Competencia espermática


Si es usted mujer le propongo un experimento mental:

Imagine que el dia de su ovulación tiene usted coitos con distintos hombres (no importa el número) lo que importa es plantearse esta pregunta ¿de quién cree usted que quedaría embarazada?

Es dificil saberlo -por las razones que más abajo abordaré- pero usted tiene una ventaja sobre ellos. Usted tiene la convicción de que -sea quien sea el padre- ese hijo será suyo y llevará un 50% de sus genes.

Sus partenaires sexuales tampoco pueden saber quién fue el afortunado que la dejó embarazada, es por eso que los machos de todas las especies han inventado estrategias distintas para asegurarse una mínima seguridad. Las triquiñuelas que los machos inventaron para asegurar su descendencia son fascinantes en toda la escala animal: desde aquellos que taponan el tracto genital de la hembra con una especie de resina a fin de impedirle copular con otros hasta los que hacen durar el coito varios dias montando a su pareja para impedir la llegada de intrusos.

Nombraré a continuación algunas de estas macroestrategias a escala social: para un macho, más importante aun que disponer de al menos una hembra con la que copular es asegurarse que serán sus espermatozoides y no otros los que lograran fecundarla, asi algunos repiten constantemente breves y repetidos coitos a fin de asegurarse dar en el blanco durante el estro, aunque lo más seguro es hacerse con un buen harén de hembras y el acceso en exclusiva algo que sólo puede mantenerse a través del amedrentamiento.

En algunas especies los machos inventaron la poligamia que está basada no tanto en la sumisión de las hembras sino en la intimidación del resto de machos, asi en las especies poligámicas como los leones o los elefantes es predecible que los machos jovenes paguen un peaje muy alto si quieren reproducirse pues tendrán que -o bien conformarse con alguna hembra periferica ,con mala calidad de genes- o bien retar al macho alfa a un combate por el dominio del harén.

La poligamia es una estrategia reproductiva con muy altos costes para los machos y es por eso por lo que la evolución siguió indagando sobre otras maneras de repartirse mejor las parejas sexuales disponibles.

La monogamia por ejemplo es una estrategia muy representada en las aves (más que en los mamíferos) pero no resuelve tampoco el dilema de los machos a la hora de saber con cierta seguridad de quien son los polluelos, puesto que la infidelidad de las aves es mayoritaria, tanto en ellas como en ellos, todo lo cual nos lleva a la conclusión de que la monogamia es una estrategia buena en el sentido de que permite compartir la inversión parental en la camada pero no asegura la paternidad en ciertos casos, más aun si tenemos en cuenta la tendencia de ellas a liarse con casados (como sucede con los gorriones) y la de ellos en picar de flor en flor. Todo parece indicar que el coste de la monogamia es la infidelidad en todas las especies.

Lo interesante de todas estas anécdotas es caer en la cuenta de ciertas correlaciones anatómicas entre estrategias reproductivas, tamaño de los testículos y otras. Es interesante observar – y para referirnos más concretamente a nuestros antecesores los simios-, que el gorila que es poligámico posee unos testiculos muy pequeños (a pesar de su tamaño corporal) en comparación con los testículos humanos que se parecen más a los del orangután. Los chimpancés que son promiscuos poseen unos testículos mas grandes que los humanos.

Lo que significa que el tamaño testicular correlaciona con el estilo reproductivo. Es lógico, el gorila no tiene rivales masculinos y por tanto no precisa competir a nivel de espermatozoide con ningún otro. Sin embargo los chimpancés no compiten tanto macho contra macho (son gregarios, sociales y promiscuos) y lo hacen en la carrera de espermatozoides hacia el óvulo. En la siguiente tabla podemos observar comparativamente estos aspectos:

Volviendo a la pregunta o experimento mental que le propuse al principio del post, una respuesta adecuada sería que usted quedaría embarzada de aquel macho poseedor de espermatozoides mas veloces que procederían seguramente del macho más viril con el que usted copuló. La velocidad de los espermatozoides depende de los niveles de testosterona, de modo que es lógico pensar que usted quedaria embarazada de aquel macho viril con altos indices de testosterona que seria el que lograra fecundarla.

¿Pero es esto verdad?

Lo cierto es que los biólogos daban esta teoria como cierta hasta que Ambrosio Garcia Leal añadió otra variable aun más sorprendente.

La variable no tiene tanto que ver con el tamaño sino con la forma del pene humano: un émbolo.

¿Para qué necesita el sapiens un pene emboliforme?

Según Garcia Leal el pene emboliforme es una estrategia para desplazar los espermatozoides ajenos que anteriormente hubieran  logrado penetrar en el claustro vaginal. De manera que no es seguro que usted quedara embarazada del macho más testosterónico participante en su orgía sexual sino quizá de aquel que tuviera un pene mas diseñado para ejercer esa succión de vacío que desplazara los restos del festín anterior.

En esta otra tabla podemos ver comparativamente otra cuestión de interés.

Me refiero a algo cualitativo: ¿como saber si una especie es monogama o lujuriosa? ¿Como podemos obtener objetivamente datos sobre esta cuestión?

Los biólogos contabilizan un parámetro: la relación entre embarazos y parejas sexuales. Si usted contempla la anterior tabla comparativa obervará que las hembras de los gorilas son muy pulcras comparadas con las hembras chimpancés.

Nosotros ocupamos un lugar intermedio entre ambos simios (muy parecido al orangután) ¿significa que los humanos estamos más cerca del gorila que del fogoso chimpancé?.

En este momento puede usted misma hacer una sencilla división en cuyo numerador deberán figurar todas las parejas sexuales que ha tenido en su vida y en denominador los embarazos llevados a término.

Cuanto más se aproxime  a 1 más casta será usted considerada.

El caso es que esta modalidad de contaje no sirve para los humanos que tenemos embarazos electivos y disponemos de métodos y mecanismos anticonceptivos y de una extensa vida climatérica donde no hay que correr con el gasto reproductivo en cada coito. Lo más probable es que si contáramos nuestro «índice de promiscuidad» dividiendo parejas sexuales por embarazos nos saldria un numero abrumador que dejaria a los fogosos chimpancés en un segundo término.

El sapiens es el simio más lujurioso que existe y es además por naturaleza promiscuo. Ambos sexos lo son.

Y sucede por una cuestión evolutiva: la promiscuidad es la estrategia sexual que mas asegura la variabilidad y la diversidad de la estirpe, a cambio, claro está de entender que perjudica severamente a las hembras autosuficientes que la practican que quedan así sin la ayuda suplementaria de un macho doméstico. Lo inteligente sin embargo es combinar las tres estrategias y eso es lo que hacemos, ahora monógamos, después promiscuos y mas tarde poligamos, aunque como la poligamia es ilegal hemos encontrado un truco al que llamamos monogamia sucesiva, es decir tener varias parejas monógamas sucesivamente.

¿Entonces qué somos evolutivamente hablando?

La paradoja humana sugiere que por una parte y en relación con el dimorfismo sexual entre machos y hembras , que es modesto en comparación con el gorila, una orientación hacia la poligamia, mientras que el hacer recaer el atractivo femenino entre caderas cintura y mamas parece señalar en la dirección de  una selectividad masculina mas propia de un apareamiento monógamo con una inversion parental importante por parte paterna.

La solución a esta paradoja segun Garcia Leal es la siguiente:

Los humanos serian esencialmente monógamos pero facultativamente polígamos y con una cierta dosis de apareamientos extraconyugales oportunistas a semejanza de las aves monógamas. Pero otra posibilidad seria una poliginandría restringida, un matrimonio múltiple entre las hembras y los machos más cotizados como parejas sexuales presumiblemente combinadas con una monogamia marginal en el rango social más bajo y en torno a aquel nucleo poliginándrico dominante. La promiscuidad tolerada en torno a este núcleo y su consiguiente competencia espermática podria haber creado las condiciones evolutivas para construir penes grandes y emboliformes en coexistencia con testiculos pequeños, dado que el humano no precisaria la producción de espermatozoides supernumerarios como los chimpancés.

Bibliografía.-

Ambrosio Garcia leal: «La conjura de los machos: Una visión evolucionista de la sexualidad humana (Tusquets, barcelona, 2005)»

19 comentarios en “Competencia espermática

  1. ¿Pero qué diantres tiene que ver un pene emboliforme o la poliginandría restringida con la neurociencia? A no ser por el experimento mental dirigido a ellas al comienzo.. jejeje, pero bueno, ventajas de publicar libremente en un blog. Como apunte personal, dejar escrito que no soy nada fan de la perspectiva evolucionista del hombre (y menos aún en varios temas, la sexualidad entre ellos).

    Un saludo.

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  2. Pues tu te lo pierdes porque la perspectiva darwinista de la psicologia es muy divertida, fijate que aun no sabemos como somos sexualmente y que existe una fuerte disonancia entre lo que deberiamos ser y lo que somos, yo creo que recordar que procedemos del mono es algo muy conveniente para dejar de imponer a los otros nuestros propios ideales y tambien creo que la sexualidad vista desde un punto de vista evolutivo tiene mucho que ver con nuestro cerebro y por tanto con la neurociencia.

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  3. Excelente post y, muy curioso por la complejidad que entraña cuando hacemos referencia a la vida sexual de los humanos. Siendo mucho más sencilla en cualquier otra especie donde los organos sexuales creo que han sido dieñados para complir una función reproductiva y nada más; de lo contrario se darían placer en cualquier época del año o momento, sin más intención que gozar el sexo como hacemos los sapiens dotados con excelentes herramientas, jeje.
    En serio: el sexo empieza en el cerebro, como el pensamiento es la energía necesaria para hacer posible el acto; pensamos y luego actuamos.
    Investiguemos pues ahora que es primavera, no?, jaja.
    Un abrazo.

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  4. El gran invento de las hembras del sapiens es la ovulación silenciosa, es decir la desaparición del estro que llevó a una disposición sexual permanente por parte de ellas. Dicen que eso fundó la inteligencia humana y la cultura propiamente dichas y seguramente tambien estableció lazos mas intensos entre ambos sexos.
    hasta ahora se creia que la monogamia es un invento de ellas (a las que favorece por los cuidados paternales) pero hoy y después de haber leido ese libro de Garcia Leal pongo esa idea en el frigorifico. Tan promiscuas son ellas como nosotros, aunque eso si, combinando esta estrategia con la de toda la vida, la monogamia.

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  5. Excelente e interesante artículo. Iba a añadir lo del estro silencioso de la mujer pero veo que te me has adelantado. Dejo caer, por si te interesa tocar el tema, la peculiar existencia de la menopausia que, por cierto, sólo se da en hembras humanas y orcas 🙂

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  6. Sobre la promiscuidad femenina creo que no se ha hablado demasiado profundamente, y estoy totalmente de acuerdo en que en realidad es tanta -si no más- que la masculina. Es obvio que puede haberse reprimido o contenido debido a causas socioculturales, pero en el fondo de la promiscuidad yace una evidencia: a la mujer suele producirle un extraño placer el estrenar ropa, el cambio de ubicación de muebles, el cambio de look: el estreno al fin y al cabo, la novedad. Rara es la hembra que no conoce ese extraño placer de *estrenar* algo, de lo nuevo y desconocido. Ignoro las razones evolutivas o antropológicas, pero creo sinceramente que esas son meras proyecciones o volcados de un anhelo que existe posiblemente tanto en machos como en hembras (sólo que tradicionalmente al macho le ha sido más factible o menos punible llevarlo a cabo) pero que, a su vez, tiene también su lado negativo como casi todo y por eso lo mejor acaba siendo la monogamia sucesiva, como dice el maestro Traver 🙂

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  7. No sabia lo de las rcas Shora, ya lo he retuiteado.
    Yo creo Ana que la monogamia sucesiva es una mala solución por aquello de los recursos compartidos, me apunto a la idea de Ambrosio de la ,monogamia-promiscuidad que es una buena solución para los gorriones (sparrows) 🙂 … y para las gorrionas.

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  8. Precisamente me toca bregar ahora con esa perspectiva darwinista e insisto que se me queda corta. Quedo de acuerdo con que pone de manifiesto la diferencia entre lo que deberíamos ser y lo que somos, o mejor dicho, entre lo que somos y lo que parece que somos. En lo que discrepo es en lo de que nuestro pasado simio nos quite de imponer ideales a los demás; no hallo causalidad entre saber y constatar que venimos del mono con una mayor tolerancia o facilidad de convivir con las ideas de los demas.

    Y aceptamos pene emboliforme como animal de compañía. Una de las patatas calientes de la neurociencia ha de ser el debate entre considerarse ombligo del mundo, ya que todo de alguna manera queda vinculado a lo -neuro, o delimitar, con cierta relatividad, eso siempre, su campo de acción. Yo ahí de momento no tengo ni opinión ni voto.

    Un saludo

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  9. Más que la imposición de un modelo sexual coercitivo yo hablaría de la práctica de un modelo sexual en armonía con la integridad y dignidad de una persona, sin caer en la acusación o condena de la promiscuidad simiesca. Ahora bien, de la teoría a la práctica hay un trecho.. pero ¡con la esperanza siempre de poder completar el recorrido!

    Un saludo.

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  10. Interesante artículo,
    Y donde quedaron los bonobos, hasta donde tenía entendido eran el grupo más promiscuo, además de que no practican sexo solo para reproducción sino para el disfrute y deleite…

    Lo interesante de esto es cuando se imponen ciertas leyes, ideales y donde surgen los tabues, para que los comportamientos sexuales queden enmarcados dentro de los permitido y no permitido en la cultura….Cuando las instituciones imponen un modelo ideal de ser humano, como la iglesia, pero a la vez es muy difícil de que se cumpla….

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  11. Partiendo de la base de aceptar pene emboliforme como animal de compañía!!» 😉 me parece interesante la propuesta para entender el comportamiento sexual a través de justificaciones neurobiológicas.
    Pero no cabe duda que un estabilidad en la pareja, genera más felicidad y equilibrio que la poligamia (cosa sospechosa y ligada a países menos desarrollados…) o la monogamia sucesiva contemporánea (incesante búsqueda de la felicidad en el/lo otro).
    Mas opiniones
    http://www.inteligenciaemocionalysocial.com/512/uncategorized/la-monogamia-secuencial

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