Entornos hiperpersonales (I)

Cuando yo era niño, cenábamos en el pueblo en casa de mis abuelos, aquellas casas que estaban siempre abiertas tanto en invierno como en verano, solo la puerta distinguía la estación. El caso es que mis abuelos tenían un negocio de riegos agrícolas y era usual que la gente viniera a todas horas a su casa para pedir cita y turnos para regar sus arboles o cosechas. En aquella casa había una alta frecuentación como si se tratara de un ambulatorio, era bastante normal que entraran hasta el comedor, solo anunciando su visita con un «Ave Maria», desde el umbral y penetraran hasta el final sin importarles que estuviéramos cenando, comiendo o en la intimidad de la casa. Dicho de otra forma, entonces no había intimidad, o al menos era bastante diferente a lo que entendemos como tal hoy en día. La intimidad solo existía en la alcoba y no completamente.

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Enfermedad psicogénica masiva (y III)

Cuando vamos al médico nos hacen una anamnesis, significa que el médico nos preguntará no sólo que nos pasa aquí y ahora sino que intentará averiguar nuestras dolencias anteriores, nuestros antecedentes médicos. Es posible que tambien nos pregunte sobre nuestra familia y las enfermedades que padecieron o de qué murieron. Lo que es poco probable es que nos pregunte cuanto dinero ganamos, en qué cosas creemos, cómo nos divertimos, en qué barrio vivimos o si somos felices con nuestra pareja.

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La trama inextricable (VI)

kali

He tomado prestado de Juan Gil Albert, -el celebre poeta valenciano-, este titulo para finalizar la serie de posts que comencé con «El principe Transhumano» y donde he intentado explicar algunos fenómenos de la postmodernidad, fenómenos muy complejos y que no somos capaces de visualizar directamente sino a través de indagaciones, observaciones y reflexiones atentas sobre el mundo que nos ha tocado vivir.

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Desviación y despatologización

Vale la pena recordar ahora que la Psiquiatría nació en época de la Ilustración y que fue gracias a ella y a ciertos medicos observadores y clasificadores de la conducta humana los que arrancaron la locura de la teología en cuyas garras y enredada en el tema del pecado había permanecido intacta desde la Antigüedad. La epilepsia dejó de ser un trance de posesión, la histeria dejó de ser un trato entre brujas y el demonio, las psicosis en general dejaron de ser una degeneración moral al ser observadas desde el enfoque naturalístico. Se llegó así a una conclusión: las enfermedades mentales tenían causas naturales igual que las enfermedades somáticas.

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