El hombre de los lobos


paint_1El hombre de los lobos es uno de los casos más famosos del psicoanálisis, el paciente Sergei Pankeiev era un aristocrata ruso que fue analizado por Freud y después de la segunda guerra mundial por Ruth Mack Brunswick. Sergei fue -podriamos decir- un paciente «profesional» que pasó a ser un mantenido del movimiento psicoanalitico hasta su muerte. El interés de este caso es histórico y clinico por los dilemas que aun plantea su diagnóstico.

Histórico porque a través de su análisis descubrió Freud la escena primaria, es decir dedujo que la contemplación del coito entre los padres por un niño pequeño se constituia en un trauma psiquico por la imposibilidad del niño de entender la verdadera naturaleza del coito. También sirvió a Freud para enunciar la naturaleza infantil de la neurosis y las transformaciones que recorren las formaciones del inconsciente desde su primitiva forma infantil hasta la neurosis adulta. Por ultimo Freud propone algunas fantasias y teorias infantiles respecto al embarazo, el parto y la ansiedad de castración.

Y clínico por los interrogantes diagnósticos que plantea, Freud le diagnosticó de una neurosis obsesiva, sin embargo Ruth Mack Brunswick que le vió años más tarde le diagnosticó una paranoia. Aun hoy los autores no se ponen de acuerdo sobre el diagnóstico de Pankeiev, hasta él mismo en su autobiografia parece que alimenta el debate al contar que en realidad el sueño por el que ha pasado a ser famoso fue un invento, lo que añade a los dos diagnósticos anteriores una actitud de impostura que en mi opinión puede deberse a su identificación con el papel de enfermo que construyó gracias al interés que suscitó en el movimiento psicoanalitico. La identidad vulnerable de Pankeiev acabó enroscada en la fabulación.

Para mi, sin embargo, más allá del interés que puede tener el diagnóstico o los diagnósticos que acaparó en su evolución lo más interesante de este caso es la formulación de los distintos mecanismos de defensa y mentales que erige una persona para eludir o repudiar algunos significantes. No me cabe ninguna duda de que Pankeiev en su neurosis infantil deseó ser su hermana, o mejor una mujer en posición a tergo como observó a su madre aquella tarde de Agosto en su dacha. Por qué no terminó siendo homosexual es la pregunta interesante que subyace a este caso al observar las maniobras tan dificiles que tiene que elaborar un niño cuando decide -en su sensibilidad morbosa- eludir lo que de instintivo hay en él para retorcer su pulsión informe aún y transformarla en el campo de pruebas de la fantasia donde todo es posible. Pankeiev más que nadie nos enseña hoy que el paciente hace algo para enfermar, no es solamente una victima inocente de sus circunstancias, que lo que sucedió tiene en realidad poca importancia si lo comparamos con lo que Pankeiev hizo para evitar el dolor, la minusvalía en relación con su padre y su hermana y con su deseo de ser una mujer.

Nadie enferma por contemplar el coito entre los padres, sino por no hacer lo que hacen los niños normales: hacerse los dormidos y tratar de que los padres no descubran que andamos excitados y atemorizados. La contemplación del coito por parte del niño no es desde luego aconsejable por perturbadora pero no es un trauma en sí misma, son las fantasias y constructos psicológicos posteriores los que complican la evolución libidinal del niño que tiene que dar cuenta de esa excitación y situarse en algun lugar en la escena: o bien como agresor (el padre) o bien como victima amada, la madre. Pankeiev optó por esta ultima posibilidad y cumplió entonces su deseo: el me querrá tanto como a ella (si) yo me someto a su poder.

Pero la sumisión masoquista en los niños varones con respecto a un hombre es dificilmente asumible y por esta razón la neurosis de Pankeiev no termina aqui: «no es a él a quien me someto sino a ella (la hermana), aqui se produce la primera inversión y Pankeiev transforma su posición femenina y masoquista en odio. El terreno para la neurosis obsesiva se encontraba asi preparado.

La presentación de diapositivas y la exposición del caso corrió a cargo de la PIR de nuestro servicio Iria Sanjurjo.

El caso del «hombre de los lobos».

El-hombre-de-los-lobos en diapositivas

11 comentarios en “El hombre de los lobos

  1. Esta reflexión “la contemplación del coito por parte del niño (…) no es un trauma en sí misma, son las fantasias y constructos (…) los que complican la evolución”
    me recuerda a lo que dijo Epícteto, que no es la cosa-en-sí sino la idea que tenemos de la cosa-en-sí la que nos hace sufrir.
    Interesantísimo.
    Y qué bonito nombre, el del ruso.
    Aplausos 🙂

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  2. Oia, justo lo que yo deseaba comentar, Ana. Sì, màs que atinado ese pàrrafo. ¿Y no podrìa ser que el constructo neuròtico de esa escena fuese en gran medida creado en la situaciòn psicoanalìtica? Se ve que el ruso era muy hàbil para pescar què querìan escuchar los otros. Asì le fue, pobre . . .

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  3. Si nos fijamos bien en como copulan a tergo casi todos los animales (por ejemplo, los gatos), la impresión que nos llevamos es que se trata de un acto muy violento. Muchos animales muerden (por ejemplo) a la hembra para ayudarse a mantenerla en una posición «fijada».

    Supongo que si ves esto en tus amados papás y mamás cuando eres un niñito/a, la impresión de una violación traumatica es francamente inevitable. Así que no tiene nada de particular que el niño resignifique esta visión, cuando puede y tiene que hacerlo, de forma traumatizadora.

    ¿No?

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  4. La clave está en esa palabra «resignificar», ¿cuando se hace eso? ¿a qué edad? El caso del hombre de los lobos nos enseña que con independencia de la visualización de la escena Sergei hace algo más que asustarse, construye una complicada trama de fantasias, de inversiones y desplazamientos a fin de ocultar su deseo de ser una mujer, de ocupar el lugar de la madre en aquella escena.

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  5. Yo de niña no les ví pero sí les oí muchas veces y juro por Dios que la impresion que me llevaba es que tras esa puerta cerrada ocurría mucha violencia, muchísima, es decir una impresión muy desagradable, pero el hecho de crecer, comprender (con la Razón), saber, etc. no disocia ese sonido de voces ahogadas con una sensación que es a la vez de violencia y de placer. ¿Será que las cosas se archivan por orden cronológico en vez de por orden lógico? Ahhh…..

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  6. No sé, tú dirás lo que quieras, Paco, pero yo ese recuerdo-grabación lo tengo vivísimo y no lo interpreté intelectualmente, creo yo, sino emocionalmente: violencia. Y ahí está y ahí sigue su interpretación……..

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  7. Pues yo no me acuerdo de nada y además de verdad, siempre fui muy inocente.
    Los recuerdos no se archivan, sino que se recuperan del mismo modo en que se «grabaron»: reclutando secuencias neuronales y además los recuerdos son poco de fiar porque los transformamos en la conciencia secundariamente con elaboraciones intelectuales o con mecanismos de defensa como Pankeiev, asi que podemos recuperar recuerdos de varias épocas y contenidos, ponerlos juntos, agitarlos y creer que algo vimos, oimos o pensamos, pero seguramente eso lo hacemos después.

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  8. mira… si estás tan angustiada porque esas voces que escuchas tienen una conotacion violenta, hace algo por tu vida y analizate, xq autointerpretandote te va ir igual que al hombre de los lobos… fijate q fantasias tenes vos sobre lo que es el coito… posiblemente seas histerica con un fantasma masoquista, pero no hagamos conclusiones aalizate y conta que descubrise besos va con onda:)

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