Neurociencia y magia


La magia interesa a la Neurociencia, al menos por dos cuestiones relacionadas con la atención y la memoria. Es por eso que algunos investigadores –como estos del instituto Barrow- se han interesado por los trucos ilusionistas de los magos y de ellos han extraído algunos hechos que interesan a la Neurociencia.

Probablemente todo procede de un hecho fundamental: el aluvión de estímulos que recibimos por cada fracción de tiempo es tan intenso que necesitaríamos un cerebro del tamaño de un edificio para poder computar a todos ellos. Es por eso que nuestro cerebro opera a través del descarte. desdeñamos aquellos estímulos que no son importantes y nos dedicamos a dirigir nuestra atención a aquellos que nos parecen relevantes. Este hecho junto con algunos otros que proceden de nuestra memoria: como los recuerdos falsos o la confabulación, contribuyen  hacer la tarea más fácil para los ilusionistas.

Definitivamente nuestro cerebro nos engaña.

Es por eso que el pasado día 29 de abril llevamos a cabo un seminario de metaformación en nuestro Hospital sobre esta cuestión. El seminario corrió a cargo de la Dra Rosalia Torres MIR de Psiquiatria del ultimo año.

Aqui lo teneís:

Pero antes me gustaría recomendaros un post donde Pablo Malo aborda unos de los temas que la propia Rosalia Torres aborda en su seminario: me refiero a eso que llama «la ilusión de la introspección.

La ceguera de la atención.

El estudio principal, publicado en Science en 2005 consiste en lo siguiente. Se muestra a 120 participantes ( 70 de ellos mujeres) un par de fotografías de mujeres y se les pide que elijan la fotografía cuya cara les resulte más atractiva. En unos casos se les pide a continuación que expliquen las razones de su elección, sin más. Pero en un porcentaje de los casos los investigadores hacen trampa, una especie de juego de manos. Cuando el sujeto señala la foto que prefiere, el investigador le da en realidad la foto que no ha elegido, y esconde la que el sujeto había elegido con la manga. Y aquí viene ya una primera sorpresa. Los investigadores dejan diferentes tiempos a los sujetos para pensar: 2 segundos, 5 segundos y tiempo indefinido. En la situación de tiempo indefinido… ¡sólo el 27% de los participantes notan el cambio! La tasa de detección , además, no guarda relación con el parecido entre las caras. Pero nos falta todavía lo más interesante. Se pregunta luego a los sujetos que expliquen la razón de su preferencia. Uno podría pensar que tendría que ser diferente las explicaciones que diera la gente en el caso de que no haya habido manipulación comparado con los casos en que se ha manipulado la elección del participante. ¡A fin de cuentas le estamos pidiendo al sujeto en la situación manipulada que nos explique las razones de una elección que no ha hecho! Pues no es eso lo que ocurre.

Los investigadores clasificaron los informes de los participantes en varias categorías que potencialmente podrían diferenciar las comunicaciones verbales de los casos manipulados de los no manipulados y utilizaron evaluadores ciegos. Diferenciaron tres dimensiones: emocionalidad, especificidad y certeza. Y resulta que los sujetos manipulados daban sus explicaciones con la misma confianza y el mismo nivel de detalle y de emocionalidad que los no manipulados. Un sujeto explicaba por ejemplo que había elegido la foto de la chica sonriente que llevaba joyas porque estaba radiante, y que se habría acercado a ella en un bar porque le gustan los pendientes. ¡La realidad era que el señor no había elegido a la chica radiante de los pendientes! También es llamativo que al final del experimento les preguntaron a los sujetos engañados: “si usted participara en un estudio donde la foto que usted ha elegido fuera cambiada subrepticiamente, ¿notaría usted el cambio?”. Pues bien, el 84% dijeron que creían que detectarían fácilmente el cambio.

Y no es cierto. primero elegimos algo y luego buscamos argumentos para justificar nuestra elección.

Algo así pasa con el amor.

6 comentarios en “Neurociencia y magia

    • ‘Inventos’ o ‘descubrimientos’ de leyes o reglas racionales de la ‘realidad objetiva’. El problema, a mi entender, es que a) tales leyes no explican todo lo real; y b) que nuestro cerebro es capaz de procesar (inconscientemente) situaciones muy complejas, pero apenas sabemos cómo lo hace. Saludos, JL

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  1. ¿Y si los sujetos supuestamente ‘confundidos’ jugaban al ratón y al gato?, es decir, ¿ y si sospechaban que no era el mismo rostro que habían elegido pero para evitar aparecer confusos a los ojos del investigador optaban por seguir el juego, optaban por pretender que pasase inadvertida su confusión y se lanzaban con seguridad y firmeza a justificar el motivo de su supuesta elección? Ante el trance de aparecer inseguro, más aún si uno es tímido y teme ser la nota discordante en el escenario del experimento, ¿no optará por el camino más fácil de dar por bueno lo que le presentan y ocultar sus dudas? Autojustificación, en resumidas cuentas.

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