¿Es normal la homosexualidad?


Allan Turing 

Antes de seguir con este post contestaré inmediatamente a la pregunta. Afirmativo, la homosexualidad es normal, es decir no es una enfermedad, ni un trastorno.

Lo cierto es que ni la medicina, ni la psiquiatría, ni la psicología han podido aportar respuestas a esta pregunta. La psicología evolucionista por su parte ha presentado algunas hipótesis que tienen una evidencia muy débil y que se encuentran siempre con un problema que deriva de la siguiente pregunta ¿Por qué los homosexuales siguen existiendo si su descendencia es inferior a la del resto de la población?¿Se trata de una pregunta que también afecta a algunas enfermedades como la esquizofrenia, a las que se les supone un origen genético. Efectivamente, si la esquizofrenia tiene un origen genético y no es adaptativa a la vez que disminuye la fertilidad de sus miembros, no se comprende demasiado la supervivencia de tales genes. Se trata de la conocida paradoja de la esquizofrenia.

La homosexualidad representa una paradoja similar si la consideramos una condición genética. No es tampoco una perversión sexual (tal y como sostiene Otto Kernberg), la prueba es que una pareja de homosexuales puede sostener una famiilia, la crianza de los hijos a largo plazo y no tener ninguna complicación psiquátrica con más frecuencia que las heterosexuales. Es cierto que los homosexuales son más promiscuos que los heterosexuales pero este fenómeno puede estar relacionado con la inexistencia de hijos o parejas solidas en las cuales emerja el amor y la fidelidad a la manera de la pareja monógama. Por otra parte esta promiscuidad afecta a los varones pero no a las lesbianas más interesadas en la intimidad del nido que en los merodeos . Solo las mujeres bisexuales son más activas que la media de su género aproximándose a la frecuencia de los varones heterosexuales..

Por otra parte tenemos demasiados ejemplos de homosexuales ilustres, tanto en el mundo de la ciencia como en el arte, la filosofía, la medicina, la literatura o la ingeniería. Grandes hombres han dado testimonio de su talento. No parece razonable pensar en ellos como enfermos. La enfermedad precisa de «infirmitas», es decir de una cierta infirmeza, o debilidad en la salud.

El gen gay definitivamente no existe y de existir seria un complejo de genes interactuando unos con otros de tal modo que nos resultaría imposible predecir qué combinación daría como resultado un fenotipo gay. Lo mismo sucede con la esquizofrenia lo que nos permite sospechar que existe un tipo de selección que no tiene como objeto al individuo concreto (evolución en cuatro dimensiones) sino más bien a la especie en su conjunto con el fin de asegurar su variabilidad aunque esa variabilidad disminuya la posibilidad de ser fértil. Otra de las hipótesis -esta más exótica aun- es la hipótesis del germen gay que aun posee menos evidencias.

De manera que hemos de cambiar nuestro punto de vista sobre las condiciones de selección natural. Es muy probable que existan otras fuerzas en juego, en este caso culturales que vayan más allá del «fitness», es decir de la aptitud inclusiva. Supervivencia y reproducción no son las únicas fuerzas que intervienen en la selección natural. La evolución no sólo opera sobre rasgos genéticos sino también sobre rasgos conductuales, ambientales, mórficos y simbólicos.

En este momento la pregunta debería ser ésta. ¿Por qué la evolución diseñó cerebros homosexuales?

Naturalmente la respuesta a esta pregunta está en relación con la identificación de una o más ventajas. ¿Qué ventajas tienen los homosexuales por el hecho de serlo?

La ultima de las teorías evolucionistas se publicó recientemente: la idea es que la homosexualidad evolucionó por razones sociales y no sexuales. El autor de este articulo   sostiene que la homosexualidad es un subproducto de otra cosa:

«El sexo y la atracción gay pueden haber evolucionado porque las personas con cierto grado de atracción hacia el mismo sexo se beneficiaron de una mayor movilidad social, integración y vínculos sociales más fuertes entre personas del mismo sexo.

Esto puede sonar contradictorio, dado que las personas homosexuales están socialmente marginadas, excluidas e incluso criminalizadas en muchas sociedades.

Sin embargo, nuestro argumento aborda la evolución temprana de la sexualidad humana, no cómo fenómenos relativamente recientes donde la religión y las estructuras legales basadas en la religión han respondido a las minorías sexuales».

Un ejemplo estaría relacionado con ciertas etapas de la humanidad que han sobresalido por sus hallazgos estéticos, científicos o culturales en general. Grecia y el Renacimiento son dos casos donde la homosexualidad estaba tolerada, incluso prescrita, siempre y cuando no fuera absoluta.

En el siguiente post me propongo indagar precisamente en esta dirección y  relacionarla con esta idea: la homosexualidad es una conducta que evolucionó por razones culturales desde algún lugar donde la heterosexualidad era la norma y que no es ajena a la evolución de la belleza, del arte, del amor o de la religión».

Dicho de otra forma: necesitamos saber no tanto las razones o causas de la homosexualidad sino más bien cómo evolucionó la sexualidad humana y sobre qué ejes fluctuó en distintas épocas.

Personalmente me inclino a pensar que uno de los hitos evolutivos de la sexualidad humana son la invención de la belleza y el amor. No pudo haber amor antes de que se descubriera la belleza, una característica dual: hay una belleza femenina y una belleza masculina, del mismo modo que hay un amor hetero y un amor homo. La belleza y el amor pudieron representar la fusión que el cerebro llevó a cabo en su dialéctica perpetua en la guerra de sexos: masculino-femenino, vertical-horizontal, lineal-redondo, alto-bajo, cerebro-cuerpo, nature-nurture,  lo apolineo-dinonísiaco, sol o luna, lo celeste y lo terrestre, o lo robusto y lo grácil.

Haciendo un ejercicio de ingeniería inversa podríamos pactar que los cerebros actuales están más balanceados que nunca, tanto hombres como mujeres presentan características biológicas de ambos géneros. En general es cierto que se ha roto la polarización clásica y que los esquemas clásicos e rasgos típicos para cada sexo están evolucionando hacia un cerebro isosexual.

Hay dos razones evolutivas para que los individuos se muevan cada vez mas hacia el centro de esa campana: la selección sexual y la hipótesis de la domesticación. Pero hay otras razones que no son evolutivas sino antropológicas: huir de la Gran Madre y de sus arquetipos devoradores es tarea tanto de hombres como de mujeres y es una explicación de porqué la misoginia es fundacional en nuestra especie

 

Nota liminar.-

Evolución en cuatro dimensiones según Jablonka y Lamb

Así , en esta web los autores del articulo dicen citando a Jablonka y Lamb (Evolution in 4 dimensions):

La idea de que una especie posea un rasgo determinado lleva consigo la idea de que este rasgo debe tener cierto soporte hereditario que lo transmita de generación en generación. Desde hace poco se está empezando a dejar atrás el error de pensar que el soporte es exclusivamente genético. Sin embargo, se está estableciendo la idea de que existen otras formas de transmisión hereditaria. Según Eva Jablonka y Marion Lamb, existen otras tres vías de evolución además de la genética: la vía epigenética, la vía conductual y la vía simbólica [Así, los rasgos no son genéticos o adquiridos, o genéticos al X% y adquiridos al (100-X)%, sino el resultado la interacción continua de dos tipos de información, la genética y la del entorno, donde el entorno se compone del entorno de cada célula del organismo (epigenético), el entorno del embrión, y el hábitat y el entorno social.

Aqui hay un buen artículo sobre el libro de Jablonka y Lamb.