En nuestro cerebro habitan dos instancias – en realidad patrones filogenéticos-, una empírica y realista que usamos para rendirnos o retirarnos cuando entendemos que nuestros esfuerzos serán en vano y otra antiempírica y autoafirmante destinada a simular que hemos vencido o disimular que no nos importa.
El nuevo inconsciente: una reconceptualización (XXIX)
Responder