Esta mañana durante mi paseo matutino he ido a la biblioteca de mi ciudad a buscar un libro, el caso es que en la biblioteca había muy poca gente, unos pocos clientes de los que van todos los días a leer la prensa, de modo que me he fijado en los titulares de algunos periódicos valencianos que hoy hablaban en primera pagina del aumento de las depresiones en nuestra comunidad, incluso entrevistan a un compañero mio que dice que aun deben haber más por ahí escondidas y en cierto modo es verdad, porque los que frecuentan las consultas de salud mental por propia iniciativa no suelen ser enfermos muy graves. Pertenecen a eso que se ha llamado «trastornos psiquiátricos menores» o ambulatorios. He esbozado media sonrisa y he salido de la biblioteca para comprobar que al lado, hay un gimnasio que está todos los días a rebosar. Hay una hiperfrecuentación de gimnasios y unidades de salud mental pero no de bibliotecas. Pero recordemos la verdad: los pacientes más graves no acuden espontáneamente ni por recomendación a sus consultas programadas.
La depresión «como si» (XVI)
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