¿Por qué hay tant@s singles?


sola

A las mujeres de hoy no les pasa como a este personaje del cuadro de Hoper. Más vale estar sola que mal acompañada.

Si usted es española, mujer, atractiva, inteligente, tiene un buen trabajo, vive sola y está -por así decir emancipada- tiene muchas probabilidades de no encontrar pareja, entiéndase pareja a largo plazo, claro. Por el contrario si su atractivo y su inteligencia son medios, no tiene una carrera que desarrollar y económicamente no ha logrado emanciparse las probabilidades de encontrar pareja son más altas que en el caso anterior.

¿Cual es la razón de esto?

El cálculo matrimonial.-

Leyendo este articulo me enteré de algunas cosas que sólo intuía y aunque el citado articulo se refiere sobre todo a la sociedad norteamericana que poco se parece a la nuestra europea, lo cierto es que llevando a cabo ciertas correcciones, sus conclusiones son aplicables a nuestro país.

En nuestro país es aplicable el primer párrafo que preside este post. Hay muchas mujeres que están solas a pesar de ser atractivas y competentes. ¿Por qué se da este fenómeno? ¿Es que los hombres no las prefieren así? ¿No buscan los hombres mujeres competentes para emparejarse a largo plazo?

Algunas verdades que se desprenden del citado articulo:

1.-El cociente de sexos (que haya más hombres o mujeres) cambia por completo el valor del matrimonio (y el del sexo).

2.-En 1960 había 139 hombres empleados por cada 100 mujeres solteras. Hoy son 91 (en USA.

3.-El 80% de las mujeres no se casaría con un hombre en paro.

4.-Si hay pocos hombres, las mujeres esperan menos de ellos, se casan menos y se hacen más independientes.

5.-Cuando hay más hombres que mujeres los matrimonios se mantienen más y se invierte más en los hijos.

6.-Cuando hay más mujeres que hombres los hombres se vuelven más vagos, infieles y tratan peor a las mujeres.

7.- (En USA) Las únicas mujeres cuya tasa de matrimonio no ha bajado es el 10% de mujeres con más ingresos (las más independientes).

8.-(En USA) Mujeres con más dinero y educación se divorcian menos que las mujeres trabajadoras.

Como puede observarse los datos son contradictorios y en parte paradójicos, probablemente porque en USA el divorcio no se vive como aquí (como un fracaso) sino que forma parte de las expectativas racionales de la población. Seria interesante conocer el dato de cuantas mujeres españolas solas están divorciadas (es decir ya han pasado por la experiencia matrimonial) y cuantos matrimonios acumulan esas mujeres americanas que dicen preferir el matrimonio ¿el último?.

La conclusión provisional que extraigo de lo leído y lo observado por mi en la sociedad actual es que la variable critica está en parte en los hombres y en parte en las mujeres, es decir en sus expectativas y también en la precariedad o exceso de oferta. Y no es por tanto una causa única sino un fenómeno multicausal y en cierta forma cultural.

Causas atribuibles a los hombres.-

1.- Hay pocos hombres disponibles y no me refiero al número en bruto de una sociedad cualquiera sino a la precariedad relacionada con el valor de pareja. El mercado sexual está presidido por la precariedad, es decir hay pocos hombres con el suficiente atractivo para atraer a estas mujeres guapas, inteligentes y emancipadas. Tal y como dice George Buss:

«El conflicto procede de la escasez de oportunidades sexuales y reproductivas, de la inadecuación de las parejas o por decirlo en sus propias palabras: la escasez de compañeros deseables y valiosos».

El valor de pareja es un término de la psicología evolucionista  que no gusta demasiado a la gente en general que rechaza el termino al hacerlo equivalente al de precio. Valor no es igual a precio pero incluso en términos evolutivos la palabra “valor” no coincide con nuestra interpretación actual, valor se refiere al valor de fitness, se trata de un valor que se mide en puntos evolutivos no en logros sociales o económicos.

Usted puede vivir 100 años con buena salud, puede ser poseedor de un magnifico cerebro y haber tenido éxito en su vida profesional pero si no se reproduce, todas esos éxitos van a perderse en el limbo de los justos. El fitness es un concepto etológico de importancia capital pues combina la supervivencia con la reproducción, el fitness es por definición inclusivo, sin sobrevivir no hay reproducción pero sin reproducción la supervivencia es superflua.

Lo cierto es que el valor de pareja no se distribuye uniformemente. Contrariamente a los anhelos de igualdad, todas las personas simplemente no son equivalentes en la moneda de la calidad de pareja. Algunos son extremadamente valiosos, fértiles, saludables, sexualmente atractivos, ricos en recursos, agradables y capaces de brindar con generosidad sus prestaciones. En el otro extremo de la distribución están los menos afortunados, tal vez menos saludables, con menos recursos materiales, o con rasgos de personalidad indeseables tales como la agresividad o la inestabilidad emocional que causan grandes perjuicios a las relaciones y a la calidad de vida. Por no hablar de enfermedades graves, invalidantes o enfermedades adictivas, tan frecuentes como el alcoholismo.

2.- La emancipación de la mujer ha dejado a los hombres desorientados con respecto a qué se espera de ellos en una relación a largo plazo. Al dejar de ser el sostén familiar muchos hombres se encuentran desorientados con respecto a su rol protector de familias y proles. Para un hombre el paso de hijo a marido es demasiado alto para saltarlo solo de un brinco. Es por eso que la mayor parte de hombres solteros convivan o dependan de alguna manera de su familia de origen al contrario que las mujeres.

3.- El sexo fácil es otra de las variables que inciden en el colapso de las relaciones de pareja a largo plazo. He dicho fácil y no libre. En realidad el sexo no es libre sino que se encuentra regulado por las mismas leyes del emparejamiento según las urgencias bien diferentes entre hombres y mujeres. Los hombres solteros tienen tan fácil el acceso al sexo como las mujeres pero sin embargo los hombres no suelen poner pega alguna al «one night stand» y tampoco son muy exigentes en la elección de una pareja a corto plazo. La promiscuidad masculina es superior a la femenina.

4.- La mayor parte de los hombres solteros que conozco son muy inmaduros, lo que significa que mantienen gustos infantiles en sus preferencias de ocio o de diversión,  y pocas ganas de comprometerse con nadie que impida u obstaculice esas tendencias recreativas. Ni el sexo (fácil) ni el dinero (ya no hay dinero de la pareja propiamente dicho) parecen ya importarles demasiado. Compartir gastos no es tener un patrimonio común y sin esa experiencia de «ir en el mismo barco» (que eran los bienes gananciales) la mayor parte de las parejas son incapaces de construir un relato acerca de un futuro compartido.

Causas atribuibles a las mujeres.-

1.- No cabe ninguna duda de que la educación mixta y no segregada ha favorecido más a las mujeres que a los hombres, y no sabemos a ciencia cierta si esta educación mixta les ha perjudicado de alguna manera (a ellos). No son solo las diferentes edades de maduración en ambos sexos los que favorecen un despliegue de mayores rendimientos en ellas, sino que la orientación de la educación favorece las condiciones mentales de las mujeres, la disciplina, la persistencia, la memorística y la docilidad no parecen favorecer la progresión académica de los niños en general. Hoy las mujeres son mayoría en casi todas las carreras universitarias siendo las de perfiles asistenciales las mayormente preferidas por ellas (enfermería, medicina, profesora, psicología, etc). El lector interesado en este tema puede visitar el post que llamé «La paradoja noruega».

2.- Las mujeres de hoy, al menos el sector (féminas alfa) que más arriba me permitió reflexionar en este post, no se parecen en nada a sus madres que por regla general no tuvieron oportunidad de plantearse si podían o no decidir sobre un matrimonio más o menos conveniente. La variable critica es la posibilidad de disociar sexo y reproducción. Desde que la mujer controla la descendencia de los hombres ha conseguido parecerse más y más a los hombres salvo en una cuestión: no les gusta el sexo tanto como a nosotros,  ni necesitan variedad ni cambio, pero aun así nada le impide practicar el sexo con sucesivas parejas sin miedo a embarazos o compromisos extemporáneos. Los grados de libertad han aumentado y con ellos la incertidumbre.

3.- Por lo tanto se han hecho más exigentes, lo que buscan las mujeres de este estatus son compañeros a la carta con los que compartir una vida apasionante en donde se comparten aficiones (nos gusta a los dos el submarinismo), bailar, ir de viaje, etc. El matrimonio se ha convertido en una especie de «pareja de baile» donde los gustos de la mujer acaban por imponerse a los del hombre, y como todo el mundo sabe niños y niñas no suelen jugar juntos porque no les gustan ni se divierten con los mismos juegos. Ya ni siquiera es necesario plantearse el tener hijos. «Yo no quiero ser madre» suelen decir. Dicho de otra manera la isosexualidad es el modelo actual que preside el imaginario de la pareja y no tanto la heterosexualidad que legitima las diferencias. Se adora lo similar, «es mi alma gemela» dicen.

4.- Lo que descarta que una mujer de este nivel acepte de buen grado ser «la madre» de su marido, es así como llaman a la relación de cuidado que de no existir en la pareja no constituye a la pareja. Sin relación de cuidado, sin relación asistencial y reparto de las cargas no hay pareja sino simples compañeros de piso. «Tu te planchas lo tuyo y yo lo mío». Y para eso los hombres prefieren a su madre, que les quiere sin contemplaciones.

En suma existen demasiadas brechas de género en la personalidad de hombres y mujeres en las sociedades opulentas. Paradójicamente a mayor igualdad mayores diferencias en los rasgos de personalidad, es por eso que los hombres y mujeres que están más bajos en la pirámide social se emparejan con mayor facilidad aunque tienen el mismo riesgo que las parejas de alto estatus en divorciarse.

Por favor no disparen al autor.

70 comentarios en “¿Por qué hay tant@s singles?

  1. Esas son las causas de la abundancia de ‘singles’ en las «sociedades opulentas» de corte occidental. En el resto del mundo, que es mayoría, la cosa es muy distinta. Hay países, es verdad, que pertenecen a lo que se llamaba «tercer mundo» y todavía siguen denominándose «en vías de desarrollo», donde tímida y lentamente el cambio social habido en las «sociedades opulentas» comienza a desputar en una pequeña minoría. Pero la población crece en progresión geométrica y los recursos para sobrevivir no van en esa misma progresión y dependen, además, de factores muy complejos. Cuando la «capacidad de carga» de determinadas zonas impide el desarrollo vital de sus habitantes, se producen flujos migratorios hacia donde abundan los ‘singles’ con el resultado, hasta ahora, conocido, que aumenta en progresión geomética. Un dato interesante: el 80% de homosexuales chinos contrae matrimonio con personas de DISTINTO sexo. ¿Cuántos «no homosexuales» chinos permanecen ‘singles’? Si Malthus levantara la cabeza…

    http://www.chinalawblog.com/2013/07/homosexuality-in-china.html

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      • He querido expresar, de manera alegórica, que las «sociedades opulentas» occidentales tienen sus días contados; y que quienes las sustituyan sabrán poner tasa al crecimiento poblacional por la cuenta que le trae al planeta y al nuevo régimen. Una cultura, la china, que inicia en la dinastía Xia (siglo XXI a. C. a siglo XVI a. C.) no puede ignorar ni caer en la trampa malthusiana.

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  2. Pingback: ¿Por qué hay tant@s singles? [Francisco Traver] | BLOGS L2N

  3. Me he sentido tan identificado con el texto que no he podido resistirme a comentar. Es la primera vez que lo hago, y eso que le sigo desde hace años. Pero esta vez se ha superado, de verdad.

    Antes de nada quería darle la enhorabuena y las gracias. Es difícil encontrar a verdaderos expertos (con verdadero conocimiento) que hablen con tanta franqueza sobre temas tan espinosos. Su blog ha supuesto, para mí, y durante mucho tiempo, un oasis de sabiduría, un lugar de reflexión en el que centrar y asentar mis ideas, descubrir nuevos puntos de vista y vislumbrar focos de luz. Sé el esfuerzo y la generosidad que implica escribir, y las pocas veces que se recompensa.

    En la actualidad convivo con mi pareja. Llevamos cinco años juntos, cuatro en la misma casa, y, pese a que nos queremos y no nos imaginamos la vida el uno sin el otro, sí que he tenido muchas veces esa sensación de ser ‘sólo’ el compañero de baile de ella, una mera comparsa. Lo que ocurre es que nunca he podido ‘entender’ ese sentimiento. Es más, incluso me avergonzaba expresarlo, porque era una mezcla muy políticamente incorrecta que podía interpretarse en clave de envidia y de machismo (aunque también creo que en el fondo hay algo de eso).

    Me explicaré. Ella es una profesional de éxito, gana mucho más dinero que yo (cerca del triple) y ahora está montando su propia empresa. Yo también tengo una carrera, pero mis expectativas laborales no son tan halagüeñas. Tengo más formación y conocimientos, pero mi sector y la compañía en la que trabajo lleva muchos años renqueantes, estoy cerca de quedarme en el paro y parece muy difícil que algún día llegue a conseguir la posición económica y el status del que ella goza. Y eso que estoy intentando reciclarme.

    No compartimos gastos, solo los comunes de la casa, y muchas veces parece no entender que no puedo seguir su ritmo de viajes, ocio y planes de futuro. Para que lo entienda, me siento como si tuviera un papel «pasivo» en la relación, donde ella lleva siempre la voz cantante y en la que soy yo el que me tengo que adaptar y no al revés. Mi novia lo suele decir: Me escogió a mí porque era perfecto «para ella». «Estás hecho para mí», me ha comentado en alguna ocasión.

    Por supuesto, mi chica no ve nada de esto. A veces se lo he comunicado y ella sencillamente no percibe que haya una una relación de poder, una influencia, unos roles determinados. Ella cree que somos iguales, que el estatus económico y social del que gozamos es circunstancial y que las luchas de poder que yo percibo son visiones distorsionadas de la realidad, fruto probablemente de mis complejos (también puede que tenga bastante razón, pero no sé).

    Por otro lado, ella parece detestar todo lo relacionado con la infancia y la maternidad (yo no me veo sin descendencia), y su personalidad, a priori, parece más ‘masculina’ que la mía: es más enérgica, más asertiva, más positiva, más abierta en sus relaciones sociales, es jefa y está acostumbrada a mandar y a que la hagan caso… por supuesto, los momentos en los que se hacen cosas y planes que a ella no le gustan suponen una fuente de conflicto, aunque a veces consiga llevarla a mi terreno

    Y yo eso lo noto, claro. Paso más tiempo con su entorno social (familia y amigos) que con el mío, los planes de ocio y de viajes los decide ella. También, en los ratos que pasamos juntos con otras personas, no puede evitar sentirme en cierto modo inferior: los demás la escuchan y respetan más, conecta mejor con ellos… No es algo llamativo ni ostentoso. Es tan sólo un tufillo, un olor, cierta sensibilidad mía. Pero está ahí.

    Por otro lado, no me imagino la vida sin ella. Desde que estamos juntos me noto más trabajador, más disciplinado, más alegre. Y eso que nunca me he caracterizado por un tener un carácter negligente, más bien al contrario. Soy más feliz (creo) y también más sociable.

    El caso es que vivo todo esto con mucha ansiedad. Soy y me siento un hombre, pero me veo dentro de unos años sin hijos, con una misma pareja sexual de por vida y sin un plan de futuro concreto, como un simple acompañante de otra persona con más éxito y carisma. Sé que ella me quiere y me respeta, pero me siento como Nora en Casa de Muñecas de Ibsen. Sencillamente, no puedo evitarlo, y, por mi tipo de personalidad (y seguramente también mi ego), veo muy difícil que pueda adaptarme a asumir este rol.

    Traver, no quiero contarle mi vida ni que me haga un diagnóstico ‘online’, ni mucho menos. Mi visión siempre estará sesgada y filtrada por mis prejuicios. Pero el caso es que en uno de sus artículos sobre masculinidad, feminidad y relaciones de poder, mencionaba que una posible salida a este laberinto (en el que nos encontramos muchos hombres) pasaba por romper la baraja: No ofrecer esos regalos en forma de caballerosidad, cortesía y protección de los que las mujeres siempre han disfrutado en contrapartida a su rol más sumiso (en apariencia) .

    ¿A usted le funciona?, ¿podría desarrollar mejor esta idea?, ¿qué haría en mi situación?, ¿qué futuro nos espera? No pretendo que resuelva todas mis dudas existenciales, pero respeto mucho su opinión y me interesaría saber qué piensa.

    Gracias de nuevo por todo y perdone la parrafada. Un fuerte abrazo.

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    • Bueno Arturo en tu ultimo párrafo preguntas si a mi me funciona pero no entiendo el qué porque mi situación personal es bastante diferente de la tuya, yo soy por así decir un macho proveedor, mi mujer es un «ama de casa» sin pensión y vivimos muy bien y con mucha calidad de vida, naturalmente se trató de una decisión tomada de mutuo acuerdo hace ya muchos años. Lo que describes es un caso de esos que describo en el post, tu pareja es una mujer alfa y tu un hombre beta con mala consciencia de serlo (incluso se te nota la culpabilidad) y bueno, en principio eso no tiene porque ser malo, es un poco la situación opuesta a la mía. Si a mi me va bien a ti puede irte bien, todo depende claro de tu carácter y de como vayas a aceptar quedarte sin hijos, porque es obvio que no los vas a tener con esa mujer superocupada que tienes. Yo siempre digo que felicidad es tener una cerveza en la nevera como ahora que me voy a ver el Barça y mi nevera está llena y no es en absoluto la nevera de un soltero.

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      • Hola Paco. Me refería más bien a lo de proveer caballerosidad y cuidados, que es algo que ella demanda mucho en su relación conmigo y que a mí me parece bastante injusto. Ocurre que yo no me identifico para nada con el prototipo de macho beta, más bien al contrario. Soy bastante ambicioso, competitivo y no ando falto de confianza en mí mismo. Nunca me he sentido beta ante los demás, ni en mis relaciones pasadas, pero sí ante ella, y es ahí donde reside mi conflicto.

        Quiero decir, puedo entender que en mi relación yo tenga que aceptar ese rol, y puedo incluso apreciar la posibilidad de encontrar la felicidad así. Como bien dices, en la nevera no me faltan cervezas, pero si voy a ser el beta en esta relación quiero también todos los beneficios que eso conlleva.

        Por ejemplo, a ella le gusta que cuando vamos a cenar sea yo el que pague (aunque ella luego me devuelva el dinero), o que cuide de ella y la proteja si salimos de viaje juntos. También la gusta que en el sexo el dominante sea yo, o que la lleve flores y esté pendiente de seducirla, o que la controle, o que muestre mi agresividad y mi fuerza física en ciertas situaciones que así lo requieren.

        Y eso en el fondo me da rabia. Parece como si las mujeres de hoy en día (no solo mi novia) quisieran poseer, por derecho, todo lo que han tenido siempre los hombres, pero sin ceder un ápice de lo que a ellas les ha correspondido, tradicionalmente, como mujeres.

        Pero bueno, supongo que el asunto es bastante complicado como para solucionarlo por aquí (aunque tal vez en alguna próxima entrada de tu blog puedas desarrollar la idea que te lanzo en el párrafo anterior).

        Y lo de la paternidad, que es lo que me parece más atractivo de ser un hombre beta… bueno, no pierdo la esperanza. Como dijo aquel, todo el que aguarda sabe que la victoria es suya. Y el arte es largo.

        Gracias otra vez, Paco. Y sigue así con tu blog. Un fuerte abrazo.

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  4. Hola. Me gusta leer a personas que sean capaces de sintetizar y exponer ideas, a priori, abstractas o difusas de forma clara y entendible. Las admiro porque a mí me gustaría poder hacerlo también y espero poder hacerlo algún día. Como conozco mis limitaciones y aún no ha llegado ese momento, y como ando reflexionando sobre todo esto estos días, te voy a intentar dejar unas ideas solamente para, si quieres, perfilarlas o discutirlas. (Obvio la cortesía para poder ir al grano):
    1. Estoy de acuerdo en lo que expones en su mayor parte. Existe un manifiesto ajuste de roles que a ambos sexos nos tiene en un periodo (quiero creerlo así) de transición. Mi opinión es que desaparecerá en futuras generaciones cuando no exista ese choque de expectativas por género o aparezcan nuevos modelos válidos que encajen en esta nueva realidad.
    2. En tu exposición, como en la vida real, se asume la promiscuidad o la predisposición mayor del macho al sexo como una premisa no modificable y que hay que aceptar. Para mí es tiene mucho de cultural. A lo mejor, y pienso en voz alta, es algo que se debe o se puede modificar. Es reduccionista y simple por muy verdad que pueda parecer. Me gusta defender a los hombres y creo que, aunque hay una, digamos esa tendencia biológica o fisiólogica, el hombre espera (sobre todo tras superar algunas fases) o prefiere, al final, un sexo integrado en un contexto más amplio, entre otras cosas, sentirse amado, reconocido o recibidor o dador, en definitiva, más completo y seguir sintiéndose muy robusto. Por otro lado, la sexualidad femenina es un gran desconocido.
    3. Efectivamente, la incorporación de la mujer al mundo (digo mundo, en general) es un hecho. Y va a haber que asumirlo. Otra cosa son los propósitos nefastos de querer ser igualadas, y en eso estoy de acuerdo con usted, a los hombres. Somos diferentes y a mi parecer, el asumir papeles masculinos es un intento fallido de generaciones anteriores a la actual, de llegar a un campo que solo estaba copado por hombres.
    4. Los hombres pueden aprender mucho de las mujeres. Las mujeres hacemos las cosas de otra forma. Por poner un ejemplo, siento compasión ante la soledad de los hombres. Las mujeres, ya sea por una cuestión antropológica, confiamos a otras mujeres nuestra vida interior y nuestros pesares (entre otras muchas cosas) con un tremendo efecto sanador. ¿Cómo pueden los hombres vivir sin poder hablar de lo que les apesadumbra, les duele, les corroe? Deben sentirse muy solos, pienso. A mí me intriga vuestro interior y os pregunto y me lo confirmáis.
    5. Evidentemente, si alguien gana, debe haber quien pierda. Es justo para las mujeres llegar ahí. No hay vuelta atrás. Los hombres tienen que ceder y a pesar de que muchos lo han asumido de una forma natural y espontánea, aun queda mucho por hacer. Hay que ir más allá. No hay guerra. No es una cuestión de poder. No nos movamos en esta dicotomía absurda. Creo firmemente en que todos podemos hacernos mejores al contar con nosotras, solo que no lo estamos haciendo bien.
    6. Cierto que todos andamos un poco perdidos. Pero tanto unos como otros tenemos que abrir la mente. Tenemos que mirar por nuestro futuro. Una sociedad que invierta en las madres asegurará su futuro. Una sociedad que cuide de su natalidad tendrá el poder. ¿Por qué no soñar con una sociedad que potencie la maternidad joven? Entendiendo la procreación como un sistema de hombres y mujeres y no como algo perteneciente al mundo femenino. ¿Y si además lo hace aprovechando a sus miembros, ya sean hombres y mujeres, para que aporten, al mundo laboral, político o espiritual o cualquiera, sus cualidades potenciales? ¿Por qué se les niega a los padres su papel fundamental en esa procreación como si fuesen actores secundarios y prescindibles? Habría que cambiar muchas cosas pero lo primero es la mentalidad.
    7. Los hombres tienen que crecer. Las mujeres lo están haciendo desde hace muchos años. Hemos desarrollado habilidades, nos hemos entrenado. Cuando buscamos un macho muchas veces se nos queda corto. Es una realidad. Los hombres tienen que reinventarse. Mientras tanto preferiremos estar solas. No necesitamos de nadie que cuide de nuestros hijos mientras bajamos al bar a ver a Messi. No somos una amenaza. Las mujeres tenemos mucho que aportar. Y los hombres tienen la oportunidad de ser más de lo que son, aunque sea incómodo. Yo creo en ello y espero verlo, con suerte, en mis nietos.
    Esto lo pienso hoy pero puede que mañana no. Y aún tengo mucho más.
    Un saludo.

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    • Pues te agradezco mucho el comentario y las ideas que aqui viertes, pero yo lamento ser un poco más pesimista que tu, respecto a ese tema de que los hombres tenemos que reinventarnos. Me ha hecho gracia ese verbo aunque lo cierto es que el cerebro humano no ha hecho más que cambiar en los ultimos siglos y lo ha hecho pivotando sobre la «gracilización», tanto de los esqueletos, como de los rasgos de la cara y aun: con los comportamientos y las creencias. Aqui puedes leer un post sobre esta cuestión.

      Lo robusto y lo grácil


      O sea que si parece que haya una tendencia de la evolución en gracilizar los comportamientos, algo que podemos contemplar en la evolución de la agresividad masculina (de más a menos).
      Me ha interesado tambien lo que dices acerca de la «soledad del varón», pero yo discrepo en la mayor: los hombres no obtenemos ningun consuelo ni placer en contarnos las penas unos a otros, no nos gusta «hablar por hablar» como decia Novalis. Los hombres cuando tenemos un problema lo tratamos como una «cosa» mientras que vosotras lo trataís como un «vinculo». Preferimos cocinarlo desde dentro y buscar una solución al problema y cuando la encontramos llevarla a cabo, mientras que las mujeres conversan entre sí no para encontrar solusiones sino por el propio goce aloparental del diálogo. Eso es muy masculino y responde a una caracteristica de nuestro cerebro sistematizador.

      ¿Sistematizas o empatizas?


      No se si te das cuenta pero recomiendas soluciones de género a los problemas bien diversos que tenemos, hombres y mujeres. Los hombres entre nosotros somos mucho más «compañeros» o «camaradas» que vosotras entre sí. Y lo es por una razón evolucionista: nuestra especie evolucionó desde entornos ancestrales de extrema rivalidad entre machos por las hembras y los recursos. Es logico que el mayor potencial de cambio grácil se haya enroscado en los hombres y no en las mujeres, somos nosotros los que hemos tenido que despertar resortes para amortiguar la agresividad. Los hombres tenemos más sistemas inhibitorios de la agresión (y tambien más averias) que las mujeres pues vosotras no procedeis de enotornos de competencia sino de asistencia mutua. Pero las mujeres como todo el mundo sabe son terribles cuando compiten unas con otras :-)precisamente porque no habeís tenido que desarrollar esos sistemas inhibitorios.
      Y sin embargo no sabemos por donde irá el futuro evolutivo de nuestra especie, no podemos saberlo pues dependerá de coyunturas históricas que empujen la evolución en un sentido o que se opongan a ella. Y con todo creo que la variable critica es la demográfica: sin niños los dias están contados, no para la especie humana, sino para Europa.

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  5. Hola Sr. Traver …

    Hoy no toca parrafada metafísica porque voy a ponerme telúrica y creo que hasta ctónica. No tenía pensado comentar pero tras leer los comentarios de Arturo y Ana, mi hembra atávica ha emergido al vuelo y tiene algo que decir respecto al tema. 🙂

    He tenido la suerte de haber contactado y conectado a los 33 años con lo atávico que hay en mí, es decir, conocí a la hembra que yo (también) soy. Lo que no sé es si yo conecté con ella o ella conmigo, pero esto ahora no importa. La cosa es que «la conocí» y a resultas de ello los discursos de género cargados de ultra corrección y buenismo político me parecen algo pueriles.

    Bien, al tema …

    No es sólo que en la sociedad actual se haya ido feminizando lo masculino, es que también se ha ido infantilizando toda ella. Y todo esto, según mi mirada, tiene que ver con el tema del post. Pienso que la regresión ha alcanzado el estadio de la adolescencia y ahí estamos detenidos y retenidos. Y esto afecta a las relaciones, al sexo y la propia identidad confusa y confundida.

    Comienza el post con el famoso refrán de que vale más estar solo que mal acompañado. Pues Sí. Pues, ¿qué compañía, en el real sentido de acompañamiento, puede procurar un ser humano que sólo está comprometido con el no compromiso? …

    🙂

    Hay una leyenda atribuída a la Esfinge que reza así: «Descíframe o te devoro».

    Cuando el hombre tiene miedo a explorar y navegar por el misterio de Lo Femenino, el temor a lo Femenino lo vivencia como un hondo terror a ser devorado y engullido por Ella. Lacan creo que lo llama el miedo a ser mutilado.

    Cuando el coraje y el espíritu de un hombre es usurpado por el temor, el merodeo, la usura y la rapiña, es como si la Vida hubiera dejado de sembrar hombres por dos lunas y nos tocara recoger a las mujeres por dos lunas hombres sin coraje y sin corazón. Y es por esto que algunas decimos que no hay hombres. Hombres que no son hombres, hombres que caminan por la vida sin sus atributos … Eso sí, nos toca asistir (y sufrir) a toda su parodia de masculinidad. 🙂

    Los ritos de paso no todos se han anulado, sobreviven como muy descafeinados y al desaparecer la consciencia de su ejecución, su ritualización, han dejado de desplegar los efectos que tenían que desplegar sobre los jóvenes en su tránsito hacia la hombría, que es la madurez … 🙂

    Yo entiendo que la Mujer, como constructo, al igual que el Hombre, no nace y sí se hace. Y aquí, la vida es sexo, y el sexo es vida. Me explico:

    «El encuentro con el goce femenino se da en la mujer desde pequeña, siendo niña. La niña en primera instancia, ubica su goce fálico, o del clítoris, que es un terreno masculino. Este momento es fundamental y fundacional en las mujeres quienes necesitan pasar por esta etapa masculina para luego posicionarse desde un lugar femenino. El goce femenino es en el cuerpo, es decir, en ese cuerpo ilimitado que es el ser en femenino, no se restringe al órgano fálico, sino a todos los lugares del cuerpo en donde la mujer puede hacer consistir una satisfacción».

    Esto es fundamental. Y tiene que ver con el tema. Déjeme deshacer el nudo:

    La mujer histérica no es femenina, ya que desconoce lo que es propiamente lo femenino, así como también desconoce lo que es un hombre y lo masculino. Y en este juego de histerias, masculinas y femeninas, de pérdida o confusión de identidades, anda el juego de soledades que da título a su post …

    La histérica quiere llenar ese vacío, propio de lo femenino (y que hay que integrar) con demandas, objetos, caprichos: busca saciarse pero el resultado es siempre el mismo: insatisfacción. 🙂

    Pues una mujer debería saber que un hombre no va a llenar ese vacío, pues ese vacío es la propia brecha ontológica. Y un hombre debería saber que no puede colmar totalmente a una mujer, porque «la mujer es No –toda», como dijo Lacan. Esto tiene importantísimas implicaciones y consecuencias.

    Una mujer ha de reconocer la castración en el hombre en tanto hacerse consciente de que hacía pesar sobre él una exigencia-expectativa de pura potencia, de omnipotencia, de excepción. Y ha de saber que, denigrar, ridiculizar al hombre, no es sinónimo de admitir su castración, sino todo lo contrario. Admitir la castración es poder reconocer en el hombre el límite que lo constituye, es ser dócil en el sentido de acatar a su fantasma y que difiere tantísimo de ser obediente. 🙂

    Llegar a entender esto, es sacar a Electra del imaginario personal no permitiéndole que toque la flauta y nos ponga a bailar cual hijas de Lilith ..

    Cuando una habita ese vacío que es una brecha, inventa su propio estilo de ser mujer y estar en el mundo, siendo una y muchas mujeres a la vez, siendo propiamente Lo Femenino. 🙂

    Si se suelta totalmente a lo ilimitado cae en el horror desenfrenado, en el aspecto sombrío de las diosas que la habitan y es entonces cuando es mortí-fiera, mujer-fatal 🙂 y si se restringe demasiado y rechaza el sin límite, que lo femenino es, si tiene miedo a desbordarse, se tornará rígida y masculina.

    Y es así como de aquellos polvos pueden venir ciertos lodos … 🙂

    El hilo con el que la mujer cose su feminidad ha de ser un hilo que por una parte borde-tense ese espacio ilimitado, y que por otra parte que al bordar no apriete tanto el hilo que torne a la tela demasiado rígida … 🙂

    El hombre que por su parte camine hacia el encuentro de la mujer, que es el encuentro con lo Femenino, con excesivo temor, desplegará curiosas estrategias de evitación-huída-rechazo, pues la mayor cobardía en un hombre es despertar el amor de una mujer sin tener la intención de amarla …

    Desde maltratar lo que se teme-desea. Dar interminables rodeos «de sí pero no», que se traducen en esa famosa categoría de folla-amigos, o ya directamente los que aniquilan o solapan su deseo en eso que se ha venido llamando deseo sexual hipoactivo y que algunos tratan de vender como gusto por la castidad al paso que prefieren masturbarse compulsivamente con una mujer «en diferido» delante de una pantalla.

    ¿Es esta la ética del soltero que habló Lacan? ¿No es esto una afirmación plena de «no hay relación sexual»? Yo lo llamo rehuír el encuentro o directamente sabotearlo. Terroristas sentimentales también.

    El Logos Spermatikos no está ni se le espera … 🙂

    La hipermodernidad y sus imposturas, como esa de confundir machismo con virilidad … cuando:

    «La verdadera virilidad implica creer que una mujer puede revelarle algo al hombre que le es absolutamente desconocido”.

    Para acercarse a una mujer es necesario que el hombre se la juegue, que apueste, que se juegue su castración, y esta época por si algo se caracteriza es por un fortísimo rechazo de la castración que afecta la posición viril del hombre y su relación con las mujeres. Pero no sólo se caracteriza por esto, sino también por el fuerte rechazo y desagrado de la mujer moderna por su hembra atávica. Y negarla, tiene muy hondas consecuencias, no sólo respecto a la pareja, sino también en la amputación de la madre mamífera que también se es, cuidadora y asistencial.

    Si la mujer ha tomado contacto con su Hembra, si ha ido más allá del falo de su himen, se adentra en una sima que como un puente transmuta y une lo telúrico en y con lo ctónico. Y hay ahí muchos Misterios, Sr. Traver, toda una Diosa mora ahí dentro.

    Es una deidad, con una cara amable y complaciente así como terrible … pues lo umbrío remite irremediablemente a Umbral … Y en ese asomarse al abismo, en el que hay todo un vértigo indescriptible …puede darse el error de identificarse con lo que allí asoma y es este y no otro el verdadero peligro, pues vamos a tomar contacto con la diosa no sólo en su aspecto luminoso sino también en el más sombrío, pues Ella Es la Leche en Verso … 🙂

    Si la mujer puede tomar lo ctónico en sus manos sin histerizarse, esto va cambiar todo en su vida erótica y amorosa. Es lo que pienso que dice Lacan, citando a Rimbaud, y que llamó «el amor nuevo». 🙂

    Y esta narrativa vale lo mismo para el hombre, para que pueda desear y amar más allá del fantasma, pues ya sabemos que el hombre, en su vida erótica, funciona apoyándose más sobre su fantasma o fantasía particular que en el cuerpo y persona concreta que tiene a su lado, y sobre todo, en la dimensión más ludicamente perversa de éste … 🙂

    Supongo que por cosas como esta es por lo que Lacan dice que «no hay sexualidad». Yo digo que simplemente «no hay Encuentro», es imposible así el encuentro ….

    Vivimos tiempos líquidos, de disolución, de muros convertidos en puertas, en los que es más difícil que nunca discriminar el deseo de la necesidad, tiempos en los que el hombre resulta más un vampiro con colmillos afilados que un hombre, vampirizado como está en esa carrera por apurar la existencia con urgencia y en la que la libación compulsiva no da saciado al ser: un tiempo en el que el hombre bebe aguas que no sacian, y devora alimentos que no alimentan, sin darse cuenta que la mutilación, la castración es necesaria, y que no es posible acceder a todo, que el límite es necesario para vivir, y que la regulación del goce es un recurso que hace posible disfrutar placenteramente de nuestra existencia. 🙂

    Elegir siempre conlleva una renuncia. Tomar algo y renunciar a otro algo. Hoy ponerle límites al deseo se vive como un estar encarcelado, confinado y sin libertad. Realmente se vive como un desgarro del ser o como si le quitaran la vida. Pero para mí, es un verdadero fraude ese edificio lleno de ventanas que la sociedad de consumo ha fabricado y perpetrado, el que lleva pensar a muchas personas que Todo está ahí para Ellos, en un horizonte abierto y lleno de expectativas en el que cosas y personas (¿no son lo mismo para ellos?) están a su plena disposición y que sólo tienen que alargar un poco las manos y ya serán suyas. Eso sí es una salvaje y devoradora fabrica de caprichos, que es el deseo de los que no tienen deseo como dijo usted una vez, y que los arrastra y aliena hacia la siguiente novedad. Y andar rehuyendo la castración para acabar devorados por esta Nada, es la gran paradoja de los tiempos líquidos que vivimos. 🙂

    Rubistein dice: “En esta época, efectivamente, todos parecen ‘más libres’, cada uno goza a su manera, pero es tiempo de grandes soledades. El goce auto-erótico, el paso de un partenaire a otro, supuestamente un triunfo de la libertad, es engañoso, deja expuestos a hombres y mujeres a un goce peligroso. El matrimonio, con todos sus embrollos, da un marco de estabilización y acotamiento del goce que cuando no funciona produce angustia, propia de este momento, igual que las soledades del Uno a las que estamos expuestos”.

    Y para acabar, en estos tiempos de abundantes hombres-niño jugando a ser hombres que cazan y conquistan sin tiempo ni deseo, decir para los que creen que conquistar a una mujer torna la vida aburrida y predecible, decirles que conocer la mente femenina es el mejor entrenamiento para surfear la experiencia oceánica …

    «Sé
    que de pronto
    me vuelvo inaccesible
    y vuelvo a ser silencio
    y llama oscura,
    donde mi barco
    se escapa de tu orilla».
    (Mía Gallegos)

    «Un hombre laberíntico jamás busca la verdad, sino únicamente su Ariadna».

    🙂

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    • Querida Isabel: Siempre me interesan tus comentarios pero creo que esta vez te has superado a ti misma quizá porque has tocado un tema que me interesa especialmente. Has rescatado uno de los conceptos más espinosos del psicoanálisis, el concepto de «castración» siempre mal entendido y que has dejado aquí para imprimir y volverlo a retomar, la castración es una vulnerabilidad, tomar conciencia del limite y el limite para el hombre es precisamente el saber que no puede satisfacer nunca una mujer (si ella a su vez no quiere ser satisfecha). Un amigo mio psiquiatra solía decir hace muchos años ya que «las mujeres se corren siempre con quien quieren y cuando quieren», y creo que eso es precisamente el núcleo del misterio femenino, así como la eyaculación es inevitable, el orgasmo femenino o en su lugar el goce es algo inescrutable. Creo que tu lo has definido con mayor precisión, tanto que estoy por escribir un post sobre ¿Qué es ser hombre?, i me das permiso tomaré algunos de tus párrafos para componerlo, de momento voy a volver a releer tu comentario-post.

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      • Gracias por sus palabras Sr. Traver. Coja lo que le sirva, ya sabe que no tiene que pedirme permiso. Ya sabe que me fuí del Facebook por una temporadita para poder abordar con determinada concentración ciertas lecturas metafísicas que tenía pendiente y que al final no he podido abordar aún del todo ya que se cruzó en mi camino un libro titulado «Caras del goce femenino», de Carolina Rovere con el que por fin he podido entender ciertos conceptos lacanianos, y este libro me ha distraído pues me ha llevado a otras lecturas que no estaban en el planning. 🙂 Muchas de las ideas que circulan por el texto las leí en el libro de Carolina. Yo, como muy bien me hizo comprender Iván Arenas, tengo una mente relacional y eso es lo que he hecho: relacionar lo leído en el libro de Carolina con ideas, lecturas y experiencias que ya anidaban en mi. 🙂

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      • Aquí apunta otro hilo muy bueno del que se podría tirar:

        «Tomar conciencia del limite y el limite para el hombre es precisamente el saber que no puede satisfacer nunca una mujer (si ella a su vez no quiere ser satisfecha). Un amigo mio psiquiatra solía decir hace muchos años ya que “las mujeres se corren siempre con quien quieren y cuando quieren”, y creo que eso es precisamente el núcleo del misterio femenino, así como la eyaculación es inevitable, el orgasmo femenino o en su lugar el goce es algo inescrutable».

        Lo de que se corren siempre con quien quieren y cuando quieren, es cierto y mentira a partes iguales. Hay una parte del orgasmo femenino que tiene algo de disparador automático o de control remoto cuando hay cierto dominio de las contracciones vaginales, sí … pues la mujer también puede operar con sus fantasmas/fantasías 🙂 pero ese orgasmo no es el que complace realmente al organismo, a la criatura mamífera que en el fondo también somos. El que interesa tiene otro «funcionamiento».

        Y por otra parte, al igual que cada hombre tiene Su Ariadna que sostiene Su ovillo, así hay Catalizadores de catalizadores, esto es, para que un hombre despierte a la Hembra y la «haga Mujer», como antaño se decía, hay que contener ciertas Cualidades y Habilidades que no entran necesariamente en el reino de la cantidad… y sé que decir esto es muy polémico, pero hay que decirlo: hay hombres que no tienen ni idea de lo que se traen entre manos. 🙂

        No se trata tanto de comprender y aprehender lo ilimitado, sino de dejarse arrastrar por el oleaje y montar la ola, se trata a veces de surfear y otras de navegar …

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      • Dioces que:
        Hay una parte del orgasmo femenino que tiene algo de disparador automático o de control remoto cuando hay cierto dominio de las contracciones vaginales, sí … pues la mujer también puede operar con sus fantasmas/fantasías 🙂 pero ese orgasmo no es el que complace realmente al organismo, a la criatura mamífera que en el fondo también somos. El que interesa tiene otro “funcionamiento.
        ¿Cual ese ese otro orgasmo que interesa y como funciona?

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      • Con respecto a lo que llevan entre manos los hombres, he de decir que un arquero es aquel que sostiene el arco y no necesariamente el que da en la diana.

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    • Llevo dos semanas tratando de asimilar toda esta información. Isabel, como siempre, extraordinaria, necesito mucho tiempo para digerir, tus palabras.

      En lo personal se trata de un tema que me cuesta trabajo. La necesidad de sobrevivir a mi propia historia con los recursos que tengo, me ha colocado en un limbo. A pesar de ser actualmente una mujer single con muchas de las características que menciona Paco, no termino por identificarme y sigo añorando la llegado de un «cuidador» en el amplio sentido de la palabra. Tampoco respondo al tipo de mujer que se siente a gusto en casa al lado del hombre proveedor. Intelectualmente, y pido una disculpa por la soberbia, me siento por encima de la media de mis amigas y hay muchoas cosas que no puedo compartir con lo que debería ser mi grupo, por eso me mantengo al margen, pero esto tiene un coso muy alto. Al leer los comentarios de Isabel me siento una perfecta idiota, por lo que prefiero escucharla y no me atrevo en muchas ocasiones a responder. Esta ubicación en una especie de limbo, provocado también por circunstancias externas que por ahora no menciono, me ha llevado a no alcanzar muchos de los proyectos que algún día pensé que me serían accesibles. Se que habemos mujeres así, aunque a veces es difícil encontrarnos. Algunas de ellas están en este blog y por eso me atrevo a decirlo en voz alta y le doy las gracias a Paco Traver por permitir estas expresiones de sinceridad en su espacio.

      Después de leer y releer este post he pensado que si el término «mujer castrada», no en el contexto freudiano ni lacaniano del que conozco poco, ¿podría definirnos a mi y otras compañeras en situación similar?

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      • Este comentario debió ir al final de todos pues es el resultado de la lectura de todo lo que se incluye en el post. Pero toqué indebidamente algúna tecla y se publicó como respuesta a Isabel. Aclaro que va para todos los comentarios.

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      • Ety …

        Linda Pelirroja Mejicana!

        Eres perfecta tal y como eres. Créeme. No le des vueltas, no hay nada que digerir, ni comprender. Sólo escucha el oleaje.

        🙂

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  6. «en estos tiempos de abundantes hombres-niño jugando a ser hombres que cazan y conquistan sin tiempo ni deseo, decir para los que creen que conquistar a una mujer torna la vida aburrida y predecible, decirles que conocer la mente femenina es el mejor entrenamiento para surfear la experiencia oceánica …»

    Conocer la mente femenina por parte de un hombre es imposible. A lo sumo puede llegarse a entender que se trata de un océano superficial, sin principio ni fin, un todo y una nada a la vez; un misterio insondable. Y no estoy refiriéndome a esa clase de «hombres-niño jugando a ser hombres», que son en estos tiempos tan abundantes como lo han sido en otros pretéritos, como los incapaces de abordar la mente femenina, sino a todos los hombres. Un océano superficial, de límites inabarcables, contiene infinitamente más agua que una laguna de cientos de metros de profundidad. Por eso el hombre es una laguna y la mujer un océano.

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    • Estoy de acuerdo en que la mujer es inconmensurable como ese numero aureo que llamamos phi, es algo que es ilimitado como los granos de arena de una playa ¿Cuantos hay? Es por eso que la mujer es un misterio y no puede descifrarse del todo pero es un misterio que ilumina parte de otro misterio complementario en el hombre que por el contrario es todo limite. Un hombre solo puede reconocerse sino en ese espejo que es una mujer y cada cual tiene su Ariadna que sostiene su ovillo.

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      • Perfecta: «Es por eso que la mujer es un misterio y no puede descifrarse del todo pero es un misterio que ilumina parte de otro misterio complementario en el hombre que por el contrario es todo limite. Un hombre solo puede reconocerse sino en ese espejo que es una mujer y cada cual tiene su Ariadna que sostiene su ovillo».

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    • Hola Sannio, en lo que apuntas hay cierta verdad, sí … Si me permites, te citaré la frase correcta que dió pie a tu comentario y que yo «ajusté» un poco. La frase es de Robert Anton Wilson, más conocido como RAW, un autor muy conocido en los frentes conspiranoicos al que recomiendo leer, es buenísimo, y con un sentido del humor agudísimo. La frase está en uno de sus libros de la trilogía Los Iluminati, ya no recuerdo exactamente en cual. Uno de los personajes, al tiempo que hace una explicación magistral en qué consiste el tao del sexo, realiza la siguiente reflexión-conclusión: «Conocer la mente femenina es el mejor entrenamiento que tiene el hombre para poder abordar la mente divina». 🙂

      Yo he cambiado mente divina por experiencia oceánica, para no ponerme excesivamente metafísica, hoy quería cambiar el registro. 🙂

      Creo que fue también Lacan el que dijo que la interpretación analítica no está hecha para ser comprendida, sino que está hecha para producir oleaje … 😉

      Creo que por esa idea de oleaje, de marea, cambié el final de la frase, porque me andaba rondando al escribir el comentario la escena del libro sobre la esencia o tao del sexo y que el personaje explica en el libro. No recuerdo la frase en sí, pero sí la idea que contenía, y toda ella era una metáfora marítima: la mujer tenía que permitir que la ola masculina rompiese en ella, al modo de un rompeolas, atrapando, reteniendo y acogiendo las embestidas …. al tiempo que el hombre debería permitirse ser también espuma y saber des-hacecerse brincando en el mar, subiendo y bajando la ola … 🙂

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  7. Hola Sr. Traver …

    Lo mío no es sintetizar y cuando lo hago me queda la idea que quiero dibujar muy mal expresada. Lo que quise decir ayer con eso de que algunos hombres no sabían muy bien lo que se traían entre manos (expresión muy desafortunada, sorry) es que el hombre debe ser iniciado al sexo, así como también la mujer, y si no ha pasado por ese rito que lo actualiza y «despierta» (ojo, no es de una vez sino que se despliega gradualmente) pues cojea, como el herrero Hefestos … 🙂

    Sé que esto puede sonar directamente rancio o peliculero, pero no sé, bien pensado no es tan descabellado. 🙂

    Ayer hablé de un catalizador para la mujer, que resultaría algo así como un disparador, un sustentador, vamos, lo que siempre se llamó un iniciador, vamos a decirlo claro …

    Y en este campo, juega aquello de las afinidades, pero que no son electivas … pues aquí entra a concurso algo tan mamífero como la piel, el sudor, el olor … Tan simple y complicado como esto. Magnetismo entre animales, si se me permite la expresión. Ese magnetismo es muy muy palpable, se siente su influjo incluso virtualmente, pues el cuerpo no engaña en estos casos de ondas y reflujos … Lo que algunos llaman magia, vaya, y que no es más que la fuerza de lo telúrico y lo ctónico llamando al contacto … 🙂

    Y si bien esto que digo es cierto, también digo que no basta …. y es cuando tiene lugar la paradoja, pues el hombre ha de haber ejercitado APtitudes y ACtitudes. Que para algo está la iniciación con sus grados de aprendiz, adepto y maestro. 🙂

    Bien, con esto espero haber explicado lo que quise apuntar ayer.

    Con respecto a su pregunta, no es que haya orgasmos clase A y clase B, pero sí hay gradaciones y si me permite a su pregunta de cuál es el orgasmo que interesa, le contestaré con otro símil, ya que de arcos y flechas estamos hablando:

    «El arco no debe saber nunca cuando va a partir la flecha». 😉

    Y es que «la Bailarina Cósmica, no descansa pesadamente en un solo punto, sino que ligera y alegremente brinca y se vuelve de una posición a otra». (Nietzsche).

    Aún hay más:

    «Para ser un verdadero «maestro del tiro de arco», no basta dominio técnico.
    Se necesita rebasar este aspecto, de suerte que el dominio se convierta en «arte sin artificio.

    El tiro de arco no se realiza tan solo para acertar el blanco; la espada no se blande para derrotar al adversario; el danzarín no baila únicamente con el fin de ejecutar movimientos rítmicos. Ante todo, se trata de armonizar lo consciente con lo inconsciente.

    Fundamentalmente, el arquero apunta hacia sí mismo En el fondo, el tirador apunta a sí mismo y tal vez logre acertar en sí mismo».

    Usted cree que algunos de los hombres obsesivos llenos de corazas y de histéricos de los que hablaba ayer llegan siquiera a sostener el arco como bien dice usted o siquiera a intentar penetrar el blanco …¿?¿? Es a esto a lo que me refería ayer, pues el amor (y el sexo) se da compartiendo plenitud y no vacío. 🙂

    El sexo, a su nivel aún más inferior, reproduce el acto cosmogenésico más primordial. El logos spermatikos suele aparecer como un rayo, un fuego, una espada, una flecha, y así ….

    «El agua femenina es espiritualmente fructificada con el fuego masculino del Espíritu. Este rito es una variante del matrimonio cósmico, que es la fuente que genera y regenera al mundo que es el misterio simbolizado por el lingam hindú. Entrar a esta fuente es sumergirse en el reino mitológico; romper su superficie es cruzar el umbral del mar nocturno».

    Es decir: el hombre ha de aceptar bañarse en esas aguas femeninas, ha de bajar más allá del himen telúrico y acceder a descender a la cueva submarina. En esa bajada, pierde algo, sí, pero también gana algo … 🙂

    la flecha se asimila a Agni, el hijo del Cielo y la Tierra,

    Pues …

    «El espejo que refleja a la diosa y la hace surgir del augusto reposo de su divina no -manifestación simboliza el mundo, el campo de la imagen reflejada. Allí la divinidad se complace en contemplar su propia gloria y este placer en sí mismo la induce al acto de manifestación o “creación”. La espada es el equivalente del rayo, asi como la flecha se asimila a Agni, el hijo del Cielo y la Tierra … 🙂

    Por lo tanto, la instrucción o iniciación sexual no consistiría tanto «en llenar un cántaro» sino en encender un fuego. 🙂

    Desde otra perspectiva que cae ya bajo el terreno de la dualidad, el cuerpo del hombre y la mujer durante el encuentro sexual representa un baile que es también un combate, una lid, y me hizo mucha gracia saber que antiguamente la sala donde se practicaba el arte de la espada se denominaba Lugar de la Iluminación 😉

    El arte de amar, es como el arte de la espada o del arco: es el arte sin artificio, y por eso, como muy bien leí en Amor Líquido, el erotismo ha venido a añadir artificiosidad; no a enriquecer, sino a recargar algo que ha de resultar sencillo. Wilhelm Reich en La Función del Orgasmo, nos viene a decir algo parecido.

    Me ha gustado mucho que haya recurrido a la metáfora del arco. Pues eso ha disparado todo este desbarre. Las palabras contienen muchos ecos.

    La Princesa cuando «despierta» habla así a su Arquero:

    «Toma como Arco la poderosa arma de la Upanishad. Pon en él una Flecha afilada con devociones. Ténsalo con una mente de la misma naturaleza que Eso. El blanco es Ese Punto Imperecedero. ¡Penétra-Lo, Querido Mío!

    🙂

    Me gustaría dejarle un apunte de un libro que me inspiró mucho en su momento, El Zen en el Arte del Tiro con Arco, de Eugen Herrigel (Bungaku Hakusi):

    «Si se siente irresistiblemente impulsado hacia esta meta tiene que encaminarse
    una vez más por el sendero del arte sin artificio. Tiene que dar el salto hacia
    el origen para que viva desde la Verdad como quien se ha identificado íntegramente con ella. Tiene que volver a ser alumno, novicio; tienen que vencer el último y más escarpado tramo del camino, pasando a través de nuevas transmutaciones.

    Si sale airoso de esta aventura, entonces su destino se consumará en el enfrentamiento con la Verdad no refractada, la Verdad que está por encima de todas las verdades, el amorfo origen de todos los orígenes: la Nada que lo es todo, la Nada que le devorará y de la cual volverá a nacer».

    *Supongo que por todo esto, la Mujer y el Sexo, constituyen el mejor entrenamiento para acceder a los llamados Misterios Mayores. 🙂

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    • Nota a pie de página.- «Todo en la mujer es un misterio y todo en la mujer tiene una solución», aseveraba Nietzsche. El λόγος σπερματικός (= la semilla de los dioses, de la inmortalidad) suele acabar con el ‘misterio’ cuando la flecha da en la diana y la traspasa.

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  8. Es evidente que no se resolverán estas cuestiones si se parte del prejuicio de que hay una meta a alcanzar que es reconstruir el modelo de «Adán y Eva». No se termina de comprender que la pareja es un constructo social que deriva del patriarcado y la dominación masculina. No tiene sentido reconstruir lo que ya no tiene función. La pareja heterosexual «no es natural».

    También es cierto que esta contradicción se extiende a más cuestiones, no solo al tema de la pareja heterosexual. En cualquier caso, juzgar esta disfunción puede ayudarnos a juzgar todas las demás, nos puede servir de ejemplo.

    Aquí un comentario sobre Helen Fisher y su libro, en el cincuentenario de «El Segundo Sexo» http://unpocodesabiduria21.blogspot.com.es/2014/10/el-primer-sexo-1999-helen-fisher.html

    Si algo enseña la ya casi indiscutida revelación de la «plasticidad erótica femenina» es que no tiene sentido que la mujer busque amor en el hombre, ya que el amor no es una cualidad predominantemente masculina. Tiene más sentido que las mujeres y hombres (homosexuales) andrófilos busquen un ideal de masculinidad más crudo y sincero. Lo que hay que evitar es que estos impulsos eróticos se consideren decisivos en la vida personal. Juan Goytisolo, por ejemplo, tenía una esposa francesa que le daba apoyo, amor y comprensión, y brutales amantes magrebíes que le satisfacían su deseo sexual. Al menos, el planteamiento era honrado e inteligente (para él…).

    Arturo Lima, en su sincera confesión, lo que denota es que se trata de un hombre muy afortunado al haber encontrado también una mujer tan comprensiva. Lo que tiene que hacer es controlar sus impulsos atávicos y no darle más importancia de la que tienen. Le puede molestar que su esposa tenga más dinero que él pero que quiere que pague él en el restaurante, como a mí me puede molestar no escupir por la calle cuando siento el impulso de ello. Si todos los problemas fueran eso…

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    • Nota al pie.- Esbozo tímido sobre el genio (masculino), con una preguntita (de escudero a caballero andante).

      En éste y en otros textos que he leído con placer, se ha citado a Messi, el mejor futbolista de todos los tiempos. Se ha tratado de sus vómitos y de sus posibles causas; del «trastorno», según algunos, o «no-enfermedad», según otros, que disfruta / padece y que le-hace-ser-así; y hasta de bajar al bar para disfrutar de su juego por parte de una comentarista; e incluso, hace poco, de la cerveza fresquita como fuente de felicidad para contemplar un encuentro de fútbol en el que el tal Messi participaba, lo que me hace pensar que tú, Paco, eres del Barça (y/o sientes curiosidad por Messi). Muy interesante lo que sucede con este jugador en el «sentir» de las masas, ya sean partidarias o adversarias del equipo que paga tan generosamente a Messi por sus servicios. Así está el mercado y el bolsillo del pagante… Me refiero a los que veo por televisión apiñados en las gradas de los estadios. Pero al grano y sin más, que nos entendemos: los «adversarios» le gritan en los campos contrarios ¡subnormal, subnormal, subnormal!, mientras que los «partidarios» le expresan adoración con gestos de brazos y torso inclinado en señal de divino acatamiento, o sea, considerándolo como supra- o sobrenormal respecto a ellos. Parece claro que Messi no es «normal», pues no se ciñe a la norma; y así lo siente la masa cuando lo reverencia o lo denigra. Ando yo un poco confundido con esto de la «anormalidad» (= no normalidad) de Messi, tras leer la metafísica femenina vertida en este interesante ¿diálogo? de hombres y mujeres (que, por otra parte, me gusta y atrae [la metafísica femenina] por su superficial, inefable e inabarcable oceanitud; y me atrae por ser hombre, o sea, limitado). Y pues no hay que descartar jamás la opinión de las mayorías, y más en un mundo en que son decisivas, sácame, Paco, de la duda existencial: ¿Messi es «subnormal», como gritan sus adversarios desde la grada o «sobrenormal» (= más allá de lo normal, pero por arriba), como aseguran los forofos del Barça? Yo lo que intuyo es que no es «normal», y me inclino a que no lo es… ¡por arriba! ♂

      Nota a una nota.- De nuevo con Nietzsche y su mundo. ¡Y cómo las mujeres nos hacen sentir que somos eso, tan limitadita cosa!

      Unas cuantas citas sobre mujeres y hombres, y sobre la unión estable de ambos (llamada por los cursis, antiprogres y la Academia Española «matrimonio») etc.:

      » «Naturaleza proteica».- Por amor, las mujeres llegan a convertirse enteramente en aquello gracias a lo cual viven en la imaginación de los hombres que las aman».

      » «Necio como un hombre», dicen las mujeres; «cobarde como una mujer», dicen los hombres. La necedad es en la mujer lo ‘antifemenino’ «.

      «El hombre es para la mujer un medio: el propósito es siempre el hijo. Pero ¿qué es la mujer para el hombre?».

      «La mujer aprende a odiar en la medida en que ‘desaprende’ a encantar».

      «Los mismos afectos en el hombre y en la mujer son, sin embargo, distintos en ‘tempo’ [= progresión, ritmo]; de ahí que el hombre y la mujer no cesen nunca de malentenderse».

      » «Matrimonio de gran solidez».- Un matrimonio en el que cada uno de los cónyuges quiere alcanzar una meta a través del otro se sostiene firmemente; por ejemplo cuando la mujer desea la fama a través del marido, o el hombre quiere ser estimado a través de la esposa».

      » «Amar y poseer».- Por lo general, las mujeres aman a un hombre eminente de manera que desearían tenerlo para ellas solas. Con gusto lo encerrarían si no se lo desaconsejase su vanidad, que quiere que también aquél parezca importante a los ojos de los demás».

      » «Sin rivales».- Las mujeres perciben fácilmente en un hombre si su alma está ya cautiva; quieren ser amadas sin rivales, de ahí que traten de amargarle las metas de su ambición, sus tareas políticas, sus ciencias y artes si es que se apasiona por tales cosas. Pero si tales cosas lo hacen brillar, entonces esperan, en caso de una unión amorosa con él, un incremento a la vez, de ‘su propio’ brillo; si es así, alientan al amante».

      » «El espíritu libre y el matrimonio».- ¿Pueden los espíritus libres vivir con mujeres? En general, creo yo, que éstos, a semejanza de las aves agoreras de la Antigüedad y en tanto que hoy son quienes piensan y dicen la verdad, preferirán ‘volar a solas’ «.

      Y una última:

      «Podría decirse que la naturaleza de las cosas está dispuesta de tal modo que las mujeres siempre tienen razón».

      Las traducciones no son mías, con lo que me quedo muy tranquilo. Y algo más que creo fundamental: Nietzsche utiliza siempre -o muy casi siempre- el significante ‘das Weib’, que es neutro; y nunca ‘die Frau’, que es femenino. La lengua alemana, quizá, es más rica en matices para expresar pensamiento (y desde luego, sin quizá, la francesa) que la española. ´Weib’ y ‘Frau’ significan «mujer», pero el género (la morfosemántica) es distinto: neutro (‘Weib’, usado por Nietzsche en sus citas) y femenino (‘Frau’, no usado). Debe de ser -a menos que alguien apunte algo más coherente y me haga salir del error-, porque lo neutro (Ne-uter, ‘ni uno ni lo otro’) encaja con mayor facilidad en lo metafísico, en lo inabarcable, en lo infinito; en lo definido por su inconcreción e inefabilidad… Asunto, a fin de cuentas, de buenas o malas lenguas como medios para expresar conceptos, reflejos, a su vez, de las ideas. «Weib», que no «Frau»; abstracto frente a concreto.

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      • Bueno, ‘neutro’ significa etimológicamente eso; quizá porque la significación etimológica es primigenia, te guste. Yo, del Atleti… ☺☺ Pero disfruto y me emociono con las genialidades de Messi.

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    • Una mujer puede haber trabajado por ejemplo 15 años luego puede haber dejado de trabajar y al no tener las suficientes cotizaciones no cobra pensión alguna si no ha trabajado los 10 ultimos años de su vida laboral, eso es lo que pasa hoy en España. Ni que decir que las amas de casa que nunca han trabajado (por cuenta ajena) no tienen derecho a pensión.

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  9. Gracias Paco por tu respuesta. Siempre pensé que todas las relaciones afectivas debían tener ser compuestas por miembros que aportan dinero a la relación misma. No dudo que haya entre ambos amor, deseo, admiración, o llámalo como quieras, pero a veces el limite entre una relación de pareja y una sociedad mercantil se me hace en ocasiones difuso de diferenciar.

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    • Pues yo creo que lo que tu llamas «sociedad mercantil» es una manera de quitarle el alma a eso que yo llamo matrimonio. Lo cierto es que las «sociedades mercantiles han demostrado funcionar, mientras que el emparejamiento bruto, no parece que funcione demasiado bien. Y lo mido por la demografía, si otra vez.

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  10. Isabel, me da la impresión que no le has dado suficiente importancia a un párrafo que a mi me ha resultado trascedental en este post:
    «He tenido la suerte de haber contactado y conectado a los 33 años con lo atávico que hay en mí, es decir, conocí a la hembra que yo (también) soy. Lo que no sé es si yo conecté con ella o ella conmigo, pero esto ahora no importa. La cosa es que “la conocí” y a resultas de ello los discursos de género cargados de ultra corrección y buenismo político me parecen algo pueriles».

    ¿Podrás hablar algo más acerca de la conexión con la hembra atávica?

    Gracias.

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    • La hembra puede despertar a nuestra consciencia a través de dos hechos en los que el cuerpo está implicado de manera significativa. Primariamente durante el acto sexual o durante el parto, aunque no todo alumbramiento ni todo acto sexual tiene ese efecto despertador.

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  11. Paco, dices «La mujer esta castrada por definición», así lo he sabido desde siempre. Pero ahora entiendo que ya que no todas las mujeres son iguales, pasan por distintos modos de castración, que quizás ni Freud ni Lacan concibieron. Algunas son sumamente dolorosas. Lo dice una mujer que sigue tus posts.

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  12. Releyendo el post, pensando la última respuesta que me ha dado Paco (el dolor no procede de la castración) y gracias a Isabel que me ha proporcionada un pieza importantísima de este rompecabezas que aquí se ha llamado «lo femenino» creo que el dolor puede venir cuando no existen los elementos adecuados para que se de la castración. Entiendo la castración como un un punto fronterizo que le señala a la mujer una terminación al tiempo que le abre el camino para una nueva expresión de su femineidad. Pero si no hay castración, la mujer se detiene en su camino.

    Iniciarse en la fmineidad no implica ser una «mujer de éxito» como las descritas en laprimera parte del post, supongo que etso tiene mucho másque ver con la concientización de la hembra atávica que describe Isabel, más allá de las luchas y ganancias de los movimientos feministas.

    Paco, lejos de dispararte, (que sí lo pensé) te agradezco, y desde luego, gracias Isabel por tus palabras.

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  13. Mira, Ety, este es un ejemplo buenísimo de pensamiento sintético, todo mi parrafeo está ahí.

    «La hembra ha de engolfarse para despertar cual bella durmiente, ha de iniciarse a los goces de los sentidos».

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    • Eso de conectar con «lo atávico» no es más que encontrarse uno con lo que se es, o sea, haber llegado a ser lo que se es, «serse». Sucede cuando se llega a la madurez -cuando se trasciende o supera (por determinados y diferentes factores) la inmadurez. La mudurez se distingue de la inmadurez en que en la primera permanecemos sentados y sonrientes mientras pasa, volando y huyéndosenos, la vida; mientras que el inmaduro es llevado en volandas por la vida, porque, por inexperiencia, no sabe sonreír y permanecer sentado en la silla. A llegar-a-ser-lo-que-se-es se llega, si es que se llega, a una edad indeterminada: a los treinta, a los cuarenta, a los cincuenta, a los sesenta o… nunca; y se percibe sólo cuando se llega. «Lo atávico» es lo primigenio, lo que viene de y pertenece a la especie. Y vale para ambos sexos, no sólo para la mujer. Gozar a través de los sentidos… ¿Algo distinto a aprovechar al máximo las capacidades sensoriales de nuestra mente para vivir saludablemente; es decir, con tranquilidad de ánimo y en paz (= no beligerancia) con cuanto nos rodea?

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      • Si, estoy de acuerdo con lo que dices, yome lorepresento como aquella idea de Frued en la que el hombre instintivo lucha contra el hombre civilizado. Adquirir conciencia de ese homunculo que habita en nuestro interior, ese organismo, esa criatura que necesita de vez en cuando que le echen de comer.

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      • «Si, estoy de acuerdo con lo que dices, yome lorepresento como aquella idea de Frued en la que el hombre instintivo lucha contra el hombre civilizado».

        Claro. Mucho antes que Freud lo desarrolló, en clave alegórico-conceptual barroca, el padre Gracián en ‘El críticón’. ¿Qué son, si no, en esencia, Andrenio, el hombre instintivo, o sea, el hombre atávico, y Critilo, el hombre que enjuicia y ‘educa’ a través de «su» cosmovisión, de su «cultura»? Pero las experiencias vitales de Andrenio y Critilo son, en espacio y ‘tempo’, muy distintas; incluso opuestas.

        «Comenzó [el náufrago Critilo] por los nombres de ambos, proponiéndole el suyo, que era el de Critilo, y imponiéndole a él el de Andrenio, que llenaron bien el uno en lo juicioso y el otro en lo humano» (I, 1).

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      • «Adquirir conciencia de ese homunculo que habita en nuestro interior, ese organismo, esa criatura que necesita de vez en cuando que le echen de comer».
        ¡Y pobre de aquél que no dé de comer a su cerebro de reptil! Perecerá por inanición, al no hallar el ‘way out’ de su interminable desierto.

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  14. Creo que la desventaja de la mujer es que si no «vende el pescado a tiempo» cuando la turgencia esta allí, esta en serios problemas, y puede estar destinada a relacionarse con hombres casados o eternos solterones, o en el mejor de los casos señores divorciados que van por la segunda vuelta.
    En cambio la desventaja de ser hombre, si uno esta en pareja, ama a su mujer y cree en la fidelidad, tal como yo lo hago, es tener que lidiar con el cazador interno, con las tentaciones de la carne, de ese deseo de ir mordiendo cuellos por aquí y por allá. Es un poco una tortura por tener que poner a raya este poderoso instinto.
    Estamos a mano?

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    • Hablas del tema de la fidelidad que es algo que tiene que ver con «la cotización de la pareja». Es obvio que hay hombres y mujeres que están más cotizados en el mercado sexual y del emparejamiento y estos suelen ser más infieles porque tienen mas oportunidades. Lo curioso de la infidelidades que se producen casi siempre para formar otras parejas, es decir para formar ex novo otra pareja similar a la anterior pero más cotizada lo que señala en la dirección que las reglas del sexo ocultan al amo que las guia: la reproducción.
      El resto chupa banquillo. O bien se va más allá de eso y deja de tratarse el sexo como una mercancía de intercambio.

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      • Yo me quejo, pero me parece inmaduro pretender vivir sin una cuota de incomodidad. Y si, también intento trascender el sexo, o mas bien re ubicarlo.

        Como bien dices, en el fondo todas quieren reproducirse (una parte mía tambien), por algo se busca a las jovencitas.

        Pero ahora me pongo bien mercantil: quienes empiezan una nueva pareja son mas o menos exitosos, en lo económico, en relación a los que mantienen su matrimonio?

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  15. Las reglas del sexo ocultan al amo que las guia: la reproducción».

    Schopenhauer llamaba a este «amo», a este nomo cruel e intransigente que exige lo que le pertenece y protege la generación de vida, el «genio de la especie»; siempre en guerra con el genio protector del individuo. Una bellísima metáfora de la lucha por perpetuarse de la vida y de la propia lucha por la vida.

    http://www.biografica.info/redei/el-amor-las-mujeres-y-la-muerte-schopenhauer–71.php?split=12

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      • Es partida perdida porque los contrincantes son muy desiguales. El «genio de la especie» prevalece sobre el ingenio del individuo. De lo contrario, se convierte en estéril (y a la larga intolerable) juego. La mujer, que lo vive con distinto ‘tempo’, lo sabe muy bien.

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  16. «Los que mantienen la pareja a largo plazo son los heroes de nuestro tiempo y merecen una pensión especial».

    Completamente de acuerdo. Pero nadie de quienes concurren a las próximas elecciones contempla en su programa pensión o subsidio por tal causa. 😄😄😄

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      • ¡Y tanto que así es! El matrimonio supone una segura fuente de ingresos para las arcas públicas y un considerable ahorro para los cónyuges. Por eso el ‘matrimonio’ genera ‘patrimonio’.😊 Federico II de Prusia solía decir que era infinitamente menor el gasto de reparar las sillas que le mordían sus muchos perros al enorme dispendio que le suponía a Luis XV el mantenimiento de sus amantes. 😄😄😄

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      • «Plata», de «Oro», de «Platino» …. podrían ser el nombre de las pensiones, con beneficios acorde a los aniversarios-antigüedad.

        Solo falta un empujóncito en el congreso, y las libran.

        Pero un gran problema: Todo el crédito que nos otorguen se lo van a utilizar nuestras señoras. Mire como se mire, el tema sigue siendo cruel.

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