El cerebro propone y la mente dispone, pero cuando la mente propone genera estructuras cerradas en el cerebro que funcionan como una coraza. Recordad que los pensamientos proceden de la mente y pueden convertirse en corazas de otros pensamientos si ocupan demasiado espacio en el teatro de la mente y se solidifican en el cerebro.
Hace unos días alguien me recomendó ver una serie turca que dan en Netflix que se llama «MI otra yo», es la historia de tres amigas cada una de las cuales sostiene una opinión, una cosmovisión muy distinta de la vida y que a pesar de eso siguen manteniendo su amistad. Pero la serie en realidad no va sobre la amistad sino sobre nuestro concepto de lo que es y cómo alcanzar la felicidad individual. La serie tiene agonistas y antagonistas, el más obvio es la dilaléctica entre ciencia y superstición. Una de las protagonistas amigas tiene una cáncer hepático y decide abandonar sus tratamientos convencionales y visitar a un terapeuta de biodecodificación, un tipo que practica lo que llamamos «constelaciones familiares». En la ficción de esta serie la chica del cáncer se cura o tiene una remisión y convence a sus amigas a que tengan -a su vez- alguna sesión con su terapeuta. ¿Qué puedes perder?