso. «Beber como un caballero» o aprender a beber es un asunto nada baladí, porque beber es algo que se aprende, algo que tiene un sentido, algo que puede representar un rito inicático o algo que simplemente sucede como una manera de autoprovocarse una embriaguez rapida y sin sentido. Aqui en este post me preguntaba precisamente si sabemos beber.

Y no, la mayor parte de los adictos al alcohol no saben beber. O dicho de otra manera: para ser un adicto al alcohol es necesario utilizar el alcohol como una automedicación, es decir para aliviar ciertos contenidos de la conciencia. El alcohol usado como medicamento para inducirse tranquilización, motivación o exaltación es muy peligroso.

En realidad los efectos neurobiológicos del alcohol son muy ambigüos (recordemos ahora la ausencia de receptores especificos). En algunas personas se comporta como un sedante, en otras excitante, estimula la agresividad pero tambien el contacto, nos hace parlanchines y alegres y a veces inunda nuestro psíquismo de una profunda confusión mental.

Todo depende claro está del individuo y no tanto del alcohol en sí. Pero sabemos algunas cosas: los factores que intervienen son múltiples: el sexo, el peso, la edad, el patrón de ingesta, la existencia de tolerancia, la forma de metabolización hepática (rápida o lenta) y sobre todo una variable crítica: el grado de conciencia alcanzado en la propia evolución personal que determina el por qué se consume el alcohol y sobre todo; en qué contextos psíquicos o ambientales.

Algunas de estas variables nos pasarían desapercibidas si solo aplicáramos el modelo de adicción al estudio del alcoholismo o la dependencia al mismo. Curiosamente hay personas que abusan del alcohol y no presentan jamás sintomas de deprivación y la abstinencia es precisamente una de las condiciones por las que sabemos que el alcohol induce dependencia. Otras desarollan una cirrosis sin presentar jamás signos de abstinencia y otras presentan alucinosis alcohólicas o delirium tremens sin haber dado muestras de una grave dependencia anterior. Todo lo cual viene a señalar en la dirección de que existen otros factores que juegan su papel en el desarrollo de complicaciones graves.

En realidad considerar que el alcohol es un tóxico que causa dependencia es una elaboración «postdictiva». Sabemos que tal o cual paciente es un dependiente porque ha hecho una complicación de este tipo pero no podemos predecir qué pacientes la harán y cuales no.

Con esto no quiero decir que no exista la dependencia al alcohol, lo que quiero decir es que el modelo adictivo es insuficiente para explicar la fenomenología del beber en exceso. Y que además se hace un uso abusivo de él, me refiero al modelo adictivo pues hoy ha dejado el campo de las sustancias psicoactivas y ya hablamos de adicciones comportamentales, del juego patológico, de la dependencia al «jogging» o de adicción al sexo o la comida.

En mi opinión se trata de excesos del lenguaje, no puede haber adicción mas que a ciertas sustancias psicoactivas y es muy probable que aun en estos casos la adicción no sea tal y como nos la imaginamos. Por ejemplo en este articulo de Vohs y Baumeister, (2009)  «Creer o no creer en el libre albedrio» los autores ponen el dedo en la llaga cuando se plantean la hipótesis de que en realidad tanto para el enfermo como para el médico es mejor creer en que la adicción es una enfermedad cerebral que una patología de la responsabilidad. Convertir  una elección equivocada en una pulsión biológica alienada es una buena forma de escurrir el bulto y refugiarnos en el determinismo biológico inapelable, en un cerebrocentrismo donde la enfermedad es la consecuencia de un mal funcionamiento cerebral. En este sentido el consumo de alcohol o tóxicos, junto con otras conductas dañinas han sufrido un proceso de desmoralización en el sentido que Jonathan Haidt ha dado a esta idea.

Por otra parte no está nada claro que las adicciones sean enfermedades genuinas, como las otras (las de verdad). ¿Es el alcoholismo una enfermedad como las demás? a pesar de los cambios cerebrales que se han descrito con el uso y abuso crónico del tóxico las cosas no acaban de estar claras del todo y la variable responsabilidad ha sido barrida del discurso médico.

Enfermedades y no-enfermedades.-

Lo que diferencia una enfermedad verdadera de una adicción, es el hecho de que las enfermedades son espontáneas, es decir suceden más allá de la voluntad del propio sujeto. Algo que se encuentra bastante alejado de la “voluntariedad” que manifiestan las adicciones. En cualquier caso se trata de una “enfermedad” autoinducida lo que la diferencia de las demás y no sólo eso sino que una adicción supone siempre el quebrantamiento de un consenso moral: las drogas son ilegales (casi todas) porque el Estado las ha prohibido por sus efectos adversos y visibles con rapidez, los que caen en ellas antes de ser enfermos son transgresores de una norma cívica.

Por otro lado el criterio de cambios cerebrales por sí mismo no justifica el calificativo de “enfermedad”.

No debemos perder de vista que ciertos procesos han sido sometidos a una “moralización” por ejemplo la prohibición de comer carne en ciertas religiones o en los vegetarianos, mientras que otras conductas han sido sometidas a una desmoralización (o una naturalización), significa que las adicciones han pasado de considerarse “vicios” a considerarse “enfermedades”. Mi opinión es que al sustraerles la parte moral a este tipo de conductas les hemos quitado tambien la posibilidad de redimirlas a través de otra conducta moral. Por ejemplo el alcoholismo se cura a través de una especie de “ritual religióso” como la que proponen las ordenanzas de “alcohólicos anónimos” que prescriben una supresión del alcohol de por vida (similar a la que postulan las religiones). En mi opinión estas técnicas tienen más éxito que las médicas pues devuelven al individuo cierto control sobre su conducta, mientras que la medicalización de las mismas tiene un éxito muy relativo y menor.

Por todo esto, algunos expertos defienden que la adicción no debería ajustarse al término enfermedad, sino a una forma extrema de la normalidad, o más exactamente, una forma extrema de aprendizaje.

Pero no solo de aprendizajes vive el hombre sino también de trascendencia, es por eso que en el proximo post hablaré de un modelo alternativo, un modelo metafisico: la metafisica del alcohol.

 

 

 

20 comentarios en “Eros y alcohol (I)

  1. Interesantisimo articulo, gracias.

    Dices:
    Lo que diferencia una enfermedad verdadera de una adicción, es el hecho de que las enfermedades son espontáneas, es decir suceden más allá de la voluntad del propio sujeto.

    ¿Qué decir de las conductas con riesgo para la salud, fumar, dietas basura, hábitos sexuales con riesgo de contagio, etc. etc.? ¿No es la enfermedad en parte responsabilidad del indivudo?

    Me interesa el tema de las ‘adicciones no químicas’, y lo entrecomillo porque parece una idea compartida que ciertas conductas lesivas para el individuo, que no es capaz de evitar, son también adicciones. He estudiado el tratamiento de la ‘adiccion sexual’ en la prensa británica desde una perspectiva sociológica. Mi conclusión fue que se trata de la «psicoterapización» de un comportamiento desviado de la media. En ningún momento se describía un un solo perjuicio físico de las conductas hipersexuales, solo se me ocurre la dificultad de simultanearlas con una relación monógama. ¿Qué opinas de este tipo de adicción? no receurdo haberlo visto recogido en el DSM-IV-R. El nombre de adicción para este caso me parece confuso y como dices, «desmoralizador».

    Un ejemplo algo distinto: las llamadas adicciones emocionales, indivdiuos que mantienen relaciones familiares o sentimentales con personas que les infligen abuso físico o psicológico. ¿En qué categoría colocarías este tipo de conductas?

    Por último, ¿qué papel tiene el control de los impulsos en las adicciones químicas, y las «no químicas»?

    Saludos

    Begoña

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    • Son varias cuestiones:
      Dices:
      ¿Qué decir de las conductas con riesgo para la salud, fumar, dietas basura, hábitos sexuales con riesgo de contagio, etc. etc.? ¿No es la enfermedad en parte responsabilidad del indivudo?

      Claro, por eso en esos casos que citas es absurdo hablar de adicciones, se trata de una patología de la responsabilidad y en cierta forma una forma de soberanía del propio cuerpo, más o menos disimulada detrás de la negación.

      Con respecto al tema de las «adicciones sexuales». Tal cosa no existe. La sexualidad o es sublime o es abyecta. O estamos en el terreno de la animalidad o en el terreno de la divinidad. En realidad todos buscamos en la sexualidad la trascendencia pero es algo que se nos escapa si estamos capturados por otros diosecillos, como la cantidad de parejas o el consumo indiscriminado de bienes sexuales. Nada trascendente sucede en el corto plazo. El resto es un premio de consolación, una especie de sucedáneo.

      Adicciones emocionales? Eso tampoco existe, lo que puede existir es una especie de fijación con un tipo de personas, un patrón estereotipado de relaciones que se repiten y que terminan por dejar al individuo solo frente a su propio vacío.

      El control de los impulsos efectivamente es una variable critica en ambos tipos de adicciones, pero no creo que sea la más importante, vivimos en un mundo que legitima todos los deseos y que aliena al individuo sustrayéndole la responsabilidad frente a sus actos. Obviamente en un entorno así, es lógico que los individuos sean mas impulsivos de lo que serian en un entorno más severo con las conductas disruptivas.

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  2. En primer lugar quería felicitarle por el post. no es nada fácil calzar «ciertas ideas» en este tema, pero lo ha hecho. En lenguaje de tercios, lo que ha hecho sería poner una pica en Flandes pero a la inversa, es decir, llevar al ámbito de la ciencia oficial elementos profanos denominados comúnmente «alternativos». Del buen herrero se dice que es aquel que sabe ensamblar los «metales» … Y digo esto porque intuyo por dónde puede discurrir la nube de ideas de la segunda parte … 🙂

    Me gustaría traer al tema del post, y enlazándolo, un poco de metahistoria por una frase que usted recoge: «beber como un caballero».

    Esta frase es una derivación de una más antigua y diluida en el tiempo pero que todavía se utilizaba relativamente hasta hace poco en Francia. Esta frase era «beber como un templario».

    Es en Francia donde nació la Orden del Temple y donde también -y esto es lo importante- arrancó por parte de Felipe I de Castilla y IV de Borgoña (llamado «el hermoso») la acusación de herejía y prácticas diabólicas a los templarios. La cultura popular hizo el resto: propagar la leyenda negra de estos caballeros y sus excesos a través de frases como ésta. Más abajo explico cómo y por qué enlaza la caballería con el bebercio. 🙂

    Pero antes, y con su permiso, me gustaría dejar escrito un desbarre fuera de hilo:

    El sobrenombre de»el hermoso», para este Felipe, bien podría ser (como pasó con la frase anterior sobre la leyenda «oscura» de los templarios), que su hermosura nos haya llegado algo «intoxicada» con respecto a la realidad y es que a veces el pueblo sabe burlarse sabiamente de la autoridad que le somete.

    Como curiosidad, decirle que en mi tierra, el adjetivo «fermoso» ha quedado para referirse con chanza a alguien que no es muy agraciado precisamente. Si la leyenda tiene estos extraños giros, la nariz de Cleopatra bien pudiera caer bajo la misma sospecha. Y es que se me hace muy dudoso que la belleza y perfección de su apéndice nasal fuera tan excelsa como para haber pasado a la posteridad. Y sí me creo más «el pique» entre Quevedo y Góngora al escribir el primero del segundo «érase un hombre pegado a una nariz» o algo así … En este sentido, han aparecido monedas que ponen en entredicho la «fermosura» que la historia adjudica a estos dos personajes.

    Bien, y ya volviendo al tema, fue Paracelso el que formuló que todas las sustancias son tóxicas a dosis altas, hasta el agua o el oxígeno o las vitaminas, que todo es veneno, que nada es sin veneno y que sólo la dosis hace el veneno …

    Antonio Escohotado, al que de sobra conocerá, es el autor del conocido libro «Historia General de las drogas», y que es un libro interesante a muchos niveles. Pues bien, Escohotado realiza una afirmación bastante atinada en una entrevista acerca de los psicofármacos. Afirma que la evasión más profunda buscada por el hombre es la amnesia. Y que esa es la razón de que una de las discotecas más famosas de Ibiza se llamara así, Amnesia. Hay que decir que bautizando templos postmodernos es buenísimo!!!.

    También hace otra afirmación que llamó mi atención y que iba referida sobre la heroína y que me gustaría sólo señalar. Dice que «ésta tiene muy mala prensa porque se convirtió en la droga de seres draculinos profundamente antisociales que se odiaban a sí mismos y odiaban a la sociedad»… Uhm …Mhm .. Este ya es otro tema. 🙂

    Estamos asistiendo desde hace muchas décadas al auge del llamado neo-chamanismo, especialmente el de las culturas amerindias como el peyote, sampedros, mescalina, ayahuasca, etc y de todos sus rituales. En el occidente europeo hemos conocido el vino y la cerveza. Sabemos y conocemos de la ingesta de de «bebidas espirituosas» surgidas de la decocción de distintas hierbas y cortezas recolectadas y procesadas en períodos muy concretos e ingeridas en ceremonias muy especiales … Lo que no se ha difundido tanto es que estas ceremonias de «toma», estaban integradas en un marco mucho más extenso que la simple ingesta, que formaban parte de una serie de ritos y ejercicios encadenados y de finalidad probatoria y que constituían los llamados propiamente «ritos de paso». Ritos que con sus ceremonias estaban cargados de simbología, y que a través de la superación de determinadas pruebas el hombre-niño se despojaba de su piel de criatura para incorporarse al mundo de los hombres, el mundo de los adultos…

    La película «Australia» encuentra para mí su valor no en el romance de «la señorita y el vaquero», sino en mostrarnos con profundidad la riqueza y fución ordenadora de los ritos de tránsito en los aborígenes australianos. Imprescindible para entender que o bien el padre o bien una figura masculina del clan familiar, en este caso el abuelo, ha de hacerse cargo de sacar al niño de las «faldas-garras» de su madre, arrancárselo de su colo (mundo áereo) para devolvérselo hecho un hombre a la tierra.

    Recuerdo la jura de bandera de uno de mis hermanos. Allí estaba en el patio de armas un sargento subido al altillo y despidiendo ya el acto … vociferando con solemnidad y por el megáfono esta frase que mi memoria atrapó: «Madres … en su momento nos trajisteis niños, hoy os devolvemos hombres!!»…

    La «llamada a filas», la milicia, supuestamente orientada a «templar las hojas de acero» que son los hombres según esta perspectiva …constituía uno de los pocos ritos de paso que sobrevivieron en Occidente. Que el paso por una institución militar era un paso duro lo sabemos por las historias de «la puta mili», peyorativamente denominadas «batallitas» y que ciertamente contenían toda una batalla de temple tanto interior como exterior …

    Actualmente los ritos de paso en Occidente no han desaparecido, están disfrazados, edulcorados, degradados. Hasta no hace mucho, la iniciación al vino se producía en ceremonias festivas y colectivas como bodas, bautizos y comuniones que llenas de parientes de todas las edades amortiguaban y ordenaban el kaos dentro del orden. En nuestra actualidad, esa iniciación se produce sentados todos los jóvenes y mezclados los sexos, en el bordillo de cualquier parque y sólo «entre iguales». No concurren todos los elementos para que el desorden se integre en el orden principal …

    Dejando atrás esta dimensión me gustaría concluir haciendo referencia a la sustancia alcohólica en su dimensión metafísica, iniciática y mistérica, que como néctar y soma de los dioses en un principio, estaba destinada a propiciar un aflojamiento de los tornillos que arman el cuerpo grosero y facilitar la sutilidad para el contacto con lo invisible…

    Con el transcurso del tiempo todo se degrada y esta práctica se maleó hasta llegar a convertirse en lo que es hoy: «una muleta». Esta degradación sucede por la desvirtuación que se produce inevitablemente cuando lo sagrado se saca del templo a la calle y se vulgariza, esto es, cuando se administra sin ton y sin son .

    «Allí donde hay obsesión hay posesión» …

    Cuando hay adicción, ya no se cabalga al tigre, el tigre «nos cabalga» porque ha invadido todas las esferas de la personalidad, y continuar bebiendo será abrir la puerta al desastre, será como echar gasolina al fuego, y estando ya a la deriva, acelerar quizás el último zarpazo, el mortal ..

    O bien y quizás y sólo quizás … estén buscando «a la tremenda» la desintegración brusca y total de la armadura, hacer soltar por los aires los tornillos…

    Ciertamente es una senda peligrosa, la anábasis no está garantizada en toda katábasis, pero como reza a la entrada de este camino «para encontrarse … primero hay que perderse» 🙂

    Tengo entendido que el alcoholismo está dentro de los trastornos de personalidad. Si esto es así, si hablamos de trastorno de personalidad, esto bien nos puede estar indicando que la máscara podría estar sumida en una enorme brecha que le genera un oloroso caos y confusión y que se intenta aplacar haciendo lo que dije más arriba: echando más gasolina al fuego. Pienso que en esta problemática concurre toda una constelación: quizá un narcisismo no socavado por la figura paterna, o quizá un Edipo no superado tal y como decían antes, o quizá un influjo invertido de Edipo produciendo maquinalmente frutos tales como el donjuanismo y la homosexualidad que la psiquiatría primera refería …

    Pero nada es tan simple para reducir esta complejidad así. Lo que sí es común es que en todos ellos, es constante un sentimiento de vacío, de agujero abierto, de una falta, una carencia y … una brecha. Es muy significativo ese sentimiento de orfandad de muchos adictos, de apegados al alcohol … así como me resulta muy curioso constatar que muchos alcohólicos que maltratan a sus mujeres son muy cobardes ante otros hombres, incapaces de imponerse ante ellos, pero muy valientes para imponerse ante el «sexo débil». ¿Me equivoco, Paco …?

    Stanislav Grof, desde una postura de la psiquiatría más «alternativa» configura estos procesos de adicción como «emergencias espirituales» dentro de un proceso tormentoso de búsqueda del ser. En un libro que lleva este nombre relata el alcoholismo de su mujer y de otros pacientes conceptuándolos como despertares involuntarios y des-manejados de la kundalini … No por nada, desde la tradición se nos dice que el despertar de la kundalini sin estar preparado ni cualificado y sin un gurú igualmente cualificado y validado para orientar el proceso es considerado especialmente peligroso. El gurú o maestro es el que ayuda a convertir lo pesado en liviano, los metales en oro alquímico, el que despeja las tinieblas para que pase la luz …

    Finalmente, y ya para acabar y siendo fiel a mi monotema (ejem…) resaltar que no es el espíritu el que sufre la emergencia. Es el alma, la personalidad, la psique la que está en llamas, es ella la que sufre el desasosiego … El testigo sigue en su rama desafectadamente neutral. Conforme avanzamos y profundizamos por el kali-yuga, si la persona no ejecuta una re-sintonización con su verdadero ser, si no armoniza lo disparejo, veremos proliferar y mucho las alarmas …

    *Paco, emplee las tijeras, desbarrando sobre el tema y «aledaños» esto se ha extendido de más.

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  3. ¿Por qué los nutriólogos ni los psicólogos no han podido resolver el problema de la obesidad y el del sobrepeso mundial? El amaranto tiene la misma cantidad de revesretrol que el vino tinto. No existe ningún vicio que no genere placer. Se necesitan muchas muletas emocionales para amortiguar las aciagas fluctuaciones de la vida. Borrachos y dormidos se les olvida lo jodido.

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  4. Comento un rito muy popular en México, aunque supongo que deben existir muchas acciones parecidas en todo el mundo.
    Por lo general este hecho se da entre los bebedores de la clases socio-culturales bajas e indistintamente en hombres y mujeres.
    Como se sabe la Virgen de la Guadalupe es la madre y patrona de México, país que alberga a un porcentaje muy alto de católicos, que más que profesar la religión, veneran a la virgen. Así, cuando la persona alcohólica decide que quiere dejar de tomar va la Basílica Guadalupana y frente a la imagen de la Virgen jura dejar de tomar por determinado tiempo, el lapso puede variar entre unos días hasta años. Una vez hecho esto, el individuo «está jurado» y casi siempre cumple su promesa, aunque, cuando vence la fecha vuelve de inmediato a la bebida. A veces esta juramento se hace con un determinado fin, es decir, se le pide un milagro a la Virgen a cambio del compromiso de no beber. Otras, simplemente se hace por «voluntad». No es un juramento de por vida, aunque algunos, (supongo que pocos) una vez que lo cumplieron, lo renuevan.
    Me llama la atención, como lo mencionas Paco en el post, que «los jurados» no pasan por periodos de crisis de abstinencia. La pura fe los mantiene libres de alcohol y de síntomas. Eso sí, la mayoría padecen cirrosis o algún otro tipo de enfermedad resultado de la bebida. Pero, curiosamente, aun con cirrosis, tienen un alto grado de sobrevivencia. Ellos mismos dicen que su larga vida es porque «siempre se mantienen en alcohol».

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    • En ambos casos, me parece muy relevante que exista la figura de un intermediario. En Alcohólicos Anónimos está el «padrino», alguien que pasó por ese trance y que supervisa el proceso del apadrinado. En el caso del juramento a la Virgen de Guadalupe se ruega su intermediación para no caer en la tentación y tener éxito en la consecución de la promesa, sea dejar la bebida u otra petición igual de prosaica.

      A mí me parece muy interesante, quitada la paja del grano, ciertos aspectos del chamanismo. Según esta práctica, todo viaje chamánico es un viaje compartido, en el sentido de que todo viaje ha de tener un guía, un intermediario. Bajo su guía cualificada se incluyen ciertos cánticos de protección y el sonido rítmico del tambor, que como instrumento de percusión (afecta con su son a los dos primeros chakras que son los más próximos a lo terrenal) … ayuda y mucho alestado de trance, a que ciertos tornillos se aflojen …

      Según la visión de los pueblos originarios, la vida espiritual es multidimensional, es decir, que existen diferentes dimensiones a las que se puede acceder. Y se llama “viaje” a la posibilidad de moverse a través de estas dimensiones que básicamente se dividen en mundo de arriba, mundo de abajo y mundo del medio. Este mapa es el que se plasma en el símbolo tan conocido de la cruz.

      El sonido rítmico del tambor genera un tipo de ondas cerebrales que permite a la persona entrar en un estado ampliado de conciencia y de esta manera “viajar”.
      Se puede viajar con infinitas intenciones como recuperar fragmentos o aspectos del alma que haya sido «asombrada», es decir, que se hayan perdido luego de un susto o una situación traumática.

      En la perspectiva chamánica, parte de nuestra esencia vital puede partir y perderse en una realidad no ordinaria. Los chamanes ven la enfermedad como una pérdida del alma o una disminución de la energía espiritual esencial.
      Un susto puede provocar la pérdida de una parte de la energía vital. El susto es un acontecimiento desagradable que provoca que una parte del alma de una persona se desprenda y se pierda. Cuando se experimenta un trauma o un golpe fuerte, sea físico o afectivo, sobre todo en la infancia, una parte de esa esencia vital puede separarse para sobrevivir a la experiencia y para escapar del dolor y del impacto psíquico que implica una vivencia insoportable.

      No se sabe de qué manera se produce esto pero ciertas circunstancias y/o substancias pueden provocar que una parte de la energía del alma se fragmente abandonando a la persona. Cuando esto sucede, la persona queda incompleta y la parte que se fue se pierde.

      Y aquí entra el chamán, esta es su tarea de hombre-medicina, entrar al mundo intermedio, buscar esos fragmentos y traerlos de vuelta, como una labor de búsqueda y de restitución.

      Al mismo tiempo, la pérdida del alma representa el sentimiento de no ser completo y vacío. Los chamanes sostienen que el universo no soporta el vacío y que ese espacio creado en el aura de una persona puede ser ocupado por la enfermedad o por otras energías. También se dice que los traumas producen algo así como agujeros negros en el campo vibratorio de la persona afectada. No es que sean verdaderos hoyos, sino que así es como los ve el chamán en el aura de al persona.

      Esos agujeros funcionan como si fueran una bomba de vacío, absorbiendo todo tipo de energías con el único fin de llenar el espacio creado por el trauma. La tendencia inconsciente es la de llenar ese espacio y el vacío con entretenimientos, drogas, alcohol, sexo compulsivo y por supuesto, con almas perdidas, las influencias errantes del hermetismo hindú, ya que la energía no perece, sólo se transforma, y anda entre los bastidores del mundo intermedio. Por eso se dice en el hermetismo que es tarea del maestro reunir lo disperso … e incluiría no solo limpiar la casa de los ladrones que entraron por la puerta de atrás con nocturnidad y alevosía … sino también pensamientos y energías psíquicas de personas vivas, lo que en el lenguaje popular se conoce como malas ondas o malas vibraciones, es decir, deshacer las improntas familiares, ambientales, culturales que se han ido adhiriendo de forma disonante sobre el núcleo altmico. A mayor nivel de cortezas, el núcleo resulta cada vez más lejano, trayendo gran confusión sobre la propia identidad y resultando consecuentemente más permeable a las influencias e ingerencias ajenas, no sólo de las llamadas influencias errantes, sino especialmente y también de los pensamientos y energías psíquicas de personas vivas, lo que en el lenguaje popular se conoce como malas ondas o malas vibraciones. 🙂

      Esta labor de «purga» la contiene la planta de la ayahuasca, que literalmente provoca el vómito de todo aquello «no digerido», de la fruta podrida. Y no sólo el vómito, sino también la expulsión por la puerta trasera …

      Hay gente que le cuesta vomitar, y si no sale por la boca, lo hablado y lo omitido, entonces busca otros puntos de salida … El estreñimiento también es una enfermedad crónica …

      🙂

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  5. Le voy a contar una anécdota un poco escatológica pero que tiene su gracia, su aquel, y está relacionada con el agujero negro y/o puerta de atrás …

    Le oí contar unas cuantas veces a mi abuela que cuando ella era «mociña» (jovencita) «o meigo» estaba curando a un vecino y que ella vió como «o mal, o demo saíulle polo cú» (el mal, el demonio le salió por el culo) y cómo al salir empezó a dar vueltas como «un fume negro» alrededor de la casa «petando» en el cristal de las ventanas.

    Es uno de esos cuentos que los familiares de mi abuela sacaban siempre a relucir en la sobremesa de los días de fiesta para reírse jocosa pero sanamente de mi abuela. Y allí estaba yo y mi memoria tomando nota. Es una de esas frases que encuentra resonancia en mí pasado mucho tiempo.

    Según mi abuela el fenómeno sería literal y no una metáfora. Yo pienso que puede verse bajo los dos ángulos, el que mejor encaje o se acople con el pensar de cada uno.

    Esos agujeros se dice que no son propiamente tal, que son abombamientos en el aura, como abolladurras o pequeñas-grandes grietas o rajaduras que a modo de heridas psíquicas menoscaban la integridad sutil o etérea de la persona y que posibilitan la entrada de agregados psíquicos -las influencias errantes- que son ajenas a la esencia altmica que podría tener forma ovoidal, bien aplanándola (porque soporta mucha «metralla pesada») o bien estrechándo su circunferencia y expansión (sentirse confinado) o bien con tantos cascazos, arañazos y brechas que la sensación de vacío se trata de compensar con ciertos «llenados pulsionales». (Esto es de mi cosecha, un desbarrre como otro cualquiera, y como dice Mafalda, es como un chicle, se mastica pero no se traga). 🙂

    No sé si el trauma es un atractor, pero sí se convierte en cierto sentido en una puerta que se abre, que atrae … Lo que atrae o lo que viene parece ser que está en consonancia con la «antenita particular» de cada uno, es decir, por esa ley hermética llamada la ley de la atracción o de vibración personal, lo que se cuela son los aspectos no integrados en la personalidad, el subconsciente personal y el colectivo. El inconsciente colectivo sería, en este ámbito en el que estamos hablando, el conjunto de influencias errantes del conjunto de la humanidad, de la que está viva y la que ha pasado a mejor gloria …pero que no alcanzó a quemar en vida las cortezas de los aspectos inferiores de la personalidad y que subsisten en el dominio psíquico y sutil como una atmósfera o nube negra que nos afecta como una nube de influencias (tendencias y orientación) a todos-todos … Por eso es que se advierte de reconocer al enemigo en casa (en nuestra psique) porque estos ladrones (que no lo son tanto) se agregan y adhieren a nuestra psique por resonancia o vibración. Nadie se libra, al estar vivos, de estos agregados, vienen de serie en este grado de manifestación.

    Por otra parte, el subconsciente personal es la herencia psíquica de nuestros ancestros, de nuestros padres, abuelos, bisabuelos, etc que como una larga cadena psico-genética heredamos y que como otra nube portamos en nosotros y con nosotros.

    Esta ley vibracional de resonancia, lo igual con lo igual, tiene sus excepciones, que son muy interesantes y de hondo calado, pero éste ya es otro tema …

    Estos agregados no tienen consciencia de sí mismos, pues son por así decirlo los residuos que saltan a la atmósfera sutil … ¿Recuerda los trozos que saltaron del transbordador espacial Challenger al explotar y desintegrarse …?. Pues tal que así … vendrían a ser los automatismos, las compulsiones y pulsiones que vienen a reposar en la concavidad del «abollamiento» o en los bordes de la «herida» … Influencias errantes y más que almas perdidas se asemejan más a esos zombis de las películas que parecen muertos vivientes, como si estuvieran robotizados …

    No sé si he conseguido contestarle a la pregunta que planteó. Espero que por lo menos le haya resultado graciosamente entretenido. 🙂

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      • Abordar la excepción a la ley de atracción con una perspectiva clarificadora es una tarea que se presenta compleja y la verdad es que no me atrevo hacerla por aquí porque contiene a su vez muchas ramificaciones. Lo que sí puedo decirle, a modo de ejemplo, es que están acertadamente sugeridas en algo que dice B.Mouravieeff al principio del Tomo I de su Gnosis: concretamente, cuando habla de las fuerzas de tipo A y de tipo B. afirma (más que sugiere) que cuando una persona comienza a dejar de ser centro magnético para las influencias de tipo A porque está empezando a procesar o atraer las de tipo B, (y ambas son opuestas aunque complementarias en cierto orden de realidad), pues lo que sucede en realidad es que tiene comienzo lo que la doctrina islámica denomina «la gran querra santa» que es interior en contraposición a la «pequeña guerra santa», que es la exterior y que todos los telediarios nos relatan cada día.

        Es lo que otras tradiciones denominan el asedio por parte de las fuerzas adversas de la llamada Prisión Negra, el laberinto para otras … Todos estos nombres son para referirse a un proceso de ascensión, el de aquellas personas que han salido del laberinto y tienen ante sí la escalera que conduce a la famosa Liberación …

        Ese asedio de fuerzas de orientación contraria a las fuerzas en las que el Ser está vibrando, pues …, repito, se ponen en marcha al realizar la persona «el giro» que de centrípeto pasa a ser centrífugo … Así que no siempre lo igual atrae lo igual, que es ley general, pues la excepción acontece en una concreta subetapa de la nigredo, el hombre, la persona entra en la llamada «capilla peligrosa», bautizada así por un irreverente Omar Khayyam postmoderno llamado Robert Anton Wilson. Ese asedio tiene como fin sofocar esa pequeña llama, ese fuego de Agni que se ha encendido y que se consigue recrudeciendo las circunstancias adversas sobre el sujeto en cuestión.

        Es una excepción a la ley general y que afecta a muy pocas personas, pues como dijo Aquel: «muchos son los llamados y pocos los elegidos», es decir, son pocos los que acceden a la Liberación en vida. El resto, al no quemar las cortezas en el fuego purificador, pues no nos queda otra salida que aquella que también dijo Aquel y que se resume graciosamente en :»polvo eres y polvo te convertirás». Pasaremos a engrosar la gran nebulosa de agregados psíquicos sin disolver (iluminar) que forma el inconsciente colectivo, que es a lo que se refiere esa última frase que he escrito. Pasaremos a ser ese polvo de estrellas que la señora substancia como es muy apañadita sabiamente reciclará …

        Espero haber contestado a la pregunta.

        🙂

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  6. Ety, pues sí … algunas cosas que he escrito se «interpenetran» con otros ámbitos, algunos dispares a la bebida y otros como que resultan colaterales. Esto me dice que no lees fijándote solamente en lo literal sino que además expandes la mirada a lo alto y a lo ancho de lo escrito. Gracias por tu comentario, por tu mirada. 🙂

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  7. Cuando hablaba de la ayahuasca, de vomitar y de la puerta de atrás era literal. Tengo un amigo que tuvo una época en que andaba haciendo tomas de ayahuasca aquí en España y en Sudamérica. Fue él quien me contó que les daban dos cubos, uno para el vómito y otro para recoger las aguas mayores, pues no se sabía de antemano por dónde la planta iba hacer su «purga». También me contó que a algunas personas, especialmente mujeres les daba por masturbarse sin más durante gran tiempo del «viaje» …

    Le pregunté qué sensaciones había tenido, cómo trabajaba la planta y me contó algo que se parece a una sesión psicoanalítica. Me contó que no había tenido ningún tipo de alucinación en ninguna toma (y tuvo bastantes), que la planta le dejaba hecho polvo, como muy arrastrado, por el suelo y que después de ese efecto físico bastante desagradable comenzaban a emerger escenas del pasado, las que él recordaba como penosas (las menos) y curiosamente escenas que en su recuerdo no eran memorables por intrascendentes pero que a la luz de la droga tomaban nuevo significado, como si viera la escena desde más ángulos que el propio yo, dándole una mayor comprensión. Y que esa comprensión producía calor en el corazón, literalmente …

    Su experiencia se puede resumir en que comprendió que ciertos aspectos tristes o dolorosos que pensaba haber superado no lo estaban o no lo estaban del todo, y que aspectos de su vida aparentemente banales y que le pasaron desapercibidos cobraron con la planta mayor relieve y significado.

    Según tengo entendido la planta como si tuviera inteligencia propia va allí donde se encuentra el nudo o bloqueo energético, y purga los canales para que la energía que estaba bloqueada pueda discurrir mejor, supongo que esto «arrastra» lo que estaba bloqueado y emerge hacia arriba, hacia lo consciente.

    El chakra corazón se entiende que es el central en el sentido de un armonizador de lo de abajo y de lo de arriba, de lo superior y de lo inferior, y por eso lo de arriba tiende a bloquearse en la laringe y no alcanza el corazón y se vomita. Y al revés, lo que viene de abajo en su curso hacia arriba tiende a bloquearse antes de llegar al corazón produciendo descomposición.

    Creo que ahora sí le he contestado mejor a la pregunta que me hizo.

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