Inconsciente freudiano e inconsciente procedural (*)


Aquellos que ya hayan leido el post que antecede ya habrán entendido que el inconsciente que nombran los neurobiólogos no es el mismo inconsciente del que hablan los psicoanalistas.

En efecto, el inconsciente freudiano se caracteriza por un mantenimiento activo de las representaciones a través de la represión mientras que el inconsciente neurobiológico se refiere sobre todo a las rutinas motoras que son inconscientes para ahorrarle al sujeto la incomodidad de tener en la conciencia determinadas secuencias automatizadas. Una de las características de estas secuencias es que pueden ser hechas conscientes con facilidad, es el caso de la respiración consciente o de la deambulación consciente, algo que hacemos cuando hacemos yoga o simplemente cuando marcamos el paso.

Sin embargo el inconsciente freudiano no tiene un acceso fácil a la conciencia: sus contenidos, las razones emocionales por las que hacemos las cosas no se encuentran a disposición del consciente sino que precisan de un cierto trabajo de elaboración: repetir, recordar, elaborar son los tres tiempos de esta recuperación de la que se ocupa el psicoanálisis. Según Freud esta dificultad procede del uso de la represión, un mecanismo de defensa cuya función consiste en alejar de la conciencia moral determinados impulsos que entran en contradicción con nuestro bienestar, nuestra autoestima o nuestra rectitud moral. Los impulsos que se encuentran reprimidos son pues aquellos que entran en contradicción con esa parte moral -que Freud llamaba Superyó- y que es en parte consciente y en parte inconsciente, códigos morales de los cuales no tenemos tampoco recuerdo alguno de cómo se formaron pues se trata de improntas procedimentales que aprendimos por identificación con nuestras figuras educativas, improntas inefables de las que no recordamos ni el nombre, ni el lugar, simplemente las tenemos (o no las tenemos) como siempre sucede con los primeros eventos procedimentales.

Naturalmente las rutinas motoras que aprendimos repitiendo a caminar o a conducir no están sometidas a este principio represor y son precisamente por eso permeables a la conciencia. Sin embargo las secuencias emocionales que ponen a prueba nuestras pulsiones más afectivas están fuertemente afectadas por la represión.

La represión sólo actua pues en la parte emocional de nuestra memoria, en aquella que reside en la amigdala, aunque pueda afectar a los hechos o conocimientos declarativos, no hay que olvidar que ambas memoria operan en paralelo.

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Ahora bien, tanto el inconsciente freudiano como el neurobiológico operan de un modo similar, mediante asociaciones o enlaces Casi todos nuestros aprendizajes son nexos asociativos entre ideas, sentimientos o pensamientos. Significa que un hecho psíquico está siempre asentado en otro hecho psiquico anterior. El modo de aprendizaje mas sencillo es precisamente el condicionamiento clásico: casi todo lo que hemos aprendido de interés para subsistir lleva este apellido, se trata de un aprendizaje de enlaces arbitrarios , en el sentido de que podemos aprender tanto algo beneficioso para nuestra supervivencia como algo perjudicial por el mismo mecanismo. Las leyes del condicionamiento se imponen a otro tipo de aprendizajes más sofisticados y es posible afirmar que casi todas las tareas destinadas a la supervivencia las hemos aprendido como nos contó Paulov, asociando un estímulo A con un estímulo B que simplemente era contingente con él, como la campana y la comida de sus perros. La repetición de este evento lleva a casi todos los mamiferos a aprender rapidamente dos cosas fundamentales: que el estimulo A precede al estimulo B y que además el estimulo A predice el B, es esperable que después de A venga B. El resultado de esta secuencia es una conducta C, en este caso apetitiva, el aumento de jugos gástricos y la sensación subjetiva de hambre. Se escribe asi:

A → B

B → C (A, B)

Significa que B (estímulo) es contingente de A y por tanto la conducta C es causa de esa contingencia, de ese enlace. Como puede observarse en este sencillo ejemplo existe una linealidad causal entre los estimulos (campana, comida) con la respuesta (hambre) y además que: una vez aprendida tal contingencia basta solo con A para que se de C. Este tipo de aprendizajes fáciles son evolutivamente hablando los responsables de que los mamiferos aprendamos donde encontrar comida o sexo, cómo obtenerlos y a evitar los alimentos ponzoñosos, a los depredadores o los peligros, también hace fáciles la fobia a las arañas o las serpientes, el miedo a las alturas o la repugnancia hacia los alimentos que desprenden malos olores o están en contacto con venenos, se trata de aprendizajes emparentados con nuestra supervivencia, lo que los hace -una vez adquiridos- muy difíciles de extinguir.

Ahora bien los encadenamientos entre representaciones no siempre cumplen aquellas reglas, sucede cuando las emociones intervienen e imponen sus sesgos a la hora de construir enlaces, algo que podemos observar precisamente en la forma en que se construyen los sueños, los sintomas neuróticos o lo que Freud llamó en «La psicopatología de la vida cotidiana», las formaciones del inconsciente como los actos fallidos, los olvidos, etc.

Una de las ideas fuerza de Freud es que en la formación de estos sintomas habia algo que escapaba del simple condicionamiento lineal. Para Freud los sintomas neuróticos (como los sueños, los olvidos o los actos fallidos) estaban sobredeterminados.

¿Qué significa sobredeterminación?

Lo que significa es que en este tipo de enlaces entre eventos psíquicos las representaciones mentales no se rigen segun las leyes del condicionamiento clasico sino que la lógica de sus enlaces es multiple y está presidida por un tipo de causalidad distinta a la lineal. En la época de Freud no se habia descubierto aun ni la teoria de sistemas, ni la logica borrosa, tampoco la teoria del caos y mucho menos la teoria cuántica. Es sorprendente que aun asi Freud teorizara acerca de la sobredeterminación cuando la ciencia era férreamente newtoniana y aun no habia empezado ni siquiera a vislumbrar la no linealidad.

La no linealidad significa que el evento A que precede a B no es necesariamente causa de B aunque no obstante B no podria darse sin A. A y B se encuentran enlazados por un tipo de causalidad que podria describirse de este modo: B incluye y excluye a A y que se representa así:

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A ◊ B

Un grafo que mas tarde sería adoptado por Lacan para designar el tipo de enlace que mantiene ligado al objeto con el sujeto, un enlace que Lacan denominó deseo y que equivale a la pulsión freudiana.Esta inclusión/exclusión simultánea en la causalidad entre un hecho psiquico y su precedente significa que en la mente no existe solamente un tipo de causalidad lineal sino que está operando además otro tipo de fuerza – a la que Freud llamó líbido- pero que tambien hoy podriamos llamar subjetividad que es la que se manifiesta en B con independencia de A y que hace que B resulte nuevo en relación con A y tambien impredecible. Sólo asi se explica el conocido axioma de que en la mente no hay nada determinado y que, en suma, la conducta humana es impredecible porque el sujeto de alguna manera condiciona mediante su subjetividad la aparición de síntomas despues de una causa cualquiera de distrés.

Este nuevo hecho psíquico B puede considerarse una emergencia de A en el sentido de que A ha perdido algo para transformarse en B que a cambio ha ganado algo comparándolo con su predecesor. Esta sustracción de algo que se ha perdido en la transformación de A a B es sin duda la represión vista a ojos de hoy, no tanto como un ocultamiento o borramiento de información sino a una información que se perdió en la emergencia de lo nuevo, una reducción psicobiológica.

Esta consideración tiene consecuencias muy importantes de cara a la psicoterapia tal y como la concebimos hoy: no se trataría tanto de perseguir lo que se perdió en A sino la resignificación en el punto B de A, lo que nos lleva a una convicción que el propio Freud también intuyó: el tiempo no existe en el inconsciente, lo que significa que desde B podemos modificar a A sin necesidad de retroceder en el tiempo.

(*) Inconsciente procedural es aquel que guarda secuencias o rutinas automatizadas y que no se encuentran afectadas por la represión.

6 comentarios en “Inconsciente freudiano e inconsciente procedural (*)

  1. PS: Lo de incluirse y excluirse al mismo tiempo me fascina porque rompe esquemas clásicos y obliga a la mente a constituirse en hacker de sus propios passwords aristotélicos.
    Un brindis por la lógica difusa, los sistemas abiertos y toda nueva idea que rompa moldes y estereotipos obsoletos. Valor y al toro.

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