La babosa púrpura y el cemento del recuerdo


Jonah Lehrer es un neurocientífico que trabajó en el grupo de Eric Kandel y que escribió el año pasado una de las obras maestras de eso que he venido en llamar neurocultura. Se trata del libro titulado «Proust y la neurociencia» donde Lehrer trata de poner fin al secular desencuentro entre ciencia y humanidades tal y como propongo en la declaración de intenciones de este blog.

Lo cierto es que Lehrer trabajaba en el laboratorio donde Kandel hizo uno de los trascendentes descubrimientos que le valieron el premio Nobel en el año 2000 a partir de sus estudios sobre aprendizaje y memoria realizados sobre la babosa púrpura (Aplysia californica) un caracol de mar con un funcionamiento neuronal bastante parecido al nuestro y del que hablé en este post anterior.

El caso es que Lehrer -que tiene una formación tanto cientifica como humanística y mientras esperaba pacientemente los resultados de sus repetitivas y aburridas pruebas de laboratorio- comenzó a leerse «En busca del tiempo perdido» de Proust, para acabar cayendo en la cuenta de que las hipótesis proustianas eran de lo más cientifico y que los resultados de las pruebas objetivas iban dándole la razón al escritor en buena parte de su teoria literaria sobre el recuerdo. No hay que olvidar que la novela-rio que lleva por titulo genérico «En busca del» es en realidad una investigación sobre la memoria proustiana. Todo el mundo conoce la anécdota de la madalena y como el sabor de un pastel puede desencadenar una tormenta de recuerdos enredados en una malla semántica relacional de unas cosas con otras.

Fragmento del episodio de la madalena.-


« […] En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tila que mi tía me daba (aunque todavía no había descubierto y tardaría mucho en averiguar el por qué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando hacía buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té […]»

(Marcel Proust, En busca del tiempo perdido: Por el camino de Swann)

En realidad Proust se adelantó a la ciencia en más de un siglo al apercibirse de que los recuerdos no eran compartimentos estancos o fotos fijas del pasado sino que los recuerdos eran muy poco fiables y cínicos dado que cada vez que recordábamos algo en realidad lo estábamos sobreescribiendo. La memoria no seria pues un proceso mecánico simple sino constante, indeterminado y plástico donde en cada evocación habria un borramiento de la memoria original. Dicho de otra manera: que recordar es una forma de olvidar lo que realmente sucedió y sustituirlo por una secuencia de hechos que sean congruentes con nuestra concepción del mundo en el momento de la evocación.

Nótese en el fragmento de más arriba como el sabor de la madalena desencadena un proceso de asociaciones algunas de las cuales tienen sentido y otras parecen extraidas de las asociaciones oníricas como la parte de los japoneses.

El asunto que interesa a Lehrer y a la neurociencia es responder a esta pregunta ¿Como hacen los recuerdos para persistir tanto tiempo en la memoria?¿Como crecen, se rememoran y se asocian con otros? ¿Por que estos recuerdos y no otros?

Lo cierto es que un recuerdo a largo plazo tiene dos caracteristicas: su robustez y su concreción, pero la fortaleza de las ideas proustianas sobre el recuerdo proceden del hecho de haberse dado cuenta de su atemporalidad. «En busca del tiempo perdido» no es una metáfora sobre algo que se perdió (el pasado) sino una definición sobre los recuerdos inconscientes que son atemporales en el sentido de que se hallan fuera de la influencia de las secuencias temporales que definen la vida consciente, algo asi como si se encontraran a salvo de los vaivenes del olvido/recuerdo a la vez que plantean el interrogante de su indeterminación. La memoria a largo plazo está indeterminada y la fortaleza de su grabación como recuerdo indestructible ha de ir a buscarse a algun lugar más complicado que las especulaciones que la ciencia ha ido entretejiendo sobre los mecanismos de fabricación, consolidación y evocación de los recuerdos mientras los pensaba como algo estable o inmutable: un recuerdo a largo plazo es a la vez efímero e inmortal, ¿cómo explicarlo? .

Para saber más de estas cuestiones tenemos que abandonar a Proust y irnos a visitar a nuestra amiga la babosa púrpura, la preferida de los investigadores que escarban en los misterios de la memoria.

Uno de los ayudantes de Kandel, un tal Kausic Si comenzó a pensar que los recuerdos deberian estar alojados en un lugar distal al propio cuerpo neuronal para permanecer independientes de la influencia de la vida citoplasmica de la propia neurona a la vez que establecian relaciones con otras sinapsis. Los recuerdos residirian en la arborificación, en las dendritas de la propia neurona. Si nos imaginamos dos árboles cuyas ramas se tocan, es precisamente en estos cruces donde residirian los recuerdos y su asociación entre unos y otros. Pero una neurona deberia tener algun tipo de mecanismo para modificar una parte alejada de si misma. No habia mas remedio que buscar algun mensajero químico y como sabemos ya son las proteinas los mensajeros que inducen nuevas memorias. Kausic Si habia oido hablar de una proteina presente en los huevos de rana, esta proteina se llama CPEB.

La segunda parte de su investigación era comprobar que la citada proteina estaba en las neuronas de la babosa púrpura y si tenia alguna relación con la consolidación de los recuerdos del caracol.

La respuesta a ambas preguntas es, si. Se encontraba en las neuronas y tenia relación con la consolidación de recuerdos puesto que si se bloqueaba el caracol era incapaz de aprender nada.

La tercera parte del plan era identificar la secuencia de aminoácidos de la citada proteina, se encontró con esta secuencia donde cada letra representa un aminoácido (no importa cual):

QQQLQQQQQQBQLQQQQ

Kausic Si notó que la citada estructura secuencial de la proteina CPEB era un tanto especial y no parecia tener relación con las proteinas convencionales, parecia -en palabras del propio Lehrer- una proteina «tartamuda».

La cuarta parte del plan era encontrar proteinas similares y las encontró.

La CPEB se parecia a un prión.

Como casi todo el mundo sabe un prión es un agente infeccioso muy especial que no es una bacteria, ni un hongo, ni un virus, sino una proteina que además carece de ADN. Las noticias que tenemos de estos agentes infecciosos proceden de ciertas enfermedades raras que afectan al hombre y al ganado como el sindrome de Kreutzfeld-Jacobs, la pariente humana de «la enfermedad de las vacas locas» o del scrapie de las ovejas, todas ellas causadas por priones equivocados que saltaron de una especie a otra.

El asunto es que en nuestro organismo existen priones benéficos por asi decir, que no se dedican a provocar enfermedades (aunque seguramente están relacionadas con el Alzheimer) sino a contaminar dendritas de otros árboles.

Aqui podemos ver las dos formas de plegarse un prión, una forma activa y otra inactiva

La proteina CPDB es pues un marcador de dendritas que dice «aqui hay un recuerdo» y que tiene -como cualquier prión- dos estados, uno activo y otro apagado, cuando se enciende enciende a su vez otras ramas dendríticas de sus árboles vecinos y cuando se apaga parece no estar alli a pesar de que es indestructible e inmortal.

Lo curioso de todo este mecanismo es que la activación y desactivación de  la CPEB parece ser un proceso indeterminado o caótico aunque se conocen algunos mecanismos para que se ponga en «on» (la recaptación de serotonina o dopamina parecen operar en este sentido) pero tambien puede suceder porque si. Dicho de otra forma la CPEB es indepediente tanto del ADN celular como del ambiente neuronal como del medio ambiente extenso. No sabemos ni sabremos nunca porque un recuerdo permanece y otro se olvida, todo parece indicar que la memoria solo obedece a sí misma.

O quizá solo obedezca a los planes del individuo que la gestiona, a los planes del aqui y ahora y que se sostienen en una permanente manía para que nuestros recuerdos encajen con lo que pensamos hoy.

Este es el milagro de la neuroplasticidad del recuerdo y lo que hace de él algo permanente y al mismo tiempo sometido a modificación.

El prión CPEB es un conmutador que ahora enciende y ahora apaga una secuencia de recuerdos y qué está ahi aunque no sepamos de él, pero sabemos que una mayor densidad de este marcador está relacionado con una buena memoria y que su inactivación provoca amnesia de ciertos recuerdos traumáticos lo que le convierte en una futura diana terapeutica para tratar ciertos sindromes causados por experiencias traumáticas.

Bibliografia.-

Jonah Lherer: «Proust y la neurociencia: una visión única de ocho artistas fundamentales de la modernidad». Paiods transiciones 2010.

Si. K ,E.Kandel,y S. Lindquist: «A neuronal isoform of the aplysia CPEB has prion-like properties». Cell nº 115, 2003 pags 879-891.

14 comentarios en “La babosa púrpura y el cemento del recuerdo

  1. En SEBBM (Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular) 165 septiembre 2010
    Adolf Tobeña. (Departamento de Psiquiatría. Instituto de Neurociencias. UAB)
    escribe una reseña:
    «Artistas y neurocientíficos: una joint venture inviable».

    Marcel Proust y Eric Kandel son dos genios, cada uno en su campo.

    Me gusta

  2. “el sabor de la madalena desencadena un proceso de asociaciones” “¿Como crecen, se rememoran y se asocian con otros?”
    Eso creo que lo estudiaron bastante Hartley (contigüedad), Hume (contigüedad, semblanza, causa-efecto), Mill (añadiendo el parámetro frecuencia), Wundt (añadió la síntesis creativa), etc. etc.
    Magnífico post para entender que todo eso de la asociación no excluye (es compatible con) los priones, mejorando lo presente y sobre todo mejorando la morfogenética que no ubica la memoria en ningún sitio concreto sino en un limbo sin causaefecto. Qué potito que todo sea compatible…
    Lo cierto es que sí, que los recuerdos, no por duraderos son menos modificables o modulables a gusto del consumidor. Es bueno saber esto, sí.
    Felicidades por estar tan prolífico y tan genial últimamente, sus musas parecen estar en huelga de celo 🙂

    Me gusta

  3. Lo de la ciencia única, integrada y totalitaria; donde se juntan las ciencias y las humanidades me suena a algo dogmático, único, simple, singular y peligroso. ¿no será esto una idea propia del Fascismo?. No sé, no me gusta. Prefiero la diversidad, pluralidad, diferentes puntos de vista, alguien q discrepe ¿no?…

    Aquí dejo un artículo donde lo científico choca con lo social, si todo se reduce a ciencia biológico-cultural corremos el riesgo de esclavizarnos y justificar todo tipo de tropelias sociales por cuestiones biológicas de los individuos, ¿no?

    http://www.diagonalperiodico.net/Salud-mental-y-capitalismo.html

    Saludos.

    Me gusta

  4. No veo relación alguna entre el fascismo y la neurocultura, ni creo que sea nada peligroso ni qué tiene que ver con la discrepancia y con los puntos de vista de cada cual. No se me parece una idea muy Irracional, Irracional.
    Por otra parte la aplicacion politica de ciertas teorias sesgándolas a lo social nada tiene que ver con lo que yo propugno, pero nada que ver.

    Me gusta

  5. Paco, de nuevo felicitaciones por el trabajo. Deseo añadir que a pesar de que mi conocimiento de las neurociencias es muy limitado. me siento fascinada por cada nuevo descubrimiento personal, pues estos, para mi, nuevos conceptos, me ha abierto muchas puertas en mi camino para conocer la conducta del ser humano. Creo que hay una diferencia entre integrar saberes para poder construir nuevos, e imponer teorías como verdades únicas.

    ¿Podríamos también hablar de Freud y la asociación libre, para llegar finalmente a lo que él definió como el retorno de lo reprimido?

    Me gusta

  6. Elena, la mejor forma de consolidar un recuerdo es asociarlo a una experiencia negativa. Por razones evolutivas estamos diseñados para recordar aquello que puede provovcar daño, lo cierto es que las experiencias negativas o traumaticas generan una mayor sintesis de proteinas necesarias para consolidar los recuerdos.

    Me gusta

  7. Ety, Freud fue el primero en darse cuenta de los autoengaños de la memoria. De hecho -y fue muy criticado por ello- nunca se creyó las historias sobre abusos sexuales que le contaban sus pacientes. Y se planteó que o bien sus pacientes habian deformado sus recuerdos o el abuso sexual estaba a la orden del dia en Viena. Lo que Freud descubrió fue que en realidad no habia falseamiento malintencionado de la realidad sino que cuando se evocaba un recuerdo (que podia ser imaginado) otro recuerdo se asociaba a él y lo sobreescribía. Estos recuerdos eran sinceros pero falsos históricamente. Es por eso que se le ha criticado al psicoanálisis que construyera una teoria sobre la memoria infantil que siempre es catamnésica.

    Me gusta

  8. En cuanto a los recuerdos creo que también hay diferencias en esto entre hombres y mujeres. Según he leído la mujer tiene una mejor memoria emocional, es decir, recuerda sobre todo la emoción de amor, odio, dolor, humillación asociada al hecho. Esto provoca que cuando una mujer recuerda cierto hecho desagradable aunque la secuencia pueda estar falseada desde el inicio por haber participado de la subjetividad, las emociones revierten en ella como si lo estuviera viviendo de nuevo mientras que en el hombre el recuerdo se parecería más a una secuencia de cine : quienes participaron en un hecho, dónde sucedió, fecha del suceso, todos estos datos son recordados por el hombre eliminando la carga emotiva asociada a ellos por eso quizá puede observarlos con más objetividad. En la mujer al reproducirse de nuevo las emociones la vivencia se rememora como no superada y por eso se dice que las mujeres somos más rencorosas y vengativas. Pero quizá el rencor estriba en que al ser vivido con la misma intensidad es imposible de perdonar y poderlo objetivar, provocando en sucesivos recuerdos o bien una habituación o una sensibilización, dependiendo de la intensidad de la emoción pegada como cemento al hecho recordado.

    Me gusta

  9. Creo que las mujeres no tienen más memoria emocional que los hombres (en toda mi vida he oido semejante cosa), lo que sucede es que cada vez que recordamos algo lo cambiamos y es posible que un recuerdo evocado hoy pueda añadir (sobreescribir) ciertos elementos emocionales del hoy al recuerdo de entonces y como ya sabemos vivimos en un mundo de valores fálicos que han sido asumidos por las mujeres como valiosos (para ellas tambien). La paradoja es que las mujeres no tienen más remedio que masculinizarse si quieren medrar, desgraciadamente no hay otro modelo de género.
    Por otra parte no creo que las mujeres sean mas rencorosas que los hombres (por lo que llevo visto del mundo) al menos las mujeres que no optan por adoptar el modelo masculino vigente en nuestra sociedad. Lo que equilibra el rencor entre hombres y mujeres es el discurso de rivalidad-competencia masculino que es el que las mujeres abrazan sin pestañear.

    Me gusta

  10. ¡En toda tu vida has oído semejante cosa¡ No, no y que las mujeres somos más rencorosas y vengativas tampoco. Pues yo estoy cansada de comentarlo con muchas mujeres y muchas adolescentes y todas coincidimos en que es cierto, y todas tienen la apreciación de que el peor enemigo de una mujer no es normalmente un hombre sino otra mujer. Aunque esto debe ser como los mitos, no real.

    Pero bueno, como no lo has oído nunca me has obligado a buscarlo. Según Turhan Canli el psicólogo encargado de un estudio realizado por investigadores de la State University of New York ( esto al estar en inglés parece más importante todavía, cosas del mito) las mujeres presentan una mayor memoria autobiográfica debido a que la respuesta neuronal a las escenas emocionales es mucho más activa en las mujeres. Según este estudio las mujeres utilizan más regiones del cerebro relacionadas con el procesamiento de emociones que los hombres. Se activan distintos circutos neuronales para codificar los recursos, mientras que en el hombre se pone en funcionamiento en mayor medida la parte derecha del cerebro, lo que corroboraría mi hipótesis de que su memoria funciona más como una secuencia visual , en las mujeres es la parte izquierda la que se activa por lo que se podría pensar que sus recuerdos están más unidos al área del habla; su memoria sería por tanto más narrativa lo que hace que recuerden las palabras exactas pronunciadas en una conversación o los insultos pronunciados durante una bronca y aunque puedan falsear otros datos los relativos al habla los tienen mucho más grabados y seguros que un hombre.

    En el anterior comentario dije que la emoción estaba pegada como cemento a un recuerdo pero es más, quizá las emociones sean el cemento para fijar el recuerdo con lo que habría que pensar que las babosas y los caracoles si son capaces de aprender será porque sienten, poco o mucho pero sienten.

    Por último las mujeres, por lo general, somos más rencorosas pero también más tiernas, lo uno por lo otro, esto es lo que equilibra. El discurso de rivalidad- competencia creo que es igual en ambos sexos aunque tú dirás.

    Me gusta

  11. Nuevamente tus escritos me han llevado a reflexionar..pensar..recordar. Mis recuerdos, en muchas ocasiones, están relacionados con el sonido…. Recuerdo de chico, mi madre escuchaba la sexta sinfonía de Beethoven » Pastoral»… Solo al pasar el tiempo es que la misma ha tomado dimensiones y valores diferentes.. Las ideas se acomodan en nuevos espacios y sensaciones, imagenes y percepciones renovadas que mutan dando lugar a otros contextos que se mueven entre el llanto y la sonrisa.
    Gracias

    Me gusta

Deja un comentario