Salud mental y crisis económica


Suele decirse que las situaciones de crisis económica como la que estamos viviendo en la actualidad inciden de forma desfavorable en la salud mental de los ciudadanos. Más concretamente, en ciertos foros no profesionales se suele hacer una identificación entre las crisis financieras personales, las situaciones de paro o las condiciones desfavorables de la economía en general para asociarlas a un mayor consumo de recursos psiquiátricos por parte de la población.

Esta idea es probablemente cierta si atendemos como trastornos psiquiátricos a las patologías menores que usualmente invaden las consultas psiquiátricas, entendiendo como tales los trastornos de ansiedad, los trastornos depresivos, los trastornos distímicos, que han venido a llamarse trastornos psiquiátricos “menores”.

Pero no es cierto que las situaciones de crisis produzcan incrementos de la patología mental si la entendemos genéricamente. Para entender este argumento, baste recordar que la prevalencia de trastornos psiquiátricos en Europa es mucho mayor que en el Tercer mundo, lo cual significa que la pobreza correlaciona pero no es causa de trastornos psiquiátricos.

Lo cierto es que las enfermedades mentales “verdaderas” son tozudamente estables en una prevalencia que gira alrededor del 1% en la esquizofrenia y otro 1% en la psicosis maníaco-depresiva (trastorno bipolar), lo que viene a decir que la prevalencia total de psicosis en una población –incluyendo el trastorno delirante (paranoia)- ronda el 2,6% de prevalencia-vida en la población general, tanto en Europa como en el tercer mundo.

Estos datos sugieren que, aunque intuitivamente tendamos a pensar que las situaciones de crisis empeoran la percepción de salud mental por parte de la población, el aumento de determinados sufrimientos mentales se hace a expensas de trastornos psiquiátricos banales.

En el momento actual, todas las administraciones del estado se encuentran planteándose el tema del recorte sanitario debido a la situación de endeudamiento y de crecimiento insostenible que se han mantenido los últimos 30 años, y si escribo este post es precisamente para llamar la atención sobre lo que creo que sucederá. Me permito hacer una predicción a medio plazo sobre las consecuencias que estas restricciones tendrán sobre la población general.

Lo primero que me gustaría decir es que la psiquiatría sigue siendo la hermana pobre de la medicina y que, por lo tanto, estamos aún muy lejos de obtener para nuestra especialidad los recursos necesarios para atender a una población que obligatoriamente va a necesitar asistencia de por vida y, mucho más que eso: inversiones en múltiples niveles asistenciales que usualmente se traducen en personas y entornos terapéuticos o de contención y no tanto en tecnologías.

Partimos, pues, de una situación de asimetría con respecto al resto de especialidades médicas. Pero, además, hay que tener en cuenta que esta población cronificada, parcialmente tratada y mal atendida históricamente por los recursos asistenciales convencionales, es la de menor contractualidad social que existe entre los ciudadanos.

La mayor parte de los psiquiatras tenemos la percepción de que en la asistencia psiquiátrica se han destinado ingentes recursos a satisfacer las demandas de ciudadanos con sufrimientos triviales y que esta dedicación ha tenido como efecto colateral el de abandonar asistencialmente a amplias capas de la población que presentan patología psiquiátrica mayor y que, paradójicamente, no demandan por sí mismos asistencia. Pongo como ejemplo a la población carcelaria, a la población asilada, a los drogadictos (que, a su vez, presentan graves perturbaciones psiquiátricas), o –más genéricamente- a los parias y los desheredados.

De manera que es de prever que la crisis sí tenga un efecto sobre el sufrimiento de los parados, por ejemplo, agobiados por pagos, hipotecas o restricciones en el consumo, y es de prever, por tanto, que estas personas acaben acudiendo en mayor proporción que ahora a los centros de salud mental en busca de alivio para sus agobios existenciales. Así, lo esperable es que se consuman más recursos en estos grupos de población y se sustraigan de los otros, los “necesitados”, los que no votan, los que no tienen trabajo, los que ni siquiera tienen pensión, pues al Estado le puede interesar ahorrar recursos en esta población antes que plantearse restricciones en el uso de medicamentos que -a fin de cuentas- son los que aligeran las amplias y generosas bajas laborales, que representan la otra cara de la crisis económica actual.

La situación financiera de las comunidades autónomas es desesperada, y ya se están planteando recortes sanitarios que, de momento, sólo son globos-sonda para especular sobre su impacto, pero es indudable que pronto o tarde alguien deberá tomar una decisión sobre si se recortan procesos, camas, programas comunitarios o gasto farmacéutico. En cualquiera de estos casos, habrá perdedores y habrá presiones (estoy pensando ahora en las presiones de las grandes farmacéuticas) para que sus enfermedades o medicamentos no queden fuera del nuevo mercado. Quién ganará esta batalla es difícil de predecir, pero lo que es seguro es que los más perjudicados seguirán siendo los más débiles. Y, dentro del espectro de la medicina, aquellos enfermos crónicos con enfermedades incurables o de por vida, los cuales verán restringidas sus esperanzas de alcanzar una homologación con los enfermos agradecidos que se curan en tiempo y forma. El impacto de la crisis al final se percibirá en la salud mental con una reducción de los programas de rehabilitación psicosocial, las camas hospitalarias y la atención ambulatoria de pacientes severos, por no hablar de la huída de los enfermos mentales graves hacia formas no psiquiátricas de inadaptación (me refiero al vagabundeo o a la delincuencia).

Pero no todas las noticias son negativas. Tal y como ya comenté en este post, me hacía eco de una profecía sanitaria de política-ficción en el caso de que llegáramos al escenario económico previsto por Niño Becerra. En aquel post hablé precisamente de los males que son atribuíbles a la opulencia. Citaba como ejemplo la anorexia mental, los trastornos alimentarios, la obesidad y ciertas adicciones calificadas hoy como conductas compulsivas que, en realidad, sólo pueden darse en entornos de exceso y de opulencia. Lo cierto es que el exceso de recursos genera por sí mismo, también, mucho malestar, puesto que psicológicamente se conoce que la amplitud en el espectro de elegibilidad genera insatisfacción personal, sea lo que sea lo que se ha elegido. Cuanto más tenemos, más difícil se nos hace discriminar la necesidad del capricho. Cuanto más ganamos, más necesidades nos generamos artificialmente. Cuanto más opulenta es una sociedad, más trastornos se generan debidos a insatisfacción, algunos de los cuales son incluso incomprensibles o exóticos .

Las situaciones de restricciones sanitarias son, en cualquier caso, una reconsideración de la filosofía asistencial que ha alimentado nuestras sociedades en los últimos años y que puede definirse de este modo: café para todos. Naturalmente, el “café para todos” era insostenible y sólo la mezquindad y la cobardía de los políticos de turno ha retrasado la toma de decisiones en este asunto.

Ahora las reformas nos vienen impuestas por la realidad, y es de temer que los políticos sigan escamoteándonos la verdad a base de perjudicar a aquellos que no tienen voz.

7 comentarios en “Salud mental y crisis económica

  1. A mí, personalmente, lo que me preocupa de todo esto es la desconfianza y la desazón de mucha gente. ¿Es que todo era mentira’ Antes se hablaba de ciclos económicos. Ahora, ni se plantea.

    Cierto, lo que usted dice, las disfunciones mentales no obececen a ninguna realidad objetiva. Podemos sufrir, de hecho hemos sufrido, estando junto al mar con una mujer hermosa y mirando la tarde. Y con el coche lleno de gasolina.

    Precisamente por eso estamos, digo los locos, como estamos. Y precisamente es lo que más duele, no ser capaz de disfrutar cuando todo está a favor. Así que si ahora parece que el mundo se viene abajo, a nuestra estabilidad o inestabilidad le da un poco lo mismo. Si algo hemos aprendido es que la felicidad o la cordura o una pequeña tregua no tiene nada que ver con el bolsillo. Y si tiene algo que ver es otro problema, pero, digamos, no «el problema». Incluso diría algo más.

    Cuando charlo con la gente veo que se ahogan en un vaso de agua. «Que no han dormido una noche». Digo, madre mía, si yo he estado meses durmiendo 3 horas mal contadas cuando «esto» estaba en su apogeo. O mareado cincuenta veces delante de los folios a las 10 de la mañana sin más amparo que los huevos que uno le ha echado por querer seguir en esta vida.
    Y, también, le digo, maestro,que lo que usted ha escrito lo firmaría cualquier grupo antisistema, comunista, o de gentes rebeldes. Y lo digo en el sentido más amplio y admirable de la palabra.

    Salud.

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  2. Cuando la realidad supera la ficción, esta debe ser la máxima que no sé a partir de cuándo algúnos iluminados decidieron implantar en la realidad política de España y como consecuencia en la realidad social ¡ qué cantidad de realidades, por dios¡

    La carrera en la descentralización, proceso que consiste en fragmentar una unidad en múltiples unidades con sus propios centros- el centro por mucho que se quiera no se puede eliminar- lleva a que en la Comunidad de Madrid, en enducación, ya no sea una unidad y como tal con un centro, sino que en esta maravilla fragmentaria han conseguido que lo que antes era una provincia ahora se haya convertido en cinco que no se llaman provincias- porque hasta el idioma se fragmenta en una carrera descentralizadora ( perder el centro )- sino que se llaman DATs – direcciones territoriales de área, verborrea idéntica a la inigualable expresión «segmento de ocio» para hacer referencia al recreo- Bien, pues en esta nueva realidad DATENSE cada cual funciona con sus propios papeles, con sus propios informes, con su propio personal funcionarial y si trabajas en la DAT-este el restos de DATs ( oeste, norte, sur, centro) no saben nada de ti, de tal forma que si un año cambias de DAT necesitas aportar todos los papeles,todos los títulos, todos los documentos que acrediten tu existencia como profesional, pero aún más si por casualidad después de dos años vuelves a repetir destino en una de las DATs también debes aportar toda la información porque te han borrado, has desaparecido, has ido a parar a un sistema central… ¿ central? Donde con suerte en caso de hecatombe del sistema informático hasta te pueden recuperar como persona.

    Así que con » el café para todos» está claro a qué se referían con el pronombre «todos» cuyo referencia deíctica es en realidad todos aquellos que votan NO a viajar en clase turista, cómo viajar en una clase donde nos incluya realmente a todos si ellos ya se han encargado de fragmentar hasta el idioma y conseguir que ya nadie entienda a qué hacen referencia los pronombres.

    LA VOZ A TI DEBIDA

    Para vivir no quiero
    islas, palacios, torres.
    ¡Qué alegría más alta:
    vivir en los pronombres!

    Quítate ya los trajes,
    las señas, los retratos;
    yo no te quiero así,
    disfrazada de otra,
    hija siempre de algo.
    Te quiero pura, libre,
    irreductible: tú.
    Sé que cuando te llame
    entre todas las gentes
    del mundo,
    sólo tú serás tú.
    Y cuando me preguntes
    quién es el que te llama,
    el que te quiere suya,
    enterraré los nombres,
    los rótulos, la historia.
    Iré rompiendo todo
    lo que encima me echaron
    desde antes de nacer.
    Y vuelto ya al anónimo
    eterno del desnudo,
    de la piedra, del mundo,
    te diré:
    «Yo te quiero, soy yo».

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  3. Estoi de acuerdo, con estas reflexiones sobre la opulencia, pues son ciertas para mi, las he observado en mi (creo q cada uno tiene su mejor observatorio en si mismo) y las he comprendido en ciertos amigos, lo q el desasociego de la opulencia te ocasiona. Una cosa estener la capacidad de generar cierto ahorro, sintoma de salud mental y aconómica y otra es tener mucho poder económico y no tener buena salud del sentido inteligente del uso del dinero como generador de estabilidad social. La inteligencia de grupo es muy buena para la gestión y financiacion de proyectos en las q las personas marginadas q tienen deberes familiares. Construccion de viviendas, educacion y atencion a los hijos y un trabajo estable suficiente para crear vidas felices. Y siguiendo esta linea infinitamente se podria sanar la mente individual y colectiva estableciendo un crecimiento exponencial de la belleza de la vida.

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  4. Antes de nada, lo que ahora son DATs antes eran Áreas y para pasar la historia de un área a otra… directamente imposible. Garantizado. Directamente daban una copia del informe y… bueno para qué seguir. Así que no vamos a demonizar lo actual si lo pretérito no era mejor.

    Después, me maravilla que en un documento actual, firmado -sospecho- por un especialista del siglo XXI, que forma a pacientes, a familiares, a la sociedad en general en cuanto este es un documento abierto, colaborativo y participativo, aún se pueda leer el término «psicosis maníaco-depresiva» para referirse a los pacientes con trastorno bipolar, cuando ni en el DSM-IV ni en el CIE 10 ya se hace referencia a ese término obsoleto y que puede inducir no sólo a errores, sino a temores y ciertos prejuicios hacia pacientes que muy posiblemente jamás presentes cuadros psicóticos, según el tipo de enfermedad que padezcan.

    Ya hay suficientes leyendas y prejuicios alrededor de los enfermos mentales, no vamos a alimentarlas con términos antiguos, inexactos y que suenan a película de terror -¿prejuicio propio? Quizá, pero si lo tengo yo, lo puede tener más gente, y no van a ser tan benevolentes como yo-.

    Inma. MAP.

    PS: Y a Josemari… solo tú sabes por lo que has pasado. Que no se repita 🙂

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  5. Entiendo por tu comentario que eres una defensora de esos siniestros consensos que llamamos DSM o CIE de donde deduzco que vives en el pasado a través d euna careta de «modernidad».
    Entiendo que eres defensora de la conceptualización del «espectro bipolar» como una especie de revelación nosografica. Tienes una buena carrera por delante compañera.

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  6. Tienen razón los que defienden el nuevo sistema de organización. Es mejor tener que ir a San Sebastián de los Reyes, a Villalba, a Alcalá de Henares, y a Leganés para que te den un papelito… porque el papelito te lo tienen que dar a pesar de toda la informatización del sistema que en muchas ocasiones parece que se usa más bien como máquina de escribir nada más, que ir sólamente a Vitruvio y que allí te lo solucionen todo. El avance es inmejorable… hasta tal punto avanzamos que preguntando a los que se suponen profesionales funcionarios de la administración por un recurso administrativo nadie sabe dónde puede estar y el que más imaginación le echa te manda a Recursos Humanos por aquello de que la palabra recurso se repite. ¡ Fantástico ¡

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