La templanza


templanza

La templanza es un libro reciente de Maria Dueñas pero no voy a referirme a esa «templanza» sino a la otra, a la virtud cardinal y más concretamente lo haré describiendo la carta de una baraja, más concretamente la XIV carta de la baraja conocida con el nombre de Tarot.

Me parece una carta que cualquier terapeuta, psicólogo o psiquiatra debería conocer adentrándose en su simbolismo, porque el ángel que aparece presidiendo esta escena es en realidad un terapeuta o lo que es lo mismo un psicompompo o como conté aquí en este post, un catalizador.

¿Pero qué es un ángel?

Un ángel no es ni un ser divino ni un hombre corriente, se trata de un ente que se sitúa enmedio de ambos mundos: del cielo y de la tierra y aparece como alado porque su función es mediar entre el mundo de arriba y el mundo de abajo, es un mensajero, alguien que cuida de nosotros, que nos guía, nos aconseja y nos templa.

¿Qué es templar?

Templar es conseguir que algo conserve parte de su naturaleza al tiempo que se modulan algunas de sus propiedades para hacerlas más útiles, así templar el acero es conseguir que sea más duro y más flexible, templar un carácter es llevarlo a un estado superior de conciencia suficiente para ser mejor candidato a una sociabilidad o encaje mejor de una persona cualquiera, que viva más adaptado y feliz y que aprenda a no «meterse en líos gratuitos». Templar es favorecer la prosperidad y el buen uso de ciertos talentos que sin temple perecerían entre sus propias calamidades autoinducidas.

Templar es uno de los tres verbos que caracterizan a la lidia: parar, mandar, templar. En eso consiste la lidia de un toro. Parar para fijar su atención en el capote y deje de correr sin ton ni son, mandar para conseguir que pase por donde el torero desea sin cabecear ni hacer extraños y templar para que pierda su agresividad y sea posible torearlo a muleta. En eso consiste la guía espiritual para cualquier humano, hay que pararle, es decir conseguir que deje de hacer lo que está haciendo, mandar para que nos inserte en su vivencia subjetiva de autoridad y nos admire y legitime como guía y templar es decir modular sus pulsiones para que sus aspectos luminosos ganen espacio a su Sombra.

La templanza en cuanto virtud cardinal puede definirse según la máxima de Heráclito: nada en exceso, en este sentido la templanza se parece a la eutimia de Demócrito y a la virtud griega. En el sentido de los pecados capitales cristianos, la templanza es el remedio de la ira, de la fanfarronería, de la arrogancia narcisista. En el sentido esotérico la templanza tiene que ver con la superación de los contrarios, de la dualidad, algo que podemos ver en las dos vasijas que el ángel sostiene en sus manos.

Cada una de un color y a diferencia altura, del tal manera que el contenido de una de ellas se trasvasa a la otra en posición menos elevada. parece ser agua lo que se trasvasa, uno de los símbolos de la corriente que comunica consciente e inconsciente (El abrevador o Acuario). El ángel es pues alguien que sabe qué hacer con esos recipientes y que tiene la suficiente pericia para trasvasar el contenido de una en la otra sin derramarla. El ángel es pues alguien que da y que recibe, es sujeto y objeto y lo es simultáneamente.

El ángel dispone de un tercer ojo que aparece en su frente en forma de rosa.

¿Cómo reconocer al ángel hoy que ya sabemos que los ángeles no existen?

Mitad logos y mitad dionisos el catalizador se distingue no por sus saberes, sus conocimientos o su influjo magnético en ciertas personas sino porque carece de objetivos y por tanto no usa recursos ajenos, ni los malgasta, ni propicia desencuentros entre ellos, el catalizador es un iniciado que ha logrado conjugar sus asimétricos hemisferios y fundir la acción de su hemisferio izquierdo con la del hemisferio derecho. Ha superado la asimetría y con ella la dualidad,  ha dado un salto por encima de las vallas que separan a la mayor parte de los hombres con su mundo interior y que es causa de un cierto nivel dehemisfericidio (o déficit de integración) sea del derecho o del izquierdo.

el-mago

Le distinguireís por su manera de pensar, por el uso que dan a sus pensamientos, por cómo piensan las cosas, por su manera de fundir lo que sabe en algo de un nivel de definición que abarca todas las partes. Por su originalidad a la hora de plantear y resolver problemas pues no hay que olvidar que «La templanza» es la octava superior del Mago, creador pero tramposo, demasiado humano. Lo distinguireís por su mente sabia, la que va más allá del conocimiento y aplica la resta y el descarte de lo obsoleto. Le distinguireis por su capacidad de integrar lo nuevo y lo viejo sin esconderlo, separarlo u ocultarlo. Le disitnguireis por su falta de memoria sobre lo banal.

No es tampoco un hombre santo, ni un modelo de conducta para los jóvenes, es inútil buscar en él las perfecciones de la virtud que exigiriamos a un lider espiritual. No es nada de eso. El catalizador es un hombre común que ha logrado pensar de forma transversal aprovechando las prestaciones del raciocinio con las prestaciones de la intuición dando por resultado una visión nueva de las cosas: alguien que puede ver lo oculto en los demás porque antes lo contempló en sí mismo. Una visión nueva que no trata de amordazar ninguna de las formas que le precedieron, el catalizador no está en la estéril dialéctica cognitiva sino en la expansión de la conciencia. No está en la verdad sino en la práctica del dia a dia. No está en las ideas sino en el flujo de las mismas. No está en la razón sino en el uso moderado del juicio, ese que deja espacio para lo irrazonable, lo paradójico o lo inusual.

Bibliografía.

Sally Nichols: «Jung y el Tarot«

58 comentarios en “La templanza

  1. Dhammapada
    159. El hombre sabio actúa según aconseja a los demás. Aunque sea realmente difícil templarse a uno mismo, sólo el hombre que ha logrado templarse a si mismo puede guiar a los demás.
    160. Cada cual es su propio refugio. ¿Acaso podría haber otro refugio? Por ello, el hombre que ha logrado templarse a si mismo, alcanza el refugio más difícil de conseguir.

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  2. Al mirar la imagen de la templanza, me rememora a cuando queremos templar un brebaje caliente y lo pasamos de un recipiente a otro para que pierda el calor.

    Es pasar la infusion a la otra vasija el simbolo de ponernos en el lugar del otro?
    Que es más importante: en que vasija queda la infusión finalmente? O lograr que la infusión logre su templanza?

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      • «Los amantes tomaron vino día y noche.
        Beberán hasta que desgarren los velos del intelecto
        y derritan las copas de vergüenza y modestia.
        Cuando enamorados
        el cuerpo, la mente, el corazón y el alma
        ni siquiera existen.
        Transfórmate en esto,
        y nunca serás separado.»
        (Rumi)

        Aunque parezca contrario a la templanza, en mi opinión no lo es.

        (Será que Rumi tiene algo de Dr. Traver en lo «polifacético» de su arte para llegar a lo unitivo que está más allá del estado de separación.)

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    • Las vasijas representan lo de arriba (el consciente) y lo de abajo (el inconsciente), es necesario que los contenidos no se mezclen, pues si lo hacen aparecen contenidos inconscientes en el consciente llevando al ser humano hacia la alienación o la locura. El trasvase ha de hacerse poco a poco y con la delicada pericia de quien sabe manejar ambos recipientes como aquel que sirve la sidra. Alguien que ha estado del derecho y del revés, alguien que se conoce a si mismo como dice la maxima griega. Alguien que opera como una consciencia ortopédica del otro, una consciencia que sirve de apoyo a la consciencia-avatar del alienado.

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  3. » es un hombre común que ha logrado pensar de forma transversal aprovechando las prestaciones del raciocinio con las prestaciones de la intuición dando por resultado una visión nueva de las cosas: alguien que puede ver lo oculto en los demás porque antes lo contempló en sí mismo «.

    El psicopompo acompaña y conduce las almas al Averno, es atributo de Mercurio. El terapeuta muestra caminos, pero no es el único. Todo pensador muestra ‘su’ camino. La templanza, instrumento del psicopompo, es la virtud de saber dominar y regular los instintos propios (que obedecen a impulsos), pero también los de los otros. No es fácil balancear intuiciones (instintos, impulsos) y raciocinios; por eso es necesario equilibrar los hemisferios. Pues la templanza frena y a la vez fortalece. Templanza es combinar, unir, disponer acertadamente los elementos de un todo, organizar, regular, equilibrar. El verbo ‘temperare’ significa eso mismo, pero lo interesante en sí no es eso sino que procede de ‘tempus’: ‘templado’ (< 'temperatus') es, en lo etimológico, el que sabe administrar convenientemente el tiempo. Y de ahí 'temperamentum', "combinación proporcionada de los elementos de un todo", "proporción de diversas calidades en el cuerpo mixto", 'combinación', 'proporción', 'medida'… y también 'mezcla'. El agua templada (< 'temperata') es mixtura proporcional y conveniente de caliente y fría. Los cuatro temperamentos (o humores) de las medicinas hipocrática y galénica -flemático, bilioso, melancólico y sanguíneo- se asocian, cada uno de ellos, a las cuatro estaciones (y sus climas), y transitan por las dos vías (contemplativa / activa) que conducen a Dios. Pensar requiere de tiempo, de mucho tiempo; el tiempo propio es libertad. Pero para "ver" lo oculto en los otros, habiéndolo contemplando antes en sí mismo, es precisa mucha templanza, o sea, ¡mucho tiempo! Y silencio. No es posible templarse a la 'intemperie', que es justo lo contrario: la falta de moderación de templanza.

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  4. ¿Sabe una cosa?, este post me ha parecido exquisito.

    Sutil. Diferente.

    Además, aparece otro Paco.

    (Estarán todos integrados por ahí … y muestran distintas facetas).

    Me ha parecido muy certero, y quisiera intuir que no es él (el catalizador), tanto una persona determinada, sino más bien, algo así como una instancia, una energía, un principio… que podemos encarnar, «canalizar» cada uno de nosotros.
    Así que por ello, si no ando errada, esto se puede «cultivar».

    «Lo distinguireís por su mente sabia, la que va más allá del conocimiento y aplica la resta y el descarte de lo obsoleto. (…) su capacidad de integrar lo nuevo y lo viejo (…) Le disitnguireis por su falta de memoria sobre lo banal.»

    » el catalizador no está en la estéril dialéctica cognitiva sino en la expansión de la conciencia. No está en la verdad sino en la práctica del dia a dia. No está en las ideas sino en el flujo de las mismas. No está en la razón sino en el uso moderado del juicio, ese que deja espacio para lo irrazonable, lo paradójico o lo inusual.»

    ¡ Beautiful ! … ¿que más se puede agregar? .

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      • «Todos» o «ninguno». Anverso/reverso.

        A mi me gusta pensar que somos como una «Apertura», por la que entran y salen todas estas energías y «formas» para habitarla sin que la definan.

        Expresan lo que no-somos, en ese increíble juego. … pues el espacio no se puede definir.
        Pero es un espacio con Presencia.Con Ser. 🙂

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    • “Lo esencial es invisible a los ojos” Quizás lo esencial es invisible irremediablemente para quién tiene ya “de qué hacer en su vida” y/o para quien asume que ésta tiene un sentido simplemente dado/encomenDADO/pre-establecido. El Principito vino a la Tierra algo así como de visita: Sin ningún estandarte que plantar aquí, Sin un propósito dado de antemano: Su propósito lo descubrió en la travesía. Con los ojos de un niño miró al mundo y a las personas a su alrededor. Siendo nosotro@s seres humanos ya insertos en esta sociedad sería “de locos”, en el buen sentido de la palabra, plantearse tan valerosa entrega: El autodescubrimiento y la templanza de nuestro carácter. En un post anterior lo mencioné, pero creo que no se plasmé adecuadamente la idea.
      Sospecho, tú, Isabel, Anne, Paco y mi persona NO habitamos en una estructura neurótica tal por cual… Las otras opciones son estructura perversa y estructura psicótica…

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      • Esa respuesta te la di yo. Así que he releído aquel post y lo uno con este. Creo que no interpreté bien aquella exposición. Ahora, me parece entender que estás planteando que pretender el autoconocimiento y alcanzar la templanza resulta casi utópico cuando miramos a nuestro alrededor y vemos el tipo de sociedad en la que estamos inmersos. Si por ahí van los tiros, mi opinión de persona común, es que no vamos a cambiar el mundo, es imposible; pero sí podemos cambiar nuestro propio mundo. Es más, siempre tuve la sensación de que la única parcela del planeta donde podía actuar para obrar verdaderos cambios era en mí misma. La bondad bien entendida empieza por casa. Es necesario descubrir qué tengo dentro para saber qué puedo dar y de qué carezco (que es lo que más nos cuesta reconocer y aceptar). Y aquí agregaría el concepto de «experiencia» que ha aparecido entre los foreros. Por algo se dice que los años templan.
        Creo que fue Eric Fromm, en su libro «El miedo a la libertad», quien dijo que no estábamos libres de condicionamiento pero éramos libres para superarlos.

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      • Por supuesto. Esa respuesta me la diste tú. Por eso las comillas. Las uso cuando cito. Gracias por responder. Lo que me intriga más es sobre lo último. Una estructura neurótica tiene un objeto de deseo (objeto «a») definido, delimitado; son (ESTÁN) SUJETOS de (uno en particular) DESEO. Las estructuras psicótica y perversa son algo así como estructuras inconclusas. Quiero creer que, como un habitante de la primera, soy (¿somos?) maleable(s) en el sentido de que esta psrticularidad, este tercer ojo, el de la intuición (aquel que nos permite visualizar y palpar múltiples significados donde un neurótico estando bien neurótico sólo ve nombres… Ex: Qué es un tenedor? Eso que usas para comer spaguetti) es un don pero bajo situaciones de estrés un estigma en todo sentido posible.

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      • Anne Duplat, para meditar:

        ¿Quien es quien dice que tu no cambias el mundo?
        ¿Quien pone la vara de cuan bien lo haces?
        ¿Cual es tu primer convicción?
        ¿Como la recuerdas diariamente?

        «Tú eres lo que es el profundo deseo que te impulsa.
        Según sean tus deseos, será tu voluntad.
        Según sea tu voluntad, así serán tus actos.
        Según sean tus actos, así será tu destino.»
        Brihadaranyaka Upanishad IV.4.5

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      • Sergio, no sé si pueda darte alguna opinión aceptable a lo que me comentas. Verás, que no soy experta en psicología y la mayoría de mis conceptos y valores son producto de mi experiencia personal, más libros. No al revés.
        Vamos por partes, como dijo Jack El Destripador:
        ¿Qué es lo último que te intriga?
        ¿Quieres decirme que, en términos generales, nuestra sociedad actual es neurótica? No sé que diría Paco, pero creo que está cantado que algo no funciona bien. Entiendo que la neurosis conlleva altos niveles de angustia y nuestra sociedad está llena de angustia generando un estrés permanente. Cierta vez, una amiga psicóloga me dijo que en la neurosis el mundo se ve como un lugar siempre peligroso, siempre amenazante y se vive en estado de alerta y ansiedad constantes frente a acechos intangibles. Olemos el peligro, pero no sabemos realmente dónde está.
        Sobre la intuición, tengo una idea quizás muy mía y poco ortodoxa que tomé de mi marido informático y muy metido con la inteligencia artificial. No considero a la intuición como un don muy especial, sino como la capacidad de aprehender una realidad en forma sintética en poco tiempo. Se me ocurre que es una capacidad adaptativa para la supervivencia que se nutre de la experiencia.
        Reuniendo las parte, pienso que, tal vez, bajo la presión que causa una sociedad neurótica en realidad estamos en alerta permanente y eso nos bloquea la posibilidad de hacer uso de la capacidad intuitiva.
        Pero vuelvo a repetirte, no soy experta, así que esto te lo puede aclarar mejor Paco.

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      • Martín, me ha parecido excelente tu aportación, y comparto que uno mismo debe ser el combustible que nos mueva, pero veo que la influencia de mis acciones se limitan a un radio demasiado pequeño como para pensar que podría cambiar el mundo. ¿Por qué? Porque cambiar el mundo no solo depende mi voluntad sino de, por lo menos, siete millones más de voluntades.

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      • Es interesante Sergio lo que dices. 🙂
        Seguramente, lo que en verdad somos, es más allá de las formas.
        Y «formas» no se refiere sólo a nuestro «cuerpito serrano» más o menos esbelto, sinó a la «forma» de nuestra personalidad.
        En mi opinión aquello opera, no sólo «más alla» de la personalidad, sinó «más acá», atravesando y hasta aprovechando, todo: neurosis, psicosis, perversión.
        Cuando digo «aquello» me refiero al «Sí mismo» que no es el sí mismo del ego.
        Me refiero a ese impulso que tira y empuja en sentido contrario al otro tire y empuje que en nosotros busca lo más fácil: «dormir»…. lo fácil, el mero placer, lo que nos sumerje narcoticamente en una especie de limbo embotado.

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      • «En mi opinión aquello opera, no sólo “más alla” de la personalidad, sinó “más acá”, atravesando y hasta aprovechando, todo: neurosis, psicosis, perversión».

        Tate, Patricia! 🙂

        Esa tríada es como una armazón estructural: formas de atravesar y de manifestar las Formas …

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      • Es una expresión que vendría a significar «detente», «párate» para indicar que algo de lo que se ha dicho es importante y así caer en su cuenta.

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      • Hola Anne «¿Quieres decirme que, en términos generales, nuestra sociedad actual es neurótica? » Creo que una sociedad necesita de siervos y señores, de sacrificios, de ladrones, de torquemadas, de gente optimista y confiada, de patriotas, de traidores, de gente que rinda culto a un Ideal, un Tótem, a un Otro (el Otro Real Lacaniano) que es al fin y al cabo a quien nos dirigimos incesantemente, quien nos legitima cuando decimos que algo está mal o algo está bien. Una sociedad está repleta de neuróticos no patológicos que fían su cordura y sentido de existir a algún Otro

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      • Isabel, que bueno que hayas entendido y compartas esto de que aquello opera, no sólo “más alla” de la personalidad, sinó “más acá”, atravesando y hasta aprovechando, todo: neurosis, psicosis, perversión”, porque a veces no se entiende esto.

        Tate! jájáaa! nunca lo había escuchado. 🙂

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      • El mundo es un lugar muy grande. A mi entender, lo mejor que se puede hacer es conocerse y actuar acorde

        Tao Te King cap. 29
        El mundo es. un vaso espiritual que no se puede manipular.
        Quien lo manipula lo empeora,
        quien lo tiene lo pierde.
        Porque, en las cosas,
        unas van por delante, otras detrás.
        Unas soplan suavemente, otras con fuerza.
        Unas son vigorosas, otras débiles.
        Unas permanecen, otras caen.
        Por esto, el sabio rechaza todo exceso,
        evita lo pródigo
        y rebaja toda exhuberancia.

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      • ¡Ay, que me has pillado, Sergio! Al no ser especialista en la materia, como veo que lo eres tú, sería una torpeza de mi parte intentar opinar. Una debe reconocer sus límites. Eso sí, me han dado muchas ganas de ponerme a leer, aunque sea para informarme mejor, sobre lo que tú planteas.

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  5. Sr. Traver, muy buen post, no sé cómo ha realizado el ensamblaje con el de los catalizadores, pero lo ha hecho!. Supongo que habrá cosido con un hilo y una rueca de oro que hace que los temas resulten como una linda colcha de patchwork.

    Yo le agradezco que haya formulado la pregunta al principio de qué es un ángel, pues aunque suene raro y dada mi tendencia al esoterismo, jamás me había parado a preguntarme qué cosa podía ser un ángel. Ya ve, en casa de herrero, cuchillo de palo. El punto de vista que ha dejado me ha parecido muy atinado y me he puesto a pensar que sí, que el ángel como mensajero suele aparecer como una llamada o anuncio de despertar a la conciencia. Creo que en este sentido está en la carta El Juicio.

    La dirección que le ha dado al tema recurriendo a la Templanza del Tarot en su vertiente de psicopompo, pues tampoco había caído, y ha resultado fenomenal el desarrollo posterior, creando en mi muchos «runrunes» que paso a comentarle. Por cierto, gracias también a Sannio, soy muy fan del rastreo etimológico y su aportación me ha resultado muy-muy interesante, me ha traído unas cuantas cavilaciones.

    Paso a comentarle algunos de esos «runrunes»:

    «En eso consiste la guía espiritual para cualquier humano, hay que pararle, es decir conseguir que deje de hacer lo que está haciendo, mandar para que nos inserte en su vivencia subjetiva de autoridad y nos admire y legitime como guía y templar es decir modular sus pulsiones para que sus aspectos luminosos ganen espacio a su Sombra».

    Usted no se ha dado cuenta pero según iba describiendo las fases del arte del toreo yo he visto descrito tal cual y por analogía lo que algunos magos llaman «neutralizar al adversario». Neutralizar es otra forma de ver el torear, aunque el neutralizar está quizás más allá de querer infligir una derrota pues lo que procura es neutralizar lo combativo, que es propiamente el desarmar. Pero bueno, para esto, mejor leer a Sun Tzu 🙂

    Según lo iba leyendo iba asomando en mi la idea de la transmutación de los metales y el proceso de cómo convertir el plomo en oro, o sea, cómo hacer que la sombra no le gane espacio a los aspectos luminosos de la personalidad, elaborándose así la verdadera alquimia espiritual puesto que con ella se describe el verdadero combate que se desglosaría según el sufismo en dos vertientes: la Pequeña Guerra Santa y la Gran Guerra Santa. La Pequeña es la exterior, con los otros como espejos. Y la Gran Guerra es el combate interior y al que todos, pero todos, estamos llamados. Y es en este terreno, de adentro-afuera y de afuera-adentro, donde cabría hablar de tempanza y de templar la espada, sea que tengamos la lengua muy larga o el filo muy corto dado que el lenguaje construye narrativas y por lo tanto, crea realidades.

    El guerrero, que es legión, (pues somos todos pequeños y grandes guerreros) ya sabemos que es un ser eminentemente rajásico, y que por lo tanto llevará en su seno muchas pasiones, algunas más violentas que otras porque al ser un contenedor de deseos más o menos intensos, su insatisfacción puede ser por ello «magnificada» por lo que todo ejercicio de actividad, y por lo tanto de acción, suele venirle muy bien para «descargar», pero en tiempos de paz, y a falta de actitudes y afán deportivo, el guerrero en su reverso negativo, cambiará el hacha y/o la espada por una navaja en la faltriquera, para aporrear con el filo de su lengua, y que es como la navaja, muy pequeña pero terriblemente lesiva.

    Unas veces, jugará con esta espada o navaja como si fuera un ejercicio de adiestramiento entre compadres por aquello de no «oxidarse», y otras, las más, por pura necesidad de descarga adrenalítica, invistiendo a los otros con el ropaje de «adversarios» unas veces elegidos estrategicamente y otras así a lo bruto y sin discriminar, un poco sin ton ni son, como el matón que va buscando el codazo en la discoteca. No saben ellos, que el Buen Combate, como el buen guerrero, es «el combate de la recta conciencia», que «consiste en conocer lo divino y no hacer daño a ninguno de los hombres, para que así toda contienda se vuelva Puro Intelecto».

    🙂

    Cuando la Fuerza, que es la cualidad y el talento del guerrero, y relacione esto con aquello que le dije con la carta La Fuerza y sus enormes brazos, no está al servicio del orden y del derecho, de la Justicia, y sólo está al servicio del instinto, no vale de nada razonar con ellos y apelar a la razón pues como dice Cortázar, «la razón sólo sirve para disecar la realidad en calma, o analizar sus futuras tormentas, pero nunca para resolver una crisis instantánea «, ya que el ardor y la furia guerrera es como la amorosa y suele moverse más en la inmediatez para hablar más o menos así:

    »Sobre tus lomos pajizos
    Llévame esta noche
    Al cobertizo».

    🙂

    En fin, que ahí estamos, como indica esa carta del Tarot, todos metidos en ese destino de templar la espada e intentando realizar un trasvase adecuado de nuestras emociones de un cántaro a otro, en equilibrio y con cierto malabarismo de no derramarnos en exceso, pues sólo la dosis hace el veneno.

    Se templan emociones, puesto que en el athanor se están forjando «a fuego» los conocimientos, y además de aprender las reglas de un buen combate también hay aquí música y danza, aquello que decía Nietzsche de que no creería en un hombre que no supiera bailar tiene mucho que ver con aprender a tocar un instrumento, y entiéndase esto de manera literal y metafórica, puesto que en muchas imágenes los coros de ángeles portan instrumentos de cuerda, que es un elemento aéreo y que suele contraponerse a otros instrumentos más telúricos, como quizás sea la gaita, ya que he visto en muchas láminas de representación de las Danzas Macabras del medievo que el diablo como la muerte suele portar una. Y ahora que me acuerdo, no fue Apolo el que retó con su lira al sátiro Marsias y a su aulós de culto dionisiaco? 🙂

    Se dice que el laúd evoca el camino del medio, el camino en el que las cuerdas si están demasiado apretadas se rompen y si están demasiado flojas no llegan a producir sonido. Si alguien ha estado justo al lado de un gaiteiro, mejor que tome cierta distancia, la gaita es mejor escucharla «a lo lejos», muy cerca resulta «atronadora», y no es casual que el diablo lleve el título de Príncipe de la Potestad del Aire y del Trueno. 🙂

    Y ya para terminar mis «runrunes», ya que antes hablamos de cosas que estaban al derecho y al revés, de anversos y reversos, me gustaría recordar que Apolo compartía su reinado con Dionisos, también descendiente de Zeus, lo que significaría que «ambos son hijos de la Unidad que el dios de los cielos representa». Plutarco, asegura que Apolo y Dionisos son las dos caras de una misma moneda, y que tanto Apolo como Dionisos procuran al hombre un tipo de delirio que, aunque manifestado de maneras diferentes, tiene que ver con el «furor» poético y la profecía».

    Lo que aquí se dice, creo, es que Apolo y Dionisos, procuran una «borrachera» constituída por elementos que aunque parecidos no son iguales: uno, Apolo, la embriaguez abstémica y el otro, Dionisos, el furor coribántico, que es precisamente sobre lo que disertó Nietzsche a lo largo de toda su obra, pero dejando asomar la patita que lo conducía, a mi modo de ver, al llevar casi todo el agua al huerto de lo dionisiaco. 🙂

    Así que esta Templanza del Tarot también puede ser un recordatorio de cómo conciliar lo apolíneo y lo dionisiaco, un recordatorio de que en la mesura y en la mezcla está el equilibrio y que la «conjuctio» consitiria en hacer de elementos aparentemente antagónicos, una sopa de complementarios.

    Todo símbolo, como es éste, es multidimensional y por lo tanto, polisémico. Cada perspectiva viene a enriquecer la mirada de quien lo contempla.

    🙂

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    • Qué bonito y qué bien has hablado, Anne. Y con pocas palabras. Me da que sabes calcetar. 🙂 Lo que has señalado es un poco lo que al final sugería Sannio con la etimología de «tempar». Un tiempo para el repaso y el juicio. Ahora la palabra «enjuiciar» se ha cargado con muy mala tinta y hasta el auto-juicio es visto con sospecha.

      🙂

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      • Antes, te agradezco la referencia de los libros. Me ha dejado muy intrigada el de ese pueblo chino. Trataré de conseguirlo. Ahora voy con la pista. Al lugar que hemos llegado durante los años vividos hasta este instante, no hemos llegado solo por nuestro único esfuerzo. Y esto va por ti, que eres agrónomo: hasta ha habido una simple hoja haciendo fotosíntesis para que nosotros nos mantuviéramos vivos. Cambia la palabra aciertos por logros, quizás sería más adecuado.

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      • Pura navaja de Ockam, Ragnar. Así de sencillo. Mantener una predisposición al agradecimiento es buen antídoto para la soberbia y, a mi juicio, ayuda a alcanzar la templanza.

        Contestando a un participante usé como ejemplo un libro que te puede interesar: «Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal», de Stefano Mancuso, Editorial Galaxia Gutenberg.

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      • Anne, ni imaginaba un libro así. El mundo vegetal es mi pasión, así que iré a por ese libro.

        A parte de esto, y muy alejado del tema de este post, pero aprovechando que en el foro actual te encuentro y siempre que al Dr. Traver le parezca oportuno, quería preguntarte algo sobre una «hipótesis» que planteaste en el post «El largo y sinuoso camino hacia lo femenino II» (que yo recién he leído anoche). …»Con ánimos de ciencia ficción, sería algo así como que el varón fuera una eterna mujer modificada genéticamente que no puede borrar definitivamente su condición de tal, pero a su vez sabe que ya no hay marcha atrás y debe, inexorablemente, ser varón». Es cierto que, si no se activa adecuadamente el SRY, el feto sigue su curso femenino y estéril. Pero lo que tú planteas va más allá de la genética pura y dura. Sonará tonto lo que voy a preguntar, pero fue lo que se me vino a la cabeza ni bien lo terminé de leer: ¿cómo llegaste a esa idea?

        Desde ya te digo que no me siento «violentado», es más me ha parecido una hipótesis interesante.

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      • Lacan llamaba a este fenomeno «la puissance a la femme», el empuje hacia la mujer. El retorno al hogar del periplo del heroe es una metafora de esta vuelta a lofemenino. ¿Hay algo más femenino que un anciano?

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      • Ragnar, Paco te lo ha respondido muy bien. Lo que yo hice fue retroceder más en el tiempo para proponer el inicio del periplo del héroe en el mismísimo cromosoma Y. Cuando leí los posts de Paco acababa de terminar con un libro inquietante, «La maldición de Adán» del genetista Bryan Sykes. Sé que ha corrido mucha agua desde 2004, año en que se publicó y la genética ha seguido buscando respuestas, pero hay reflexiones muy interesantes que no cambiarían con aportes de más datos. El capítulo 25 del libro, donde él resume la soledad de Y desde el momento en que asume la responsabilidad de determinar el sexo masculino en los mamíferos, me hizo preguntarme si lo que Paco explicaba podía tener una raíz genética, al tratarse, el periplo del héroe, casi un proceso universal.

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      • Anne, cuando he leído lo que tú y el Dr. Traver me habeis contestado, se me ha venido a la cabeza el Ciclo del Agua, que es cerrado y donde el agua va cambiando sus estados, bajo la presión del medio en el que se encuentre, pero nunca su formulación. El agua siempre será agua aún estando contaminada. Las grandes masas de agua serían lo femenino donde comienza y termina «el periplo del héroe». Y cada héroe es el agua que vuelve al, «al hogar» de origen como río. Visto así, el mundo se convierte en algo puramente femenino. Parece que lo femenino va cambiando sus estados como lo hace el agua, pero nunca su formulación: siempre será H2O. El varón es algo femenino que cambia «de estado» por causas genética y retorna a lo femenino ya no física, sino psíquicamente.

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  6. Dr. Traver, magnífico post. Completa mi idea, tan funcional, de la templanza vista como una capacidad para docificar el mundo de las emociones, aprendida mediante la acumulación de experiencia. Hay cualidades que usted señala en las que yo no había reparado. Ahora bien, le pregunto ¿cuál sería la antítesis de la templanza? ¿La violencia?

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  7. Acabo de toparme con este texto. Lo dejo para el disfrute de todos. Y para sabiduría del guerrero que quiera tomar nota y aprender a pelear con la templanza de un buen gallo de pelea: 🙂

    «Ki-sing-tsé entrenaba un gallo de combate, para el emperador Suan de los Tchou. Al cabo de diez días, como se le pedían noticias, dijo:

    -Todavía no se encuentra en estado de combatir; aún es vanidoso y testarudo.

    Diez días más tarde, interrogado de nuevo, respondió:
    -Aún no; todavía responde al canto de otros gallos.

    Diez días más tarde, dijo:
    -Aún no; todavía es nervioso y apasionado.

    Diez días más tarde, dijo:
    -Ahora está preparado; ya no presta atención al canto de sus semejantes; al verlos, no se conmueve más que si fuera de madera. Todas sus energías están reunidas. Ningún otro gallo se mantendrá ante él».

    🙂

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