¿Locura o neurodiversidad?


La esquizofrenia es el precio que paga nuestra especie por tener un cerebro asimétrico para dar cabida al lenguaje (T. Crow)

A más cultura más malestar (S. Freud)

La esquizofrenia es una adversidad estadistica (M. Bleuler)

neurodiversidad

Una de las criticas  que se hacen al DSM es la proliferación feroz de entidades en el eje I, una carrera que empezó desde su primera edición y que ha ido aumentando a lo largo de sucesivas ediciones, asi:

Mientras el DSM-II, de 1968, listaba 180 trastornos; el DSM-III, de 1980, hizo subir la cifra a 265. Y el DSM-IV, de 1994, a 297.

Ahora, el DSM-V no sólo añade nuevas patologías definidas como entidades separadas (tales como el “trastorno de acumulación compulsiva” o los atracones nocturnos), sino que también va a bajar en algunos casos los “umbrales diagnósticos“, lo cual permitirá incluir a más personas de la población general como enfermas.

Tomado de este blog

Lo cierto es que la batalla gnoseológica no procede -como dice el citado bloguero- de un enfrentamiento entre psicoanalistas y biologicistas sino de un distinta comprensión de los fenómenos mentales por parte de los psiquiatras europeos -de formación psicopatológica clásica- y los americanos con una formación más biologicista. Esta es una guerra cultural donde la industria farmaceutica y la APA son los líderes de opinión de una disciplina que nunca debió verse fracturada en función de ciertos intereses espurios: el dinero de las multinacionales y la hegemonía de USA.

Efectivamente, los nichos nosográficos se han multiplicado hasta el paroxismo hasta tal punto que hoy casi cualquier conducta humana podria «patologizarse» con el DSM-V en la mano (y que está a punto de salir). Esta es otra critica con fundamento, pues ningún manual contiene instrucciones para trazar una linea roja entre la patología y la excepcionalidad.

Otra critica que se hace a los manuales diagnósticos es que tratan ciertos síntomas como si fueran entidades autónomas, es decir se desciende a un nivel muy bajo (ateórico) de definición para acotar un determinado trastorno, por ejemplo, el «trastorno por acaparamiento» es en realidad un sintoma que acompaña a vaces al TOC (al que pertenece heurísticamente), no se entiende demasiado bien la razón por la que se desagrega este sintoma del conocimiento que ya tenemos del trastorno obsesivo-compulsivo clásico.

Otra cosa que se le critica a los DSMs es el borramiento que se hace de la normalidad añadiendo «vecinos» nuevos que emborronan aun más esas diferencias. Un ejemplo es el «trastrono por atracón». ¿Cómo diferenciar la obesidad por cebamiento de toda la vida con el atracón? Bajo este punto de vista todos los obesos cabrian dentro de una etiqueta psiquiátrica. La gordura no es una enfermedad mental ni siquiera es una enfermedad sino una condición de riesgo.

Y las condiciones de riesgo no deberian patologizarse, ni fumar, ni la osteoporosis, ni la obesidad, ni la eyaculación precoz, ni el embarazo, ni la calvicie son enfermedades. Por tanto no precisan tratamiento médico, su inclusión en un manual diagnóstico tiene consecuencias de gasto para el sistema de atención publica y es una justificación del uso de fármacos que sustituyen a la búsqueda de condiciones de vida razonables y saludables.

Enmedio de esta polémica me encuentro con el libro de Amstrong que me parece aportar un nuevo punto de vista entre tanto «ruido» mediático de personas que estan en contra de los DSMs, aunque es posible que esta oposición no sea tan homogénea como parece. Más abajo , sin embargo diré lo que opino de sus ideas.

Lo cierto es que sabemos más del cerebro que lo que propone la APA en su DSM-V. Por ejemplo sabemos que la homosexualidad no es una enfermedad, es algo que ya sabiamos en los 70 y quizá por la presión de los grupos gay se liquidó esta caracteristica diagnóstica, hoy tendemos a considerarla un efecto neutro de la neurodiversidad. A lo que sigue mi siguiente pregunta ¿Por qué existe todavia un grupo de «trastornos» llamados parafilias?

Las parafilias es el nombre moderno que le damos a las perversiones sexuales de antaño. Me resulta muy curioso que sólo la homosexualidad haya sido removida de este capítulo. ¿Es una enfermedad el trasvestismo, el sado-masoquismo o el exhibicionismo? ¿Es una patologia la pederastia?

Lo cierto es que sobre gustos no hay nada escrito y las parafilias son un catálogo de gustos sexuales periféricos y que además llevan una enorme carga de naftalina e incienso, pues fueron aisladas y descritas en el siglo XIX con enfoques muy moralizantes, religiosos y medico-legales en la convicción de que eran perturbaciones cerebrales que llevaban a conductas «pervertidas» o «degeneradas», un término que hoy ya nadie defiende en ningún foro cientifico. La supervivencia de estas entidades relativas al gusto sexual se mantiene pues por inercia y quizá tambien porque no hay asociaciones de personal masoquista o exhibicionista influyente que presione a la APA para que retiren estas anticuadas etiquetas. Lo cierto es que hoy la mayor parte de las parafilias se encuentran mejor clasificadas en lo que se llama «estilos de vida».

La pederastia por ejemplo es un delito no una enfermedad, el solapamiento entre las categorias delictivas, las morales y las psiquiátricas ha envenenado nuestra profesión desde el siglo XIX hacia acá, es la sociedad la que pone la linea roja sobre lo intolerable y hoy existe una amplio consenso en que los abusos sexuales son intolerables desde el punto de vista social. ¿A qué viene mantener este tipo de conductas en los manuales psiquiátricos?.Para eso están las leyes: seducir o violar niños es un delito que tiene particularidades jurídico-legales pero no médicas. Las parafilias no son enfermedades aunque pueden acompañar a enfermedades verdaderas.

Ni están todos los que son ni son todos los que están. Algo asi sucedió con la histeria clásica, un trastorno que aun existe y que pone patas arriba toda la coreografia de las clasificaciones: la histeria es un trastorno sexual, del deseo de poder, un trastorno de las emociones si se quiere, de lo fantasmático y de lo traumático (TEPT) del eje 2 (personalidad o rasgos) y del eje 1 (estados) y que muestra un cortejo proteiforme de síntomas incluyendo a los psicóticos, los impulsivos, los disociativos y los conversivos sin olvidarnos de los alimentarios. La histeria existe y es un compendio de psiquiatría en sí misma pero se acopla mal a las conceptualizaciones de la APA y además de eso: no se cura con fármacos. Por eso no existe en los manuales.

De manera que hablando en términos generales podriamos asegurar que en el DSM-V hay una plétora artificial de entidades y todo parece indicar que el futuro de la psiquiatria pasa por acortar el numero de patologías y optimizar los diagnósticos, separando definitivamente la patologia de la neurodiversidad, es decir lo excepcional, lo raro o lo poco frecuente de lo patológico.

El concepto de neurodiversidad -calcado del de O. Wilson, diversidad- me parece un constructo adecuado para pensar lo psiquiátrico desde otro punto de vista. Las ideas que expone Amstrong son algo empíricamente conocido, ciertas patologias como el autismo o la esquizofrenia correlacionan con talentos especiales, siempre que…..se eluda la patologia.

Lo cierto es que la mayor parte de autistas son retrasados mentales y no genios de la música o de la informática, como nos cuentan -a partir de casos excepcionales- aquellos que quieren minimizar el impacto de los diagnósticos psiquiátricos. Es verdad que en el espectro autista podemos encontrarnos personas excepcionales pero lo mas frecuente es el caso contrario. Lo mismo sucede con la esquizofrenia y el trastorno bipolar, en sus formas mitigadas pueden emerger talentos especiales, sobre todo artísticos, tal y como ya conté en este post, sin embargo no he conocido en mi vida a ningún esquizofrénico -clinicamente afectado por la enfermedad- que sea capaz no solo de crear algo nuevo sino tan solo de ser independiente de los demás.

De modo que hay que andarse con cuidado cuando se relatan este tipo de «supuestos dones» que se encuentran detrás de la patología mental a fin de no idealizarla. Tanto el autismo como la esquizofrenia son enfermedades devastadoras, lo cual no significa que ciertos esquizoides como Dali o el caso mas conocido de Nash puedan llevar a cabo tareas creativas de diversa índole, siempre y cuando no enfermen del todo.

Salvador_Dali_NYWTS

Una forma de ser (carácter) no es una enfermedad sino un factor de riesgo. Los distintos caracteres existen precisamente para favorecer lo diverso: para que haya de todo, por decirlo en terminos coloquiales. Una de las consecuencias (fortalezas) de la reproducción sexual que viajan en el mismo paquete de la vulnerabilidad. Usualmente son nuestras fortalezas las que nos hacen vulnerables y a nivel evolutivo no cabe duda de que la ventaja que supuso la capacidad de nuestro cerebro de simbolizar se encuentra detrás de nuestra tendencia a la esquizofrenia y que nuestra tendencia a sistematizar está detras de los genes del autismo.

Ahora bien, el concepto de neurodiversidad lo que propone es una nueva forma e pensar las patologías. En este caso la patología sería el extremo de un desarrollo continuo de ciertos talentos o habilidades específicas de ciertas personas. Más concretamente nos remitiría a los talentos sistematizadores, de detalle, de gusto por las cosas o por saber como funcionan o de qué estan hechas y por otro lado los talentos hipermentalistas, destinados a la simbolización, a la narrativa, sociales o interpersonales. (El lector puede visitar este post titulado «fisico o poeta»)

Un pensamiento literal y un pensamiento simbólico junto con las habilidades que cuelgan de ellos y que representan probablemente talentos que evolucionaron por separado en nuestra especie.

Otra de las ideas que se desprenden del libro de Amstrong es la de que nuestros cerebros están diseñados para favorecer la diversidad de tal modo que fueren cuales fueren las circunstancias de nuestro medio ambiente la especie encontraría soluciones a sus problemas de supervivencia gracias a la dispersión de los talentos individuales. Seguramente no hemos sido capaces de construir una sociedad que garantice el bienestar de la mayoría de sus miembros y hemos complicado las reglas sociales hasta el paroxismo. Lo que viene a decir Amstrong es que más que psiquiatrizar las conductas de los individuos lo que convendría es chequear nuestra organización social, pues es probable que sea esta la que genera la mayor parte de disadaptaciones en personas vulnerables y que puede ser tambien que estas personas tengan talentos sin desarrollar que en otro tipo de sociedad y con otras reglas de convivencia pudieran resultar útiles.

De tal modo que: lo que en nuestra sociedad pueda ser inadaptativo, en otro tipo de organización social pudiera resultar adaptado. Algo que los hombres modernos de hoy conocemos bien: ciertos entornos son muy insaludables, pero llenos de oportunidades, me refiero a la urbanicidad y a pesar de eso todos preferimos vivir en ellas.

Lo que habla en favor de la idea de que nuestras vulnerabilidades y fortalezas viajan en el mismo paquete.

15 comentarios en “¿Locura o neurodiversidad?

  1. Pingback: El psicópata, ¿nace o se hace? | Abaritzeta

  2. Está bien esto de no Psiquia_Cicatrizar la conducta de los individuos en general, por que en general la media de individuos no son pederastas, ni sadomasoquistas con baúl de prendas de cuero y herramientas afines, ni depredadores sexuales. Ahora bien pasar de no Psiquia_cicatrizar la obesidad y a los calvos,…a no hacerlo con la violación de niños para…, a saber, terminar enmarcándolo como algo simplemente intolerable socialmente hablando, es mucho enmarcar y desmarcase.

    La verdad no sé si lo he entendido bien, y este tipo de delitos entre comillas parafilicos son simplemente consecuencia de la Neuro_Diversidad. Cucha, que me lo volveré a leer pues está envuelto en una cierta ambigüedad por parte del autor, o de mi falta de entendimiento.

    Realmente es paradójico, por que pasamos de la cultura de la Patología mental, al Pederastas como víctima de la Neuro_Diversidad como un fruto del matrimonio entre un cromosoma y la urbanicidad.

    Quizás todo esto no sea más que una manera de desviar la atención del verdadero problema que reside no tanto en separar el grano de las patologías de la Neuro_Diversidad, si no de la Psiquiatría en general contaminada por el evulio_cinismo.

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  3. Quien más quien menos hemos podido seguir con cierta atención esta semana el llamado caso del “Monstruo de Cleveland”. En él y sincrónicamente se personifica a grande rasgos un claro ejemplo que entronca con la última entrada que tu Paco nos has presentado en lo que a mí se me antoja cuanto menos algo difícil de encajar, en cuanto se enfrenta el tema de la “Locura” con toda su carga implícita, frente a un descafeinado concepto llamado “Neuro_Diversidad”.

    Tenemos en este caso a un Músico conductor de buses que practica la depredación sexual, la pedofilia, violencia y secuestro mientras practica en sociedad una personalidad totalmente integrada.

    A mí personalmente se me hace extraño que la Psiquiatría en nombre de un acotación de las patologías mentales se acabe con estos comportamientos enmarcándolos en esta llamada Neuro_Diversidad, se descarte y no sea tratado según se desprende de la entrada como un tema medico mental dejándolo ubicado en algo que solo pertenece al marco jurídico legal, cuando este mismo personaje si hubiera tomado conciencia de su problema y se hubiera puesto en manos de un profesional de la mente, quizás se hubieran evitado mucho dolor y sufrimiento.

    Por que si no desde esa futura psiquiatría, quien hubiera sido el profesional médico que hubiera podido solucionar el problema, Paco ¿.

    Locura frente a Neuro_Diversidad dilucidado como un problema de organización social y no como tema psiquiátrico la cual es una especialidad transversal, da la sensación de dejar un vacio que un palacio de justicia no creo pueda rellenar.

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    • La mayor parte de la gente cree que es psiquiatrico todo aquello que es incomprensible, por ejemplo el caso de este monstruo de Cleveland, la matanza fanática de Breivick o esos casos donde un muchacho entra con un rifle en un instituto y se lia a tiro limpio, recientemente en nuestro pais tambien hemos visto el caso de ese padre que quemó a sus dos hijos y los hizo desaparecer. Para la opinión publica no hay duda de que estos casos son perturbados mentales.
      Lo cierto es que no lo son, dicho de otra manera: no padecen enfermedad mental alguna. Asi y todo existen etiquetas para rotular a este tipo de personas, en la jerga se les llama psicópatas y la neurociencia investiga mucho sobre ese tipo de cerebros sin prejuzgar patologia, pues si hubiera patologia este tipo de personas serian no responsables de sus actos, por definición. Probablemente ese depredador de Cleveland es un psicopata. Pero ser un psicópata no significa padecer una enfermedad mental, solo una forma de ser extrema (y aqui viene lo de la neurodiversidad), se trata de un constructo teórico y empirico para clasificar a personas que no siguen y no interiorizan normas sociales.
      Un tipo que es conductor de autobosues, y toca el bajo en un grupo de salsa y mantiene vinculos sociales y familiares no puede estar loco por regla general. No está enfermo, no padece «infirmitas». Está adaptado.
      Su inadaptación es secundaria a sus crimenes: ahora irá a la cárcel o a la silla electrica, lo que demuestra que sus elecciones no fueron demasiado inteligentes, su «vocacion» de pederasta le ha llevado demasiado lejos, ha cruzado demasiadas lineas rojas.
      La psiquiatria clasifica aun estos casos en el capitulo de parafilias. Yo no creo que las parafilias sean enfermedades pero mi punto de vista seguramente no coincide con el de algunos de mis colegas. Yo no represento a la Psiquiatria sino a mi mismo,.
      Para que te hagas una idea de por donde pueden ir las cosas en el futuro te recomendaria vuelvas a ver «La naranja mecanica» de Kubrick.
      Aqui escribí algo sobre pederastas hace algun tiempo:

      ¿Se puede rehabilitar a un pederasta?

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  4. ¿No ha conocido a ningún esquizofrénico que sea independiente? Desde mi humilde posición, le sugiero que conozca a más de los que conoce, o que lo haga fuera de las consultas psiquiátricas. Personalmente conozco al menos a cinco personas con esas características (diagnóstico de esquizofrenia y vida independiente), incluyéndome a mi misma, recién matriculada para la tesis doctoral. Difundir ideas como esa no hacen más que aumentar el estigma y las profecías autocumplidas.
    Un saludo

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    • Tu sabes que eso es excepcional, no es lo más frecuente. Yo conozco algunos esquizofrenicos que han evolucionado bien (un tercio de ellos tienen una evolucion benigna) pero conozco pocos que sean indepenidntes aunque mantengan algun tipo de trabajo, me estoy refiriendo a la mayoria de casos que vemos dia a dia. Y con respecto al estigma decir una cosa:
      No será poniendote a ti de modelo como suprimirás el estigma, si metes «una tesis doctoral» como ejemplo de normalización lo que conseguirás es aumentar el riesgo de que el resto se consideren tontos.

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  5. Esto, de que la sociedad tiene la culpa me parece muy manido. La sociedad la formamos todos, si esta desestructurada y vulnerable a la enfermedad, es porque tambien individualmente, estamos como un puzzle con todas las piezas fuera del sitio. Por lo demas, estoy de acuerdo con esa especie de «compulsion» nosografica que existe en la actualidad. Pienso, que en el fondo se pretende una coartada para nuestro comportamiento, se quiere borrar la responsabilidad, la culpa, la libertad personal……que pena. Algunos psicologos, se resisten a admitir que algunos sentimiento de culpa, estan plenamente justificados y que no hay que eliminarlos, sino elaborarlos e integrarlos en el aparato psiquico.
    Gracias.

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  6. Todo esto se deriva de problemas básicos que la comunidad científica en ocasiones olvida por las diversas áreas específicas del conocimiento que se desarrollan.
    Lo primero es una definición clara y concisa de lo que es enfermedad (o salud). Hay múltiples definiciones y múltiples perspectivas de las mismas (médica -anatómica, fisológica, …-, social, cultural, conductual -adaptativa, funcional, …-, estadística, otras), lo que lleva a que no haya un consenso claro de quien está enfermo y quien no lo está.
    Lo segundo es la primacía que ha tomado el modelo fenomenológico, o meramente descriptivo, en lo que es el diagnóstico o diferenciación de las enfermedades mentales, que se tomó en primer lugar para aumentar la confiabilidad de los diagnósticos pero que en realidad no aporta mucho en lo que a etiologías se refiere. Este fue, a mi parecer, el error fundamental del DSM, que en su intento por «librarse» de influencias teóricas y así poder ser utilizado de forma confiable por cualquier profesional de cualquier preferencia teórica o área profesional, no puede ser utilizado de forma válida. El error subsecuente es, claro, la corrupción y la influencias económico-políticas en su desarrollo.
    Lo tercero es fruto del avance científico, no manejamos adecuadamente los conocimientos que adquirimos o sobre simplificamos/generalizamos ciertas condiciones. Al haber grandes y rápidos avances en el estudio etiológico en el área biológica, sobre-generalizamos dichos descubrimientos. Encapsulamos al ser humano en una sola dimensión, la biológica, y todo tratamiento de toda enfermedad pasa a ser principalmente de dicha dimensión, cuando el ser humano se desenvuelve psicológica y socialmente.
    Para un profesional que defina o utilice una definición de enfermedad que se centra en lo anatómico o fisiológico, alguien con una disfunción del lóbulo temporal está claramente enfermo, pero un psicópata o alguien que exprese alguna parafilia no lo está si su cerebro se muestra sin alteraciones. Sin embargo, para quienes utilicen definiciones que se centren en aspectos conductuales y/o sociales, la persona con disfunción cerebral pudiese no estar enferma si su conducta no lo muestra, pero el parafílico o el psicópata evidentemente se encuentran enfermos.
    Cabe señalar que los enfoques más modernos sobre salud y enfermedad toman en cuenta los aspectos bio-psico-sociales y desde este enfoque están enfermos tanto quien presenta disfunción cerebral, como los parafílicos o los psicópatas. Sin embargo, requieren «principalmente» tratamientos a nivel distintos, el primero a nivel biológico, y los segundos a nivel psico-social, aunque hay que tomar en cuenta que el enfoque integral moderno de los tratamientos señala que, idealmente, se integren los niveles bio-psico-sociales en el tratamiento de todo tipo de paciente.

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  7. Hola Paco:

    Estoy de acuerdo en el comentario de Paula. Y obviamente, quienes tenemos este diagnóstico y somos independientes, sabemos de sobra que, como usted apunta, somos la «excepción». Y lo más terrible es que muchos tenemos bastante idea del motivo.
    No creo que a nadie a quien se le cuelgue la catastrófica y condicionante etiqueta «esquizofrenia», le suponga sentirse tonto saber que puede plantearse objetivos que van bastante más allá de los que les sugieren o vaticinan, psiquiatría, familia y conjunto social, cuando les someten al herraje, trato, tratamientos y toda clase de tropelías de una «ciencia», cuyos diagnósticos y tratamientos se basan en la peligrosísima subjetividad de una sola persona. Profesionales que dedican una media de tiempo vergonzosa al estudio de los casos, que ostentan una autoridad y poder del que a menudo abusan, etiquetando si es necesario como «patológica», cualquier crítica u oposición de la parte débil de la «relación terapéutica», que dicho sea de paso, no tienen ni idea de cómo manejar.
    Y sabemos que somos la excepción, y nos apena porque quisiéramos no serlo. La mayoría de nosotr@s lo ha conseguido alejándose de la perniciosa influencia de esta «ciencia» que la profesión y determinados intereses han convertido en lo más parecido a «sexar pollos»: Este esquizo—>risperidona. Este bipolar—->lítio… + Aconsejar al estilo del cura o de Elena Francis, o de la pitonisa, según perfil+robar la esperanza bien temprano para evitar paternalmente a todo etiquetad@ meterse en el lío de vivir: No estudies+no aspires a una pareja+te viene mal trabajar.
    Al final, la fiesta en paz y cobrar a fin de mes. No leer una sola línea que no te remitan las farmacéuticas y negarte como buen fanático o fanática a cualquier otra perspectiva que amenace la seguridad que tienes en todo lo que estudiaste, en el fondo, la garantía de tu pan.
    Paco, yo también le recomiendo, si es que realmente quiere conocer otros puntos de vista, otros «sistemas» y otros resultados, y más «esquizofrénicxs independientes», que se acerque a los grupos constituidos en torno al tema de la recuperación, que se inspiran o alimentan de la experiencia y métodos de los propios pacientes.
    Le aseguro, que las historias como la de Paula, están multiplicándose como setas y quién no lo comprenda ahora, llegará tarde al futuro. La oleada se extiende y si la psiquiatría no se pone las pilas, está sencillamente abocada a desaparecer.
    Eso sí, a su juicio dejo etiquetar estas palabras como «delirio mesiánico» de una diagnosticada que hace bastante tiempo que no consume «neurolépticos».

    Saludos.

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    • Creo que eres injusta con la psiquiatría y no has echado una mirada alrededor del mundo, allí donde la psiquiatría no ha llegado, por ejemplo Africa. El abandono y las condiciones de vida de los enfermos mentales en esos lugares son demasiado conocidas y aberrantes para que yo diga algo sobre lo que todos conocemos, pero a veces olvidamos. La psiquiatria nació para proteger a los enfermos de las iras, chanzas, burlas y maltrato sociales, más que eso nació para discriminar a los criminales de los propiamente enfermos. De manera que como mínimo hemos de aceptar que en sus orígenes la psiquiatría tuvo un gran mérito al oponerse a las fuerzas vivas: Iglesia y Estado.
      En lo que si estoy de acuerdo con usted es que la medicalización de la psiquiatría ha traído luces y sombras. Luces porque sin esa medicalización no hubiera sido posible la «normalización» del enfermo psiquiátrico. Sombras porque efectivamente el modelo medico parece que ya ha dado de sí todo lo que podía dar.
      Por otra parte me fascina que usted diga que tiene «ese diagnostico» de esquizofrenia, supongo. Si es asi, yo le digo que se equivocaron, eso es obvio.

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  8. Hola de nuevo Paco:

    En primer lugar, muchas gracias por responder. Creo que quizá quienes hemos padecido bastante más las «sombras» y casi nada las «luces», no podamos evitar tampoco nuestra subjetividad.
    Como en todo, la feria se cuenta diferente según te va en ella. Y según hayas observado en el entorno más próximo.
    En absoluto creo que mi postura sea injusta por criticar las «sombras», puesto que no era mi intención referirme a las «luces». Que también podría alabar algunas, sin duda.
    Le aceptaría que me dijera que mi percepción no es compatible con la suya, o con las de otras personas, pero se equivoca en afirmar que no he echado esa mirada al mundo.
    Comentaré que en África, (y perdóneme Paco, porque en absoluto quiero prejuzgar si usted es sabedor o no de esto), no todo es como en «Los olvidados de los olvidados», documental muy necesario, ya que como yo en mi anterior comentario, señala las sombras. La forma de afrontar este en problema en África es tan diversa como África misma, tengamos en cuenta la intervención de la psiquiatría o no.
    Hemos visto también, si es que no se nos engaña con la información a disposición, que en zonas de la india en donde la intervención de la psiquiatría excluye la medicación por falta de medios, el porcentaje de recuperación e integración en la comunidad, es más que notable.
    Por no hablar de zonas o etnias, que tienen perfectamente integrado que hay personas que oyen voces o que reciben mensajes, ocultos en la cotidianidad y solo dirigidos a ellos, y que para nada asumen como algo que tenga que ver con su salud mental…
    En cuanto a la historia de la psiquiatría, lo único que puedo responder, es que también he leído. Y por lo que usted refiere, hemos leído de distintas fuentes. No será culpa mía ni de usted. Algunos libros de historia con los que crecí, afirmaban que un tal Francisco F. era un héroe. Y no figuraba en aquellos libros, casi ninguna mujer notable, de las innumerables que en la historia han sido.
    Sinceramente, no sé a qué se refiere con el término «normalización». Lo entrecomilla, supongo, debido a que el verbo «normalizar» no es aplicable a las personas, estén enfermas o no.
    Quizá yo debiera haber escrito «a quienes tenemos estos diagnósticos». A mi también me fascina, aunque en absoluto me extraña, que usted se aventure a valorar la precisión de un diagnóstico adjudicado, por lo que pueda deducir de un breve escrito. Misterios tiene la ciencia. Quizá le apetezca echarme una mano, a dilucidar cual de los psiquiatras que me han ofrecido sus conclusiones en forma de informes con firma, se acercaba más a la diana:

    -Psicosis Esquizofrénica de larga duración.
    – Psicosis Maníaco Depresiva-Trastorno Bipolar.
    -Trastorno Límite de la Personalidad.
    -Trastorno Esquizo-Afectivo. (Con la consabida oposición de muchos psiquiatras a esta categoría, pues afirman que se trata de una manifestación más de la «esquizofrenia»).
    -«Neurosis de conversión».
    -Usted no ha tenido jamás un delirio (esto a los dos minutos de hablar con quien ha creído parar una guerra, ha hablado con la muerte, y ha sufrido como la televisión se dirigía solo a ella…) Guardo muchas más anécdotas y algún diagnóstico más… recuerdo algo de psicosis paranoide de no se qué… pero no voy a revolver papeles…

    Aquí se lo dejo, por si puede dar usted alguna explicación a esto. Aunque a mi ha dejado de importarme en absoluto, debido a que el diagnóstico, sea uno u otro, nos ha servido, a mi y a mis médicos, exactamente para nada. Para nada positivo, quiero decir.

    Un saludo y disculpe mi necesidad de responder y la extensión de mi respuesta. Me gustaría que comprendiera qué es lo que nos impulsa a personas como a Paula y mi…

    -Por cierto Paula, que tú debes ser también el famoso «falso positivo», ese argumento recurrente asignado a cada persona que logra integrar estas experiencias y continuar adelante con su vida, desde lugares al margen de estos profesionales y las drogas que utilizan.

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