Bucles extraños (y II)


Hace ya 26 años que mi madre murió después de una larga y dolorosa enfermedad que tuvo serias consecuencias en mi familia cuya cohesión se resintió. Y sin embargo su recuerdo permanece vivo en mi, sus frases hechas, prosodias, su sonrisa y sobre todo su devoción por mi, su alegría ante mis éxitos, el apoyo ante mis dudas y el consuelo hacia mis calamidades.

Su recuerdo es más nítido que el de mi padre a pesar de que mi padre aun no hace un año que murió y sin embargo sé que mi padre sigue vivo en algun otro lugar de eso que Douglas Hofstadter ha llamado el bucle extraño. Un bucle autorecursivo y gödeliano. Por decirlo de otra manera mi padre, aunque borroso, está insertado en mi identidad, en mi Yo, mientras que mi madre se encuentra enroscada en mis recuerdos.

Dicen que me parezco fisicamente a mi padre (aunque yo creo que soy una mezcla de los dos), pero es cierto que mi padre forma parte de mi identidad, al menos de las primeras vueltas de tuerca de ella, de él copié algunas de sus creencias, su modo de tomarse la vida, su ambición para conmigo y cierta visión trágica de la vida y del futuro. De él me gustaria heredar tambien su longevidad y su capacidad de vivir bien con poco, sin pedirle grandes inversiones a la vida y siendo prudente en los dispendios económicos.

Sin ser idéntico a mi padre soy similar, existen ciertas coincidencias, al menos lejanas entre su alma y la mia que algun dia estuvieron muy cercanas para irse separando poco a poco a partir de las inevitables experiencias de la vida que a todos nos cambian.

Lo importante es comprender que con independencia de la nitidez y la frecuencia con que los recuerdos se desborden a partir de ese «click» que los hace aparecer en la mente, mi madre y mi padre ocuparon lugares distintos en la construcción de mi Yo.

Comparto con Steven Pinker la idea de que las mayores influencias para un niño o un adolescente no proceden tanto de la familia o la parentela sino de los amigos. Vicente, Antonio, Ricardo, Carlos influyeron más que mis propios padres en mis elecciones y en los virajes de mi vida. Vicente me mostró un libro de Freud cuando nadie sabia nada de él, Antonio me enseñó a tocar la guitarra aquellas canciones de los Beatles que fueron mi abecedario musical, Ricardo me llevó de excursión por los mundos poéticos y del lenguaje a la vez que se propuso a él mismo como metáfora paterna. Carlos me acompañó en aquel peregrinar en busca de una identidad desgajada del común.

Decidí ser médico como un autoproyecto de síntesis entre lo que habia copiado de unos y habia adivinado de otros, no tenia referencias directas pero Freud al leerlo (aun sin comprenderlo) me impulsó hacia la idea de hacerme psiquiatra. Ser médico era un trámite necesario para ello. Mis padres me apoyaron en esa idea aunque a mi padre le hubiera gustado más que fuera pediatra, puesto que «las enfermedades de los niños son todo manías de las madres». Tenia la lección bien aprendida al parecer.

Pepe y Oscar fueron mis maestros, los que me enseñaron el oficio, Estrella mi psicoanalista la que curó mis heridas y la que dispuso ciertos ungüentos para cerrar los bordes. Para bien o para mal estas personas configuraron mi Yo y dirigieron los apuntadores de mi personalidad hacia fines concretos. Mi novias primigenias me enseñaron lo que no buscaba de una mujer y mi esposa -práctica hasta el paroxismo- se encargó de hacer el resto. Fue asi como me converti en un adulto: un mosaico de Yoes prestados de aqui y de allá con distinta definición y de Yoes rechazados con distinto peso en mi subjetividad.

Pero no solo de amigos, novias, amantes o familiares vive el hombre sino tambien de aquellos personajes virtuales a los que nunca conocí o que sólo copié de oídas. Del mismo modo que los reales influyeron en esa configuración aleatoria de formas, figuras y patrones a los que ahora me refiero como mi Yo.

Stravinsky, Carl Orff, Schubert, Mahler, The Beatles, Kurt Weil, Joan Manuel Serrat, Carole King , James taylor, Crosby, Stills y Nash, Yes y sobre todos ellos King Crimson configuraron mis gustos estéticos e influenciaron mi estilo musical. Nótese la influencia de King Crimson en estas «Lamentaciones»:

http://www.goear.com/files/external.swf?file=7a5ecff

Pero tambien Freud, Jung, Sagan, Varela, Dovstoieisky, Bateson, Bertold Brecht, Watzlavick, Haley, Tolstoi, Virginia Woolf, Federico Garcia Lorca, Vicent Andrés Estellés, Borges, Raimon, Rumi, Santa Teresa, Shakespeare, Homero, Escher, Kubrick o Jacques Brel viven en mi aunque hayan muerto y nunca mantuvieran conmigo ni presencia ni correspondencia. Están vivos de alguna manera no solo a través de mis gustos musicales o literarios sino también en todos aquellos que compartimos ese gusto y que de alguna forma somos la masa critica que los mantiene vivos. No son los genes los que nos llevan hacia la eternidad sino las almas -las gemas individuales- que compartimos con distinta resolución aquellos que saboreamos su música, su poesia o sus ideas. Ellos viven en nosotros y hasta que se disipen pasarán algunas generaciones, otros como Bach o Shakespeare aguantarán el tirón hasta el final de la humanidad.

Esta es la idea que mantiene Hofstadter acerca de la formación del Yo y de la supervivencia de otros Yoes en el nuestro. De esta forma se deshace de uno de los mitos mas celebrados de la neurociencia: la ilusión de poseer  un Yo unitario, encerrado en esa jaula que llamamos cráneo y que podria traducirse de este modo: un cerebro, un Yo. En realidad Hofstadter sostiene un punto de vista muy freudiano pues -aunque no le cite- fue Freud quien describió el mecanismo de la identificación en «Duelo y melancolía» (1917). La diferencia que mantiene con él es que mientras Freud pensaba que la identificación era una forma de representación del otro en el propio psiquismo, Hofstadter va un poco más lejos al plantearse que en realidad el Yo se forma a través de un bucle autorecursivo (esta es su idea original) y que se forma a través de aposiciones reales de otros Yoes. Dicho de otra forma: que el Otro vive en mi y yo vivo en el otro, no como una metáfora sino como una realidad que nos acerca más al medieval mecanismo de «posesión» que al mecanismo de «identificación» freudiano.

Entendiendo como recursivo a: la definición de algo a partir de versiones mas simples de ese algo.

Aqui en este cuadro de Escher hallamos una buena representación gráfica de la construcción del Yo según Hofstadter. El centro estaria ocupado por lo que Hofstadter llama el bucle vacío es decir una disposición humana a recibir inputs que lleven a conformar un bucle autorecursivo. Para entender mejor este fenómeno es necesario que el lector recuerde ahora lo que sucede cuando acerca un micrófono a un altavoz: se forma un bucle que se manifiesta acústicamente por ruido si y solo si el micrófono y el altavoz se encuentran lo suficientemente cerca y si además existe alimentación eléctrica. Vecindad y alimentación son pues necesarias para que emerja ese degradable ruido que conocemos con el nombre de acoplamiento.

Como el lector puede observar el centro de este cuadro ya no está vacío, se ha rellenado de patrones sin forma que se enroscan en espiral, pero poco a poco van emergiendo de ese centro patrones con cierta forma. Las partes más periféricas de este Yo de diseño están ya dotadas de forma pero sobre todo apuntan hacia afuera, mientras que las partes intermedias de la serie son un poco más informes y apuntan hacia afuera y hacia adentro. Por ultimo los patrones del centro se hallan defendidos por un circulo de apuntadores hacia ese mismo centro. Aplicado a la psicología, estas analogía señalan hacia las siguientes cuestiones:

1.- El centro o ánima de una persona es el lugar donde en encuentra la gema, la esencia de alguien y se rellena desde afuera a partir de una facilitación genética. No hay ser humano capaz de crecer, madurar y diferenciarse sin la intervención de un otro (sin realimentación). El centro del Yo de alguien es de alguna forma inaccesible y sólo comprensible o abarcable por alguien que haya logrado penetrar hasta la «cocina» de la subjetividad.

2.- Los circulos intermedios poseen apuntadores hacia dentro y hacia afuera, mecanismos de identificación y proyección simultáneos que oscilan llevando lo de afuera hacia adentro y expresando afuera lo que hay adentro. Representan las primeras fases de la maduración ontologica del Yo y esos juegos de identificación-desidentificación.

3.- La parte más periférica podría entenderse como lo más superficial de nuestro Yo, lo que los otros ven y las representaciones que se forjan de cómo somos. Lo que mostramos a los demás; se trata de apuntadores completos con forma que señalan hacia afuera pues su misión es la de relacionarse con lo Otro ocultando en todo momento lo que obturan esa serie de barricadas que esconden ese centro, esa gema personal a la que sólo se accede a través del trabajo continuo, la convivencia o el amor.

El acceso al otro es pues un trabajo de arqueología, no tanto en el sentido que le dió Freud a esta palabra, sino en el más moderno que plantea Hofstadter en el sentido de acceder a ese tesoro, esa diamante en bruto, sin tallar aun que es nuestra esencia anímica, nuestro Yo.

Ese que compartimos con esos otros, pues el Yo no es único sino algo compartido, todos somos imitadores de alguien, el plagio de las almas no existe pues, pues toda alma es una mimetización de otra y vive en muchos cerebros.

23 comentarios en “Bucles extraños (y II)

  1. Me encantó.
    Sí, es hermoso sentir ese «vivo-en-ti», no «con» ni «para» sino EN… casi como si la misión del Otro/a fuera guardar en su cocina una copia pero de seguridad, una especie de «backup» de nuestra más íntima esencia. Sublime papel el de quien la atesora.
    Habla también de patrones y no puedo evitar recordar lo disipativo: patrones, estructuras… y una configuración de tantas y tantas relaciones (unas para bien, otras para mal, otras para nada) conformando el proceso de corporeización del patrón en la estructura del Yo. Bueno, eso dicen Capra, Maturana y otros y estoy por creerlo.
    Sí, somos un poco todos esos con quien nos encontramos y desencontramos. O casi.
    Felicidades por este embriagador cocktail.

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  2. Creo que era Minuchín el que decía que dentro de él habitaban muchas voces, y que en ocasiones era capaz de identificar de quién era la voz que hablaba a través de él.
    Saludos.

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  3. Creo que entiendo la idea de Freud de que las diferentes proyecciones que forman nuestro Yo son representaciones de modelos reales en nuestro psiquismo, es decir, una representación de cierto modelo pasado a través de la mirada subjetiva del propio individuo.

    Pero la idea de Hoftadter de que el Yo se forma a través de bucles autorecursivos de aposiciones reales de otros Yoes no lo comprendo, en tanto en cuanto la realidad es siempre la representación subjetiva de un modelo real y dependiendo del grado de subjetividad aplicado se acercará o se alejará de dicho modelo.

    Nadie vive «en» otro, sino que uno se proyecta según afinidades o admiración u otras variables, en mayor o menor grado.Yo vivo » con» personas pero no vivo » en «esas personas, ni esas personas viven en mí, el bucle autoreferencial pasa por la subjetividad propia del ser, conciencia individual no grupal, que lo activa y por tanto configura una personalidad propia. Cuando hay una despersonificación muy acentuada de un individuo asimilándose a otro creo que existe un problema porque está alienado.

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  4. Lo cierto es que sabemos ya que la realidad no es algo que está ahi afuera esperando a que nos la «representemos» sino que hacemos algo más: lo que hacemos es que apresamos aquello que nos gusta (por codicia) y nos desprendemos de aquello que nos molesta o nos hace sentirnos responsables.
    Yo creo que si es cierto que alguien vive en otro, es más estoy convencido de que lo que vive en mi son ciertos trazos de ese otro, no como representaciones sino como trazos superpuestos de mi propia experiencia mnéstica siempre reciclada:
    Tal y como dice en su tesis Rosana Peris:

    «Cada hecho que es objeto de atención por parte del sujeto se convierte en un trazo o propiedades primitivas de memoria. Cuando se da una repetición de dicho evento, éste no se incorpora a una representación a priori, más bien produce un nuevo trazo que coexiste en la memoria con los anteriores trazos de la misma experiencia. En este sistema, el conocimiento abstracto como tal no es almacenado, sino que surge en el momento de la recuperación de información por la superposición de los diversos trazos episódicos que se activan.
    Dicho de otra manera, una abstracción como es «la femineidad» no existe sino como expresión individual de las propias experiencias, pero hay más porque cualquier trazo que se incluye en la definición a su vez cambia la abstracción y se va construyendo una subjetividad que está afuera hasta que alguien se la apropia.
    Me recuerdas que en mi proximo post he de hablar de las diferencias que existen entre el apego y la identificación patológicas, lo que tu llamas alienación.

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  5. Bingo, Rosana. «cualquier trazo que se incluye en la definición a su vez cambia la abstracción» equivale, digamos, a «la experiencia subjetiva cambia el entorno, y el entorno cambia la experiencia». Genial… (saludos desde aquí) 🙂
    PS: y si por falta de comillas esa parte no era de Rosana sino del maestro, qué más da… ¡esto es una olla de ideas! Una “olla barrejada” que decimos los catalanes 😀

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  6. » lo que vive en mí son ciertos trazos de ese otro » es decir lo que vive en ti es una idea acerca de ese otro pero las ideas son intangibles, son abstractas y lo único que realmente existe es la materia, el resto son configuraciones a partir de relaciones que se establecen entre los elementos, me parece.
    La experiencia subjetiva No cambia el entorno, es el entorno el que va cambiando de forma progresiva la experiencia subjetiva, también me parece.

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  7. Maestro, Paco Traver.

    Cuando usted ha enunciado a sus maestros. Cuando quizá sin proponérselo nos regala sus llaves, qué le voy a decir. Pues, le voy ha decir que usted es una persona maravillosa. Y que su obra no va a quedar en ayunas. Su esfuerzo tendrá continuidad. No sé muy bien por donde o hacia donde. Pero tendrá longitud.

    Yo me refuerzo en la poesía. Aprecio el cariño. Salto lo pasajero. Usted me ha enseñado mucho. Y no solo en el ensayo, sino en la afectividad. Usted ha luchado para tener su «discurso»y ha ganado. Cuando indago en este blog siempre me llevo algo. Y, creo que como yo, hay otras tantas personas.

    Así que, maestro, quédese tranquilo, lo que labora vale mucho.

    Un saludo.

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  8. Quizá la creatividad sea un salvoconducto para hacer de lo repetitivo un origen, algo que no había. Un salto trampolín hacia arriba. Otra construcción de la inteligencia no lineal. Un filtro donde aparece lo escondido, la máscara del inconsciente que para ser real debe expresarse como real, es decir, en lenguajes.

    (De todas maneras yo al inconsciente le doy un valor relativo en el acto creativo. Puede que impulse la acción, pero no tiene medios. Los medios: expresividad, concreción, técnica, etc, son talentos conscientes).

    Lo repetitivo (sin objeto), por aquí lo dijeron mucho, nos vuelve a los mantras, a las oraciones cristianas, a las órdenes. Quizá adormecen. O quizá son necesarios en un principio. Pero no hay cosa más triste que ver cómo rezan los creyentes. No hay cosa más alejada de la humanidad que repetir oraciones. (Esto también es muy curioso, porque los locos tenemos rumiaciones, circulaciones.).

    Pero la repetición voluntaria, la asimilación de entornos alejados, el contraste de colores, el acercamiento a lo nuevo, una y otra vez… Eso mejora el ánima. Todos recitamos con cariño los poemas que nos hacían memorizar de pequeños. Pero los poemas eran abiertos. Es decir, nadie te decía lo que había detrás o en el medio. Lo primero porque los profesores tenían una idea muy mediana de lo que enseñaban, por lo menos los míos.

    Los repetías.

    Y, luego: te quedabas con el corazón colgando del tejado de algún verso, y al dormir te venía, sin voluntad, suave. Claro, ya lo dijeron por estos pagos, «te poseían». Y este lenguaje onírico, también tenía su práctica. Es decir, valía para conseguir cosas. Modificaba el entorno. Por ejemplo, cuando susurrabas a tu novia al oído, entre sus mechones, palabras que eran sueños, o que eran hambre o que eran besos. Lo que tenías a mano, vaya. Entonces no había dinero.

    Claro, y era el sur de Borges o el olmo viejo en su mitad partido de Machado o el poema sonámbulo de Lorca.

    Palabras.

    Un saludo.

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  9. Tu conectividad y tu forma de expresar tu conocimiento es altamente compartido con mi forma de pensar, efectivamente el cerebro» magica computadora con memoria superior al numero de estrellas vistas por los astrónomos», permite al hombre tener pasado con los autores leidos (te falto mencionar al fundador del pensamiento moderno a F. Nietzsche y al Demócrito ) el primer neuro bilogo, hace 2,200 años que inmortalizara su frase «las imágenes son el primer impacto en la primera infancia» . Para mi el universo está en el cerebro y con la educación hoy enREDada, el hombre y su conectividad neuronal, lo hacen dia a dia mas evolucionado, en inteligencia, en fuerza de voluntad y en imaginacion y en la piamadre nos damos cuenta que somos titeres de las neuronas cerebrales ;me gustan tus palabras hoy y me llegan: Salu2

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  10. En resumen, las tres «bes»: biología, biografía y bibliografía.

    ¿Por qué lo ajeno define nuestra identidad? No lo sé. Pero así ha sido siempre. Es el mecanismo de la educación o de la transmisión de la cultura. Quizás haya, o sin quizás, una conciencia suprapersonal, algún nivel interno en todos los sapiens sapiens que es igual para todos, y cuyo reconocimiento permite la identificación , en un proceso inverso a la individuación. Quizás tenemos un alma única enterrada dentro del egocentrismo. Como todo esto es indemostrable giro hacia la metáfora en mi exposició, a las asociaciones.

    Yo me imagino al «Yo» como a esa nube de carga que se distribuye de forma estadística en los orbitales, tal como son percibidos los electrones. Ya no son bolas verdes macizas girando alrededor del nucleo, sino densidades que se acomodan en niveles de energía dependiendo de las circunstancias. No están en ningún sitio cierto. Poseemos el mapa de su trayectoria a través de fórmulas matemáticas elaboradas, entre otros, por Schrödinger,
    ( http://es.wikipedia.org/wiki/Ecuaci%C3%B3n_de_Schr%C3%B6dinger),
    y cuya representación son esos sólidos de revolución tan sugerentes.

    (http://www.google.es/images?hl=es&biw=1514&bih=628&q=orbitales+at%C3%B3micos&wrapid=tlif130113055373411&um=1&ie=UTF-8&source=univ&sa=X&ei=O62NTaqSN8eLhQf7t-S7Dg&ved=0CCEQsAQ)

    Yo estoy tan ligado a esta fórmula como al verso XX de «20 poemas de amor y una canción desesperada» de Neruda. Quizá por el tiempo que me costó comprenderla. Pero son de esas cosas donde hace falta tiempo para que nuestra mente digiera y salga entera de ese trance arduo. De las noches inacabables del estudio solitario del estudiante. Del cigarro, café y flexo ante la ventana silenciosa abierta a las avenidas tan solas como nosotros. Y quizá entonces, en los descansos, también sonara, desde la vieja minicadena, la voz de aguardiente de Paco Ibañez cantando los versos de Neruda

    Y, ¿dónde orbita el «Yo»?. Pues en esos tres niveles que usted apuntó en un post anterior, prepersonal, personal y metapersonal. O en su representación gráfica apuntada al principio: biología, biografía y bibliografía. Los números cuánticos del Yo. No estaria mal.

    Este modo expositivo no es exactamente ciéntífico, pero les puedo asegurar que es completamente intuitivo, y tan válido como cualquier ensayo concienzudo. Ante las realidades que se abordan de complegidad creciente, mi mente se deriva «sin querer queriendo» hacia la metáfora.

    En un libro técnico, hace un montón de años, al referirse el autor a las ecuaciones de Maxwell que unifican la electricidad y el magnetismo, y que a partir de entonces conocemos como electromagnetismo, las calificaba como «maravillosas». Y los autores de libros técnicos son poco, o directamente nada, dados a florituras o nínfulas.

    Y así les llamaba porque a su parecer nos daban, nos aportaban mucho más que nosotros a ellas. Que cada vez que las indagábamos nos clarificaban más cuestiones.

    Orbitemos pues en los conocimientos de los otros que nos unifican y nos identican, hacia dentro y hacia fuera, desligados de un único espacio. Sin «territorialidad», como le gusta decir a usted.

    Salud.

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  11. Paco, excelente post que me ha generado algunas preguntas. Si me lo permiten señalo dos:

    ¿Cuándo Hofstadter se refiere a la idea de que «el Otro vive en mi y yo vivo en el otro», ¿podemos entenderlo de la misma manera en que lo describe Caruso en la Separación de los Amantes?. Para Caruso, la ruptura amorosa se vuelve tremendamente dolorosa y traumática precisamente por que para separarse del otro hay que matar a la pareja interna, y lo que puede resultar más brutal, aceptar que también nosotros morimos en la psique del ser querido.

    Mi segunda duda, concuerdo que el Yo no es único sino algo compartido, pero entiendo la suma de los Yoes, más que como un plagio de las almas, como una integración de elementos al tiempo que deshechamos otros. ¿Existe un momento en que se da la distinción entre una Yo verdadero (suma de las integraciones) y otro falso que nos convierte únicamente en malos imitadores de los demás?

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  12. Si Ety, la metáfora de la que hablas es muy parecida a lo que describe Hofstadter en su libro aprovechando la experiencia personal de la muerte de su esposa.
    Todo Yo para cualquiera de nosotros es siempre verdadero, de lo contrario nos sentiriamos poseidos por otros (una fenomenologia patologica). Integración o plagio el Yo resultante se vive siempre como genuino y verdadero.

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  13. «Mis padres me apoyaron en esa idea aunque a mi padre le hubiera gustado más que fuera pediatra, puesto que “las enfermedades de los niños son todo manías de las madres”
    Hoy entre las declaraciones de nuestra Vicepresidenta Soraya diciendo que tenemos que acostumbrarnos a que nuestros hijos vivan peor que nosotros y la relectura de este post con esa perla entre las perlas se puede decir que es redondo.

    Nota: Ya me sonó a trallazo cuando lo leí por primera vez, pero creo que de esta lectura no puede pasar el corregir ciertas generalizaciones maniáticas- desprestigios gratuitos- no sé en beneficio de qué – por si no se entiende me refiero a la desvalorización gratuita que haces de las madres.

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    • Creo que no has entendido que esa «desvalorización» la hizo mi padre con ese comentario, no yo. Se trata de una generalización y no una desvalorización, también solía decir que los trabajadores no tenian enfermedades mentales, que es otra generalización.
      Yo creo que las palabras no pueden representar trallazos, las ideas pueden ser asi o asa, pero solo pueden ser entendidas como balas por los pusilánimes o puritanos de las ideas «correctas». Por aquellos que tienen su mundo mental conceptualizado de tal forma que les impide reirse de sí mismos y de aquello que consideran valores absolutos.
      Y que blanden como lanzas contra los que piensan diferente.

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  14. Sí que la he entendido, por eso lo he dicho y a lo que comenté el 24 de marzo de 2011, que aparece más arriba, me remito 🙂 Un superbucle.

    Yo creo que las ideas son configuraciones y mientras existan como tal, no se diluyan, pueden ser balas, balazos o cañonazos, nada tiene que ver con los puritanismos por lo menos por mi parte. Esto dicho así parece muy seco pero lo estoy pensando con toda cordialidad.

    Fíjate qué cosa más curiosa aquí en wordpress a los comentarios los llaman pensamientos, no charlas, ni debates, ni tan siquiera comentarios escritos sino directamente pensamientos que requieren tiempo… Creo que reírse de uno mismo es sanísimo pero es que cuando un miembro destacado del gobierno como Soraya Sáenz de Santamaría dice tales cosas me cuesta interponer la caricatura para poder reírme. A lo mejor a los demás estas cosas les hace mucha gracia.

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  15. La idea que dejamos y absorbemos proyecciones e introyecciones del entorno y de las personas me parece acertada. En el caso del duelo que recuerdo el individuo puede llegar a realizar conductas punitivas para el castigarse en lugar de la madre como una forma de regresar a ese amor edipico( introyecciones). Por la teoría de sistemas se puede dar porque somos un sistema abierto que se retroalimenta. Interesante artículo sigue escribiendo artículos igual de buenos.

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  16. He descubierto recientemente el concepto de bucles extraños, lo cual me esta permitiendo poder ubicar con una perspectiva diferente algunas vivencias personales a la vez que responder a dudas que revoloteaban en mi cabeza reiteradamente, como el hecho de que mi madre, a diferencia de mi padre, ambos fallecidos, ocupen un lugar tan distinto en mi día a día, Mi madre llega a ocupar de manera placentera una presencia cotidiana en mis quehaceres diarios, por lo que la idea de que el otro vive en mi es realmente reveladora. Por otro lado la idea de limites borrosos entre el otro y el yo, conecta con los conceptos de D:Winnicott en relación al concepto de Espacios Transicionales entre el afuera y el adentro, aquello que esta afuera y también adentro, algo que creo esta muy bien representado en algunas de las esculturas de Henry Moore y conceptualmente esclarecido con la idea de la construcción reiterativa de la identidad como un bucle interminable.

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