Repensando a Dios (XIX)


Dios existe pero los dioses que adoramos son todos falsos (Freixedo)

La primera distinción que me gustaría hacer en este post, donde pretendo llegar a una conclusión (provisional) sobre la manera en que nos imaginamos a Dios, tanto su existencia como su inexistencia, es decir que las religiones no tienen nada que ver con Dios. Son proyecciones de los hombres organizadas políticamente para cohesionar los pueblos por medio de las creencias, por eso los dioses paganos poseen todos los vicios de los hombres y algunos de sus sentimientos y emociones. Todo depende de lo que se proyecte, hasta llegar a los dioses moralizantes. Otras religiones sin embargo son ateistas y sitúan el centro de la experiencia religiosa (iluminación o Nirvana) entre las potencialidades del hombre. Se trata de religiones sin Dios.

Pero la idea de dioses vengativos, celosos o viciosos no es privativa de la mitología griega y podemos rastrearla en el Yahvé bíblico. Recordar la manía de Yahvé por los sacrificios, la sangre y el tratamiento de los despojos de la carne de los animales. En el libro de Salvador Freixedó se explora esta debilidad de los dioses por la sangre, por determinadas vísceras (como el hígado o los riñones) y determinados procedimientos para llevar a cabo los sacrificios, usualmente por degollamiento a fin de aprovechar la sangre de la manera más útil para ellos. El resto de los despojos podía quemarse una vez apartados de las -digamos- zonas nobles.

Yahvé es el Dios de los judíos y de los cristianos (después del revisionismo de Jesus) y cómo en todas las religiones nos impuso una serie de restricciones sobre la comida, la bebida, los sacrificios y la vestimenta, el decoro y la conducta sexual. Los ayunos, abstinencias, la prohibición de comer carne, del alcohol, o los mariscos. La prohibición selectiva de comer carne de cerdo o de vaca está representada en todas las religiones y la prohibición de matar animales incluyendo a los insectos se encuentra aun activa en otras.

Del mismo modo todas las religiones imponen el culto colectivo en determinados templos erigidos a ciertos dioses, los sacrificios (holocausto) se suelen realizar en sus puertas y requieren la participación activa de todo el grupo de creyentes que están obligados no solo a acudir a esos lugares sagrados de forma obligatoria sino a participar en su liturgia con una frecuencia dispar según religiones. Nosotros los cristianos estamos obligados a oír misa una vez por semana, los Domingos, que fueron creados por Dios para descansar (aunque los judíos celebran el sábado). Todo parece indicar que a los dioses les gusta vernos reunidos, postrados ante ellos. es como si la cohesión y sincronización de los cerebros de los creyentes amplificara algo que para ellos es vital. La mente colmena es el sueño de todos los dioses conocidos y lo que más les gusta a los dioses son ciertas emociones excitadoras como el dolor, el miedo, la expectativa y la incertidumbre. Aunque lo cierto es que nosotros los cristianos hemos sustituido la sangre por el vino, vale la pena recordar que el vino es el sustituto simbólico de la sangre y lo es tanto por su valor calórico y energético, también por el color.

De modo que la creencia de que nuestros dioses son protectores es una verdad a medias. Lo son en un sentido podríamos decir infantil pero al mismo tiempo practican una especie de sadismo contra nosotros que se manifiesta en ordenes arbitrarias, castigos irrecurribles y cierta tiranía en su gobierno espiritual. Uno no acaba de entender qué tiene que ver el amor con la sangre y los sacrificios. Es como si los dioses fueran adictos a algo que tenemos nosotros tanto los hombres como los animales. También los vegetales aunque en menor grado. Es por eso que los incendios también son del gusto de los dioses.

Hay múltiples dioses según culturas, unos benefactores y otros malvados, si bien ellos nos contemplan del mismo modo que nosotros vemos a las gallinas: sirven para alimentarnos, ellos los dioses no nos quieren para comernos (excepción hecha del tema de la sangre) sino para imponernos su mandato. Lo que pretenden es dominarnos, sin más. Los malos dioses viven de nuestro dolor y algunos exigen sobre todo sumisión. Pero hay una característica que une a esos dioses moralizantes que llamamos monoteístas: todos prometen premios en la otra vida para los que acaten sus mandatos. Si no hubiera una promesa de otra vida es muy poco probable que ninguna religión hubiera tenido éxito más que como una cosmogonía despojada de su función exotérica es decir aglutinadora y cohesionada.

Pero en realidad de Dios no sabemos nada, ni qué quiere, ni cómo es, ni qué proyectos tiene para el mundo, qué opina del cambio climático y ni siquiera sabemos qué opina de la ideología de género. Lo que si sabemos es que existen castas sacerdotales -no siempre religiosas- que se ocupan de transmitirnos sus mensajes y que esas castas tienen o han tenido mucho poder en la historia de nuestro mundo, entrando constantemente en guerras de religión es decir dividiendo el mundo en un nosotros-ellos, poco definitorio en teoria de lo religioso.

Antes de contaros mi idea sobre Dios quiero contaros una historia de ciencia-ficción que leí en Stanislaw Lem que se llama “Solaris” y que podéis leer al completo en el vinculo arriba señalado que es en realidad una reseña de la novela. Pero adelantaré alguna cosa sobre ese océano gelatinoso que Lem describe en Solaris. Vamos a pensar un poco:

¿Qué sucedería si existiera una forma de inteligencia a-biológica, una inteligencia o pensamiento inmaterial? ¿Seria necesario que esa inteligencia se comunicara con nosotros? ¿Seria necesario que tuviera algún proyecto para la humanidad? ¿Se puede pensar sin intentar comunicarse? ¿Algún tipo de inteligencia que procediera de la enormidad, de la masa de algo aparentemente informe o mineral como Solaris?

El oceano de Solaris.-

Solaris es un planeta un poco especial, está constituido por un océano gelatinoso que prácticamente ocupa todo el planeta, lo interesante de este océano es que tiene ciertas características que influyen en aquellos que se le acercan, una influencia sutil, como caricias de terciopelo a los que se les acercan, caricias que no tocan, pero sin duda la influencia más relevante es que es capaz de apropiarse de recuerdos de los nautas y al mismo tiempo de corporeizarlas.

Su superficie está cubierta principalmente por lo que parece el océano de la consistencia gelatinosa, según algunos estudiosos, un ser sensible único y gigantesco capaz de influir incluso en el movimiento del planeta en órbita alrededor de un sistema estelar binario -con dos soles- debe ser irregular y, por lo tanto, no adecuado para el desarrollo de la vida. De manera que los científicos saben que el planeta ha modificado su órbita de un modo autónomo, conformando adaptaciones a ese orbitar por dos soles. esta actividad adaptativa es una prueba de que en él hay algo vivo, algo parecido a una inteligencia.

Mimoide de Solaris

La actividad de Solaris se manifiesta por la generación continua de estructuras complicadas y gigantescas de naturaleza incomprensible, de material coloidal que se consolida y licúa. Las estructuras más grandes se presentan como representaciones multidimensionales, a menudo con la aparición de emulaciones de estructuras humanas como ciudades; los estudiosos han catalogado tales manifestaciones con nombres extraños como «mimoide» , «simetríada» y «asimetríada» . Algunos investigadores creen que Solaris es capaz de pensar, a pesar de la imposibilidad total de identificar cualquier patrón de comunicación en sus manifestaciones materiales. El propósito de las diferentes misiones es establecer contacto con el planeta y comprender su verdadera naturaleza. A pesar de la gran cantidad de estudios en todas las ramas de la ciencia (que en la novela se define como una disciplina en sí misma, la » Solaristica «) , el planeta y su Océano siguen siendo un misterio absoluto: Solaris escapa al conocimiento humano, para aquellos que pueden ser los datos recogidos o las teorías formuladas.

El espíritu oceánico.-

La primera idea que asocié a través de la lectura de Solaris fue la idea de «espíritu oceánico» de Roland, que mantuvo un «contacto» epistolar con Freud:

«El sentimiento oceánico se manifiesta en el sujeto como la percepción de que las fronteras entre el yo y el mundo se diluyen por un instante. Esta disolución permite al individuo captar el mundo como totalidad orgánica, interdependiente y bella en sí misma. Los problemas personales se tornan nimios y durante unos momentos nuestro cuerpo se llena de un inusual placer beatífico”

¿De dónde provendría esta sensación? Para Rolland y para aquellos abiertos a la trascendencia, el “sentimiento oceánico” sería una ventana abierta a un mayor nivel de comprensión de la realidad, un estado mental cercano a la iluminación yogui . Es decir, estos estados de conciencia, ya surjan de manera espontánea o sean buscados, nos permiten intuir la imbricación profunda y con sentido de todos los elementos que constituyen la pluralidad de lo que percibimos. Este sentimiento sería, según Rolland, el origen de la religión, pero también es posible que se trate de una experiencia que admita variadas hipótesis como las solaristas.

Freud, desde una perspectiva atrascendentalista, no negará el sentimiento en sí sino la interpretación que de él hace Rolland. El psiquiatra hace un análisis de como se genera en nosotros el concepto de yo; el bebé durante la gestación no siente claramente los límites físico que existen entre el líquido amniótico y su propio cuerpo. En este primer estadio, es un uno indiferenciado con la madre gestante pero el parto no cambia sustantivamente este sentimiento de indiferenciación; el niño solo aprende que es algo distinto al mundo que le rodea tras un largo proceso de desarrollo, en este proceso comprende que el placer y el dolor no proceden de uno mismo sino que es generado por entes distintos a él. De este modo, paulatinamente adquiere la capacidad yoica, y llega a distinguirse del mundo circundante y, por lo tanto, a ser autoconsciente. En este punto Freud concluye que tal sentimiento no puede ser el origen de la religión ya que la fuerza creativa de la mente humana nace de la satisfacción de una necesidad, no de la regresión momentánea a un estadio psíquico anterior». De modo que Freud estaba equivocado puesto que la experiencia oceánica no es una regresión sino una elevación.

El caso es que la experiencia oceánica existe y me llama la atención los paralelismos existentes entre el funcionamiento de la mente humana, los estudios de la neurociencia y los estudios sobre el océano de Solaris, pues como en la mente humana somos capaces de observar su superficie pero no los mecanismos que están debajo, tenemos que suponerlos tejiendo una red causal que se revela siempre incierta. Por ejemplo, conocemos bien como funciona la razón pero no sabemos porqué existen vivencias irrazonables, el apego no es razonable, ni la prohibición del incesto ni mucho menos la fobia o vergüenza de los niños a los extraños o a la oscuridad.si bien existen algunas diferencias entre nuestro cerebro y Solaris como veremos inmediatamente.

Kris Kelvin es uno de los astronautas que se encuentra en la estación espacial que sobrevuela la atmósfera de Solaris, se trata de un hombre que arrastra una pena particular, su compañera se suicidó después de que le amenazara con hacerlo y él no la tomara en serio. No sabemos porqué Harey lo hizo pero sabemos que arrastra una culpabilidad bien comprensible por este hecho posterior a una discusión. El asunto es que una vez llega a la estación espacial comienza a visualizar una serie de presencias humanas en su interior que no se corresponden con el resto de personal navegante. Pronto se manifiesta su amada Harey, pero no se trata de un espectro sino una Harey de carne y hueso, solo que carece de memoria, no recuerda nada de su pasado, ni qué hace allí ni como ha llegado pero es un doble perfecto de la Harey original, si bien es un doble, podríamos decir, simplificado que conserva la mente de la original Harey, su lenguaje gestual y su amor por Kris, pero hay un defecto, tiene que estar siempre con él y Kris que al principio está asustado por la aparición no tiene más remedio que hacerla desaparecer poniéndola en órbita con un cohete auxiliar.

Es decir Solaris tiene poderes un tanto raros, es capaz de leer nuestros sueños, de saber nuestro pasado y de revivir aquellos recuerdos traumáticos adheridos a nuestra memoria, es capaz de configurar formas parecidas a nuestra ciudades y de hacer presencias reales de esos fantasmas de nuestra mente y no solamente avatares u hologramas de ellos.

Kris el astronauta de la novela, es psicólogo y sabe o intuye que comunicarse con Solaris es imposible (esta es la tesis de Lem) y que se trata de una metáfora de Dios, pero no del Dios que estamos acostumbrados a pensar sino un Dios imperfecto, no omnisciente, ni omnipotente sino una forma de pensamiento abiológica que no pretende comunicar nada sino simplemente manifestar sus potencialidades, expresando su inteligencia mineral.

Y esta es la idea fundamental de la novela: Dios no es como nos lo contaron sino otra cosa bien distinta al que muchos pensadores han logrado acercarse aunque no esté del todo terminada su intuición. Me refiero al concepto de campos akásicos de Mme Blavatsky, el concepto de exocerebro de Roger Bartra, el concepto de campo mórfico de Rupert Sheldrake y por ultimo el concepto de Lattice y campo neural de Jacobo Grinberg.

En el próximo post me ocuparé de ellos y poco a poco el lector comenzará a entender porque es bueno ser bueno, más allá de Kant y de Frankl, porqué los valores son eficaces y quizá encuentre un sentido para su vida más que fiarlo todo a las salmodias religiosas o a los cuentos de la ciencia oficial o al infantil transhumanismo. No es necesario creer en el Dios que nos han transmitido las tradiciones religiosas, quizá Dios no sea después de todo sino información, una ley más de la física que un relato teológico.

La Lattice.

Bibliografia.-

El sentimiento oceanico

Solaris: la novela

Salvador Freixedó: ¿Qué quieren los dioses?

4 comentarios en “Repensando a Dios (XIX)

  1. Dioses

    Imagino que el libro al que hace referencia de Salvador Teixido es «Defendámonos de los Dioses»; ! Bueno, es fascinante el potencial del ser humano de confeccionar un relato coherente siempre en relación a las fuentes de las que se bebe, bajo un imaginación algo desbocada, además de una tendencia al morbo; es a imagen de la conspiro paranoia a mi modo de ver, una suerte de rebelión frente a la razón y el orden que nos ha robado el asombro y la magia que siempre ha volado libre, ahora aprisionados. En realidad habría que preguntar a este buen hombre si sus supuestas hipótesis se basan en su experiencia personal, o solo deja ver una serie de conclusiones tejidas a partir de deducirlas intelectualmente teñidas de una gran imaginación. Esa es la clave.
    !Ahora bien, quizás la realidad supera a la ficción. Como el tema es complejo y falta tiempo/espacio, me agradaría comentar un par de cosas. Los Mal llamados Dioses no creo que busquen dominarnos, ni volvernos sumisos, ni moralizarnos, ni cultivar el Espíritu de una colmena, a no ser que creamos que todo ello este relacionado con una cierta vanidad narcisista. Tampoco creo tengan debilidad alguna por la sangre, vísceras y sacrificios, esa cosas se las soplan. Los mal llamados Dioses solo persiguen lo que todos, la premisa fundamental, es decir el fundamento que los mueve; y cual cree que podría ser Sr Traver?. Pues algo que no difiere a cualquier ser vivo, comer para sobrevivir. Lo que nos hemos de preguntar que es lo que consumen?, cual es su aparato digestivo?, que es lo que metabolizan?; máxime teniendo en cuenta que tenemos que reducirlo a un echo puramente energético, pues difícilmente se van a corporizar y deglutir hígados y casquería. Por tanto nada que provoque mas energía que una emoción desbocada. Es igual los medios, ellos se actualizan con el paso del tiempo para darse atracones.

    Sacrificios

    Después de largas consideraciones y reflexiones el ser humano llega a la conclusión que mediante un sacrificio sangriento adecuado puede ganarse el favor de Yahve y calmar su ira. Pero esto no se mas que una mala idea que junto a una lectura litera lista y obviando el mensaje profundo simbólico, puede acabar deformando el misterio de Dios que se intenta transmitir.
    Pero acaso no somos conscientes de que el sacrificio del Presente tiende a deparamos mejoras en el futuro. No es acaso el sacrificio personal y colectivo la forma en que se organiza la sociedad, esa relación causal entre el hoy y el mañana mediante un contrato social, y no es acaso el mismo movimiento mas allá de la muerte para el creyente. Es el descubrimiento de la fuerza de voluntad, del libre albedrio y elección para sacrificarse por el grupo, por los seres queridos, por un Dios que sacrifica a su propi hijo en la cruz. El acto de realizar un sacrificio ritual a Dios no es mas que una forma primitiva de enseñar el significado profundo de postergar. Una representación dramática que nuestros ancestros friccionaban para personificar la fuerza inexorable de un destino difícil de voltear. Por tanto la interacción social nos remite al sacrificio y a ser buenos, por que hoy te hago una favor yo, y mañana pagas tu deuda y te sacrificas en algo que necesito, invocando a la certidumbre frente al miedo a un destino futuro desconocido. Creando grupo y buen rollo.

    Veamos para confrontar la marca del Adversario, lo materialista en base a una individualidad feroz y, no es ello el Carpe Diem que nos asola en estos tiempos, que si de algo nos habla es; ! a saber, busca el placer, sigue tus impulsos, vive el momento y haz lo que te convenga. Triunfar aun a costa de engañar o manipular, lo que se dice vivir en un Universo carente de todo significado. «Sea nuestra fuerza la norma de nuestra justicia, pues lo débil de nada sirve». Algo que tiene su sentido cuando no se puede contrarrestar el terror y el dolor de la existencia, donde el sacrificio es una de nuevo, la mala imitación.

    No confundamos la mente colmena con la comunión entre un grupo de personas que se reúnen el domingo por la mañana, pero que durante el resto de días se reúnen para ayudarse y mejorar su entorno bajo un cristianismo bien entendido.

    La historia tiene una final feliz. Dios pide el mayor de los sacrificios a Abraham, le pide sacrificar a su hijo. Sin embargo Dios envía un ángel para detener la mano del obediente Abraham, y acepta la ofrenda de un carnero. La cuestión es por que Dios exige tales sacrificios?. Por que la vida lo exige para sobrevivir y Ser, si no seriamos como aquel mono atrapado a través de la mano en una vasija llena de chucherías, se ha de aprender que quedarse con la parte no te da boleto para el Todo.

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    • Como que los dioses no nos hacen exigencias? El nuestr quiere que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, una tarea imposible, Ala exige sumisión y guerra al infiel y Yahve exige el cumplimiento de una misión, reservada para el pueblo elegido precisamente por el. Nada menos.

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      • Es remotamente posible esa exigencia?. Puede que valga para Cristo, bueno también para Sócrates que le impidió defenderse después de escuchar la voz de su Daemon en el juicio que se llevo a cabo y que le condeno a muerte; lo que le permitió alejar de si mismo todo temor a la muerte, sacrificando una vida fácil antes y después del juicio por la búsqueda de la verdad, siendo ejecutado de pie con dignidad y elegancia.

        Que lección extraemos de estos personajes que cumple tales exigencias que no son una si no legión, frente a los tontos del haba que somos la inmensa mayoría Sr Traver?.

        Sócrates y Cristo rechazaron lo que les convenia y la consiguiente necesidad de dar explicaciones y mucho menos de manipular. Eligieron la búsqueda del significado y la verdad. Moraleja, miles de años mas tarde, estamos todavía a tiempo de abandonar toda falsedad y vivir de acuerdo con los dictados de nuestra conciencia, con nuestra compresión de la verdad por muy imperfecta que ello sea, manteniendo nuestra nobleza ante la mayor de cualquier amenaza. Dejándose uno guiar por el mayor de los ideales como por ejemplo «Ama a tu prójimo como a i mismo» o «Yo soy el camino a la verdad». Vivir de forma plena y verdadera con sentido y significado.

        * Nota sobre al amigo Salvador Freixido.

        Salvador Freixido, a buen observador deja ver su talón de Aquiles en el capitulo «Por y para que se manifiestan los Dioses». Es curioso que toda la Pirámide que construye sobre Dios y los Dioses frente al hombre, todas sus manifestaciones, todo el laberintico mundo urdido de superhombres, ovnis, biblias y coranes, religiones, iluminados, granjas humanas, ángeles y demonios, visiones, éxtasis, seguidores y sectas a lo largo de milenios, se apoye según el, en una necesidad psicológica por parte de los mismos y en el placer que eso les supone. Además de admitir sin ruborizarse lo siguiente:

        «Lo que los dioses han pedido siempre en la antigüedad y continúan pidiendo hoy, es ni más ni menos que sangre; sangre tanto de animales como de seres humanos. ¿Por qué? No lo sé con exactitud. ¿Extraen ellos de la sangre algún producto que les sirva para algo? Tampoco lo sé; al final del capítulo le comunicaré al lector mis sospechas.».

        Impresionante su carta de presentación. Entre todo lo que dice saber, que no es poco por sus detalladas explicaciones, en tanto el es el único iluminao entre millones de humanos que se ha dado cuenta de toda esta parafernalia sobre los Dioses, y lo poco que sabe cuando se trata de explicar el por que, eso si que es sospechoso.

        Esto nos lleva a una verdad irrefutable, lo energizante y poderoso que es el Nihilismo unido a su capacidad violenta y paranoica de destrucción e imaginación paranoico fantástica egocéntrica, y la dificultad que entraña construir sacrificando todo lo que se tiene por un bien mayor, entregando la vida para el progreso del Ser, que es la esencia arquetípica de lo que se considera religioso por Cristo y espiritual por Sócrates.

        Espero ello le sirva Doctor para repensar a Dios.

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