La debilidad epistemológica de la psiquiatría (IV)


Epistemología es la disciplina que se ocupa de averiguar como se construye el conocimiento sobre algo. Asi episteme es conocimiento y logos es hablar sobre ese algo. La epistemología y la gnoseología son sinónimos y se ocupan sobre todo de construir un sujeto de conocimiento, así el sujeto de la dermatología es la piel y el sujeto de la antropología es el hombre en su versión social, la antropología se ocupa de los sucesos que envuelven al hombre en su organización social y en el caso de la dermatología, se ocupa del estudio y conocimiento de la piel.

¿Cual es el sujeto epistémico de la psiquiatría?

Observen estas dos opiniones que son las más importantes en cuanto al sujeto de la psiquiatría tanto que podriamos decir que dividen nuestra especialidad en un 50% de simpatizantes.

– Los que aseguran que el objeto de conocimiento de la psiquiatria es el cerebro. O lo que es lo mismo los que creen que las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro.

– Los que creen que el sujeto de conocimiento de nuestra especialidad es el Yo, el sujeto o la conciencia humana y que son los mismos que creen que las enfermedades mentales se situan más allá del cerebro.

Los primeros se situan en un lugar muy próximo a la neurología, de tal modo que seria imposible discriminar las diferencias entre las enfermedades del cerebro que estudia la neurología, como por ejemplo la esclerosis en placas de la esquizofrenia. Los segundos se situan en una posición igualmente reduccionista que la anterior, pues al prescindir del cerebro su campo de observación se asemeja y se confunde con la psicología.

La psiquiatría es una disciplina observacional y empírica que se halla atenazada por dos grandes epistemes, los de la neurología y de la psicología. ¿Cual es pues el ámbito del saber de la psiquiatría?

Para entender esta cuestión debemos viajar hacia el pasado para entender como surgieron las ideas en torno a la mente y el cerebro que son hoy las dos palabras que peor funden en el mundo de las ideas y que dividen el conocimiento humano en una grieta insalvable que conocemos con el nombre de dualismo mente-cerebro y de donde procede «la idea o pregunta dificil de la conciencia», esto es ¿Qué hay entre la actividad eléctrica de las neuronas y la experiencia mental concreta? ¿Cómo se las arregla la electricidad para componer una sinfonía o crear un símbolo, una abstracción o una representación mental de algo?

Se puede decir que la psiquiatría se ocupa de las enfermedades mentales pero esta definición requeriría una profundización histórica en este concepto a fin de averiguar cuales son las razones o sinrazones de la aparición de esta disciplina y aun más: ¿cual es el futuro que le espera?

Es natural citar ahora a Descartes que fue el primero en plantearse esta disociación en términos bastante distintos a los actuales. En su época la dicotomía no estaba entre mente y cerebro sino entre alma (inmortal) y cuerpo (mortal), de modo que la teorización de Descartes sirvió para recluir el alma al dominio de la teología y devolver el cuerpo a la ciencia. Pero el contenido del alma no se parece demasiado a nuestro concepto de mente salvo por una cuestión: se trata de un intangible, de algo inmaterial a lo que no se le puede meter el dedo. Aunque se ha criticado mucho a Descartes por haber -supuestamente- inventado la dualidad lo cierto es que Descartes lo que hizo fue liquidar ciertas ideas religiosas basadas en la teología cristiana del panorama epistemológico de la filosofía. Y fue además lo bastante hábil para no ser quemado en la hoguera, pero en realidad la culpa del dualismo no es de Descartes sino de algo que irá surgiendo en este post pues vale la pena señalar que -mal que le pese a Damasio- el dualismo no ha sido aún resuelto.

Y aunque todo el mundo está de acuerdo en que el dualismo es falso: es decir no existe algo «espiritual» separado de lo material que opere junto a la materia de manera autónoma, lo cierto es que aun hoy no hemos sido capaces de construir una teoria abarcativa de lo mental y lo corporal (cerebral). Así podriamos pactar operativamente y para entendernos que la psiquiatría se ocupa de las enfermedades mentales, la psicología de los hechos mentales patológicos o no y la neurología de las enfermedades del cerebro.

En este post que titulé «Filosofía y psiquiatría» hablé sobre esta cuestión de en qué consiste el sujeto de la psiquiatría. Y desde luego admito que el tema no está resuelto porque los bordes que separan la psiquiatría de la psicología o la neurología son más que borrosos.

Todo empezó en el siglo XIX cuando los alienistas franceses inventaron el término «enfermedad mental», algo que se le atribuye a Séglas pero que pudo ser inventado por cualquier otro médico de aquellos que trabajaban en los asilos franceses. La idea procede del naturalismo de Condillac, un filósofo empeñado en traducir lo humano al lenguaje de las ciencias naturales. Inspirados en él los alienistas franceses comenzaron a desarrollar una nueva teoría que trasladó el viejo concepto de «alienación mental» al más moderno concepto de «enfermedad», asimilable a las enfermedades corporales. Desde entonces todos abrazamos y defendemos la idea de que las enfermedades mentales tienen un estatuto asistencial similar a las enfermedades del pie o del corazón. ¿Pero es esto cierto?

Con independencia de si es o no cierto o fue o no acertado, la verdad del asunto es que los locos pasaron de ser «alienados», «orates», «inocentes» o portadores de un estigma moral a ser enfermos como cualesquiera otro. Su estatuto jurídico cambió radicalmente gracias al invento de Séglas y tuvo mucho éxito social, legal y asistencial pues no hay que olvidar que hoy todos estamos convencidos de que un adicto al alcohol es un enfermo y no un alborotador, un delincuente, un degenerado o un fingidor. Dicho de otra manera: la idea de Séglas cambió la idea pecaminosa de «vicio» o «pecado» y la transmutó en enfermedad. Pero se trataba de un invento, es decir de una conceptualización no de una verdad cientifica irrevocable.

¿Alguien se ha preguntado qué seria hoy de los enfermos mentales si la medicina no les hubiera rescatado de la influencia de la religión o del Estado?

Y cambió tambien el estatuto jurídico de los médicos, ya no eran alienistas sino psiquiatras, aunque es necesario señalar que muchos de los popes de la nueva especialidad eran neurólogos como Charcot o Freud.

Pero todo esto tuvo a su vez efectos secundarios, puesto que habia que apelar a condiciones biológicas desconocidas para entender la conducta perturbada, asi comenzó a hablarse de «degeneración», «taras constitucionales» o modelos endógenos del enfermar, habia algo que llevaba a los enfermos a enloquecer, algo desconocido y esóterico que se suponía existía en algun lugar del cerebro -como no- y que estaba en la base de las diferencias entre los individuos a la hora de enfermarse, una idea que procedía del prestigio alcanzado por la medicina al identificar a la espiroqueta como causa de la neurosífilis. Habia nacido el concepto de «vulnerabilidad» que sigue hoy vigente.

En realidad todo el mundo habla de una doble causalidad a la que han llamado con distintos nombres, por ejemplo todo el mundo abraza el modelo «vulnerabilidad-estrés», donde se admite que medio ambiente y genética interactuan (incluso hay quien habla de procentajes) pero lo que se investiga es la serotonina y muy poco el malvivir de las personas. Otros hablan de modelos bio-psico-sociales en los preliminares sólo para volver sobre el cerebro y olvidarse de las otras dos patas del asunto. Sostenemos modelos en la mente pero en realidad vivimos entregados -en una especie de doble moral- a los hallazgos de la neurobiología que evidentemente ha avanzado más que las ciencias humanas o a la filosofía que alimentaba las ideas de los clásicos con Jaspers al frente.

Pues bien, la debilidad epistemológica de la psiquiatría procede de aquella idea de Séglas que acercaba la psiquiatría al cerebro y la dejaba en manos de ocultos designios de la herencia. Nuestra especialidad nunca pudo escapar de este rastro fundacional, hoy cuando vamos a un congreso de psiquiatría en realidad estamos asistiendo a una reunión de biologia molecular, neurotransmisores, circuitos, proteinas mediadoras o sesiones de anatomía y de neuroimagen y donde se habla muy poco del sujeto enfermo que es a fin de cuentas el que enferma psiquiátricamente.

La naturalización de los fenómenos mentales ha sido la regla y hoy no es extraño encontrar hasta psicólogos -metidos a radiólogos- que investigan con neuroimagen fascinados por el poder hipnótico de los colorines de las resonancias magnéticas funcionales.

Dicho de una manera más clara: nuestra especialidad ha sucumbido al dualismo mente cerebro criando tres tipos bien distintos de especialistas: los que ignoran al cerebro y sus avances (los psicoanalistas sobre todo), los que ignoran al sujeto (biologicistas sobre todo) y los que lo critican todo y vuelven a la mitología de la antipsiquiatría de los años 70, negando la mayor, como este señor que dice que la depresión no existe.

Más que sucumbir: ha seguido el itinerario que marcan las tendencias a la hora de evitar el conflicto del dualismo: la psiquiatría se encuentra enclavada en esa bifurcación eterna que la irresolución del dualismo representa: un nudo, un cuello de botella. Y como siempre sucede con el empleo del mecanismo de evitación ha terminado por profundizar más en él.

Mi opinión personal es que la irresolución del dualismo mente cerebro es más un problema de las herramientas que utilizamos que una dificultad intrínseca del problema que siendo complejo no es irresoluble. Tenemos muchas disciplinas para conocer lo humano, unas proceden de la ciencia y otras de las humanidades, pero es necesario saber que aunque el sujeto gnoseológico de estas ciencias o disciplinas trate sobre el «hombre en el mundo» en realidad existe un hándicap fundamental e intrinseco a cada una de ellas. Una disciplina sólo atiende a sí misma y a las relaciones que entre sus objetos de estudio establece a la hora de enlazar los unos con otros. Una ciencia es inmanente y más: existe un cierre categorial entre las unas y las otras.

El concepto de cierre categorial procede de Gustavo Bueno y me parece procedente emplearlo para señalar algo que todos sabemos por experiencia: los hallazgos de una disciplina son inaplicables en los términos de otra. Significa que por más que sepamos de la serotonina no por ello sabremos más del hombre o del sujeto en su conjunto, es posible además que cada vez sepamos incluso menos por el poder de fascinación que unas disciplinas ejercen sobre otras.

Lo que traducido al «roman paladino» significa que es imposible integrar unos saberes con otros. Simplemente no se puede estar en dos sitios a la vez. ¿Entonces qué hacer?

El psiquiatra clinico mejor es aquel que practica los que llamamos eclecticismo débil, y que es ahora organicista y después psicogenetista, ahora usa psicofármacos y con este paciente y es menos activo e intervencionista con aquel, aqui una intervención familiar, y alli una de grupo, aqui compromiso y tranquilización y alli actitud critica o provocadora. Un psiquiatra así, está condenado a un esfuerzo sobrehumano pues debe aprender muchas disciplinas relacionadas con lo humano, desde biologia molecular hasta antropología y orientarse en este mundo donde por desgracia no hay ninguna certeza más allá del conocimiento empírico con que nuestra especialidad ha trazado su tradición. Volver sobre los clásicos y conocer el origen histórico de nuestras conceptualizaciones siempre será fuente de conocimiento y de mayor alcance que los datos estadisticos que funden mal con lo observacional.

Hay poco margen para los extremos y para las posturas radicales que la mayor parte de las veces responden a intereses ideológicos, sectarios, de ignorancia, paranoias colectivas infundadas o de negación de que la enfermedad mental existe y es fuente de un enorme sufrimiento y gasto social. Las posiciones radicales no sirven para tratar pacientes, es por ello que el eclecticismo débil se manifiesta en una necesaria humildad al tiempo que se encuentra protegida por una vigorosa actitud de ayudar a los que realmente están enfermos y descartar a aquellos que se equivocaron de puerta cuando llamaron a la puerta de la psiquiatría.

18 comentarios en “La debilidad epistemológica de la psiquiatría (IV)

  1. Es cierto, no hay dualismo, PERO, los procesos descritos: biología, mente y/o sociedad(he de insistir que este objeto es más complejo que la mente y el cerebro y no puede reducirse a sólo «ambiente». Por ejemplo, un grupo de humanos producen historias de una complejidad mayor que la de un sólo individuo. El contenido psíquico no es trascendental a la interacción social sólo sus bases biológicas. La capacidad innata de sentir tristeza, ira o apego no determina qué será el contenido o significado de esa tristeza, ira o apego, sino que viene primero, de la realida psíquica y después, de la realidad social) tienen relaciones de relativa independencia. Se puede conocer que proceso se subordia a cual, que es distinto a saber QUE PROCESO ES CAUSA DE QUÉ. El naturalismo está roto cuando estudia las realidades humanas porque para el naturalismo la causa más simple es LA CAUSA que determina el fenómeno.

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  2. Pues sí: ¡viva el eclecticismo débil!

    Un microcomentario al dualismo: mi (intento) de saltármelo ha sido hipotetizar que la belle indiference y la anosodiafória son equivalentes o que la identidad y su adquisición pueden ser una sinestesia tacto espejo entre dos o más personas. En otras palabras, intentar darme cuenta que, en mi largo trayecto formativo por la neurocirugia, neuropatologia, neurologia, psiquiatría, psicoterapia y psicofarmacología, los fenómenos que yo observaba se denominaban de una manera o de otra según la ciencia por la que transitaba en ese momento y no por lo que yo veia o el paciente percibia subjetiva y objetivamente al examinarle.

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    • Si Paco conozco tus esfuerzos por integrar conceptos como el de la «belle indiference» o la «anosidiaforia», algo qeu solo puede suceder cuando alguien tiene formación en varias disciplinas como es tu caso y más en disciplinas cercanas como la neurología y la psiquiatría pero yo iba más allá y me refería a los saltos de discontinuidad que existen entre lo neurobiologico y las ciencias humanas, el arte y demás. ¿Es la generosidad una molecula? Si yo tuviera afán naturalista diria que tiene que ver con la oxitocina, pero tener que ver (que exista una correlación) no significa que la generosidad pueda reducirse a una molecula. A ver si te prodigas más en comentarios!

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  3. nunca podremos evaluar psicopatologicamente a un político antes de tomar juramento de su cargo, tampoco lo haremos a un estudiante antes de iniciar una licenciatura o una especialidad médica, pero sí podremos pronosticar según su grado de criticismo y su capacidad de navegación entre las diferentes teorías y modas, si será feliz en su trabajo, de adaptará al mismo y si sus pacientes mejorarán… o incluso se curarán.

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  4. Está interesante la propuesta por lograr una epistemología de la psiquiatría (que en el fondo es parte de una epistemología de la salud).

    Partes el post planteando una posición constructivista («cómo se construye el conocimiento de algo»), en las ciencias sociales hay dos formas de abordar esta cuestión. Una es la posición tradicional del «constructivismo social» donde las sociedades serían «sistemas adaptativos complejos» en los que el nivel superior (societal) regular al nivel inferior (sujetos y sistema médico). Desde esta perspectiva la propia historización de las disciplinas plantea los límites y resoluciones a su objeto de estudio. A través de un proceso dialéctico (de recaída en la inmediatez) se clausuran controversias y se afirman hechos científicos a través de una supresión, pero con conservación y superación. En el caso de la psiquiatría se podría plantear que el objeto de estudio históricamente ha definido dos formas de abordar su objeto de estudio («naturalistas» versus «idealistas») y que en algún momento este problema sería superado y las perspectivas integradas. Esta idea es esencialmente la propuesta de Juan Samaja, un epistemólogo de la salud.

    Por otro lado está Bruno Latour, un sociólogo que trabaja en los estudios de ciencia, tecnología y sociedad, quien propone un constructivismo, pero esta vez a secas. El dice que la sociedad no existe por lo que no hay ningún factor contextual que podría explicar la construcción del conocimiento que más bien son asociaciones entre actores humanos y no-humanos los que en conjunto construyen los objetos científicos. Es en la propia práctica donde se construyen los conceptos con los que operamos, esto es parecido a la idea de performatividad («doing disease», «doing gender», etc). Es decir, en la misma práctica del psicoanálisis se crea la perspectiva psicoanalítica y en la la práctica biologicista se crea la perspectiva biologicista. De alguna forma esto lleva a «ontologías múltiples» donde se crean conceptos que resultan inconmensurables entre sí (similar al cierre categorial). El problema de la integración desde esta perspectiva resulta imposible de resolver y el «eclecticismo débil» parece ser la solución.

    Saludos!

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  5. Si, el cambio de enfoque del actor cambia el guión, eso es cierto. Sobre todo cuando no disponemos (aun) de una metodologia que lo explique todo, como dicen los fisicos. Mientras llegamos a esa teoria lo mejor es cambiar de actores y de roles, sin hacerles asco ni a unos ni a otros, a eso le llamo yo el eclecticismo debil. Gracias.

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  6. Que el dualismo no está superado está claro, y que el radicalismo para según que cosas no es bueno también. Por otra parte creo que este post enlaza con la discusión anterior perfectamente, y la verdad, sigo sin encontrar argumentos solo opiniones mas o menos formadas.
    Alfredo Ruiz es un señor, y Vittorio Guidano era un doctor psiquiatra (corto y pego un fragmento de transcripción de una entrevista que pueden ver completa aquí: http://www.inteco.cl/notas.php/1260630877):

    «Cómo enfrenta esta terapia algunas enfermedades psiquiátricas particulares, como la depresión… ¿Usa fármacos? ¿Tú usas fármacos como terapeuta o no usas fármacos? Creo que cambia el uso del fármaco, lógicamente porque la concepción es distinta, el diagnóstico.

    VG:
    Bueno, siendo un terapeuta, habiendo decidido en mi vida ocuparme de estas cosas desde la vía de la ruta interior, y hacer que la persona se reorganice, generalmente he considero incompatible el uso de los fármacos. En algunas situaciones son incompatibles porque los fármacos tienen un efecto que es opuesto a lo que tú estás logrando tener. Por ejemplo, me refiero a los trastornos psicóticos, en donde si tú intentas reorganizar la estructura de un delirio, y el paciente toma neurolépticos, es un trabajo que tú no puedes hacer, porque el neuroléptico es un fármaco que funciona de esta manera, funciona para…

    CW:
    Inhibir.

    VG:
    …Desintegrar, desorganizar el pensamiento; y entonces te será muy difícil reorganizar lo que el fármaco está desintegrando.

    Pero también hay otros casos, por ej. los depresivos, en que se dice por la publicidad, la cultura, lo que dicen los diarios…, te hacen creer a ti como quien tiene una enfermedad física, somática.»

    Sospecho que el que exista o existiera una antipsiquiatría tiene que ver con el hecho de las perversiones y abyecciones generadas cuando el poder político se ha aliado con el psiquiatrico, y con esta debilidad-fragilidad de la disciplina que no basa sus afirmaciones en unos mínimos criterios objetivos, pretendiendo ser objetiva. No existe una antianestesiologia, ni una anticirugía, ni una antitraumatología. NO creo que el mérito de la antipsiquiatria sea de los antipsiquiatras, es demérito de la disciplina y los abusos que ha cometido.
    Por supuesto, la buena pregunta es la que haces en el post. ¿Que hubiera pasado con todas esas personas que comentas, si no se hubiera ocupado la medicina?. Eso no lo sabemos, y opinando que la medicina ha ocupado un área que nunca debió de ocupar mas que de modo marginal, me pregunto entonces por las alternativas, de la misma forma que me pregunto que sistema sustituiría a la democracia que se ha revelado como un sistema político con grandísimos defectos. Y lo pregunto porque no lo sé.
    Por otra parte me parece que se confunde aquí una discusión, en la que está permitido todo (me parece) y en donde uno puede imaginar, plantear y argumentar, con la praxis diaria en la cual uno solo puede hacer lo que cree mejor para la persona con la que trata. El que yo crea o no que la depresión es una enfermedad endógena o exógena, o una mezcla de todo o de nada, solo tiene cabida en esta discusión. A mi se me presenta una persona con síntomas compatibles con una depresión, o contándome que está deprimido/a y haré lo necesario para ayudarle en su recuperación. No creo que nadie se pusiera a discutir con ella si lo que tiene es una enfermedad real o no.

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  7. Estoy totalmente de acuerdo con la necesidad de integrar conocimientos y disciplinas. Algo que psicoanalistas, psiquiatras y psicoterapeutas «olvidan» con cierta frecuencia es que el objetivo de la profesión, más allá de la corriente que se siga, es ayudar al paciente (que sufre). Muchas veces he pensado que independientemente de las resistencias al tratamiento y otros factores importantes que todos conocemos, cuando un paciente nos deja es porque simplemente no le estamos sirviendo.

    Supongo que parte de las dificultades para vencer el dualismo tiene que ver con la actitud del profesional, la ignorancia, (que existe en muchos más casos de los que creemos), la falta de humildad del terapéuta que le hace pensar que sólo su teoría es válida y una falta de cultura general que le impide al terapeuta entender a su paciente. Este punto lo he vivido muy de cerca en psicoanalistas que afirman que el inconsciente es universal y no es necesario conoce a fondo la historia del paciente. Yo no estoy de acuerdo con ello.

    Afortunadamente en este blog existen profesionistas, además de Paco, que me han enseñado mucho más que algunos de mis profesores.

    Por último, tras de leer el post donde «ese señor» niega la depresión, me vinieron a la mente unas estrofas de una canción mexicana (aunque otros autores también reclaman la autoría) llamada «Cielito Lindo». Les dejo los versos quew recordé:

    «Dicen que no se siente
    La despedida

    Dile al que te lo cuente
    Cielito lindo
    Que se despida»

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  8. Estoy totalmente de acuerdo con la necesidad de integrar conocimientos y disciplinas. Algo que psicoanalistas, psiquiatras y psicoterapeutas «olvidan» con cierta frecuencia es que el objetivo de la profesión, más allá de la corriente que se siga, es ayudar al paciente (que
    sufre). Muchas veces he pensado que independientemente de las resistencias al tratamiento y otros factores importantes que todos conocemos, cuando un paciente nos deja es porque simplemente no le estamos sirviendo.

    Supongo que parte de las dificultades para vencer el dualismo tiene que ver con la actitud del profesional, la ignorancia, (que existe en muchos más casos de los que creemos), la falta de humildad del terapéuta que le hace pensar que sólo su teoría es válida y una falta de cultura general que le impide al terapeuta entender a su paciente. Este punto lo he vivido muy de cerca en psicoanalistas que afirman que el inconsciente es universal y no es necesario conoce a fondo la historia del paciente. Yo no estoy de acuerdo con ello.

    Afortunadamente en este blog existen profesionistas, además de Paco, que me han enseñado mucho más que algunos de mis profesores.

    Por último, tras de leer el post donde «ese señor» niega la depresión, me vinieron a la mente unas estrofas de una canción mexicana (aunque otros autores también reclaman la autoría) llamada «Cielito Lindo». Les dejo los versos quew recordé:

    «Dicen que no se siente
    La despedida

    Dile al que te lo cuente
    Cielito lindo
    Que se despida»

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  9. Fíjate que con la lectura de tu comentario etykup a mi me viene a la cabeza también una «alegre» coletilla que dice el cura cuando va a acabar la misa:
    Palabra del señor.
    Te alabamos señor.
    Aaaaaaamen.

    Lo siento pero es lo que parece porque me sigue faltando datos y hechos para afirmar una cosa o la otra. El escrito de este señor ¿porque les parece un disparate?. Con el porque sí ya contaba, con el «porque yo lo valgo» también, eso lo podía hacer mi abuela.

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  10. «..cuando vamos a un congreso de psiquiatría en realidad estamos asistiendo a una reunión de biologia molecular, neurotransmisores, circuitos, proteinas mediadoras o sesiones de anatomía y de neuroimagen..»
    Lo paradójico es que esto se aplique para tratar las ‘enfermedades mentales’ de una nosología forjada con el mismo procedimiento con que se forja el Código Penal (y cualquier otra legislación): por votación entre expertos; bastante distinto de como se llegan a crear modelos en las ciencias ‘duras’.
    Como dice Germán Berrios: “..la psiquiatría es una disciplina hibrida; está a caballo entre las ciencias naturales y las ciencias… sociales”. Me temo que está obligada a adoptar alguna forma de eclecticismo, no se trata tan solo de una opción.
    Por otro lado, en un campo más sencillo que el cerebro y la mente humana, la informática, la dualidad hardware-software crea muchos menos problemas. Son pocas las ‘patologías’ en que no puede dilucidarse a que ámbito pertece un problema (pocas, pero las hay!) y tampoco suelen crear conflicto de competencias.

    ¡Ah! y sí, el conjunto de los posts es más equilibrado de lo que me pareció el primero.

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  11. Como es la primera vez que participo me siento un poco inseguro asi que solo plantearé algunas preguntas. Intuimos que el dualismo no es real, sin embargo somos incapaces de superarlo ¿no existirá alguna limtación en nuestra mente/cerebro que nos hace tener esos dos estilos irreconciliables: el pensamiento cientifico (para la psiquiatria las neurociencias) y el pensamiento narrativo, el mundo de los significados (para la psiquiatria los modelos psicoterapeuticos)? Si historicamente pasamos del pensamiento mágico al racional ¿no podría surgir una nueva forma de pensamiento que supere el dualismo? En este sentido ¿no será la psiquiatria una de las fronteras del saber mas interesantes? Ese «eclecticismo devil» que todo psiquiatra clinico honesto aplica como puede ¿no será una torpe manera de asomarse al futuro?

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  12. Que opinan de la Ley de salud mental? crea un sujeto de derecho y le quita a la Psiquiatría el lugar que tenia en relación a la Salud Mental?Yo creo que por otra parte no modifica en nada la forma de hacer diagnostico porque propone atenerse a parámetros médicos internacionales de clasificación.

    La pregunta es la siguiente: El que no puede relacionar la etiología de la enfermedad mental mas allá de lo que se produce a nivel molecular ( organicismo) forma parte de un discurso cientifico? ¿Es esta una de las formas de desechar al sujeto?

    Es algo que vengo pensando. No se si será forzado, pero muchas veces entiendo que no solo la ciencia sino que la psiquiatría y la psicología en el caso del cognitivismo, desecha toda presencia subjetivante y transforma al sujeto en un objeto de estudio. Donde esta el sujeto en los transtornos del DSM?

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