¿Soy homosexual?


Se trata de una de esas preguntas temidas por los psicoterapeutas, usualmente pronunciadas en la intimidad de la consulta y casi siempre infiltradas de una atmósfera de confusión y duda.

Personalmente creo que se trata de una duda que causa cuotas muy intensas de sufrimiento y que se suele plantear en esa curva de la vida que llamamos adolescencia, tanto es así que suponemos (aunque no tenemos la evidencia) que gran parte de los suicidios consumados e inesperados que se realizan a esta edad están provocados por esta duda sobre la orientación sexual.

¿Qué debemos hacer en esa situación?

Naturalmente no podemos contestar esa pregunta en el lugar de quien la plantea pues tal percatación deberia ser, en teoria, un conocimiento inmediato similar al de nuestra propia identidad corporal, producto de la mismidad, de esa identificación con nuestro cuerpo que hace que le reconozcamos al mismo tiempo que sabemos que «somos y tenemos ese cuerpo» y que ese cuerpo somos «Yo».

Cualquier respuesta a esta pregunta seria adoctrinamiento o manipulación pero no psicoterapia.

Usualmente los que plantean dudas sobre su orientación sexual no mantienen dudas sobre su cuerpo sino sólo de sus gustos y preferencias sexuales. ¿Por qué sucede este fenómeno?

La verdad es que la causa más conocida e invocada y quizá la más importante de rechazo de la propia identidad sexual está relacionada con el estigma de reconocerse como tal. Aceptarse como homosexual es más dificil que aceptarse como heterosexual y está lleno de escollos sociales y emocionales,  sentimientos de culpabilidad y de vergüenza asi como conductas evitativas, huidizas o de aislamiento y ostracismo, a veces electivo.

En realidad y desde el punto de vista fenomenólogico se trata de un proceso similar aunque más intenso emocionalmente que el que da lugar a dudas sobre la vocación o elección profesionales otro de los dilemas que abruman a los adolescentes. Tomaré este ejemplo de elección profesional para ilustrar el drama del vacilante en terminos de orientación sexual.

Suponga que usted tiene «vocación» de ser maestro/a y trabajar con niños pero que en el curso de sus estudios alguien le hace la siguiente observación: «tiene usted una magnifica voz, deberia ser cantante y educarla al tiempo que cursa estudios de canto». Imagínese que su padre o su madre es muy aficionado a la música y que acoge este halago sobre su voz con una gran alegria. Continue suponiendo que toda su familia se pone muy contenta con esa decisión y que usted inicia sus estudios de canto apoyado por su sistema familiar que albergan expectativas elevadas sobre una supuesta carrera de bel-canto.

Al principio las cosas parecen ir bien para usted pero lo cierto es que no las tiene todas consigo, usted sigue pensando en su idea original y se pregunta si no se estará equivocando. A veces se ve usted en sueños dando clase en un aula de párvulos y se contempla feliz en esa situación. Al despertar simplemente se encuentra malhumorado, incluso irritado y se pregunta si ese estado de ánimo está relacionado con su sueño-deseo escolar.

Y un buen dia  tiene usted una afonía severa, va al otorinolaringólogo y le dice que no encuentra razón para ello más allá del hecho de haber forzado la voz,  sus nódulos vocales dejan de funcionar como antes, usted consulta un médico y a otro y le dicen que no tiene nada  o bien le sugieren reposo de la voz, usted pierde el curso, no puede presentarse a los exámenes y comienza a tejer y destejer su dilema.

Usted cae en la cuenta, bien porque llegó a ello por sí mismo o bien porque algun psicólogo se lo contó: en realidad usted no quiere defraudar a su parentela. Pero a usted el canto le interesa más bien poco, lo que usted desearia es estudiar Magisterio.

Este dilema humano es muy frecuente y genera enormes sufrimientos emocionales. Sólo tiene una cura posible: usted ha de correr con los gastos de «defraudar»a su familia y elegir lo que más le interese.

O dicho de otra manera: forzar las decisiones de alguien tiene siempre un coste emocional y de salud psíquica o somática, lo dificil parece estar en averiguar qué es lo que uno en realidad desea.

Los homosexuales se encuentran muy frecuentemente con este problema que se parece al anterior -si bien «ser cantante» no está estigmatizado socialmente-, por una parte temen la estigmatización social, con la vergüenza o culpa de tener que «confesar» sus tendencias a familiares y amigos y por último han de cargar con la autoestigmatización. Muchos optan por no «salir del armario» y mantener su tendencia en secreto.

En ciertos entornos sociales todo parece estar dispuesto para el ocultamiento de la propia sexualidad y de ese ocultamiento nace la duda, pues la duda está diseñada para socavar las certezas. Por el contrario las certezas terminan con la duda.

Y es por eso que nosotros los psiquiatras o los psicólogos sólo vemos a estos pacientes cuando atraviesan estados egodistónicos, es decir cuando se encuentran o bien dudando, bien rechazando de plano su registro pulsional o bien sufriendo complicaciones emocionales debidas a las consecuencias anticipadas de su acción de mostrar-se.

Pero es necesario recordar en este momento que el malestar y el sufrimiento que se genera en estas personas procede del exterior, es decir del estigma que anticipan sea social, familiar, escolar o laboral.

Pero existen además nuevos enigmas que aclarar en este momento, uno de ellos es este:

¿La cantante-maestra del ejemplo anterior quiere ser maestra por qué pasó por una experiencia indeseada de cantante o más bien su vocación de maestra era previa y de su decepción nace todo el problema?

O, ¿Se es homosexual de forma innata o bien es algo que se adquiere en contacto con el medio ambiente?

O bien ¿La naturaleza quiere algo de nosotros -que ignoramos- y que es previo a nuestro deseo?

La pregunta no es baladí porque si aceptamos que la homosexualidad o el deseo de ser maestro es algo innato, cualquier cosa que oponga -obstáculos, dificultades o señuelos- el medio ambiente a esa «naturaleza previa» será siempre algo forzado y en este sentido adquiere relieve el asunto del estigma. Si una persona nace de una determinada manera y esa manera está estigmatizada socialmente es evidente que existirá gran parte de la población que se verá desviada o forzada de su itinerario personal hacia lugares desconocidos y no elegidos. Si es verdad que la homosexualidad es innata y la cultura o la sociedad se oponen a ella es explicable que algunas personas duden de su «verdadera» opción sexual al encontrarse con el obstáculo de su legitimación social.

Pero tambien puede suceder al revés: algunas personas pueden ser portadores de rasgos corporales femeninos (en los hombres) o masculinos (en las mujeres) o de bizarrías, estereotipias o amaneramientos que los identifiquen como homosexuales sin serlo y es muy probable que se les asigne orientación sexual por otros y no tanto por ellos mismos.

Lo cierto es que el estigma por sí mismo no puede explicar todos los casos de sufrimiento mental que aparecen en los homosexuales y más: la aparición del estigma por sí mismo no predice ni señala la verdadera opción.

Dicho de otra manera: ni en el caso del maestro ni en el caso de homosexual vacilante podemos saber a priori, si la elección buena es el canto, el magisterio la homo , la heterosexualidad, la bisexualidad, la castidad o entrar en religión.

Sólo podemos saberlo aprés coup.

Y no podemos saberlo porque la certeza pulsional pertenece al sujeto que la ha de convertir en voluntad de acción, en una toma de decisiones.

Dicho de otro modo: sólo puede saber si se es homosexual o heterosexual el propio sujeto a través de un diálogo con su propia subjetividad, mientras otros -la mayoria- adquieren esa certeza de una forma natural e inmediata, es decir que el cuerpo proporciona las pruebas, excitaciones, impresiones que nos hablan de las circunstancias y de la orientación de nuestro deseo. Homosexuales y heterosexuales adquieren conciencia de su orientación sexual muy pronto, ya en la niñez, algo que señala en la dirección de que la orientación sexual y la identidad sexual son precoces y se manfiestan sin demasiada influencia del medio ambiente.

Merece la pena recordar ahora:

Que no existe ningun rasgo conductual que no tenga un origen genético tal y como conté en este post. Lo que no significa linealmente que exista un gen de la homosexualidad, pero no puede haber homosexualidad sin uno o varios genes con expresión en el cerebro.

Y para los que dudan:

Lo que suele suceder es que los pacientes mejoran cuando encuentran su destino pulsional y encuentran apoyos para manifestarse, por ejemplo una pareja o un grupo de apoyo.

10 comentarios en “¿Soy homosexual?

  1. Hola:

    Me quedo con la expresión «genes con expresión en el cerebro», valga la redundancia. Me quedo con el lenguaje como capacidad innata, y con las expresiones del mismo como decisión creativa. Me quedo con el lenguaje como vehículo de la ciencia, sin el cual esta no existiría, o quizá sí, pero sola y en la sombra, sin posibilidad de réplica ni avance. Me quedo con el destino de aprender a aprender. También en orientación sexual.
    Saludos

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  2. Me ha encantado que se trate este tema tan interesante y también de la forma tan clara que se ha tratado, haciendo énfasis en el sufrimiento , que todos deberíamos ver.

    Me queda la incognita de saber por qué la homosexualidad provoca un rechazo tan enconado en cierta gente y en particular la de si puede ser una manera de eliminar el miedo que uno pueda tener a ser homosexual. También me pregunto cual sería la ventaja evolutiva de la homosexualidad , habida cuenta de que la especie no se perpetúa de esta manera.

    Y en relación al interesante concepto de «aprés coup»…

    Un amigo mío estaba pensando en comprarse un coche nuevo. En principio no parecía muy lógico pues el que tenía iba bastante bien y su economía era muy justita. No obstante lo compró y después de una serie de disquisiciones concluyó que había tomado la decisión correcta y se mostró orgulloso. Entonces lo que yo veo es que el «aprés coup» tiene un componente de autoconvencimiento o autoengaño sobre la decisión tomada, es decir que la decisión no es verdad si no que «se hace verdad» desde la subjetividad. Pero esta verdad surge creo yo, de una narrativa basada en la falta de información sobre otras realidades posibles que el sujeto no va a poder experimentar: pej, quizás si mi amigo no hubiera comprado el coche, tendría ahora mejor calidad de vida y también habría llegado a la conclusión de que su decisión era la correcta.
    De lo anterior yo saco que quizás el terapeuta deba buscar patrones dentro de la casuística que conoce que ayuden a decidir al paciente sobre la decisión que debe tomar, aunque realmente se convenza de la misma «aprés coup».

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  3. Hola,

    Nos hubiera gustado enviarte un email contándote nuestras novedades en SALUDENLARED.COM, y de paso vieras cómo hemos dado de alta tu blog en nuestro directorio de blogs de medicina (www.saludenlared.com/blogs), pero como no sabemos tu mail, me he tomado la libertad de contártelo aquí en tu propio blog , si quieres ver cómo te hemos dado de alta, accede primero para ver cómo lo hemos comunicado al resto de blogeros como tu (http://www.saludenlared.com/comunicados/blogs-medicina/index.html) y desde donde podrás acceder a ver tu blog de medicina en nuestro portal de saludenlared.com.

    Te deseamos todo lo mejor.

    Un abrazo,
    Equipo de SALUDENLARED.COM

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  4. Querido Agustin, creo que has puesto en el dedo en la llaga cuando dices que:
    «es decir que la decisión no es verdad si no que “se hace verdad” desde la subjetividad».
    Yo creo que es asi en cualquier decisión que se toma en la vida: hacer de tripas corazón creo que se llama eso.
    Sobre el resto de planteamientos evolutivos que dices creo que tendré que hacer otro post para explicarlo mejor, será el proximo, aqui mismo.

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  5. Querido Paco, estaré esperando la próxima entrada con curiosidad e ilusión. Gracias.
    Lo que dices de sobre el «aprés coup» me da aun más motivos de reflexión. De momento se me ocurre que si se trata de «hacer de tripas corazón» las «curaciones» implican la elección de un camino que se haga verdad subjetivamente, quizás renunciando a otras alternativas. Sería como contarse un cuento que a uno le agrade o concuerde.

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  6. 151. El colapso social que hoy vemos no es desde luego el resul-tado del simple azar. Sólo puede ser el resultado de las condicio-nes de vida que el sistema impone a la gente. (Hemos argumenta-do que la condición más importante es el colapso del proceso de poder). Si el sistema tiene éxito imponiendo suficiente control so-bre el comportamiento humano para asegurar su propia supervi-vencia, se habrá pasado un momento crítico en la historia de la humanidad. Mientras antiguamente los límites de la resistencia humana han impuesto límites al desarrollo de las sociedades (tal como explicamos en los párrafos 143,144) la sociedad tecnológi-co-industrial será capaz de traspasar esos límites modificando a los seres humanos, ya sea por métodos psicológicos, biológicos o por ambos. En el futuro, los sistemas sociales no estarán adapta-dos para ajustarse a las necesidades de los seres humanos. En cambio, los seres humanos estarán adaptados para ajustarse a las necesidades del sistema. Para ser exactos, las sociedades pasadas han tenido medios de influenciar el comportamiento humano, pe-ro estos han sido primitivos y de baja efectividad comparados con los medios tecnológicos que están desarrollándose ahora..

    http://www.aceprensa.com/articulos/2008/feb/20/los-desafios-del-cientificismo-sin-alma/

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  7. A qué cree que es debido que la homosexualidad se dé más en el sexo masculino?O, quizá las mujeres no se dan cuenta de ello por no defraudar al entorno como explicas en tu post? Está claro que nos es menos extraña la homosexualidad masculina pero no sé si la mujer se esconde hasta el punto de no hacer consciente su pulsión o si la genética de ambos es distinta y se reparten estos genes de forma desigual.
    un saludo.

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  8. En las especies donde el mayor gasto e inversión parental recae sobre la hembra los machos están obligados a competir por todas las hembras y como los individuos somos más iteligentes que nuestros genes y el fitness está relacionado en nuestra especie con el bienestar es predecible que la homosexualidad sea mas frecuente entre los machos. Y asi es, precisamente ahora estoy escribiendo un post que se titulará «Paradojas evolutivas» donde hablo de eso y de otras cosas aparentemente incomprensibles.

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